Capítulo 24
Hemos regresado al hotel inicial, por ser más seguro. La cercanía de la estación de policía era seguridad par Jaz, estrés para mí. Jamás vi tantos perros juntos y el deseo de descargar el arma aumentaba al verles por la ventana.
No volvimos a ver a las hermanas de Jaz y ella aseguró no necesitarlas para elaborar nuestro matrimonio, al que solo asistiría personas cercanas. Eso me llevó a un interrogante ¿Cuál es la mayor prueba de amor que Jazmín pudo darme? Obviando lo evidente. Vivir conmigo, exponerse a cualquier tipo de ataques e incluso ya sufrió uno, dormir en mis brazos sin temor, no le molesta que sea huérfano, ignorante y no estoy a la altura de ella.
Me acepta tal como soy y no desea cambiarme, lo que me lleva al pensamiento que me ha rondado en los días que llevamos de vacaciones. Merece una vida distinta a la que vive conmigo, es una mujer en todo el sentido de la palabra. Es probable que su aceptación en lo que soy se deba a que no puedo salir de este trabajo.
De seguir los pasos de Ángelo, aplique para un retiro. Y, en el remoto caso que me acepten tamaño deseo ¿Qué hay para alguien como yo en la legalidad? ¿En qué dedicaría mi vida en la sociedad civil? Puedo encontrar algo en que ocuparme, pero no ganaré lo suficiente para darle la vida que deseo. Mi mayor anhelo es darle un hogar sólido, sin problemas legales, ni necesidades o escasez.
Es lo que encontraría de pasar a la legalidad.
Acostado en la cama con ella en mi pecho y delineando su rostro, no dejo de pensar en ello. A mí jefe y amigo, no se le entregó el retiro, pero si lo más parecido a ello. Trabajaría en la ciudad, dandole la posibilidad de estar cerca de su familia, pero le restaba anonimato. Contaba con medios para proteger a Aydey y Anker. Sin mencionar una fortuna que respaldaría cualquier lujo que ostentara.
Pedirle a Angelo apoyo para el retiro, era exponer a Jaz y ubicarla en la mira de todo, eso no me agradaba en lo absoluto. No contaba con los mismos beneficios de Angelo. A quien lo antecedía su apellido, una carrera y su tío William. Tres poderosas razones para triunfar como gánster y poder monetizar el dinero ilegal sin conflictos.
¿Yo? un miserable bastardo, que el día de su boda solo le acompañaría hermanos de lucha. Se quién fue el miserable que me trajo al mundo y las causas, de estar vivo tampoco podria asistir. Sobre la niña a la que dañó no tengo nada. ¿Puedo hallar algo bueno allí? la necesidad de encontrar algo en mi pasado, mejor de lo que tengo hoy día me agobia.
Suspiro frustrado alejando la mano de su mejilla y dejando su cuerpo en la almohada, la cubro con la cobija a verla temblar. La ventana abierta cuela el frío de la madrugada y Jaz es friolenta. El penúltimo día de vacaciones empieza a crearse y mi cabeza inicia el viaje de lo que le pidieron a Hermes para su retiro. No sé si llamarlo retiro, en mi parecer es como cargar una diana enorme con reflector incluido.
Como sea...
Alguien está dispuesto a mediar para que dicho evento suceda o por lo menos, aseguran tener lazos fuertes con el de arriba. Y no, no es un Dios, aunque finja como tal y lo parezca en muchas ocasiones. La figura del todopoderoso que suele verse en la sociedad normal, el ser que no han visto, pero que no se duda de su insistencia.
Nosotros es el gran jefe o Boss, ustedes Dios. El suyo es más selectivo que el nuestro en ayudar.
Puede dañarte o bendecirte con una simple orden sin moverse de donde sea se encuentre, al que todos quieren agradar y obedecer. Un hombre al que pocos le conocen el rostro. Sucesor de Epson Frederick, pero contrario al magnate al que aseguran le gustaba causar terror y regodearse de sus torturas.
Este, se ha negado a salir de las sombras.
El anonimato le ha ayudado a proteger a su familia, en caso de tenerla. También de atacar sin que se sepa de dónde viene el golpe, en eso radica el éxito de su trabajo y que hasta el día de hoy sea irremplazable.
¿Qué nos piden? Algo intenso, peligroso, largo y extenuante. Dificil de realizar e imagino esperar nuestra derrota. La persona desea ubicar a quien está colaborando con Jamin, el que se llevó las mujeres de Atenas y en las que pudo haber caído Jaz. Ha realizado el mismo ataque en diferentes ciudades, de diversos países y maneras distintas. Letales en algunos casos.
