Capítulo 37
Permanecer en un hotel no era agradable, pero en vista que fue mi decisión no podía quejarme. El señor Terek estaba al teléfono por varios minutos y cuelga ante los toques en la puerta.
—Yo iré —me dice pasando por mi lado y recogiendo el arma de una de las encimeras.
Estábamos alojados en la suite de uno de los mejores hoteles de lujo de la ciudad. Bastante amplio, lujoso y acondicionado para cuatro personas. 50 m², jacuzzi, hidromasaje, dos salas de estar, una segunda privada y hasta una mesa de pool.
Estoy en la privada, pero alerta al escuchar la puerta abrirse, pero no hay señales de voces. Me levanto del sillón cruzando el elegante salón, a medida que empiezo a acercarme las voces se escuchan.
Un hombre de cabello gris, mediana estatura, piel bronceada, barba poblada y bien cuidada le entrega al señor Terek un maletín. Me oculto de tal manera que no puedan verme. Estar lejos no me impide escuchar la conversación.
—Por eso no pude hallarlo—habla el señor Terek —no puedo creerlo —sonríe.
—No es peligroso, pero no sabemos lo afectado que esté. —le dice el desconocido.
—Y lo agradezco —habla el hombre —si no me ha buscado antes, menos lo hará ahora. Puedo entender lo del apellido, pero no ¿El nombre? —comenta el señor un poco contrariado — con doce años, es difícil hacer un cambio de esa naturaleza.
—Lo que conoció como sus orígenes no son correctos... Algo muy común cuando eres un huérfano. Y sus padres quisieron protegerlo de cualquier mal, por eso nunca te buscó.
El hombre parece saber de lo que habla y el señor Terek lo entiende, ya que guarda silencio por varios segundos antes de seguir.
—Lo rescaté cuando contaba con seis años y un pasado doloroso. —calla un instante y pasa las manos por su barbilla en actitud pensativa —nunca se le dijo su procedencia, esperábamos el momento para hacerlo. Cuando lo visité creyó que yo era su padre, había prometido no decirle la verdad y esperar el momento para hacerlo. —mira a su interlocutor antes de seguir. —Yo pude ocasionar su confusión.
—No del todo, aunque ayudó. Todo está allí —señala el maletín — Te recomiendo verlo con tu nieto... Su alteza está al tanto de todo.
—¿Por qué no lo dices todo sin rodeos? Dices que no es peligroso...
—¿Es de confianza? —el desconocido nota mi presencia y el señor Terek sigue su mirada.
—Es la mujer de mi nieto —le dice con algo de orgullo y me insta a acercarse moviendo sus manos —ven querida, te presentaré a un amigo. Jazmín, él es Faki —le señala —Faki, ella es mi nieta Jazmín.
Le entrego mi mano derecha que el hombre que sonríe al tomar entre las suyas. El señor Terek lo presenta como el hermano de un viejo amigo, sin dar mayores datos.
—Faki Salem Magdy, a su entera disposición.
—¿Es egipcio? —pregunto ansiosa y sonríe con rostro interrogante. —algún día iré de excursión —señaló mi vientre y niego —por el momento es mala idea.
—Ni nieta es egiptóloga y Paleontóloga —explica con orgullo —y está en el quinto mes de mi bisnieto.
—Es una pena su estado...
—Ni lo piensen —le reta el señor Terek y ambos sonríen.
—Les daré privacidad, fue un placer.
—El placer fue mio señora —inclina la cabeza como despedida y me alejo de ambos.
Me voy directo a la cama y al tocar la almohada pierdo la noción del tiempo al quedarme dormida. El viaje fue estresante, sobre todo por el mal humor de Noah, quien se negaba a querer traerme. Se fue a esa votación, enojado y sin despedirse, me importaba un pepino.
Nunca me alejaría de su lado, sin importar el tiempo que pasara. Abro los ojos al sentir una mano en mi cabeza y me encuentro al abuelo de mi amor mirándome con ternura.
—Pedí el almuerzo, esta mañana solo tomaste un zumo de frutas — recuerda y miro a todos lados —aún no han llegado, pero prometí cuidar de ti. —comenta al darse cuenta de que busco a su nieto y sonríe.
