♤Be careful making wishes in the dark
—¿Y a este qué le pasa? —preguntó Kihyun tomando asiento junto a los demás.
HyungWon estaba con la mirada perdida y una sonrisa pintada en sus hermosos labios.
—Anoche salió con alguien —acotó Min riendo.
—¿Qué? —Kihyun se inclinó hacia el alto y le sacudió el brazo—. ¿Cómo que saliste con alguien?
Un grupito de chicas se acercó a la mesa.
—¡Oppa! Anoche te vimos con un muchacho en el café. ¿Es tu novio?
Kihyun les echó una mirada glacial.
—¡Estábamos hablando! —las retó haciendo un gesto de impaciencia con las manos para que se retiraran—. ¿No tienen nada mejor que hacer? No sé, ¿fijarse cómo combinar el esmalte con los zapatos o algo así?
Las chicas lo miraron como si de pronto le hubieran salido cuernos.
—Nadie te habló a ti, metiche. Estábamos hablándole a Hyungwonnie oppa.
Min puso una cara graciosa y las imitó lo que hizo reír a Joo.
—Sí, sí —Kihyun se levantó y las empujó con delicadeza—. Hyungwonnie oppa está ocupado. Vayan a molestar a otro lado. ¡Bye!
Las chicas se fueron en medio de insultos y comentarios sobre la altura de las ratas.
—Ahora que esas urracas se fueron, cuéntanos todo —Kihyun se acodó sobre la mesa.
—Eso, Hyungwonnie oppa, cuéntanos quién era ese muchacho misterioso con el que te vieron anoche... —se burló MinHyuk acodándose sobre la mesa como Kihyun.
—¿Se acuerdan el chico con el que hablé el otro día fuera de la cafetería?
Todos asintieron.
—¿El bomboncito del trasero redondo? —preguntó Min golpeando la mesa.
HyungWon asintió y se cubrió la cara con las manos.
—Se llama Hoseok.
—¿Quién es Hoseok?
Todos se giraron para ver a Chang parado con una sonrisa pícara y jugando a girar un lapiz entre los dedos.
HyungWon cambió su expresión a una seria y lo miró furioso.
—Nadie que te impor...
—¡Es su novio! —dijo Kiki de repente—. ¿Por qué? ¿Hay algún problema con eso?
Chang se peinó el cabello hacia atrás con una mano y levanto las cejas para mirarlo.
—Perdón, ¿y tú quién diablos eres, enano?
Kihyun se envaró.
—Disculpa, pero tú y yo pertenecemos a la misma comarca, hobbit.
Joo y Min se echaron a reír, pero se callaron cuando HyungWon los miró y sacudió la cabeza.
—¿Qué quieres, Chang? —preguntó.
Este sonrió y se sentó en la punta de la mesa.
—Nada, ¿no puedo pasar a hablar con mis amigos?
—¿Tus amigos? —Min chasqueó la lengua.
—Ni siquiera sabes cómo nos llamamos.
Chang pestañeó con aire sobrador y ni siquiera lo miró.
—Así que un novio, Wonnie. ¿Quién es el afortunado que se sacó el premio gordo?
HyungWon agarró su bandeja dispuesto a irse.
—Yo ya terminé, chicos. ¿Vamos?
Todos hicieron lo mismo y se levantaron.
—Bien, bien —Chang agarró una servilleta de papel de la mesa y la agitó— vine en son de paz —sonrió dejando a la vista unos hoyuelos que le daban un aire aniñado a su cara de vampiro hambriento—. Vine a pedirte disculpas por lo que sucedió en la fiesta. El alcohol se me subió a la cabeza y dije cosas sin pensar...
HyungWon miró a sus amigos y luego volvió su atención a Chang.
—Me insultaste y me llamaste fácil delante de todos.
Chang cruzó las manos sobre su pecho e hizo una pequeña reverencia.
—Lo sé y créeme que me siento terrible. No quise decir eso. Yo quizás me sentí un poco rechazado por ti.
Kihyun se cruzó de brazos y le hizo una señal negativa con la cabeza a HyungWon.
—Bien, acepto las disculpas —dijo finalmente. A Chang se le iluminó la cara.
