Capítulo 17
Al despertar y todo a mi alrededor era blanco, igual que mi mente. El ambiente era el de un hospital, una enferma toma mi pulso y anota algo en el pisapapeles. Alzo una mano para levantarme, el tirón en mi muñeca me hace lanzar un quejido de dolor.
—¿Qué me sucedió? ¿Cómo llegué aquí? — cuesta hacer las preguntas y me siento desorientada.
—Le diré al doctor Lennox que ha despertado —su voz es suave y su ojos me miran risueños —su novio logró traerla a tiempo.
Sin saber a que se refiere inclina la cabeza a manera de despedida y sale de la habitación. Mis recuerdos siguen en blanco, lo ultimo que tengo registro es hablar con Noah. Cierro los ojos un instante para entender que hago en un hospital y al abrirlos, tengo a un doctor revisándome.
—¡Enhorabuena! —dice, sonriente anotando algo en un pisa papel—al fin acabaré de llenar tu ingreso —señala detrás de él divertido antes de seguir —tu novio no fue de mucha ayuda. Soy el ginecólogo Basil Lennox y si no le molesta, necesito hacerle unas preguntas.
Me quedo absorta en un punto entre su bata y el cuello, mi letargo empieza a esfumarse dando paso a los recuerdos. El ruido de un sillón me hace volver a mi izquierda. Stan se ha levantado y camina hacia mí.
—¿Qué me sucedió? —le pregunto a ambos.
El doctor y yo miramos a Stan, quien suelta el aire viéndome preocupado. Fui a la disco, tomé solo soda que personalmente compré y jamás la alejé de mi vista.
—¿Qué es lo último que recuerdas?
Odio que repliquen a una pregunta, con otra, pero es el tipo de hombre que es imposible discutir. Te concentran tanto en su intensa mirada y en sus ojos violetas que no podrás hallar una respuesta inteligente.
—Estaba en la mesa con una soda — empiezo y ambos afirman instándome a seguir. —las chicas tenían cada una un ligue... Yoly me brindó un trago. Después de eso empecé a sofocarme.
—¿Qué tipo de trago señora Vivenko? —pregunta en calma y cierro los ojos recordando.
—Raki —recuerdo rápido —ellas lo entraron a la disco. Es lo que suelen tomar. —finalizo y el medico no deja de anotar.
—¿Nada más? —pregunta Stan, que se nota bastante ansioso.
—Empecé a sentirme mal, la temperatura de mi cuerpo subió...
Intento buscar algo que traer a mi mente y solo recuerdo el calor que expedía mi cuerpo. Stan toma una silla que deja cerca a la camilla y espera por más información. Les dije que iba al tocador, no podía coordinar pasos, ni palabras, tropecé con alguien y luego... todo oscuro.
—¿Es alérgica a algo señora Vivenko?
—No. —respondo segura y le veo anotar.
Bajo la mirada a mis manos buscando el momento en que todo ocurrió. Conocí los síntomas y no por experiencia vivida, sino por los detalles que Noah me proporcionaba.
Los de un fármaco de sumisión, eso solo dejaba como culpable a los extranjeros que las chicas acogieron en la mesa. Ninguno de ellos hizo contacto visual conmigo, ni siquiera lo intentaron, me mantuve al margen de todos.
—Fecha de Nacimiento.
—18 de septiembre.
—¿Edad?
— 28.
—¿Su ultimo periodo? —alzo la mirada ante esa pregunta.
Stan sigue en silencio viendo mi rostro preocupado, hace una inclinación de cabeza tipo reverencia instándome a responder. Busco en mi cabeza cual fue la última vez, mi desequilibrio hormonal hacia que algunos meses no llegara.
—¿Malla? —me pregunta Stan y me pierdo en sus ojos color violeta.
Antes de irse Noah me advirtió que Stan se ocuparía de mí seis días, después de ello vendría Nikolái. No me sorprende verle a mi lado o que estuviera en la disco conmigo.
—Señora Vivenko ¿Cuándo fue su última menstruación? —vuelve a preguntar el doctor.
