◇Heart to heart and eyes to eyes
ChangKyun miraba las fotos sin poder creer la suerte que había tenido. La muchacha del bar le había proporcionado unas jugosas cartas para usar contra HyungWon. Repasó las fotos una por una. HyungWon se veía hermoso como siempre. Los dos hombres apoyados contra su cuerpo, uno delante y otro atrás, acariciándolo. Así que no había estado tan equivocado al llamarlo fácil y calienta braguetas. En las fotos se veía claramente como estaba disfrutando estar con esos dos tipos. Y pensar que ahora jugaba a ser el virgen perfecto que iba por la vida rechazando a todos con su aire altanero. Pero se las iba a pagar. Más animado con la perspectiva de lo que acababa de presentársele, se reclinó en su cama y guardó las fotos que había imprimido en un sobre. Aún no sabía cómo iba a usarlas, pero estaba seguro de que tenía algo grande entre manos. Unos golpecitos en su puerta y antes de que pudiera responder, su primo ya estaba sentándose a su lado.
—¿Qué hacías? —JuYeon estiró una mano en un intento por alcanzar el sobre. Chang fue más rápido y lo escondió en su mesa de luz—. ¿Y qué escondes ahí? Se supone que no tienes secretos conmigo.
Chang rio y chasqueó la lengua. Su primo era su mejor amigo, pero todavía debía elaborar bien su venganza si quería que todo saliera bien. No confiaba en que JuYeon no abriera la boca para contarle a Hoseok o a Nunu sobre las fotos.
—Nada que te interese —dijo encogiéndose de hombros— ¿y tú qué? ¿Qué haces aquí?
—Vi que saliste del bar con la tipa esa y luego desapareciste. ¿De qué hablaron?
—Ya te dije que nada importante. Ahora puedes irte, mi compañero de habitación llegará en cualquier momento y no quiero que te vea aquí.
Su primo se levantó de la cama a regañadientes y pateó las piernas de Chang antes de salir.
—Te veo mañana, idiota.
Hoseok no podía concentrarse en la película con la boca de HyungWon sobre su cuello. Su respiración estaba algo agitada y el calor se había instalado en su cuerpo. La camisa de repente se sentía pesada y sus pantalones le apretaban demasiado. Cerró los ojos y suspiró. Las caricias habían empezado un rato atrás. Los dedos largos y tibios de su novio moviéndose sobre sus brazos, erizándole la piel, los besos tímidos sobre su hombro, por encima de la tela, su cabello oscuro brillante bajo la luz que emitía la pantalla. Hoseok estaba intentando sin mucho éxito ignorar las caricias contrarias, pero sabía que a su resistencia sólo le quedaban algunos segundos antes de sucumbir. No podía pasar por alto cómo su cuerpo respondía al tacto de HyungWon. Se movió pasando un brazo por los hombros del alto para que este pudiera recostarse sobre su pecho y dejó un beso sobre su sien.
—¿Te aburre la película? —preguntó con la voz densa—. Podemos ver otra cosa si quieres…
HyungWon sacudió la cabeza en respuesta y abultó los labios. Hoseok no se pudo resistir a besarlos. HyungWon respondió con una rapidez y un entusiasmo que encendió el suyo también. Se besaban con una urgencia que ninguno de los dos esperaba. El cuerpo delgado escaló sobre el suyo, los dedos ansiosos desabotonando su camisa con prisa. La cabeza de Hoseok estaba felizmente vacía y bajando las manos hacia el trasero de su novio, apretó creando una fricción deliciosa en sus miembros. Ambos cortaron el beso para gemir casi al unísono y volvieron a unir sus labios para seguir saboreándose. Abrió los ojos un momento para deleitarse con la cara perfecta de HyungWon. Su cuerpo se estremeció ligeramente cuando este acarició su pecho desnudo.
—Wonnie… —murmuró echando la cabeza hacia atrás cuando los labios gruesos se cerraron sobre su pezón. Se sentía estúpido al haber dado por sentado que no iba a dejarse arrastrar por ese chico. Porque contrariamente a todo lo que pensaba, estaba más que encantado con todas las sensaciones que estaba descubriendo. Sus manos acariciaron la piel suave, su boca hambrienta pidiendo más, besando cada centímetro que podía.
—Seokie —HyungWon enfocó sus grandes ojos en él. Sus mejillas arreboladas y su cabello desordenado creaban una imagen salvaje y sexy. Los labios hinchados y rojos y los ojos brillantes— qui… quiero hacerlo contigo.
A Hoseok no le costó mucho tiempo procesar lo que HyungWon estaba diciéndole, pero de todas formas, su cabeza parecía ralentizada. Estaba adormecido de deseo. No estaba pensando con claridad y entonces se encontró asintiendo a la vez que se incorporaba para apresar el otro cuerpo bajo el suyo. No tenía idea de lo que estaba haciendo o intentando hacer. Jamás había estado con un hombre y sus manos eran torpes al intentar quitarle la ropa al hermoso hombre que suspiraba contra sus labios. Se reprendió mentalmente por su torpeza. No debería resultarle difícil, después de todo había desnudado a infinidad de mujeres. Y sin embargo todo se sentía diferente con HyungWon. Quería ser suave, quería darle todo lo que nadie le hubiera dado, hacerlo sentir bien, quería darle todo el placer que sabía que podía darle… solo que parecía no saber cómo hacerlo. Forcejeó con un botón y una risita lo hizo levantar la cabeza.