El de Atenas atacó al territorio de Sergey, por creer era de los cincuenta. El rumor de que hay consenso para nuevas elecciones del Boss y la lista de posibles candidatos ha llevado a traicionar o ser traicionado. Siendo los cincuenta lo que de momento estemos libres de ambas cosas.
El nombre de Hermes ha estado en lista en varias oportunidades, siempre ha declinado la oferta. Cada que se intenta cambiar al Boss el primer nombre en salir es el suyo. El viejo William lo logra borrar de manera sagaz, dejando en quienes lo quieren al frente un enorme descontento. En este momento no es la excepción, la única diferencia es que no le conviene borrarlo hasta tanto no tenga la tarjeta dorada que tanto desea.
El Boss del momento, lleva más de cuarenta años a la cabeza. Ha intentado dejar la silla, pide elecciones y se danreemplazos, pero jamás se llegan a un acuerdo. En estas, al parecer están dispuestos a que se den y buscan debilitar al oponente al precio que sea.
Lo mismo que las elecciones que todos conocen, pero entre mafiosos y eso las hace un tanto mas peligroas.
Le doy un último vistazo a Jaz y me dirijo al balcón con el móvil en manos. Envío el mensaje y contemplo el mar frente mí en espera de la llamada. La calma que irradia mitiga un poco mi inquietud, pero no aleja de mi cabeza la idea de ir a Moscú y buscar un poco más sobre aquella huerfana. El papel que encontré solo decía que no contaba con padres y fue abusada.
Dos minutos después, el nombre de Ángelo se ilumina en la pantalla de mi móbil.
—¿Recibiste la información? —es su saludo y no me sorprende en lo absoluto.
—¿Alguna idea de quien tenga tanto poder y por qué es importante cazar a un traidor dentro de nuestras filas? —replico.
La risa del otro lado no se hace esperar y permanezco en silencio a la espera de respuestas. Lo único que se nos advirtió debemos saber, es que el traidor a enojado a alguien de la legalidad, que tiene suficiente poder para liberar a Angelo solo si se le da el nombre y las pruebas. Ni siquiera nos pide hacernos cargo, el solo quiere sabe quien es y se ocupará del resto.
—No sé si el tío William lo sepa —empieza y es notorio la alegría en su voz por estar a punto de complacer a su mujer —y de ser así, tampoco nos lo dirá. William Ivannov, jamás rompe una promesa.
Supe la capacidad de su honor en Edimburgo, cuando el doctor Mackay le llevó años cruzar las rejas de la mansión. A todos nos desesperó su terquedad, Ángelo incluso cayó bajo al usar sotana y sus recuerdos como seminaristas para instarlo a hacerlo.
Recibiendo solo la derrota.
En ningún momento el viejo doblegó, insistiendo en hacer cumplir la última voluntad de su apoderado. Tanned Duncan debió conocerlo lo suficiente para saber que no se rompería jamás.
—¿Por dónde empezamos? —pregunto y la idea me llega rápido —creo que sería Tela Vit, sin Young o el ojos rasgados.
—¿Cómo sabes que no deben saberlo?
Alguien en la legalidad que desea que delincuentes hagan algo, querrán mezclarse lo menos posible en la mafia o deber favores a los mismos. Tienen las manos manchadas de sangre, pero se cuidan de parecer impolutos.
—Lo imaginé —le respondo tras una larga pausa. —¿Eres consciente que la misión es imposible?
—Sí. Pero, no conocen las ganas que tengo de triunfar, ni los alcances de los cincuenta. —suspira —hablé con los chicos, no tienen problemas en que tu estes a cargos y algunos están aliviados de que lo seas.
—Lo imagino.
Creerán que aumentaran la sangre y dejaremos de ser selectivos, algunos detestan las limitaciones que le imponen en los cincuenta. Angelo tiene mente abierta en casi todo, pero no deja de ser moralista en algunos aspectos asi lo niegue.
—¿Le diste el anillo?
—Sí.
—¿No te escucho feliz?
—Necesito una semana libre —le digo en respuesta —debo llevarla a un lugar.
—¿Solo una semana? —su pregunta me deja sin palabras y al parecer le divierte — ¿Puedo saber a donde la llevaras?
—Tishkovo. —por varios segundos no dice nada, tampoco espero que diga algo.
Si no me da el receso, lo tomaré en pago de todas las putas veces que cubrí su trasero. Su matrimonio ha perdurado gracias a los chicos y a mí que hemos cubierto sus ausencias.
—Toma los días que sean necesarios, de todas maneras, yo necesito sentarme con William antes de empezar y trazar la ruta —su respuesta me hace soltar la mano que sin darme cuenta estaba empuñando —espero que seis meses sean suficientes.
—¿A qué te refieres?
—Quiero que sea el obsequio de cumpleaños de Aydey — niego derrotado.