—¿De veras? Eso es genial. Así que para que veas que quiero hacer las cosas bien, propongo que empecemos de cero. Me gustaría ser tu amigo.
—Pfff, amigos dice —murmuró Kihyun aunque en un tono bastante alto. Chang torció el gesto, pero pronto estaba sonriendo otra vez.
—Hablo en serio y... bueno si ustedes me dejan, también me gustaría conocerlos. No tengo muchos amigos.
—¡No bromees! —exclamó Min con sarcasmo— ¡Pero si eres una dulzura!
—Min... —dijo HyungWon.
—Está bien, supongo que me lo merezco
—Chang bajó la cabeza y movió un pie, como hacen los niños cuando los regañan.
HyungWon suspiró y le apoyó una mano sobre el hombro, compadeciéndose del chico.
—Está bien. Creo que no hay nada de malo en que seamos amigos.
Chang levantó la cabeza y sonrió.
—Gracias,Wonnie. Eres un sol.
Cuando Chang se despidió los demás se lo reprocharon, pero HyungWon pensó que el chico se veía realmente arrepentido.
—Bueno, ¿quieren que les cuente sobre el muchacho que conocí o no?
Min se colgó del brazo de HyungWon y los cuatro salieron de la cafetería.
El calor de la habitación estaba saturado. El cabello casi blanco se pegaba a su frente y se aferró a los muslos de la chica que rebotaba sobre su regazo.
—Oh, Hoseok —la chica cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás para luego estremecerse de pies a cabeza—. Eres increíble.
Hoseok recostó la cabeza sobre el respaldo acolchado del sofá de su sala y suspiró. Había sido un buen encuentro. Apartó con delicadeza a la chica que quedó tendida sobre los almohadones y se levantó para tomar una botella de cerveza de la nevera.
—¿Quieres que me quede esta noche?
—preguntó ella buscando su ropa por el piso.
—No, no esta noche. Vienen unos amigos.
La chica asintió con la decepción plasmada en la cara, pero sabía que insistiendo no iba a lograr nada con Hoseok. Él era así. En todos los años que lo conocía, que eran bastantes, jamás le había conocido una relación seria. Era conocida la fama de rompecorazones que tenía, aunque él no parecía estar al tanto de lo que despertaba en los demás. Físicamente era demasiado atractivo como para pasar desapercibido. Su cuerpo trabajado y fuerte sumado a esa cara dulce de mirada penetrante, hacía que todas las mujeres de su ambiente hicieran apuestas para llevárselo a la cama. Y él no decepcionaba. Nunca.
—Podríamos salir a cenar en la semana.
Hoseok entró en la sala, todavía desnudo y la mujer reprimió un suspiro. Ella quería más de él. Mucho más de lo que Hoseok estaba dispuesto a ofrecer.
—Hye Jin —el agarró su boxer y se lo puso— sabes que no busco una relación. Me agradas y la pasamos bien, pero no más.
Ella terminó de vestirse en silencio y se paró frente al espejo para retocar su maquillaje y peinar su largo cabello negro.
—Bueno, supongo que entonces nos veremos por ahí...
El se acercó y la agarró por la cintura para juntarla a su cuerpo.
—Vamos, nena. No te pongas así, me gusta estar contigo. No me presiones.
Ella asintió y le acarició la nuca para luego besarlo.
—Te odio —dijo—. Y debería mandarte a la mierda... —dijo sonriendo. Hoseok sonrió también y le dio un chirlo en una nalga.
—No digas eso, sabes que te encanta montarme como toro de rodeo.
Ella soltó una risa y le dio un puñetazo cariñoso en el hombro.
—Algún día te darás cuenta que soy la mujer de tu vida.
Hoseok movió la cabeza, divertido por las palabras de la chica.
—Cuando eso pase, iré a buscarte.
Cuando Hye Jin abrió la puerta se encontró con Nunu, Chang, Gun y JuYeon que estaban por entrar.
—Hola, bombones —dijo ella batiendo las pestañas de manera seductora. Sabía que era atractiva y los cuatro la saludaron con un beso en la mano.
