Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PRIMERA NOCHE.

Es una noche maravillosa, con un cielo  estrellado y luminoso. Y mientras camino por la ciudad pienso en la angustia que me ha venido atormentando los últimos días. Me pareció de pronto que todo mundo me abandonaba, que huían de mi.  Hace 8 años que vivo en Busan y no he podido lograr tener un solo amigo y como me resulta penoso quedarme solo en mi pequeño departamento pensando en ello, prefiero vagar por la ciudad, aquejado por la melancolía y sin comprender lo que me sucede. Vaya a donde vaya, no puedo distinguir algún rostro conocido. 

Las casas son mis únicas amigas, pese a lo patético que pueda sonar. Cuando camino, cada una parece saludarme y decirme:

-Buenos días ¿Cómo estás? Yo bien, en este mes me añaden un piso más-o tal vez- ¡Por poco me quemo el otro día, ¡qué susto he pasado!- Son tal vez tonterías pero me complace imaginar esas cosas. E incluso entre las casas tengo mis favoritas.

De tantas andanzas, conozco muy bien Busan y esta noche he estado tan sumido en mis pensamientos lúgubres que acabé, sin darme cuenta en el muelle de los cerezos. Veía a la gente caminar de un lado a otro, tan felices, sonriendo, algunos en parejas y parecía como si yo no existiese para nadie.

Pese a todo, hay algo inefablemente conmovedor en la naturaleza de Busan, en el momento que estallan con toda su potencia los albores de la primavera, cuando resplandece por la belleza de su cielo y sus hermosas flores de cerezo brillan en toda su plenitud de matices, uno la encuentra, de improviso, tan bella. Sin embargo todo es efímero y temo que de pronto esa belleza desaparezca para siempre. No obstante, la noche resultó ser para mi, mejor que el día.

Me disponía a volver a casa a eso de las once de la noche. Por esa parte del puente ya no se encontraba ni un alma. De repente, a unos pasos de donde me encontraba yo, divisé a un chico que parecía mirar atentamente el fondo del canal. Es muy pálido, pensé.

 Al parecer, no me escuchó acercarme y no se movió  cuando yo pase al lado de él. Mi corazón latía repentinamente con violencia. De un segundo a otro me detuve súbitamente, al percatarme de unos ahogados sollozos. Si no me equivocaba, estaba llorando. Mi corazón se encogió. Sin embargo, mi naturaleza extremadamente tímida me hacía difícil el acercarme, así que me contuve. Pero mientras buscaba el valor y las palabras justas para abordarlo, él se asustó y recobrando la compostura, pasó con prisa a mi lado avanzando por el puente. Evidentemente no me atreví a seguirlo  y solo lo vi alejarse, cuando pude ver que a unos metros un hombre de mediana edad y bastante  borracho, apareció de improviso. Caminaba tambaleándose y el chico avanzaba con paso apresurado, tal vez temiendo del tipo. Y tenía toda la razón en hacerlo, ya que el tipo se abalanzó sobre él, y mientras el chico trataba de caminar lo más rápido que podía no pudo evitar  que irremediablemente lo alcanzara.  

El muchacho lanzó un grito y yo corrí inmediatamente hacia ellos con una postura que le hizo saber inmediatamente al hombre que era preferible que desistiera de sus intentos sin poner resistencia. El hombre pareció comprender que la situación era crítica y que no tenía oportunidad así que se retiró sin decir palabra, tambaleándose, tal cual había llegado. Cuando estaba ya lejos, comenzó a lanzar improperios, pero sus palabras difícilmente se distinguían.

-Camina a mi lado-le dije al chico-ya no se atreverá a acercarse.

Cuando silenciosamente, se situó junto a mi, lo sentí temblar de miedo. Eché una rápida ojeada a mi acompañante, era bonito y muy pálido, como había imaginado y tenía unos hermosos y enormes ojos, además de unos labios gruesos que formaban un corazón. Dos lagrimas brillaban aún en sus largas pestañas negras, tal vez por el susto reciente, o  por la pena anterior. No sabría decirlo con certeza, pero pude percatarme de que una sonrisa casi imperceptible resplandecía en su rostro. A su vez, el me miró disimuladamente y guardó silencio.