—¿Buenas noticias? —se sienta a mi lado en la cama y me ayuda a levantarme al tiempo que afirma. —debo suponer que no me dará detalles.
—No quiero cruzar los límites de su paciencia —me explica —algo me dice que no tiene mucha —afirmo con una media sonrisa y apoyando mis manos en mi vientre.
Sonríe al negar viendo directo a los ojos, hay algo de Noah en esa sonrisa. El parecido entre ambos no es de rasgos físicos, es más de ademanes, sonrisa, lo obstinado y temperamental.
Salgo con él tomada de la mano y me lleva directo a la mesa con el almuerzo. Tres sillas, una mesa y todo un banquete para un batallón. La mezcla de olores hace crujir mis tripas y me deleito con todo lo que hay allí.
En todo el tiempo que llevo con Noah nunca hemos estado rodeados de tanta comida, como ahora que vivimos con su abuelo. Ha llenado nuestro guardarropa de tantas cosas que sorprende. Solo yo las uso, Noah las evita y ni siquiera hace un intento por ver lo que hay allí o agradece. Es un maleducado.
—¿Puedo? —me pregunta señalando mi panza.
—¡Claro que sí! —respondo tomando su mano y ubicándola sobre la mia —te presentaré a tu abuelo cielo —susurro.
—En realidad, soy tu bisabuelo, Terek —la mención del nombre causa un pequeño movimiento en mi bebé que no pasa desapercibido para los dos.
Ambos nos quedamos en silencio y extasiados al ver que su movimiento aumenta. Ni siquiera el ruido de la puerta abrirse nos saca de aquella nube de felicidad.
—Noah... nuestro hijo se mueve —le digo al escuchar sus pasos cerca de nosotros.
Sigo sosteniendo la mano del señor Terek sobre la mía y las aprieto con fuerza al notar que está por retirarla cuando Noah se arrodilla a nuestros pies. No los miro a los ojos, mi dicha por sentir a nuestro bebé en mi interior por primera vez me impide despegar los ojos de allí.
—¿Cómo sucedió?
—No sé —confieso —solo le presenté a su abuelo y cuando dijo su nombre ... Terek.
De nuevo el movimiento aumenta y esta vez Noah me acompaña en las risas. Al alzar el rostro hacia él puede ver que están cristalizados y se esfuerza por comportarse.
—Creo que le gusta ese nombre o tener un bisabuelo, será más dichoso que su padre. —susurra viendo y solo en ese instante me animo a verlo.
Él no se molesta en contener las lágrimas que ruedan por sus mejillas con facilidad. Intento excusarme, pero antes que pueda formular palabra se levanta alejándose de ambos.
—Iré con él —comenta Noah dejando un beso en mi panza y un segundo en mis labios. —no te lo comas todo —me reta señalando la comida.
Avanza hacia la salida y recuerdo de donde viene. No parece ser poseedor de malas noticias, pero tampoco feliz.
—¿Cómo te fue? —me animo a preguntar cuando está casi llegando a la puerta de salida.
Se detiene e inspira fuerte soltando el aire lento de sus pulmones. Mi experiencia a su lado me dice que no todo son buenas noticias.
—Angelo, Stan y Nikolái están aquí. Pasarán por ti en unas horas, yo debo ir con... Él a ubicar los restos de... Ella—habla tras una larga pausa —hay un nuevo líder.
El cambio de conversación es por lo que le afecta hablar de su madre. Ha vivido toda su vida adulta creyendo que su madre fue una huérfana abusada por un sacerdote y que logró vengarla. Ahora, descubre que era una chica con familia, que fue secuestrada y abandonada. Sobre todo, debe procesar que trabajó con quienes fueron, de alguna u otra manera, culpables de esa atrocidad.
Así que, no. No, es fácil para él aceptar todo de un tirón. Su espalda está tensa y manos empuñadas, no me da el frente, pero no es necesario para saber que hace un gran esfuerzo para sonar calmado.
—¿Qué tan bueno es para ti? —alza el rostro al cielo antes de responder y me encuentro anhelando una respuesta positiva.
—Para todos —corrige y afirmo en espera que siga— es de confianza, bastante bueno—suspiro aliviada y lo observo alejarse.
Antes de cerrar la puerta alza el rostro y me regala una sonrisa parecida a que me brindó su abuelo hace unas horas.