—Dos meses—le digo al fin, Stan parpadea confundido y el doctor abandona la pluma en el pisa papel para verme con indignación. —estoy en control de hormonas y algunas veces ...—me encojo de hombros.
—¿Toma medicamentos para ello? —afirmo —¿Recuerda el nombre? —lo escribe y sigue preguntando sin verme —¿Puede darme la fecha exacta de su último periodo o recordar si se saltó tomar su medicación?
—Fue hace dos meses ... estoy segura que no me salté mi medicación.
Entró en un modo que me hizo relajar, no presté atención al cuerpo tenso de Stan o las miradas de preocupación que me dirigía. En realidad, creí que se debía a que fui drogada. Cuando las preguntas siguen en torno a mi periodo y el ginecólogo empieza a hacer cuentas, me alarmo.
—¿Por qué tantas preguntas? —pregunto preocupada por el terreno que se dirige—Fue una simple intoxicación... —Stan fija sus ojos en mí y cruza sus brazos acto seguido mira al doctor Lennox—¿Hay algo más?
Si lo hay y es tan delicado que obliga a Stan a desviar la mirada. Baja el rostro hacia sus zapatos inclina todo su torso en sus piernas y pasa sus manos por la cabeza.
—Llegó a este hospital por intoxicación, en eso tiene razón —el modo en que habla es dulce y compasivo, pero no me relaja para nada—también con una hemorragia, señora... lamento tener que decirle esto y de esta manera... usted estaba en embarazo de seis semanas aproximadamente.
Usted estaba en embarazo...
Usted estaba en embarazo.
Mi vista se empaña, siento el peso de un cuerpo en la camilla y un par de brazos me sientan. Apoyo mi rostro en su pecho y cierro los ojos. Un hijo con Noah, pienso con el nudo creciendo en mi garganta.
—Todo me salió mal — recuerdo de pronto —duré demasiado haciendo compras, luego me distraje con Aydey y ese hombre —sollozo. —Noah y esa llamada al teléfono de la casa...todo me decía que no debía salir y lo ignoré.
—No es tu culpa —me calma Stan —no debes sentirte mal —susurra en mi oído de tal manera que solo yo lo escucho —todo saldrá bien.
—Su prometido tiene razón, aquí hay un culpable...pero no es usted.
Me siento estúpida e irresponsable. Tantas veces que he aconsejado a compañeras de estudio, amigas y hasta hermanas de lo estúpido que es compartir con desconocidos o recibir bebidas de ellos. Con Noah tuve suerte y solo porque le enviaron a vigilar a la única Kelly que no parecía implicada en nada.
—Llegaste inconsciente y con sangrado. —dice Stan —Lo lamento mucho, no debí alejarme tanto, pero creí que necesitabas privacidad.
Si algo tengo claro es que Stan no tiene la culpa, no puedo hacerlo responsable cuando la única que lo tiene soy yo. Fue tanta mi euforia por ser novia de Noah que perdí la noción del tiempo.
—No había nada que hacer, —escucho al doctor decir —controlamos su sangrado, ritmo y frecuencia cardiaca. La policía está al tanto y el museo también. Se ordenó un examen toxicológico a quienes estaban en esa mesa —me tenso ante ese comentario y el medico alza sus manos. —los dejare solos.
Sale de la habitación y me quedo abrazada a Stan por largo tiempo. Me trajo al hospital con Janice, siendo ella la que llamó a Van y esta a su vez comunicó al museo. Solo ella y Daly seguían en los pasillos esperando por verme.
—De la trigueña de labios gruesos y enorme trasero, no hay rastros.
—Yoly...
—¡Esa! —puedo sentir su sonrisa al decirlo —sobra decir que los americanos tampoco están. ¿Eres alérgica a alguna droga?
Se aleja de mí, saca un pañuelo de su camisa con el que limpia mis mejillas. No es delicado o tierno en ese acto, pero se esmera en que me sienta bien y eso me enternece.
—No había tenido la oportunidad de averiguarlo. —le enfrento y sonríe—Jamás he consumido drogas Estanislav.
—Es una simple pregunta —se aleja del todo con el pañuelo en sus manos —llamé a Noah, pero no le di detalles, espero no te molestes.
