Un chico sin experiencia
Missa se colocó la correa de la guitarra por encima de los hombros antes de rasgar las cuerdas de esta con suavidad. A unos metros de distancia se encontraba otro chico, Alexis, pero sentado sobre una plataforma con bocinas a los lados y abajo, la vibración de la guitarra recorrió la superficie y le hizo sentir miles de sensación tras sus ojos cerrados. Al no poder escucharla amaba poder sentir la música por su cuerpo, era tan... tan mágico.
"Así que..." Roier habló sentado en una silla al otro lado del garaje tan pronto vió a su amigo abrir los ojos. "Susana." Sonrió alzando las cejas.
"¿Qué tiene?" Preguntó Alexis con tranquilidad, pero algo nervioso tras su mascara despreocupada.
"Se besaron ayer en la fiesta." Dijo con emoción. "Cuéntanos todo."
El chico volteó a ver a su otro amigo con pesadez esperando ayuda de su parte, no esperaba verle igual atento, se veía obligado a decirles todo.
"Fue un simple beso. Solo seguíamos el juego y ya." Les dijo.
"Sobre eso.." Missa añadió mirando de reojo a el moreno. "Roier tiene algo que decirte sobre el juego." Alexis miró a Ro con interés y curiosidad, más por esa cara rara que puso.
"La carta no decía nada sobre besos." Sonrió con diversión provocando sorpresa. "En realidad es que decía que debían tomarse todos los vasos de alcohol de la mesa... pero esas son mamadas." Confesó encogiéndose de hombros.
"¿Mentiste?" Preguntó Alex.
"Un poco, sí. ¡Pero era para el bien!" Le dijo con entusiasmo. "¡¿Verdad, Missa?!"
"Normalmente estoy de tu parte en estas situaciones pendejas que provoca Roier." Le comenzó a decir el mayor. "Pero te veías muy feliz anoche, Alex. Se ve que ella te hace muy feliz, deberías darte la oportunidad." Aconsejó bajando sus manos para terminar colocándolas sobre su guitarra, hacer tantas señas le cansaban un poco.
Ante lo que le decía su amigo el de gorro se sonrojó un poco, hasta sintió su corazón ablandarse. "¿Realmente lo crees?" preguntó, fue cuestión de instantes para que Missa le asintiera con una sonrisa.
"¿¡Porqué tomas sus consejos y nunca los míos!?" Chilló Ro arrastrándose en su silla de rueditas hasta ellos.
"Porque piensas con las nalgas, wey." le respondió Missa mirándole con el ceño fruncido mientras hacía la señas para Alexis.
"¡Mis consejos son buenos!"
"¿Cómo la vez que dijiste que debería usar su discapacidad para que nos dieran más dulces en Halloween?"
"¡Tenía catorce años!"
"¿Y cuando dijiste que debía sacar su carnet de impedido para que nos dejaran pasar en Six Flags?" Le preguntó nuevamente sin dejar de hacer las señas. "¡Sácate la cabeza del culo, wey!"
Mientras ambos peleaban, Alexis pensaba. ¿Y si Susana no sentía lo mismo por él? Estaba arriesgando mucho.
"Si me arriesgo..." El movimiento de manos de el chico les hizo voltear. "¿Cómo sé si puedo hacerlo?" Preguntó con una expresión algo decaída.
"Nadie es como tú." Le respondió Missa con señas y una sonrisa. "Esa es tu magia." Esas palabras provocaron una calidez en el corazón de Alexis y una sonrisa se mostró en su rostro poco después.
"Ella está aprendiendo señas para poder comunicarse contigo." Añadió Ro mirando a su amigo desde su silla. "Ayer en la fiesta después de ese beso..." hizo un gesto con los labios chasqueando la lengua. "Nunca he estado tan seguro de que algo esté pasando."
Alexis le miró atento, realmente esperaba que Susana le quisiera como él a ella. Nunca antes había querido la atención de alguien tanto como lo hacía con ella, siempre que la miraba todo a su alrededor desaparecía, quería que lo mismo sucediera con él cuando Susana le veía.
[...]
Un nuevo día comenzaba, Alexis caminaba a su sala de clase con calma mientras miraba a todos lados moviendo sus ojos sobre las estructuras y la gente. Su corazón latía rápido con el pensamiento de que vería a Susie en la primera hora, planeaba invitarle a comer en la hora del almuerzo y esas cosas que hacían los demás con sus parejas, era algo confuso para él, pero lo intentaría.
Llegando a su sala de clases le dió los buenos días a su maestro con un asentimiento y juntando sus manos unos segundos, su maestro le sonrió y movió los labios, Alexis pudo leer un "buenos días" en estos. Antes de ir a su asiento imitó la acción con su interprete de señas, esta vez, haciéndole las señas correctas, por supuesto que le respondió de la misma forma y una sonrisa. Fue a su asiento y dejó sus cosas para acomodarse, la clase no tardaría en comenzar así que otros estudiantes llegaron para sentarse en sus lugares, dicho y hecho, la clase comenzó, pero Susana no había llegado.
