04. La lesión destroza sueños
Abril.
Los amigos y familiares de Jeon Jungkook abarrotaron una de las salas de espera del hospital Chung-Ang. Por todo el lugar se podía escuchar cómo las personas murmuraban sobre lo ocurrido en la pista de atletismo, donde horas antes había ganado el joven pelinegro de ojos amielados.
Las televisiones posicionadas en los lugares estratégicos de la sala de espera de urgencias estaban encendidas. La noticia de la lesión sufrida por el Golden Maknae era el único tema controversial de aquella tarde abrileña, los programas de deportes y algunos especialistas en atletismo debatían entre sí Jungkook obtuvo más el fracaso que el éxito.
—Se llama rotura de ligamento cruzado anterior —espetó Kim Seokjin, el traumatólogo encargado del caso del chico prodigio del atletismo—. No les voy a mentir, es una lesión de rodilla grave —la mirada preocupada de los Jeon se llenó de mayor inquietud cuando el médico dijo aquello, el ambiente se tensó, parecía que todos contenían el oxígeno dentro de sus pulmones. Seokjin observó las caras de los presentes y entendió de inmediato que esperaban una pronta explicación, así que continuó—. La función principal del ligamento que se ha roto es impedir que el fémur se desplace hacia la parte posterior de la pierna, también se encarga de controlar la rotación de la tibia. Una vez roto, este desgarre generado no cicatriza bien porque está dentro de la articulación y tiene su propia sinovial.
—Pero se puede reparar, ¿Verdad? —habló con temor un hombre de edad avanzada y cabello blanco.
El traumatólogo Kim llenó sus pulmones de aire y se dispuso a contestar la presente pregunta—. No es algo que se pueda reparar, la única solución es reconstruir mediante cirugía el ligamento completo, utilizando un injerto de tejido del mismo paciente.
—¿Entonces lo van a intervenir? —cuestionó rápidamente el joven rubio de mejillas regordetas.
—Así es —contestó Seokjin al instante y el ceño de Jimin se frunció con recelo.
—Cuando dijo que la única solución es reconstruir el ligamento, ¿A qué se refiere exactamente?, ¿Qué le harán a Jungkook durante la cirugía? —la mirada minuciosa de Namjoon inspeccionó el rostro del joven doctor mientras expresaba su duda.
—El proceso de reconstrucción implica taladrar túneles óseos en la tibia y el fémur, debemos extraer el ligamento roto y sustituirlo por el injerto en la misma posición.
—¿Será arriesgado? —volvió a interrogar el anciano.
—Es una operación complicada, pero les pido que se tranquilicen, la mayoría de estas cirugías resultan ser exitosas, sé que este también será el caso —dijo Kim Seokjin regalándoles una sonrisa que esperaba calmara a todos los presentes, pues el ambiente no cambiaba y cada vez que pasaba su mirada por los rostros de aquella gente, se percataba de lo desesperados y preocupados que estaban.
—¿Cuándo será la operación? —inquirió nuevamente Namjoon, el chico que destacaba entre todos por ser el más alto del grupo.
—Ahora mismo, mientras más pronto atendamos al joven mejor será el resultado —dijo el médico con seguridad y los Jeon asintieron sin añadir ningún comentario, así que Seokjin decidió continuar—. Se realizará bajo anestesia general, así que el paciente no sentirá nada, de igual manera la cirugía durará de dos horas a dos horas y media. Podrá retirarse hoy mismo cuando la anestesia haya desaparecido.
—¿Le dolerá mucho? —cuestionó una voz temblorosa al fondo del sitio.
—No, los ligamentos no duelen, incluso podría seguir caminando sin sufrimiento, pero no debe hacerlo, no desde el principio.
—Doctor —interrumpió por fin la voz de la madre de Jungkook. Heeyon ya había sufrido durante esa tarde un desmayo y un par de ataques de pánico. Sus nervios estaban tan apretados que le costaba estar parada en aquel sitio del hospital y su respiración era irregular a ratos, así que tuvo que dar un par de exhalaciones antes de intentar hablar nuevamente. Todos la miraron expectantes, pues era la primera palabra que soltaba después de que Jungkook sufriera aquel desgarre sobre la pista de atletismo—. ¿Jungkook podrá volver a correr? —preguntó sin rodeos y los presentes pudieron notar como la madre del chico sentía que, tanto su vida como la de Jungkook, pendían de un hilo.
Ya todos conocían la situación en la que vivía el Golden Maknae, Heeyon era la principal interesada en la carrera de Jungkook, ese aspecto de la vida de su hijo era el que más le interesaba. Aquello no le provocaba ser una mala madre, pues siempre apoyaba al pelinegro en cualquier situación, pero estaba tan sumergida en que su hijo triunfara en el atletismo, que ponía todo el ímpetu de su alma y corazón en ver que Jeon Jungkook mejorara cada día y destacara en cada paso. Necesitaba ver prosperar a su niño en lo que su difunto esposo nunca pudo.
—Esperamos que así sea señora —habló Seokjin intentando no decir algo incorrecto, sabía que el tema afectaba a todos los presentes, esa era la verdadera razón por la que la mayoría de las personas estaban realmente preocupadas, ahora que el Golden Maknae se ganó su merecido lugar entre los competidores de las olimpiadas para las que faltaban 15 meses, ¿Cómo asistiría si no podía siquiera apoyar los pies en el piso?. Aquel traumatólogo les dedicó una pacífica mirada y prosiguió—, pero para que eso suceda lo más pronto posible, Jeon Jungkook deberá someterse a algunos meses de terapia física.
Al noreste del hospital, sentado en una banca del jardín, Kim Taehyung mantenía su vista sobre un libro de rehabilitación deportiva.
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