—Los amo —susurra cerrando la puerta y no esperando mi respuesta.
—Nosotros también. —hablo a la habitación vacía.
****
¿En qué hora debería empezar a preocuparme? Me pregunto al ver como retiran la mesa con la comida sin tocar. No pude por más que lo intenté comer, la ausencia de ambos me preocupó.
Empeoró cuando encontré las armas de Noah en la encimera cerca a la puerta. Las de su abuelo no estaban por ningún lado, pero eso no me aliviaba en nada. En la entrada de la suite y al lado de las armas de Noah estaba el maletín que había recibido el señor Terek. Justo en mismo lugar en que lo había visto dejarlo horas antes.
El ruido de la puerta me hace correr todo lo que mi vientre me lo permite. Sin embargo, al abrirlo mi sonrisa se esfuma al ver frente a mí a Angelo y los chicos.
—He tenido mejores recibimientos —se queja Stan.
—¿Tu hombre? —pregunta Nikolái ingresando a la suite.
El silbido de Stan al entrar y ver el lujo en otras circunstancias hubiese sido causal de risas. Miro Angelo que me observa en silencio con rostro burlón, pero acaba por abrazarme. La calidez de su abrazo y la vulnerabilidad que siento me hace pegar a él y soltar un sollozo.
—¿Qué sucede? —me pregunta.
—¿Estás sola? —Stan regresa de su exploración y tengo los tres pares de ojos puestos en mí.
—¿Jaz? —insiste Nikolái y yo solo tengo ganas de llorar.
Sin decirles una palabra les señaló la correa con la funda y las dos armas. Siguen el camino de mi dedo e intento controlar el nudo en mi garganta y el temblor en mi mano. Algo en mi interior me dice que ha pasado lo peor, lo han logrado.
—Dinos que sucedió —me pide Angelo — Sé que es difícil Ágape mui, pero si no dices lo que sucedió no podremos ayudarte.
—Llegó cuando nuestro bebé dio sus primeros movimientos —explico y Angelo me aleja un poco para verme a los ojos. —el señor Terek se puso mal y salió... él dijo que iría por él. —sollozo aún más fuerte y sorbo mi nariz.
—Iría a averiguar lo de la tumba de su madre... nos lo dijo. No se iría sin el arma y si lo hizo es porque no planeaba ir lejos.
—Ni dejaría a Jaz sola —Angelo sigue por Nikolái.
—Quizás esté con el viejo, tenían cosas que hablar. No han salido del hotel y por eso están estas chicas aquí. Tampoco son las únicas que tiene y todos lo sabemos. Debían hablar lo ocurrido hoy y delante de ella no podría. —me mira y se encoge de hombros —eres demasiado curiosa. —Angelo no se ve convencido.
Tampoco yo.
—El viejo William enviaría escoltas en el hotel y sabía que llegaríamos —insiste Nikolái. —me niego a creer que saliera así dejándote sola.
—¿Hace cuanto fue? —interroga Angelo, quien camina por todo el lugar.
—Hace tres horas —les explico —la mesa estaba servida, nos disponíamos a comer...
—No se iría con la comida en la mesa —aquel detalle de su exjefe hace sus compañeros reír y a mí el nudo en mi garganta explota —¿Algo raro? —me pregunta y niego —¿Visita, llamada, comportamiento extraño?
Señalo el maletín que está en estos momentos en manos de Stan y les explico el extraño hombre que lo visitó. Nikolái salen a verificar las cámaras, mientras Stan toma mis manos con el maletín y juntos nos sentamos en un sillón.
Angelo se aleja con el teléfono en manos dejándonos solos. Stan saca un folio bastante extenso que ubica en sus piernas, dentro del pesado maletín quedan documentos que decido inspeccionar. Lo primero con lo que me topo es con una fotografía a blanco y negro. Un adolescente de cabello oscuro y rostro ovalado sonríe a la cámara.
—Es Carlo —le digo a Stan mostrándole la fotografía,
—Algo me dice que no es el nuestro —niego a Angelo que cuelga la llamada y se acerca en mi dirección —¿De dónde lo conoces?
—De la visita al Tishkovo —recuerdo —me enseñó a varios de sus compañeros.