—¿Con detalles te refieres...?
—Él cree que estas en casa —suspiro intentando levantarme de nuevo sin éxitos. —el querrá romper el viaje y no es bueno para él...
Silencio es lo que sigue en él, fija su rostro en el mío y puedo jurar que hay un poco de pesar en ellos. Reclina su cuerpo tomando mis manos antes de empezar a explicarme.
—No tengo idea de cómo hacer esto... —pasa saliva y ese acto me alarman —les dije que era tu pareja, fue la única manera que me dejarán quedarte...
—Me siento agradecida contigo Stan...Tenías seis semanas de embarazo —intento retirar las manos de las suyas, pero es más rápido que yo y las sostiene fuerte. —y lo desconocía ... fui tan irresponsable.
—Sé que Noah debe saberlo y estoy usurpando su puesto. El trabajo en el que está es delicado, si pierde la concentración o falla.... —lo que sigue lo dice en silencio viéndome a los ojos.
Se enojará y tiene motivos para hacerlo, no tengo claro cómo le diré de mi estado o lo tonta que fui al perderlo. En realidad, ni siquiera sé si él querría tener un hijo conmigo.
Yo si y saber que lo perdí destroza algo en mi interior.
—Sabrá manejarlo, Noah es más fuerte e inteligente de lo que aparenta. —responde como si supiera mis pensamientos —estará preocupado más por ti, que cualquier otra cosa.
—¿Desde cuándo lo conoces?
Acomoda la cama de tal forma que quedo sentada y hace lo mismo en la silla. Me dice que lo conoció cuando recién salió de prisión, fue a trabajar en el bloque.
—¿Estuvo en prisión? —afirma y guarda silencio —¿Qué hay de los demás?
—Nos conoció a Nikolái y a mí, después a Carlo que fue enviado de Odessa, el ultimo fue Akim —finaliza mirándome fijamente —si no te lo ha dicho es porque no solemos hablar de nuestro pasado y dolor.
—Puedo entenderlo, pero no es eso lo que me preocupa...
—Querría casi cualquier cosa que venga de ti Jaz ... —alzo el rostro y me hace un guiño divertido. —yo también lo hubiera querido, sería mi primer sobrino ...creo que los demás también y eso nos obliga ...—se cruza de piernas antes de seguir —a buscar a quien te hizo daño.
—¿Crees que deba decirle?
—No ahora —responde firme —querrá regresar o no va a concentrarse... eso no es bueno.
—¿Su vida corre riesgo? —ante mi pregunta sonríe de forma cínica antes de responder.
—Nuestra vida corre riesgo siempre cariño...hace parte de las semillas que vamos sembrando —me señala y su sonrisa se ha ido —tu asalto pudo ser producto de ello. Eso pensando en que somos tan importantes para que alguien quiera dañar a quien amamos para desquitarse.
Inspiro fuerte y voy soltando el aire lento ante esa revelación. Stan me dijo que Noah había prometido llamarme en la mañana, pero nunca lo hizo, tampoco en la tarde.
Aunque, el aseguraba estaba muy ocupado mi mente no dejaba de pensar en que pudo sucederle algo. Noah nunca rompe una promesa, me quedé dormida esperando un mensaje de disculpas que nunca llegó. Inundé la almohada con el llanto pensando en mi bebé y en que su padre no aparecía.
En algún momento de la madrugada sentí el peso de un cuerpo en mi cama, su presencia hizo eco en todo mi cuerpo. Se acuesta a mi lado y me aprieta contra él.
—Todo lo que ocurre en nuestra vida tiene un propósito, aunque a veces no lo comprendamos —inicia dejando besos en mi cuello antes de seguir —el siguiente será planeado y cuidaré que nada te pase...
—Lamento mi irresponsabilidad... —gira mi cuerpo y enciende la lampara de noche de mi lado.
Sus ojos azules lucen preocupados cuando contempla los míos. Debo verme faltal, rostro mojado, ojos hinchados, pálida y cabello revuelto.
—No estoy aquí para juzgarte...sino para amarte —señala y sollozo lanzándome a sus brazos —y para hallar a quien te hizo esto...
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