Capítulo 54
Rex y Taison estaban sobre mi mientras los acariciaba levemente, entonces la puerta vuelve a abrirse y Katsuki aparece con un vaso de agua en mano. Yo me senté y los cachorros se hicieron a un lado, Katsuki me entrega el vaso y yo tomé del contenido bastante necesitada de este.
Suspiré aliviada al acabar, apoyé el dorso de mi mano sobre mis labios a la vez que dejaba el vaso en la mesita de noche, Katsuki me mira un momento luego de haber mirado a los cachorros.
- ¿Te quedarás con ellos? - Lo miré y asentí, luego agarré la hoja con sus nombres y se lo pasé, él mira lo escrito - Rex... - Apunté al que se había lastimado - Y Taison - Apunté al escandaloso - Está bien, supongo que son buenos nombres -
Asentí sonriendo, vi la hora en mi teléfono dándome cuenta de lo tarde que era, Katsuki también lo notó y se levantó.
- Es mejor que me vaya de una vez. Nos vemos extra - No dice nada más y sale de la habitación.
Yo me acosté de nuevo junto a los cachorros quienes me lamían levemente y acomodaban sus cabecitas sobre mi, me sentía calmada... estaba bien y relajada... mis parpados pesaban nuevamente y aunque quisiera quedarme despierta, otra vez no pude...
***
***
Sentía como lloraba en la realidad pero estaba atrapada nuevamente en aquella pesadilla, solté un sollozo y los perros se movieron, comenzaron a lamer mis mejillas y mi nariz hasta que abrí los ojos y los acaricié, me miraban... como si estuvieran preocupados.
Chillaron un poco pero yo suspiré, me levanté y fui al balcón, aunque ellos me acompañaron y se acostaron a mis lados.
Otra noche más... realmente odio esa pesadilla.
En verdad... fue mi culpa... ¿No? Después de todo... yo di la orden... fui la responsable...
Aunque no quisiera, pensaba en aquello, luego de las pesadillas sucedía. Una lágrima resbala por mi mejilla pero la quité, los cachorros chillan y Taison se levanta en dos patas apoyando las delantera en mi brazo mientras yo abraza mis rodillas, resoplé frustrada.
Levanté mi dedo y apunté hacia adentro de la habitación sin mirarlos, ellos bajan la cabeza pero yo me quedé firme a mi orden y ellos al fin acceden, se van y me quedé sola, escondí mi rostro en mis rodillas de nuevo y suspiré tratando de calmarme, aunque casi no podía... como siempre...
Nuevamente me quedé así hasta la mañana siguiente y fue cuando el sol salió que decidí levantarme.
Los cachorros me ven entrando, yo solo les pongo sus cosas, me cambié y salí, noté a los demás desayunando, ellos me saludan pero yo ya estaba cruzando la puerta para irme, ignoré todo y me fui, no tenía ánimos... ni hambre, de nuevo.
Fui a clase sin más y sin esperar nada ni a nadie, cuando llegué solo lancé mi bolso contra mi silla y me senté acostando mi cabeza contra la mesa.
Que mierda de día... y eso que recién comienza... me siento realmente mal ahora y no creo que mi humor cambie.
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