Miro a Stan, quien parece haber encontrado un tesoro, pues no deja de pasar las hojas en varias ocasiones. Intentó leer, pero están en ruso, un idioma del que he aprendido un par de frases y todos ellos saludos.
—El documento es sobre él —explica —fue adoptado por una pareja egipcia —sigue —Danko y Heket Moskal...
—¿Moskal?
Angelo y yo hablamos al tiempo. Stan afirma girando el folio hacia nosotros y observo la foto que está pegado a la hoja que Stan me muestra. Era Danko Moskal, el hombre que me ofreció trabajo y el que al día de hoy sigue buscándome.
—Tiene una empresa de guías en Siwa, con un socio...
—No me digas —le interrumpe Angelo — Egor Xaria.
Los recuerdos de nuestra conversación y los pedidos de Van que alertara a Noah, al no gustarle el comportamiento del hombre llegan a mi mente. Stan señala que renunció a su trabajo al descubrir ha usurpado una identidad que no es suya.
—¿No es Danko? —Stan guarda y le entrega el documento a Angelo que lee en silencio. —¿Qué pasa?
—Trabajaba con un príncipe árabe por una supuesta deuda de honor —explica Stan y afirmo —se decía que había ayudado a un familiar del hombre...
—¿No es así?
—No como creyó —Angelo que le indica seguir y Stan suspira
—La deuda se la debían a Terek Tarasov, que ayudó a un hermano del supuesto príncipe a abandonar Odesa tras un atentado —frunzo las cejas al no entender y miro a Angelo en búsqueda de explicaciones, pero Stan no ha terminado —al parecer y según lo que envía el príncipe. A Carlo se le hizo creer que era hijo de Terek y a Noah de Misha... ambos han vivido creyéndolo.
Todo este tiempo ha estado lejos de quien creía era su abuelo, ha ayudado a Noah por la deuda que tiene al acabar con quien abusó de él y los chicos en el orfanato. Su jefe le ha proporcionado los medios para hacerlo.
—Fue él quien pagó el trabajo que me dio la libertad —explica Angelo y sigue leyendo —aquí dice que sacó del camino a los hombres de Jamin... No entiendo.
Stan me mira y luego a Angelo, dudo que lo que me digan puede ser más delicado que no saber de él. Así me entero por boca de Stan, que él y Noah, intentaron dar caza a quienes quisieron raptarme, pero llegaron tarde.
—Estaban muertos y Noah recibió un mensaje de alguien acreditándose los hechos —recuerda Stan —me pidió guardar silencio por los eventos de esos días y dado que no era importante —se encoge de hombros —estaban muertos y era lo que se esperaba.
—Fue un trato entre Vladímir y Jamin —sigue leyendo Angelo —hijo de puta...
El motivo por el que se mantenía lejos de su abuelo era por no alterar a sus padres adoptivos. Estaban en edad avanzada y temían retaliaciones de los Levenev si se llegara a saber de su existencia.
—Renunció a su cargo cuando supo que no era el que creía, le contó la verdad a su jefe y desde entonces se desconoce su paradero —finaliza cerrando el folio —no lo muestran como alguien peligroso... conocer la verdad puede volver loco a cualquiera.
La entrada de Nikolái lo hace guardar silencio, ingresa en silencio, sin decir nada llega hasta nosotros y suelta el aire.
—Terek Tarasov fue secuestrado por unos hombres estaban en la entrada —dice y me incorporo lentamente —la cámara registra a Noah saliendo de los ascensores y abordar un taxi segundos después...
—Los sigue —dice Angelo y Nikolái sonríe —¿Alguna idea?
—No son de aquí o de algún amigo —Angelo suspira y mira el folio. Algo en él me dice que oculta algo y que los demás lo saben, pero deciden no hablarlo delante de mí.
—¿No es Sergey? —pregunto y todos guardan silencio.
—Recoge tus cosas, te llevaré al búnker con el tío William —me pide Angelo —Sasha y Anker están allí, estarás tranquila y cuidada...
—¿Estás seguro? —pregunta Stan y afirma.
—Más le vale no estar implicado o incendiaré su bloque con todos ellos dentro —sonríe —y no miento...
Algo en él me decía que no mentía, lo noté en la resolución en sus ojos.
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