Los gritos, rugidos y golpes despertaron a Mina, era más que obvio que algo sucedía en la habitación de al lado, salió de la cama, tomó un candelabro que estaba en la mesita de noche, y entonces nuevamente el silencio, la joven dudo un momento y finalmente decidió ir a ver que sucedía.

Mina entró en la habitación sosteniendo el candelabro y para su sorpresa la enorme estancia estaba más iluminada de lo que esperaba, la araña que pendía del techo sobre la cama estaba encendida, al igual que las delgadas velas que eran sostenidas por los dos candelabros que descansaban en las mesitas de noche y como las cortinas estaban abiertas, la ventana dejaba pasar toda la luz de la luna llena. Se adentró en la habitación y al instante pudo  ver perfectamente el color carmesí de la sangre que manchaba las sabanas y paredes, evidentemente alguien había sido herido allí, había grandes manchones a los pies de la cama, en el centro de la misma y en una de las esquinas de la almohada, esa misma mancha se extendía por la pared.

La sorpresa y el temor la invadieron, pensó en Richard, pero antes de que su mente comenzara a llenarse de preguntas, un movimiento en la ventana llamó su atención.

Se acercó a la ventana que mostraba ese paisaje lleno de tumbas familiares y pudo ver a alguien que se alejaba  a lo lejos, corría como si el mismísimo diablo fuera tras él… entonces escuchó un aullido que parecia demasiado cercano, se movió para ver hacia los lados de la ventana, y sintió como la sangre se le helaba en las venas, eso no podía ser, esas criaturas no existían…

Un hombre caminaba encorvado, su ropa estaba completamente rasgada y su cuerpo totalmente cubierto de pelo, incluso su cabeza… de la sorpresa Mina dejo caer el candelabro que llevaba en la mano y como si hubiera escuchado el ruido, la criatura se giró hacia la ventana... su expresión daba miedo, casi todo su rostro estaba cubierto de pelo, tenía una especie de hocico, su nariz era muy chata, sus ojos se veían hundidos y pequeños, las orejas puntiagudas y de su boca sobresalían unos filosos y aterradores colmillos…

Mina rápidamente trató de ocultarse a un lado de la ventana, junto a la cortina, volvió a escuchar un aullido y la respiración que golpeaba contra el cristal, su cuerpo comenzó a temblar y su respiración se detuvo al escuchar el chirrido de las garras contra el cristal… uso toda su fuerza de voluntad para contener un grito y comenzó a alejarse lentamente de la ventana sin despegar su cuerpo de la pared, ni dejar de mirar hacia la ventana. Chocó con la mesita de noche y el candelabro cayó... al instante escucho un rugido y el ruido de la ventana al romperse.

La criatura acababa de entrar por la ventana, estaba agazapada en el suelo, cubierta de cristales, mostrando sus garras y colmillos, lista para saltar sobre Mina… el terror se apodero de la joven, despego su cuerpo de la pared y comenzó a retroceder lo más rápido que pudo, sin quitar los ojos de la criatura que la miraba y se acercaba lentamente a ella. Cayó en la cama y rodo sobre ella, eso era más fácil que rodearla, al ponerse de pie notó que su camisón estaba cubierto de sangre.

Escuchó el gruñido de la criatura y al levantar la vista la encontró sobre la cama, sus ojos hambrientos no se despegaban de ella, la baba caía de su hocico, se movía lentamente acechándola, Mina seguía retrocediendo, pasó delante del ropero y se desesperó aún más, sabía que ya no quedaba nada más que paredes, estaba atrapada y la criatura seguía acercándose mientras se saboreaba.

Sintió la pared a su espalda, su cuerpo temblaba, ya solo había unos cuatro pasos entre ella y la criatura… Miró desesperadamente hacia los lados y entonces lo vio… un pasadizo en el espacio que quedaba entre la pared y el ropero, estaba bastante oscuro, pero se notaba que había muchas telas de araña, sin pensarlo corrió hacia aquel pasadizo, sintió las telas de araña que se pegaron a su cuerpo y chocó con la pared… no veía nada pero seguía escuchando a la criatura que se acercaba, sin ninguna prisa… Mina comenzó a correr por aquel estrecho pasillo sin despegas su mano de la pared, mientras escuchaba los pasos que se acercaban y las garras que golpeaban contra las paredes.

De repente vio una delgada línea de luz que se filtraba por la pared, se detuvo y empujo, rápidamente la pared se movió dándole paso al jardín, cerca del cementerio familiar. La luz de la luna iluminaba todo, comenzó a correr con todas sus fuerzas, no sabía hacia dónde ir, pero tenía que alejarse de aquella criatura. En su apuro tropezó con un cuerpo cerca de una tumba y termino tirada en el suelo, rápidamente intento levantarse, pero algo muy pesado la volvió a estampar en el pasto.

Sintió las garras que la giraron y aprisionaron sus manos, la respiración agitada y la baba de esa criatura que comenzaba a correr por su rostro y cuello. Un grito se escapó de su boca y se mezcló con un rugido de la criatura, que rápidamente le mostro sus terroríficos colmillos. Las lágrimas inundaban sus ojos y pronto comenzaron a rodar por su rostro… sus ojos se centraron en los de la criatura y no pudo creer lo que veía, eran de un color miel casi dorado con unas pequeñas manchas oscuras… era imposible, esos eran los ojos de Richard, su prometido, su querido Richard…

Su mente se negaba a creer lo que veía y simplemente dejó de reaccionar. Sintió un fuerte dolor en el cuello y algo caliente que comenzaba a cubrirla, y emanaba desde la fuente del dolor… sus ojos comenzaron a cerrarse y un “Richard” se escapo de sus labios en un susurro, que fue tapado por un aullido.