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Capítulo 28


Jazmín

Edine había llamado también a Andrés, según sus propias palabras estar al borde de la muerte le hizo querer reivindicarse. Le comenté a Noah su presencia, lo hice porque entre los dos no había secretos y no me arrepentía.

La presencia de Andrés en la casa hizo que su comportamiento empeorara. El regreso de Andrés a la vida de Edine, era tan extraño como la enfermedad, que a su juicio era sólo un ardid para unirme con Mackenzie y alejarlo de él.

La relación empezó a resquebrajarse, sus llamadas eran cortas o tardaba días en llamar. Sentía temor que, en cualquier momento, no volviera a hacerlo o me mandara al diablo.

Se negó a escuchar razones o a entender que no estaba interesada en nadie más que en él. En los pocos minutos que se quedaba al teléfono, era participativo solo cuando se trababa de Ángelo y la desaparición de Aydey. No obstante, cuando salía el tema de Edine, colgaba.

A días de la desaparición de Aydey, seguía sin haber rastros de ella. Angelo estaba por fuera buscando pistas, con la compañía de una sobrina. Los chicos hacían lo propio por su cuenta. Noah decidió quedarse y hacer lo suyo por su cuenta en estos instantes aseguraba saber el causante de todo.

Era la inocencia de Aydey en lo que empezaba a dudar

—¿Puedes ser más específico? —me quejo y lo escucho gruñir. —espero tu opinión o esté sesgada por los enfrentamientos con ella.

—Si estuvieras aquí y vieras lo mismo que yo, entenderías todo —responde tajante

—Edine me necesita.

Y él también, lo que estoy segura considera injusto. Sin embargo, no hay nada en que pueda ayudar allá, ocurre distinto con Edine. Ella solo me tiene a mí, Doménica y Freda, no están interesadas en su salud.

—Ambos tenemos puntos de vistas distintos —suspira y puedo sentir su fastidio — no vamos a llegar a un acuerdo. Tu lo sabes, yo lo sé evitemos una discusión.

—Eres injusto...

Apoyo mis manos en la mesa de comedor y cubro mi rostro con ellas. Al descubrir mis ojos me topo con Andrés que ingresa a la cocina y me observa con burla. En las mañanas recoge a Edine y la lleva a su oficina, almuerzo con ella, pero en la cena lo hace con él.

Le he agradecido que no me inste a estar a su lado y entienda que deseo proteger mi relación. Contrario a mi familia, Edine estima a Noah por lo que hizo con su hijo.

—Estoy dispuesta al diálogo —insisto cuando siento que la comunicación esta por fallar —por favor, cielo... —ruego.

Ignoro la presencia de Andrés que en el refri permanece inclinado por demasiado tiempo para mi gusto. Se sirve un vaso con sumo de naranja sin dejar de verme directo a los ojos. Odiaría darle la razón a Noah y hallar que he puesto en riesgo mi relación por un acto irresponsable de Edine.

—¿Has ido con ella a control? —le escucho decir y suelto el aire que sin darme cuenta he retenido.

—Sabes que no...

—¿Se ha negado a que la acompañes? —sigue ignorando mi comentario.

—Si —respondo entre dientes y Andrés ocupa la silla frente a mí.

—Esto es lo que va a suceder—sigue y puedo sentir su sonrisa —vas a buscar el nombre de la clínica, del oncólogo, ginecólogo, veterinario o quien cojones la atienda. Averiguaras que tiene exactamente...

—Noah...

—O juro por los restos de mis compañeros...que iré, los buscaré y si llego a saber que miente (de lo que no tengo dudas)—suspira —¿Debo decir que sucederá?

—No.

—No me hagas ir Jaz, no me obligues a convertirme en el monstruo que tu familia me cree —cierro los ojos al sentir la llamada colgar y aprieto con fuerza el móvil.

Me sentía entre la espada y la pared. Noah, con toda la situación vivida, necesitando mi apoyo, podía entender que se sintiera despreciado al abandonarlo en un momento tan delicado. Por otra parte, Edine me requería mi compañía en este momento tan horrible y sin importar sus errores seguía siendo mi hermana.

—¿Estas bien? —afirmo a Andrés dejando el móvil en la mesa —no esperes bondad de un criminal...

—Puedes ahorrarte el sermón.

Alzo el mentón y cruzo las manos en mi pecho como protección. Sonríe dejando el vaso con sumo de naranja en la mesa. Es un hombre atractivo, de buena familia, estado financiero nada mal y educado.

Pero, nunca me atrajo y quizás se deba a que fue pareja de una de mis hermanas. Desconozco como funciona el cerebro de las demás, a mi me basta que sea ex de una hermana para alejarme. Sin importar que tan atractivo sea.

—Te atrae ese aire de matón o el sentimiento de protección que brinda. Incluso, puede ser el sexo. Enamorarse de un criminal es considerado una desorden mental. Algunas mujeres lo hacen por protagonismos o aseguran poder cambiarlo.

Sonríe y dos hoyuelos se le hacen en sus mejillas. Mientras yo permanezco en silencio buscando las palabras adecuadas. Edine no puede agitarse y un enfrentamiento con Andrés le afectaría. Aun no entiendo como lograron retomar su relación luego de tantos descalabros.

—¿Es tu caso? —insiste y su pregunta me trae de vuelta a la realidad.

—No eres la persona idónea para hablarme de lo correcto e incorrecto, parafilias o criminales. Tú también alardeas de ellos y mejor que yo, herencia de Tanned Duncan...—sonrío con suficiencia al verlo removerse incomodo en la silla.

Salvo por el empleo, Edine conserva todos los privilegios que en algún momento se creyeron eran para mí. Trabaja como asistente social, con un buen salario y vivienda. Vive en un conjunto cerrado a pocas cuadras de la empresa en que trabaja. Ha comprado un auto, para nada económico y una revisión a su guardarropas habla de que su estado financiero es bueno.

—La amenaza de tu padre te ha hecho estar a su lado, porque es lo que te conviene...

—¡Déjala, Andrés! —le advierte Edine y se agita, lo que nos hace a ambos levantar, pero es él quien llega primero para ayudarle a sentar a su lado —los quise ver por mi estado, necesitaba su perdón. —sus ojos se humedecen al tiempo que su cabeza hace una negativa lenta. —lamento mucho que tengas problemas por esta visita. Si necesitas irte... podré entenderlo.

Miro a Andrés que abrazada a ella me ve con reproche, Edine llora y se pega a él con fuerza. Por un instante me encuentro cuestionando todo, las teorías de Noah, las mentiras de Edine y como su egoísmo llevó a su hijo al borde de la muerte.

Necesito saber que ocurre o no tendré paz...

—Daré una vuelta.

Me alejo de ambos por considerar su presencia nociva a mi salud. En mitad de la estancia paso una mano por mi cabello intentando controlar las ganas de gritar.

—¡No es mi culpa que no te ame! —el tono de voz de Edine es firme y en nada se parece a la de estos días —Hice todo lo que creí era necesario para su bienestar y no me arrepiento.

Los escucho discutir y parte de sus quejas llegan a mí. Andrés la acusa de que me negué a estar con él por ella. Considera a Edine la directa responsable de que no sea feliz conmigo. La voz de mi hermana al defenderse de las acusaciones me hace dudar

¿Y si Noah tiene razón? Pregunto en mitad de la pequeña sala. ¿Si Edine me trajo aquí con otro fin? quiere limpiar su consciencia con Andrés o él le pidió alejarme de Noah.

Decidida a salir de la duda, me dirijo a su habitación. Andrés la acompaña a todas las citas médicas, yo soy la encargada de cuidar de ella en la casa. Recuerdo que guarda todo lo de su enfermedad en una carpeta.

Escucho la puerta ser azotada y miro la hora en la mesa de noche. Edine se ha ido a trabajar y lo más probable es que Andrés la llevaría. Busco la dichosa carpeta y no la encuentro, la idea de esculcar cosas ajenas me resulta atrevida, pero no tengo otra opción.

Encuentro luz verde en una de las mesas de noche, en el sobre que me mostró el día que llegué. El diagnóstico médico que hablaba de su cáncer en estado terminal. Con ese documento en manos salgo de su habitación y me dirijo a la de huéspedes. Tomo mi morral constato que tenga dinero y al salir me alivio de no ver a ninguno de los dos.

En tan poco tiempo de visita en América, descubro que me gusta lo poco que he visto. Mis exploraciones por New York, las he realizado sola. Edine llega demasiado cansada de trabajar y su estado de salud no es bueno. Además, me gusta hacerlo sola, eso me trae tranquilidad y de ir ella también lo haría Andrés. Yo no quería mas pleitos con Noah.

Me manejo bien sola y he logrado visitar lugares maravillosos. Siendo el museo el sitio al que más he llegado y al que no me cansó de admirar. Cada pieza arqueológica en ese sitio me recuerda porque escogí esta profesión. Detengo un taxi al llegar a la entrada del conjunto y le doy la dirección al chófer.

Una hora después y luego de presentarme como la hermana de Edine Kelly, recibo el informe real del estado de su salud. El doctor sonríe levantándose al ver que lo hago. Con un estrechón de manos y una sonrisa que está lejos de ser sincera le agradezco que me haya abierto los ojos. Ha sido cordial y amable, en realidad, no esperaba que me dieran detalle.

El estado de salud de un paciente en estado terminal siempre era secreto. Pero, los obtuve más de lo que creí y el resultado era doloroso.

Edine no está en estado terminal.

El ruido del papel pasar por la impresora irrumpe el silencio y parece acompañar a mi loco corazón. El hombre toma el documento, lo firma y sonríe al entregarlo. Son los cuidados que debe tener Edine, que insistí en saber, creyendo que era de vida o muerte.

—Entiendo la preocupación, pero no es un tratamiento bastante sencillo. —señala el papel que me ha entregado antes de seguir —espero despeje sus dudas y elimine el miedo. Tendrá hermana por mucho tiempo...

—Le agradezco mucho la información —hablo viendo el documento en mis manos.

—Fue un placer poder ayudarle. Le acompaño —señala la puerta y ambos nos dirigimos a la salida —ojalá todas las pacientes tuvieran personas que se preocupara por ellos como Edine. La lista de pacientes con cáncer que llegan solos es larga, por fortuna lo de su hermana es benigno.

Afirmo en silencio sin saber que decirle o cómo tomar lo que acabo de saber. Si está enferma, pero no es delicado, de seguir con tanto éxito, no será necesario una cirugía gracias a los excelentes avances.

—El apoyo familiar ayuda mucho, creo que a Edine le ha servido no estar sola —continúa ajeno a mi malestar —fue un placer conocerla señorita.

—El placer fue todo mío —le digo deteniéndome en mitad del pasillo —gracias por todo lo que ha hecho.

Alguien le llama y gira en búsqueda de la voz, se despide de mi con una leve inclinación de cabeza acercándose a un grupo de colegas. Es un hombre robusto, de piel trigueña y aspecto bonachón. Inspiro una gran bocanada de aire yendo en búsqueda de un taxi.

Media hora más tarde el vehículo se detiene frente al concesionario de Andrés. Está hablando con quien imagino que es un cliente y al verme bajar le dice algo señalando a un empleado. Sonríe al dirigirse a mí y lo único que tengo es rencor hacia ambos.

—¿Lo sabias? —lanzo en su pecho el supuesto examen de Edine que toma en sus manos viéndome confundido —¿Cómo pueden jugar con esto?

—Hablemos en la oficina —me invita a subir por las escaleras al segundo piso y niego fastidiada. —estamos llamando la atención —mira a su alrededor preocupado y niego.

—Me iré hoy mismo...

—No necesitas de una excusa para correr en brazos de ese homicida —habla apretando los dientes y arrugando el documento con fuerza —Yo me quedo con Edine y le cuidaré...

—¿Hasta cuándo? ¿Cuando van a entender que no hay nada que me haga alejar de él? —le interrumpo —pero, han llegado lejos...—le señalo y él se ve cada vez más contrariado —fingir que tiene cáncer solo para ... ¡Me dan asco!

—¿Qué quieres decir con fingir?

—¿Vas a negar que desconoces que no tiene cáncer? Edine no esta muriendo, tu y ella solo me vieron la cara de estúpida.

La palidez de su rostro y los labios contraídos me indican que no sabe a lo que me refiero. Le describo lo que acabo de escuchar y saco el documento entregado por su ginecólogo hace unos minutos, cada que sus ojos viajan de una línea a otra se abren un poco más y sus cejas se juntan.

****

—Tengo prometida, nunca haría algo en tu contra —me dice cuando acabo de narrar lo que acabo de descubrir —tengo a una mujer hermosa, de buena familia y posición —sonríe al ver mi rostro lleno de sorpresa y se encoje de hombros.

—¿Qué tipo de prometida te deja ir por allí con tu ex? —pregunto inquieta. —espero no haber sido participe de otra de sus estupideces, que tengo suficiente con esto —golpeo con fuerza el escritorio en donde esta la verdadera enfermedad de mi hermana.

—Esta enojada, me vio con Edine y le dieron celos —le resta importancia alzando sus manos indiferente —le estoy dando espacio... me ama y eso no puede borrarlo en dos días —sonríe divertido tomando la pluma en sus manos y reclinando su cuerpo en la silla de cuero.

—¿Por lo menos la amas un poco? —chillo y lo que sale de su boca es una carcajada.

— No puedo amar a nadie tanto como a ti. Eres lo que todos llaman "un amor imposible". Aprendí a vivir con eso —niega — Sasha es la mujer adecuada, con la familia perfecta con muchos contactos... soy un hombre de aspiraciones. Está pasando vacaciones con un don nadie, que le hará ver soy el correcto.

Lo que sigo escuchando de su boca, es tan asqueroso como su presencia misma. Lo que me encantaría saber que con quien esté es mejor persona que ese miserable o que la tal Sasha descubra no necesita de migajas de amor.

Noah

Angelo dio la orden de buscarla antes de los cincos meses, después de ese tiempo obtenía el mismo trato de cualquier secuestrado. Aydey Vryzas debía ser encontrada y asesinada.

¿El motivo? Estar tanto tiempo en cautiverio la haría crear lazos con su secuestrador. Es probable que los mismo estuvieran antes de que todo iniciara. Angelo tenia esa inquietud yo llegué a dudar de que su amor a la libertad llegara tan lejos.

Estaba equivocado.

Tal como lo imaginé no fue posible recuperar toda la información de las cámaras de seguridad. Recolectamos datos importantes para hacernos una idea de lo que había sucedido.

El pequeño Anker se negaba a dar detalles de lo sucedido, el psicólogo le entregó plumón y hojas en blanco. Buscando la forma que hablara a través de ellos y tenía razón, todo empezó a cambiar drásticamente. Su primer dibujo fue el de un hombre desnudo, con tatuajes explícitos y varios lugares de Tokio. Los chicos por su parte dieron un trazo que le daba más claridad a todo este caos.

Aydey Vryzas había ido a Tokio acompañada.

Con los pocos registros de cámaras, los dibujos y el registro del viaje de Aydey logramos hacernos una idea de quien era su acompañante. El hombre que creímos había muerto calcinado en un accidente aéreo.

Kai Kanoe.

Cómo logró sobrevivir o entrar a Persépolis era hace unos días un completo misterio. Hasta que se llegó a uno de los profesores de Anker, el de yiu-yitsu y el recuerdo de Aydey con la negativa de que investigara sobre ellos, me trajo un mal sabor.

Vryzas podría tener razón y con esa inquietud rondando mi cabeza decidí regresar a casa. Era de noche y ese día no quise hablar con Jazmín, estaba hastiado de tener que decirle siempre lo mismo.

Toda la información que encontrábamos la íbamos entregando al griego que, por fuera buscaba a su mujer por su cuenta. Le acompañaba Alexandra O'hurn, quien no se le despegaba en ningún momento.

Con toda esa información Angelo el dio un precio a la cabeza de su mujer y de su acompañante. Una última oportunidad que le daba a su mujer.

De ser falsas nuestras sospechas su cadáver o partes de él aparecería en algún lugar. Era imposible que algo asi sucediera, él lo sabía, pero agotaba recursos negándose a ver la verdad. Detengo el auto al ver la mujer que cruza la calle, con ropa hecha girones.

Aydey Vryzas Müller no parece ir herida, su ropa esta sucia, su cabello rubio esta atado con un pañuelo. El ruido de las llantas del auto al frenar la asustan, pero el miedo da paso a la felicidad al verme.

—Noah —grita corriendo hacia el auto.

Salgo del vehículo con la vista fija en todas las direcciones. Su llegada concuerda con lo que se creía haría, pero su amante estaría tras las sombras y a quien buscaría era a Angelo.