—Hola, muñeca —saludó Nunu— ¿te divertiste?
Ella estiró una mano delicada de uñas largas y bien cuidadas y enredó los dedos en el colgante militar que Nunu llevaba en el cuello.
—Bueno, el grandote de ahí dentro siempre me hace pasar un buen rato. Lástima que sea tan difícil de atrapar...
Hoseok se cruzó de brazos y encogió los hombros.
—Anda, vete y deja a los chicos en paz. Te llamaré.
Ella rodó los ojos y le tiró un beso.
—Siempre dices lo mismo... Ojalá algún día lo hicieras. Nos vemos, chicos.
Ella salió contoneando las caderas y todos entraron al departamento riendo.
—Puaj, esto apesta a sexo —dijo Nunu abriendo una ventana y se agachó para levantar una pequeña tanga color rojo— y la próxima vez, usa tu habitación —levantó la prenda y la agitó en el aire.
—Pfff, aburrido.
Un teléfono sonó.
—Chang, pásame el celular —pidió Hoseok poniéndose los pantalones.
Chang se giró hacia la mesa y agarró el aparato. Había un mensaje. De HyungWon. Sonrió.
—Tienes un mensaje de Chae.
Hoseok levantó la mirada.
—¿De quién?
—HyungWon.
Hoseok frunció el ceño.
—Oh.
—Veo que todo va saliendo bien.
—¿Quién es HyungWon? —preguntó Gun.
—Un idiota —respondió Chang—. Y el novio de Hoseok.
—¿De qué me perdí? —Nunu dejó algunas cervezas sobre la mesa.
—Nada —dijo Hoseok resoplando—. A propósito, podrías decirme con exactitud que fue lo que te hizo. El chico parece incapaz de matar una mosca.
Chang se mordió la esquina de la boca.
—Es un imbécil. Ya te dije. Se cree la gran cosa. Me golpeó delante de toda la universidad.
Hoseok se rio.
—¿Cómo que te golpeó? El tipo tiene peso pluma.
—Lo hubieras golpeado de vuelta —acotó Nunu levantando la botellita.
—Me hubieran linchado. Todos creen que ese idiota es alguna especie de dios. Y como sabe que nadie le puede tocar el trasero, se desquita con el resto. Ya te digo —Chang señaló a Hoseok— que no te engañe esa cara de mosquita muerta. Es un hijo de puta.
Hoseok no dijo nada. Chang era su amigo y no tenía por qué mentir.
—Bien, bien. Ayer salí con él.
Chang se acodó sobre sus rodillas inclinando el cuerpo hacia adelante, interesado.
—¿Y?
—Nada, por tu culpa me perdí el programa que quería ver. El chico es algo...
—Atractivo —dijo Chang.
—Aburrido —Hoseok abrió el mensaje.
'Hola, Hoseok. Espero no te moleste que te escriba, me preguntaba si te gustaría ir un día de estos al cine...'
Hoseok le mostró el mensaje a los demás. Chang se sintió molesto. Había estado detrás de HyungWon por casi un año y el alto jamás se había dignado a mirarlo y ahora Hoseok le decía dos palabras y ya lo tenía comiendo de su mano.
—Dile que sí. Ya lo tienes a tus pies.
Hoseok levantó las piernas y las apoyó sobre la mesa.
—Desde ya te digo que no pienso hacer cosas raras.
—¿Qué son cosas raras?
—Ya sabes... cosas homosexuales. Me ganaré su confianza y luego tú haz lo que quieras.
Chang levantó las manos al cielo.
—Necesito que lo enamores y te lo lleves a la cama, estúpido.
—Hey, hey. Espera un momento. ¿Acaso estás loco? Es un tipo.
—¿Y?
Hoseok bajó los pies exasperado y se levantó.
—No. Ni lo sueñes. Manda a otro a hacer eso. Jamás besé a un tipo y tú quieres que me acueste con él.
—Te pagaré. Incluso ni siquiera tienes que concretar el acto. Solo necesito que prepares el ambiente... yo me encargaré del resto.
Hoseok lo miró.
—¿Qué harás luego?
–Le voy a enseñar que conmigo no se juega...
Nobody Else
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