Prólogo
Sus manos suaves se entrelazaron con las Mías y me miró con los ojos más sinceros que tenía, me estaba abriendo su corazón.
— Has sufrido demasiado como para pararte a mirar que te sigan lastimando. — muerde su piercing en el labio inferior por la parte izquierda.
— Jean... — le digo en un susurro y su dedo pulgar atrapa mis labios para hacerme callar.
— De ninguna manera voy a permitir que sigas pensando que no eres lo suficiente para nadie. — me sonríe. — Para mi eres más que eso.
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