☆He acts like a sedative all through the night
Casi da un salto cuando leyó el mensaje de Hoseok. Lo primero que hizo fue llamar a Min y contarle las buenas nuevas. Kihyun al final había aceptado hacer la cena con la condición de que la próxima vez que salieran lo dejaran pedir pollo frito. Casi estuvo tentado a echarse para atrás.
—Bien, tendrás tu pollo frito.
—Perfecto. Mañana iré después de clases. ¿Tienes algo en mente para deslumbrar a tu galán? ¿Alguna comida en especial?
HyungWon se quedó boquiabierto. Aún no conocía los gustos de Hoseok y ya le daba vergüenza llamar para preguntarle.
—Emmm, improvisa. Estoy seguro de que le gustará lo que cocines.
—Bien, veré que podemos hacer.
Más animado se sentó a repasar los detalles de la cita con Hoseok. Si tenía que ser sincero consigo mismo, estaba siendo demasiado adolescente en su sentir. Pero por otro lado, sólo había tenido una experiencia 'sentimental' y no había salido bien. Todo lo contrario. Pensar en lo que había pasado le ponía los pelos de punta. No podía dejar de culparse por haber sido tan confiado, se había enamorado y le habían roto el corazón de la peor manera. Pensó en la vergüenza que había sentido, en cómo habían jugado con él y sintió una profunda tristeza al recordar aquellos días. Si era verdad que, mirando hacia atrás, había sido en parte su culpa por haber confiado ciegamente en esa persona que decía ser su amigo, pero de ninguna manera podía justificar lo que pasó. Él jamás le había hecho mal a nadie. No entendía por qué lo habían elegido a él como destinatario de tal maldad.
A veces se encontraba imaginando mil situaciones en donde todo terminaba de diferente manera. En donde aún podía seguir confiando en las personas a su alrededor. Ahora, dos años después, tenía una nueva vida. Lejos del que había sido su hogar, lejos de su familia que le dio la espalda cuando todo aquello sucedió...
Suspiró sintiéndose cansado, evitando escarbar más en el pasado. Tenía que enfocarse en las cosas buenas. En las cosas que lo hacían sonreír. Estaba convencido que si uno pensaba en positivo atraía cosas buenas, aunque a veces pensaba que si se ponía a pensar con la cabeza fría, eso nunca le había resultado a él, pero nunca había que perder las esperanzas. Ahora tenía amigos, algo que alguna vez creyó imposible y estaba conociendo a un hombre fabuloso.
Sonriendo se metió en el baño para darse una ducha y empezar a pensar en el proyecto de arte. Sacó sus óleos y estuvo un rato largo mirando el lienzo vacío. No tenía idea qué podía presentar. El proyecto era libre. Podía usar cualquier forma de expresión artística. Pintura, dibujo, fotografía, escultura. Todo era válido, pero tenía la cabeza felizmente embotada y no quería pensar en nada más que en la cena que lo esperaba. Decidió dejar el proyecto para después y en su lugar se puso a ordenar el departamento.
Kihyun siempre se quejaba del desorden que imperaba en su casa, pero él no podía ver qué era lo que estaba mal. Los libros estaban en su lugar, la ropa en los armarios, los platos limpios... Agarró una franela y luego de poner algo de música se puso a limpiar todas las superficies que podrían llegar a tener polvo. Sacudió los almohadones del sofá, puso a orear los tapetes en el balcón, regó las pocas plantas que —admitía— estaban un poco abandonadas y luego dio una limpieza profunda al baño. Cuando estuvo conforme con el aspecto del lugar, bajó a la tienda para abastecerse de helado y snacks, que eran principalmente, la base de su dieta. Escondió las bolsas de frituras en un lugar donde Kihyun no pudiera encontrarlas y por fin suspiró satisfecho.
Hoseok dejó el bolso de trabajo en el piso y se sentó en la cama. ¿Qué debía hacer? Por un lado, muy a su pesar, quería ver a HyungWon otra vez. El chico era encantador, divertido y tenía una forma de ser que le despertaba ternura. Por alguna razón que aún desconocía y que, no tenía prisas por averiguar, el chico le despertaban unas profundas ganas de cuidarlo. Por eso estaba en duda de seguir los planes de Chang.
—¿Vas a salir? —Nunu salió del baño envuelto en una nube de vapor.
Hoseok se encogió de hombros.
—No sé... HyungWon me invitó a cenar.
Nunu chasqueó la lengua.
—¿En serio piensas seguir con el teatrito de Chang? Sabes que a veces es un poco infantil.
Hoseok sabía que Nunu tenía razón, pero una parte de él aún pensaba que Chang no podía estar mintiéndole.
—Si. No sé, bro.
—¿Por qué no le preguntas a ese chico lo que pasó? Quizás fue un malentendido.
Asintió pensando que Nunu tenía razón.
—Si, quizá tengas razón...
Cuando llegó al apartamento de HyungWon su nerviosismo ya había escalado al punto de la ansiedad. Quiso darse la vuelta y volver a su departamento. Pero cuando presionó el timbre y la puerta se abrió, sólo pudo sonreír.
—Hola... Sí viniste —HyungWon sonreía de una manera que lo hizo olvidarse de todas sus dudas. Tenía una sonrisa muy linda.
—Bueno, no podía decirle que no a una cena gratis —bromeó dando un paso hacia adelante y dejando un beso muy cerca de la comisura de los labios contrarios. —Y también me moría de ganas de verte.
Sonrió cuando las mejillas de HyungWon se colorearon y sus ojos se desviaron al piso.
—Pasa, por favor...
Un olor delicioso flotaba en el ambiente y su estómago dio un vuelco mientras seguía al alto a la sala donde había una mesa dispuesta para los dos.
—Oh, traje vino —Hoseok levantó el paquete alargado de papel— no sabía qué íbamos a comer así que traje uno que me recomendó el chico de la tienda —dijo rascándose la nuca—. Déjame decirte que huele fantástico.
—Espero que te guste...
Hoseok se dejó servir y no despegaba la mirada de la figura alta y elegante que iba y venía con platos y copas.
—Serviré el vino —ofreció tomando la botella para luego servir en las copas.
Disfrutaron de una cena exquisita. Hoseok estaba encantado.
—Esto es sensacional —dijo limpiándose la boca con la servilleta.
—Tengo que confesarte algo —HyungWon frunció los labios y alzó las cejas—.Yo no cociné —dijo tapándose la cara con las manos—. Mi amigo Kihyun lo hizo.
Hoseok se echó a reír.
—Bueno, entonces deberé pedirle matrimonio a tu amigo.
HyungWon sacudió la cabeza, riendo.
—Te lo presentaré entonces, me temo que mis habilidades culinarias solo llegan hasta calentar ramen en el microondas y abrir bolsas de snacks.
Hoseok se llevó una mano al corazón.
—Amo el ramen, así que mientras coma eso seré feliz. Ahora ojitos lindos, ¿cómo es que sigues soltero?
HyungWon bebió de su copa.
—Bueno, no es algo de mi entera elección.
Hoseok frunció el ceño.
—¿Entonces? Vamos, no te creeré si me dices que no tienes pretendientes. Eres hermoso, agradable y divertido.
HyungWon intentó no sentirse tan satisfecho con el halago.
—Gr... Gracias. Yo también podría preguntarte lo mismo.
Hoseok cruzó los brazos sobre el pecho.
—¿Crees que soy hermoso? —preguntó sonriendo de costado.
HyungWon soltó una risita tímida y se puso a juguetear con el mantel.
—Oh, ¿vas a decirme que no te lo han dicho antes?
Hoseok se inclinó hacia adelante y se mordió el labio inferior.
—Me gusta que me lo digas tú.
HyungWon levantó la mirada.
—Sí, pienso que eres hermoso —dijo.
Hoseok sonrió satisfecho. HyungWon se levantó y empezó a recoger los platos, pero entonces Hoseok lo agarró de la mano y tiro de él para sentarlo en su regazo. HyungWon jadeó.
—Gracias por la cena, ojitos —dijo mirándolo a los ojos— me encanta que me hayas invitado a venir —bajó la mirada a los labios abultados y sin pensarlo demasiado, dejó un beso que hizo a HyungWon cerrar los ojos.
Hoseok se vio estimulado ante la reacción de HyungWon que no tardó en echarle los brazos al cuello y profundizar el beso. Cuando cortaron se separaron unos segundos, Hoseok tenía la respiración entrecortada. No podía despegar los ojos de los labios de HyungWon.
—Dios mío, tu boca es una locura —murmuró sacando la lengua para pasarla sobre los labios mullidos del alto. HyungWon enterró los dedos en la cabellera blanca, acomodándose a horcajadas en los muslos gruesos del rubio. Hoseok echó la cabeza hacia atrás cuando HyungWon empezó a besar su cuello. Estaba perdiéndose en las nuevas sensaciones. Cerró los ojos, disfrutando de los besos, acariciando la espalda de su compañero y suspirando de placer.
Era imposible que un beso lo desconectara de tal manera que ya no quedaba resquicio alguno de todas las dudas que había tenido durante el día. Y sin embargo ahí estaba, besando a ese chico hermoso, sin querer despegarse de esos labios que ya estaban convirtiéndose en su cosa favorita.
Ya no se acordaba de nada más.
Nobody Else
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