No es posible que sea tan imbécil.
—Seis meses es mucho tiempo para ella —le recuerdo —te recomiendo decirle, se calmara.
—¿Cómo puede ser sorpresa si se lo digo? —su cuestionamiento tiene sentido y él debe conocer mejor a su mujer.
"—Tu esposa es voluble —quise decirle."
En ultimas ¿Qué me importa esos dos? Tengo mejores cosas en que ocupar mi mente.
Un par de brazos rodear mi cintura y una cabellera rubia entran en mi campo de visión. Sonríe al alzar el rostro hacia mi y apoya su rostro en mi pecho contemplando el amanecer. Tal como suele suceder, permanece en silencio en lo que sigue de la conversación. No hace preguntas, ni antes, durante o después y se limita a abrazarme.
—¿Cuántos días te quedan de vacaciones? —me animo a preguntar al colgar a Angleo y alza el rostro hacia mí.
—Diez —afirmo en silencio y miro su rostro —¿Por qué?
—¿Quieres ir a Moscú? —lo primero que hace es sonreír, después de lo cual y casi en segundos afirma entusiasmada.
—Me encantaría.
Narrador
Sergey observa a la pareja entrar al orfanato a través de los vidrios polarizados de su vehículo. Su Rolex marcan las cuatro de la tarde, cuando alguien del lugar les abre la puerta y los hacen entran. Sonríe con satisfacción, a Vivenko le llegó la curiosidad de buscar su pasado un tanto tarde.
—¿Nos vamos señor? —escucha a su chofer decirle.
No le responde, en cambio, mira los documentos en sus manos y vuelve a sonreír al ver las foto en su interior. La mujer rubia que sonríe a la cámara sentada en una banca en algún lugar de Moscú. ¿Qué diría su abuelo de saber todo lo que sufrió su nieto? Aun hoy y desde la tumba en la que esta, causaría daño.
—Necesito privacidad —le ordena a su chofer que se apresura a obedecer —arranca —ordena antes que la ventanilla se cierre del todo.
Destroza con sus manos las foto de la mujer, junto con cada detalle que enlaza a Vivenko con su pasado. Aquel gesto le trasmite paz al tener la certeza que cumplió la ultima voluntad de su padre y le demostró estaba equivocado.
—Solo faltas tu—comenta a la foto de su hijo pegada en la parte derecha de la limosina.
Debía tener en aquella época veinte dos años, en traje militar y orgulloso de usarlo. Jedrek ignora lo estúpido que era su progenitor y como eso lo llevo a su muerte, una que el no pudo impedir. No podía, pese a que le alertaron que eso sucedería, lo único que pudo hacer fue proteger al pequeño.
Ayudarle a entrar a las fuerzas especiales, fue para instruirlo en todo lo que necesitaría para ocupar su lugar. La mejor forma de entrenarlo de manera legal, sin que se dieran cuenta. No llegó a dimensionar lo bien que se sentiría en ese sitio y lo alto que llegaría. Una vez lo supo, descubrió había encontrado el hombre ideal para cumplir el sueño que nunca pudo concretar.
Ser el jefe de jefe.
Su hijo se le estaba poniendo difícil, al seguir con la insistencia de no volver, ni cooperar u ocupar el puesto que le correspondía. Vladimir era bueno como verdugo, pero no llegaría lejos y acabaría por ser ajusticiado por traición.
Asi a su madre no le guste, es una verdad con la que ha aprendido a vivir.
Existen tres personas que saben dónde encontrar a su nieta e hijo, uno de ellos le es imposible ocupar. Kurn Tomasevic es el único sobre la faz de la tierra que cuenta con los medios, las armas y la maldad de destruirlo. Lo haría sin pensarlo, con una sonrisa en los labios y disfrutando de su agonía.
Jason Frederick, es el segundo y aunque, cuenta con lo mismo de su competencia e incluso un dos veces más. No lo haría, el tipo es más de dar bofetadas con guante blanco y de ostentar su poder a través de sus virtuosos hijos.
Vivenko, ocupa el tercer y ultimo lugar, el lado de la cuerda más débil. Su única fortaleza es la amistad con el griego y dentro de poco eso no será un problema. Saca de su bolsillo el móvil al sentirlo vibrar, una sonrisa siniestra se dibuja en sus labios al ver el nombre que se refleja.
—Espero que tengas una buena excusa para atacar a mis hijos—la voz del otro lado no es nada amistosa y es asi como lo desea.
—Estamos hablando el mismo idioma Frederick —sonríe viendo la foto del chico frente a él y deseando que esa época regrese —ahora sabes lo que se siente... solo debes decirme donde esta Jedrek y mi nieta y todo...
