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♤Tonight the fox hunt the hound


Hoseok no estaba muy seguro de seguirle el juego a sus amigos. Tenía algunas cosas en qué pensar y además no conocía al sujeto ese de nada. Pero por otro lado, Chang era su amigo y si alguien se había burlado de él, entonces iba a darle su merecido al tipo.

—¿Entendiste todo? —le preguntó Chang quitándole el piercing de la nariz a lo que Hoseok protestó con un insulto.

—¿Qué tiene de malo el piercing? Déjalo ahí —se quejó soltándole un manotazo al pelinegro.

—HyungWon es una persona estirada. No creo que llames su atención luciendo como un criminal de dos pesos.

—¿Por qué tengo que hacer esto yo? Podrías mandar a JuYeon o simplemente dejar que le diéramos una paliza.

—Eso no sería suficiente. Quiero que se arrastre el maldito.

—Pero no entiendo por qué yo. Nunu es atractivo e inescrupuloso. Y no me gustan los hombres.

Chang se cruzó de brazos.

—¿Vas a ayudarme o no?

Hoseok volvió a mirarse en el espejo. Su ropa negra informal había sido reemplazada por una camisa azul francia y sus jeans rotos por uno entallado de vestir. Su cabello platinado con puntas turquesa lucía prolijo y peinado hacia atrás, despejando su frente.

—Parezco un idiota —dijo girándose para verse desde otros ángulos— quiero patearme el trasero.

Chang lo miró de arriba abajo.

—Hey, hablando de traseros, ¿dónde tenías escondido todo eso? —se burló dándole una nalgada.

Hoseok le dio un puñetazo en el estómago y agarró los lentes que debía ponerse.

—Ponte perfume —Chang lo roció con un perfume caro que le había robado a su compañero de cuarto.

Hoseok estornudó y resopló molesto.

—Vamos antes de que me arrepienta.

Ambos estaban parados en una esquina cuando Chang se puso serio y señaló con la cabeza hacia la calle.

—Es el alto de pelo oscuro.

Hoseok revoleó los ojos.

—Ok. Empecemos. Ahora vete que te va a ver —lo empujó hacia adelante y se mordió los labios. Se miró en el reflejo de una vidriera y sacó su celular, fingiendo estar ocupado. Caminó directo al chico y se lo llevó por delante. El chico cayó de traste al piso y Hoseok puso su mejor cara de idiota.

—¡Oh, dios santo! —exclamó apresurándose a ayudar al chico que tenía una mueca de dolor en la cara y fruncía la boca.

'Bonito, el idiota' —se dijo Hoseok inclinándose hacia el chico—. ¿Estás bien? Lo siento mucho.

HyungWon sacudió la mano e intentó sonreír.

—No, no te preocupes. Yo tampoco te vi...
—HyungWon levantó la mirada y se encontró con este hombre grande y atractivo como el infierno.

Hoseok sonrió y le tendió la mano.

—Siento haberte lastimado. Me siento terrible.

HyungWon la tomó agradecido y se sacudió el pantalón. Tenía las mejillas rosadas. La voz del hombre era profunda y sexy.

—Ya te dije que no te preocuparas. Fue solo una pequeña caída. Así que yo también me disculpo por haberte golpeado.

Hoseok le palmeó el hombro suavemente y volvió a sonreír.

—Tengo la cabeza en cualquier lado —se excusó apenado— tengo una entrevista de trabajo y estoy un poco distraído. De nuevo me disculpo —dijo mirando su reloj. —Debo irme. Me alegra saber que estás bien... ¡Qué tengas un buen día! —le dijo haciendo una reverencia y girándose para irse.

HyungWon se quedó mirando el cuerpo fuerte del hombre.

—¡Suerte en tu entrevista! —casi gritó agitando la mano. El hombre se giró y le guiñó el ojo.

Hoseok caminó riendo por el exitoso encuentro.

—¡Pan comido!

HyungWon se quedó quieto mirando como el hombre se perdía entre la gente. Sonrió.

—Creo que me quedaré estudiando toda la noche —Min se puso la chaqueta y agarró su vaso de café helado. Los demás hicieron lo mismo.

—¿Creen que el exámen será difícil? —preguntó Joo preocupado.