Se comenzaba a preocupar, ¿le habrá sucedido algo? ¿Habrá enfermado y por eso no vendría? De tanto sobre pensar terminó creyendo que ella simplemente no le quería ver, ni siquiera se podía concentrar en la clase, pero este pensamiento se fue después de media hora. El maestro miró unos instantes a la puerta sin dejar de hablar para después continuar con lo suyo, ahí fue que Alexis miró a la entrada y pudo ver a una castaña escabulléndose para poder ir a su asiento sin interrumpir a nadie. Le pareció tierno verla agachada caminando a su asiento como si fuera invisible, llegó a su asiento y al sentarse y alzar la vista sus ojos conectaron con los suyos. Alexis se sonrojó un poco con sorpresa cuando ella le sonrió y le saludó alzando su mano a la altura de su rostro moviendo sus dedos, instantes después, se puso a trabajar en lo suyo sacando sus cuadernos. Algo tan tonto como esa sonrisa le ponía tan rojo como un tomate, realmente esperaba poder pasar más tiempo con ella.
Al terminar la clase todos se dirigieron a la siguiente, en el caso de los protagonistas, ellos compartían esta segunda clase, se volverían a ver. Alexis pensó mucho en el camino a el salón y ya una vez en este se sentó, ¿cómo se le pedía una cita a alguien? Fue algo muy tonto pero hasta sacó su celular para buscar en internet formas de pedirle salir a alguien. Nunca lo había hecho, ni lo había intentado, era demasiado difícil todo este tema.
"¿Y si no acepta salir conmigo?" Su mente seguía dando vueltas y vueltas sin parar, sobre pensar, le dicen. "¿Tan siquiera qué hacen las personas en citas? Lo poco que veo en películas de drama es que ni tenían citas, van directo al sexo la gran parte del tiempo." Se decía a si mismo en su mente llena de preguntas, dudas y tonterías. "Un momento... Las parejas suelen tener sexo. ¿Cómo demonios debo de actuar en un momento así? ¿Tan siquiera llegará ese momento? ¡Tal vez ella es de las que va directamente a la acción y no va a citas!" Se llevó las manos a la cara con frustración, con todo y celular. "Y yo que soy más virgen que el aceite..."
Cuando decidió bajar el celular pudo ver como sus compañeros se movían por toda la sala de clase, si hubiera estado atento sabría qué hacer, pero no, prefirió ver tutoriales de cómo invitar a salir a alguien.
Una sensación suave se presentó en su hombro haciéndole voltear, su corazón latió a mil cuando la vió, esos ojos hermosos le miraban directamente y fue suficiente para atraparlo.
"Hola, otra vez." Sonrió ella haciendo una rápida seña para saludar, Alexis solo pudo asentir y tragar fuerte. "¿Quieres hacer el trabajo conmigo?" Preguntó asegurándose de formar palabras claves con sus manos.
"¿Trabajo?" Preguntó él con confusión.
"Sí." Susana le señaló un papel que tenía en la mesa pero que nunca vió. "El proyecto."
Alexis quería chillar de vergüenza, por estar pensando en otras cosas no llegó a fijarse en nada, ni cuando le dieron el papel. Con rapidez tomó la hoja y la comenzó a leer, era un trabajo que incluía papeles y una maqueta, por lo que veía, era complicado.
"Es en parejas, ¿quieres hacerlo conmigo o—"
"¿Hacerlo con ella?" La mente de Alexis volvió a irse con pensamientos típicos de un chico que ni le había tocado la mano a una chica hasta hace pocos días. "¿Hacer qué? ¡Ya dije yo qué ella podría ser de esas personas que—"
"¿Alexis?" Susana movió su mano frente a él con curiosidad sacándolo de su mente. "Oh, ahí estás." Sonrió. "¿Qué dices? ¿Hacemos el trabajo juntos?"
Alexis rápidamente asintió y le mostró su pulgar con sus mejillas rojas y su mente dando vueltas. Quería actuar normal, pero solo quedó como tonto.
"Perfecto, yo iré corriendo a mi siguiente clase para trabajar algunas cosas, pero te escribiré tan pronto llegue a casa para ponernos de acuerdo, ¿sí?" Susana tomó su bolso y con una sonrisa se dió la vuelta para irse luego de sacudir su mano despidiéndose, mismo gesto que repitió él con una sonrisa algo rara pero genuina.
"Perfecto, he quedado como idiota, no hay duda, moriré virgen." Pensó el chico tirando de su gorro para cubrir el rojo que tenía su rostro.
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