Abril.

—¿Y bien? —la expresión pícara que mantenía el rostro de Min Yoongi hizo sentir a Jung Hoseok el ser más incómodo de la sala—, ¡Ya dime que sucedió! —exclamó el pálido desesperado por conocer lo que había dentro de la cabeza del joven "sonrisas".

—¿De qué hablas? —preguntó Hoseok haciéndose el desentendido y tratando de ocultar la emoción que sentía en su interior.

Yoongi lo miró mal, se puso de pie y se paró frente al chico que yacía sentado en las sillas incómodas de aquel pasillo de hospital. Hoseok alzó la mirada encontrándose con su amigo y compañero de trabajo, intentó sonreírle, pero sinceramente, el gesto rudo que mantenía el pálido le asustaba.

—¡Jung Hoseok! —el mayor regañó de inmediato sobresaltando al mencionado.

—¡No sé de qué hablas hyung!

—¡No intentes confundirme pequeño germen!, desde que llegamos por la mañana no has dejado de sonreír.

—Hobi siempre sonríe —intervino Kim Taehyung, quién, sentado junto a Jung Hoseok, no despegaba la vista de su teléfono celular.

—¡Eso ya lo sé Taehyung!, pero, ¿Acaso no lo notas?, su sonrisa se ve diferente el día de hoy.

El castaño retiró la vista del móvil y observó a Hoseok por unos momentos, éste bajó la mirada sintiéndose avergonzado—. Es cierto hyung, está más que claro, ¿Sucedió algo que debamos saber? —inquirió el rizado dedicándole una mirada con picardía incluida y siendo acompañado de una sonrisa triunfante por parte del chico rudo del grupo.

—Aceptó salir conmigo —soltó sin más.

Taehyung y Yoongi se mostraron tan absortos por el reciente comentario de Hoseok que parecía que se habían quedado sin habla, el chico sonrisas experimentó un repentino nerviosismo ante la reacción que estaban teniendo sus amigos. Segundos después Yoongi comenzó a aplaudir mientras fingía que lloraba y Taehyung sonrió como sí no hubiera un mañana.

—¡Ese es mi Hobi!, todo un casanova, estoy tan orgulloso —la sonrisa de Hoseok se incrementó al escuchar al pálido decir aquello, el color carmesí subió a sus mejillas denotando cuan apenado estaba.

—Eso es increíble hyung, ¡Felicidades!, te deseo lo mejor con esa chica —dijo el joven de melena ondulada contagiándose de la alegría que radiaba Hobi. Realmente se sintió muy feliz por su amigo, había pasado mucho tiempo de que no lo veía tan emocionado como en ese momento.

—¿Min Yoongi y Jung Hoseok? —una demacrada enfermera interrumpió la celebración de los tres fisioterapeutas y los chicos mencionados asintieron amablemente hacia la mujer que lucía cansada—. Sus pacientes ya los esperan en la sala de rehabilitación, acudan de inmediato, por favor —ambos chicos agradecieron y después de hacer su respectiva reverencia se retiraron, entonces la enfermera miró al joven de los rulos—. ¿Kim Taehyung?

—¿Sí? —contestó dando un salto atolondrado al levantarse, ese día se encontraba ligeramente despistado sin ninguna razón, tanto que no se había percatado que estaba faltando a los modales que Kim Chulmoo le impuso desde niño.

—El traumatólogo Kim Seokjin lo llama desde la sala de espera.

Taehyung sonrió de inmediato, hizo una reverencia y caminó por los pasillos hasta arribar a la sala de espera, donde el joven alto de cabello marrón lo estaba esperando.

—Buen día, Doctor —saludó el castaño en medio de una reverencia cuando tuvo a la vista a su respetado amigo, Kim Seokjin.

—¿Qué tal todo, señor Kim? —cuestionó el chico de la bata blanca conteniendo la gran carcajada que estaba a punto de salir de su persona, debido al lenguaje tan formal que usaban dentro del hospital.

—Todo está bien, gracias, pero ¿Qué lo trae por aquí? —Taehyung lo miró extrañado y tenía sus razones, pues normalmente Seokjin no acudía a esa área del hospital, aunque su rama de estudio indicara que pertenecían a la misma ciencia.

Ante el comentario del castaño, Seokjin se hizo a un lado dejando ver a un chico pelinegro con el semblante cabizbajo y sentado en una silla de ruedas.

—Vine a asignarte un caso muy especial —Taehyung observó con atención al joven que miraba a la nada. Toda la felicidad que en su alma se había acumulado, tanto por la noticia de Hoseok como la visita de Seokjin, se disipó cuando miró el triste rostro del chico sobre la silla de ruedas—. Hace dos semanas le practicamos una plastia del ligamento cruzado anterior.

—¿Autólogo o cadavérico? —inquirió de inmediato el castaño sin dejar de mirar al muchacho.

—Autólogo —contestó el médico y el fisioterapeuta le dirigió una mirada de entendimiento, haciéndole saber que comprendía la situación.

—Perfecto.

—El resto de la información está en este expediente clínico —le entregó aquella carpeta que llevaba consigo—. Quiero dejar claro que te asigno este caso porque considero que eres quien tiene más conocimiento en esta área. Es muy importante que el paciente tenga una exitosa recuperación —Taehyung, agradecido, asintió hacia el comentario de Seokjin—. Bien, entonces, si necesitas algo no dudes en decirme.

—Gracias Doctor Kim, haré mi mayor esfuerzo.

—Lo sé —el joven de cabello marrón sonrió hacia el castaño con pequeños rulos, pensando la situación que éste último vivía. Seokjin no miraba muy a menudo a Taehyung, pero conocía lo suficiente de él como para estar al tanto de toda la dedicación y esfuerzo que ponía en su profesión, sabía lo mucho que quería aquel pequeño que Kim Chulmoo se sintiera orgulloso de él, así que por ello decidió asignarle aquel caso. Como se trataba de una figura pública importante para Corea, quizá el señor Kim miraría al castaño con otros ojos después de saber que fue la persona que se encargó de que dicho paciente saliera adelante. Tomó una bocanada de aire y contuvo sus ganas por decirle a Taehyung que todo estaría bien, que las cosas se resolverían con su padre y que él llegaría a ser lo suficientemente feliz. Eso quería para el joven de 25 años, pues lo veía como el hermano menor que nunca tuvo. Decidido y pensando en el bien que intentaba hacerle al chico, se giró hacia el paciente discapacitado que por fin prestó atención a lo que sucedía—. Jeon Jungkook, él es Kim Taehyung, tu fisioterapeuta.