—Bueno, sabes que el profesor Kang es estricto. No nos lo pondrá fácil...

Los cuatro caminaron hacia la salida de la cafetería cuando la puerta se abrió de golpe. HyungWon se agitó cuando vio al hombre de esa tarde hacerse a un lado para dejarlos pasar. Los lentes de marco dorado dándole un aspecto totalmente arrebatador. Se acomodó el cabello detrás de la oreja y dejó pasar a sus amigos.

—Hey, hola —dijo al hombre que levantó la mirada, sorprendido.

Una sonrisa preciosa escaló a su cara.

—¡Hey, tú de nuevo! —saludó.

Los otros se giraron a esperar a HyungWon.

—¿Co... Cómo te fue en la entrevista? —preguntó tímidamente.

El hombre se rascó la nuca.

—Oh, eso. Espero que bien. Dijeron que iban a llamarme.

HyungWon asintió y se mordió el interior de la mejilla. Se sentía como un quinceañero.

—Oh, entonces estoy seguro que te llamarán. Sólo tienes que tener fe.

Hoseok volvió a sonreír.

—Me parece que tú me tienes más fe que yo. Te lo agradezco.

Hubo un silencio y Hoseok se aclaró la garganta.

—A propósito, soy Hoseok.

HyungWon estaba temblando cuando el hombre le estiró la mano.

—No me presenté correctamente esta tarde.

HyungWon tomó la mano y la estrechó con suavidad.

—Mi nombre es HyungWon.

—Es un placer —un celular comenzó a sonar y Hoseok se disculpó. —Lo siento. Debo tomar esta llamada. Fue un placer conocerte, HyungWon.

Y así el hombre se alejó mientras hablaba por teléfono.

—¿Quién era ese semidios del Olimpo y por qué no lo presentaste? –exclamó Min llegando a su lado, mirando hacia donde Hoseok había desaparecido.

—No sé de donde salió, pero es la segunda vez que lo veo en el día —dijo con un hilo de voz.

—Ay, eso suena a película pochoclera de bajo presupuesto. Pero es romántico. ¿No lo crees?

HyungWon suspiró y se encogió de hombros. Le gustaría volver a ver a Hoseok.

—Vamos, deja de llenar tu cabecita con ideas absurdas —dijo empujando a su amigo para empezar a caminar calle abajo.

Una vez en su casa, se dio un baño y comió algo antes de enfrentar la larga noche que tenía por delante. Pero no podía concentrarse porque se encontró pensando en el atractivo sujeto del café. Hoseok...

Hoseok tiró la camisa en un rincón y agarró una cerveza de la nevera.

—¿Cómo fue tu día, donjuán? —Nunu entró a la cocina y agarró el teléfono para marcar el teléfono de la pizzería.

Hoseok chasqueó la lengua, molesto.

—Bueno, logré sacarle algunas sonrisas al idiota ese —dijo caminando hacia la pequeña sala. Encendió la televisión y puso un programa sobre restauración de autos clásicos.

—¿Cómo es? —preguntó Nunu buscando el dinero para pagarle al repartidor.

—Qué se yo —Hoseok no estaba prestando atención— alto, cara de muñeco... ¡Esa pintura se estropeara apenas le de un rayo de sol, idiotas! —se quejó gritándole a la pantalla.

—Sigo pensando que mejor le demos una paliza y listo. Problema solucionado.

Hoseok asintió con la cabeza.

—También se lo dije al estúpido de Chang, no sería difícil. El tipejo ese parece hecho de papel y plumas.

—¿Crees que caerá bajo tus encantos? —Nunu se burló.

—Oye, Chang no esperará que haga... algo más, ¿no?

Nunu respondió que no sabía.

—Invítalo un café, no sé. ¿Qué tan difícil puede ser? Ya has flirteado antes.

—Con mujeres —aclaró Hoseok—. Pero si Chang piensa que tengo que besar a ese tipo, está loco. Intentaré enamorarlo, le invitaré algunos cafés y eso será todo.

—¿Pero qué clase de venganza sería esa?

Hoseok cerró los ojos y se pellizcó el puente de la nariz.

—Voy a matar a ese enano. Más le vale que me pague bien por esto.

Nobody Else

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