—No te burles de mí —pidió suplicante, podía sentir el rubor subiendo por sus mejillas— juro que mataré al que haya hecho esta camisa.
HyungWon se rio otra vez y le tomó la cara entre las manos para volver a besarlo.
—Deja de refunfuñar —dijo dejando más besos sobre su cara— y no te creas que yo estoy en mejor posición— bajó la mirada y Hoseok hizo lo mismo para luego morder sus labios. HyungWon tenía las manos sobre su cinturón e intentaba también sin mucho éxito, desabrocharlo. No se había dado cuenta, concentrado como estaba por deshacerse de esa camisa molesta. Se echó a reír también y dejó un beso en los labios gruesos.
—Bueno, ya sabemos a quiénes no llamarán para una película para adultos.
Ambos se echaron a reír, pero solo hasta que decidieron continuar con lo que habían empezado. Pronto lo único que se escuchaba en la sala eran los chasquidos de los besos y algunos jadeos apagados. HyungWon se deshizo de los pantalones de Hoseok y contuvo la respiración al verlo desnudo. Hoseok era esculturalmente perfecto. Su cuerpo de músculos definidos y largos eran una obra de arte digna de admiración. Por una fracción de segundo se avergonzó de su delgadez y cruzó las manos sobre su pecho, cerrándose la camisa. Hoseok parpadeó desconcertado ante el gesto.
—¿Pasa algo, ojitos?
HyungWon intentó sonreír.
—Yo... Hoseok. Tengo algo que decirte.
Hoseok asintió y se sentó, buscando algo con lo que cubrir su erección. Quizás se había extralimitado con su efusividad. ¿Lo habría asustado?
—¿Hi... Hice algo mal? Lo siento si te molestó algo de lo que hi...
—Soy virgen.
Hoseok parpadeó repetidas veces. Virgen. Eso no estaba en sus planes. Chang le había hablado de cómo HyungWon había sido todo un rompecorazones en la universidad y, a decir verdad, le costaba creer que esas palabras fueran ciertas. HyungWon era de una hermosura difícil de pasar por alto. Él mismo había presenciado como las personas le decían cosas en la calle o le daban regalos. Su celular era una tortura constante si no lo silenciaba. ¿Cómo podía alguien así de atrayente ser virgen?
—¿Virgen? ¿Eres virgen? —musitó incrédulo.
HyungWon se sentó y comenzó a prenderse la camisa.
—Lo... lo siento, Hoseok. Yo debería habértelo dicho antes... Entiendo si te decepcioné...
Hoseok levantó las manos y le acarició la mejilla.
—Hey, no, bebé. ¿Qué dices? Tu jamás podrías decepcionarme.
HyungWon tenía los ojos cristalizados y Hoseok acercó su cara para besarlo.
—¿En serio no te molesta que no haya estado con nadie antes?
Hoseok negó despacio con la cabeza.
—¿Molestarme? ¿Acaso estás loco? Pero entonces yo también tengo algo que confesarte.
HyungWon asintió y se levantó del sofá para luego sentarse en el piso cruzando las piernas en posición india frente a Hoseok.
—Puedes decirme lo que quieras, amor —dijo en un tono suave y conciliador.
—Probablemente te rías, pero... yo jamás estuve con un hombre antes.
Ahora fue el turno de HyungWon de sorprenderse con la declaración.
—¿E... estás hablando en serio? ¿Cómo...? Wow...
Hoseok se rascó la nuca, nervioso.
—Tú eres el primer hombre que me hizo replantear las cosas. Nunca antes me había pasado algo así. Con nadie.
HyungWon se ruborizó y se abrazó las rodillas. Que Hoseok le hiciera esa confesión era algo que no se hubiera imaginado jamás. Si era verdad que Hoseok era muy masculino y si no hubiera deseado que se fijara en él, probablemente no hubiera apostado a que fuera gay. Pero que le dijera que nunca antes había estado con otro hombre, hizo que orgullo se disparara hacia las nubes. Ese hombre hermoso y dulce era suyo. Se había arriesgado por él. La revelación lo hizo esconder la cara en sus rodillas.
—¿Estás bien, ojitos? ¿No te molesta lo que acabo de decirte?
HyungWon levantó la cara y se mordió el labio inferior.
—No, al contrario... Me encanta haber sido el primero.
Hoseok tiró el almohadón y se paró. HyungWon gimió ante su impresionante desnudez. Cuando Hoseok se agachó a su lado, HyungWon pudo sentir que su cuerpo hervía.
—Mira, no te aseguro que seré el mejor amante, no sé bien por dónde empezar aunque creo que estábamos haciéndolo bastante bien, ¿no crees?
HyungWon asintió y tomó las manos que Hoseok estiraba hacia él. Lo impulsó hacia arriba y las manos fuertes se cerraron sobre su cintura.
—Pero te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para hacer de esto algo memorable —HyungWon podía sentir los músculos fuertes y el abdomen plano sobre el suyo. Las manos de Hoseok acariciando la parte baja de su espalda, haciendo pequeños círculos sobre la tela. Estaba perdido en la mirada entintada de su novio. Tragó con fuerza intentando humedecer su garganta seca y en un impulso rodeó el cuello de Hoseok con sus brazos.
—Yo tampoco sé qué hacer, pero lo descubriremos juntos. Quiero estar contigo...
Hoseok sonrió y se inclinó para empezar a devorar de nuevo su boca.
—Y yo muero por estar contigo, bebé.
Nobody Else
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