—Mil doscientas treinta y tres viviendas, por lo menos era la cifra cuando recibí la herencia —le interrumpe de buen humor —están a mi nombre, alrededor de todo el mundo, Levenev. —la risa del otro lado lo hace empuñar la mano que sostiene los documentos de Vivenko —en alguna de ellas es posible que esté —su risa aumenta, también la bilis en él.
El hijo de puta sabe como enojar.
—No juegues conmigo Frederick, estas lejos de ser el gánster que ostentas en este instante —suelta sin importar perder el control —no tengo problemas en aplastar a uno o dos de los tuyos, solo para recordarte quien soy...
—¿Crees que no lo sé? —la tranquilidad con la que habla no le gusta y desea quitársela. Conoce al hombre, sabe que rara vez pierde los estribos, una virtud heredada de su abuelo —eres el hijo bueno de Vladimir Levenev, que se ha esforzado en ser malo solo porque su padre le seguró no serviría para ese puesto y le pidió hacerse a un lado.
—¿Qué sabes tu? —arremete contra él —eres el nieto de un mafioso, al que siempre odió, pero que no se molesta en bañarse en champaña sin importar que fue comprada con sangre de inocentes.
—En la legalidad —le interrumpe en calma —dinero que heredé y que he triplicado. —continúa —No uno que me robé o he ocultado a su verdadero dueño, solo para cumplir la ultima voluntad de un anciano senil —sigue con voz rápida —Epson Frederick me dijo alguna vez que era una vergüenza para él ¿Y qué crees? era un maldito halago, lo supe y tú también debiste entenderlo.
No podía verlo desde otro lado que no fuera debilidad. Desde que salió de la escuela militar y se presentó a su padre a sus diecisiete años, vivió para que se sintiera orgulloso de él. Nunca ocurrió y siempre fue visto como un soldado más, hasta que trabajo con Daivis Rogers. Su padre cambió con él, hicieron un par de cosas juntos y le dijo estar orgulloso.
Fue la muerte de esa mujer, la que le trajo problemas. No podía por más que lo intentara ver lo bueno en asesinar a una inocente. Su padre supo su debilidad, no confió en él y le obligó a mantener una promesa que de salir a la luz puede destruir todo a su imperio.
—¿Dónde están? —pregunta cuando ha logrado esfumar sus recuerdos.
—Te lo acabo de decir, si empiezas ahora quizás lo encuentres antes de dar el último aliento y —suspira largo y bastante divertido por lo que puede deducir —tendrás la oportunidad de que te perdone. Mis hombres cuentan con la orden de disparar y mis muertos son legales.
Cuelga la llamada sin esperar su contraataque y Sergey se permite un instante de silencio. La calma le dura poco, lo que sigue es lanzar toda la licorera al suelo. Contiene el impulso de romper en pedazos la foto de Jedrek y toma el móvil para marcar a Xen. Ha realizado un trato justo, uno en donde uno de sus hijos es elegido y olvidaran el dinero que ha estado despilfarrando.
—Estaba a punto de llamarte —le dice a manera de saludo —la chica esta viva...
—¿Quíen? —pregunta en un hilo de voz y perdiendo la escaza paciencia que le queda.
—Alessia Bondarenko, la hija del causante de la muerte de tus hombres —revela el oriental del otro lado como si Sergey no lo hubiera entendido a la primera —está viva. Tomasevic pagó para rescatarla y Frederick ...
—Los protege —sigue por él —lo sé.
a Xen, se lo dijo Kanoe el encargado de desaparecer a los Vryzas Müller. Aydey Vryzas lo escuchó en una conversación que su esposo mantenía al teléfono con Iroshka. Se lo confió a su amante sin darse cuenta lo que revelaba. No es todo, le dice que el tema se esta complicando y el plan hay que ejecutarlo cuanto antes.
Kanoe se ha enamorado de la mujer.
—Me ha pedido excluir al chico y a su madre. Esta dispuesto a no cobrar un solo euro por esto —explica.
—No dejaré testigos...
—Conozco este mundo y mejor que tu ruso —le interrumpe —solo le dejo creer que es posible, de momento me interesa que acabe con Vryzas... del resto se ocuparan los 49 bastardos con su lema "honor, hermandad y lealtad."
De pronto su humor regresa y una idea se empieza a tejer en su cabeza. La muerte de los Vryzas dejará a los cincuenta sin líder, Vivenko estará muy ocupado cuidando de su mujer ante el temor de ser el próximo.
Lo será, pero no por lo que cree.
Los bastardos necesitaran de un líder. Sonríe regresando la espalda a su cojín, Iroshka tiene el ego alto y siempre ha querido un puesto distintivo...
¿Cómo decía su padre cuando algo no le salía como lo planeaba?
—Hay que limpiar la casa...
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