Si nuestros datos eran ciertos, Aydey se vería obligada a salir de las sombras. Kanoe estaría en algún lugar esperando el momento para atacar.

—Lamento lo sucedido a tus compañeros....Logré escaparme... él me dejó encerrada y logré rompe el candado —Se lanza a mis brazos empezando a llorar descontrolada. —¿Cómo esta Anker? —me pregunta pegándose a mi con fuerza, lo que va en contra de todo lo que ella ha sido conmigo todos estos años.

—Bastante afectado, no ha querido hablar con nadie, solo con su padre — explico apoyando las manos en su espalda. —La llevaré con los Vryzas. —le digo retirándola de mis brazos y abriendo el auto para que ingrese.

En su rostro hay pánico mira en todos lados asustada antes de entrar. Me dirijo a la mansión de los Vryzas y saco el móvil con ella en silencio observando por la ventana.

—Estoy embarazada —comenta de repente, dando asi misma la estocada final. —Quería que fuera una sorpresa. —llora desconsolada.

Su estado de embarazo no hace más que confirmar todo lo que siempre he pensado de ella y que creí era aversión por su odio hacia Jazmín. Aydey, no era una mujer de fiar y al final el tiempo si me dio la razón.

—Quiero ver a mi hijo—me pide y afirmo.

El viaje es en silencio, con ella apoyada en la ventana del auto y llorando. Uno podría imaginar que llora por saberse libre o todo lo vivido, pero su llanto no logra conectarse con eso. Cuando el auto cruza la entrada y empieza a disminuir ella sale del auto corriendo hacia el pequeño sentado en los escalones de la casa.

—Anker —el grito capta la atención no solo del niño, también de sus cuñados que salen del interior de la casa avanzando hacia ella.

Debí decirle que su esposo se hizo una cirugía para no tener más hijos y obligarla a decir la verdad. Angelo ha pedido tratarla como uno de los nuestros. De seguir sus pedidos, yo debería llevarla a un lugar lejos y desaparecerla. Mi honor me impide hacer algo que no me compete y no me corresponde a mí pedir respuestas. Son mis hermanos quienes murieron, pero Angelo era su esposo.

Permanezco a distancia vigilando sus movimientos y marcando a Vryzas, pero lo tiene apagado. Eso solo me deja a la sobrina de William como única salida.

—Señorita Alexandra —saludo —disculpe que la llame...

—No te disculpes Noah, dime que la han encontrado —la dulce voz de la mujer puede controlar a la bestia más cruel y no soy inmune a ella.

—Si...—le digo viendo a la mujer que llora con su hijo en brazos siendo consolada por todos.

La sorpresa de la mujer da paso a la alegría y la escucho tropezar con algo lanzar protestas. Las maldiciones de la chica me hacen sonreír, son una mezcla de ruso e inglés un tanto divertidas.

—Noah —saluda Angelo.

—La encontré...está embarazada. —empiezo —esta con el niño y tus hermanos me es imposible hacer algo aquí...

—Llévala a la casa, a mi casa —le pide —arribaré directo allí.

Cuelgo la llamada y permanezco en silencio viéndola a ella abrazar a su hijo, por un instante nuestras miradas se cruzan. En esta ocasión es ella quien baja el rostro, no sin antes ver en todos lados asustada.

—Ella estará bien, puedes irte — Miles, uno de los hermanos de Angelo se detiene frente a mi.

De todos los hermanos de Angelo, es el que peor me cae y él parece saberlo, ya que no pierde oportunidad para acercarse. He intentado ser imparcial cuando se trata de los problemas entre los hermanos Vryzas, con Miles me resulta imposible. Aquel aire de superioridad, sabiduría y ego inflado me molesta.

—Tengo otras ordenes...

—Dije que...

—Te escuché...no obedezco tus ordenes o las de nadie — interrumpo yendo hacia el auto.

Lo mejor es que no la pierda de vista, algo me dice que su regreso fue para llevarse al niño. Debía saber que su padre no estaba y los chicos tampoco, es posible que me creyera también lejos.


Dicen que cuando la traición te abraza es porque el traidor camina contigo. No puedo dejar de pensar al verla a ella sonreír por algo que uno de sus cuñados dice.

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