-Lo siento por haber huido de ti, eras un desconocido y creí que tu también...

-¿Ahora ya no soy un desconocido?

-Tal vez un poco...¿Estás temblando?

-Si, perdón pero no suelo hablar mucho con otras personas, me es difícil y en este momento estoy tan asustado y nervioso  como tú lo estabas antes. 

-¿Como es eso posible?

-Es así, la verdad es que tampoco he caminado así junto a alguien como lo hago ahora contigo . Ni siquiera sé como debería hablarte. Vivo solo y no convivo con demasiada gente. ¿No te estoy molestando? Si es así, dímelo, no me ofenderé.

-No, no, al contrario. Me agrada la gente tímida. Es más, me atreveré a pedirte que me acompañes a mi casa.

-Bueno, solo pido que me tengas un poco de paciencia. ¡Me creerás que no tengo ni un amigo! A veces, tengo esperanzas de encontrar a alguien, o me ha pasado por la cabeza entablar conversación con alguna persona , aunque sean solo dos palabras, pero siento que se reirían de mi...¿Te estás riendo tú?

-No, no me tomes a mal, me rio porque creo que eres tu propio enemigo, si te hubieras atrevido ¡tal vez hubiera salido bien! Ninguna persona buena te habría negado dos palabras o se habría burlado de ti. Aunque bueno, inclusive yo te juzgué mal hace un momento, pero me pregunto  ¿por qué decidiste acercarte a mi?

-¿En el puente? No lo sé, apareciste de repente y discúlpame si me equivoco pero creí que llorabas. Pensé que tal vez necesitabas ayuda o quizá te haría bien hablar con alguien.

-No digas nada más, por favor-dijo él, haciendo sus manos puños- Fue mi culpa por sacar el tema, pero agradezco tu preocupación. Ya estamos cerca de mi casa, en cuanto demos vuelta a la esquina, estaré a dos pasos de ella. Hasta la vista y muchas gracias.

-Entonces, ¿no volveremos a vernos? ¿Todo quedará así?

-Ya ves-dijo él riendo- ansiabas solo dos palabras y ahora...Además, tal vez volvamos a vernos.

-Pasearé por donde mismo mañana-dije-Perdón, tal vez estoy exigiendo demasiado.

-Bien-dijo el chico-mañana tal vez vuelva allí, a las once, como hoy. Y como no puedo impedirte ir...Tengo un asunto que atender así que no pienses que es una cita. Yo iré por algunos asuntos míos, pero debo admitir que no me molestaría tu presencia. No quiero que me malinterpretes y pienses de otra manera. Solo pongo una condición para verte de nuevo.

-¿Condición? ¿Cuál es? Dímela enseguida, aceptaré todo con gusto. Seré respetuoso y obediente.

-No lo dudo, es por eso que me animo a encontrarte de nuevo. Pero escucha con atención y ten cuidado: no te enamores de mi. No podrá ser, te lo aseguro y yo solo quiero ser tu amigo. Nada de amor, te lo ruego.

-Lo juro- exclamé mirándolo a los ojos.

-No jures, me parece que eres del tipo de persona que podría enamorarse fácilmente. Pero igual que tú, yo tampoco tengo a nadie con quien hablar o a quien pedirle consejo ¿Serás mi amigo?

-Claro que si, lo prometo.

-Bueno, entonces, que duermas bien, te has ganado mi confianza, ahora siento que puedo contarte todo.

-¿Qué es lo que tienes que contarme?

-Hasta mañana, guardemos el secreto por un momento, tal vez te cuente todo mañana o tal vez no, conversaremos antes y nos conoceremos mejor.

- Te contaré también mi historia. Creo que conocerte me ha hecho sentir más dichoso que en toda una vida. En fin, mañana lo sabrás todo.

-De acuerdo, tú comienzas entonces.

- Perfecto.

-¡Hasta mañana!

Nos separamos. Creo que vagué horas enteras por la ciudad, sin decidirme a volver a casa. ¡Era tan feliz!

¡Mañana! ¡Hasta mañana!



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro