Capítulo 36
Punto de vista de Gia.
La luz del sol iluminaba Esa Preciosa habitación de hotel donde Jean y yo habíamos pasado la noche. De tan solo pensar la magnífica noche que habíamos pasado se me erizaba la piel, sonrío al recordar el roce de sus manos en mi cuerpo, sus besos viajando de mis labios a mi cuello y como me demostraba su amor por mí, todo parecía un sueño. Por fin, después de todo, Jean y yo estábamos juntos y es más nos habíamos comprometido.
Como explicar lo que sentía por Jean...
era complicado, todo lo que sentía era tan fuerte y tan intenso que no podía siquiera explicarlo, entonces se me vino a la cabeza. Me levanté de la cama haciéndole gruñir un poco pero comprobé que no se había despertado y cogí lápiz y papel, comencé a escribir.
Plasmé en ese papel la mayoría de mis sentimientos, mi primera canción y hablaba sobre él, era la mayor prueba de amor que podría darle, y sin nada de locuras, nada de esposas y nada de allanamiento de regaderas, me río.
Enamorarme de Jean fue lo fácil, lo difícil ha sido reconocerlo y quererlo.
Recuerdo cuando le vi la primera vez, la primera palabra que me dijo fue hola y me asusté, porque todos estaban siendo realmente adorables y llegó él para ser tan seco, recuerdo que me temblaron las piernas y todos se quedaron alucinando. Pero sin duda el mejor momento fue como le confesé que me gustaba.
— ¿quieres? — le digo y él niega con la cabeza, le hago una mueca y me lo vuelvo a tomar. — Que correcto eres.
— yo no tomo, Gia. — me dijo cruzándose de brazos.
— El Fuckboy santito. — hice un gesto con los brazos.
— venga deja de tomar. — me intentó quitar el vaso y yo me se lo aparté . Después le señalo con su dedo índice.
— no me toques. — le dije con los ojos entreabiertos. — si me tocas que sea urgente.
— venga Gia te llevo a dormir. — me dice intentando ayudarme a levantar.
— No puedo dormir sola Jean. — le digo zafándome de su agarre. — y además tú no me mandas. — me cruzo de brazos. Seguro que Jean estaba desquiciado y me encantaba agotarle la paciencia, pero lo que no me esperaba fue que me tomara como si fuera un saco de patatas, mientras trataba de llevarme a la habitación yo gritaba como una loca endemoniada. — ¡SUÉLTAME! ¡LIBARDO DILE QUE ME SUELTE! — Lib que ni caso me hizo en vista de mi estado le dejó continuar hasta llegar a la puerta de su cuarto donde me deja en el piso.
— A dormir ahora. — me abre la puerta y yo me paro frente a él con cara aparentemente enojada.
— No. — cierro la puerta.
— A dormir Gianna. — me abrió la puerta de nuevo otra vez.
— ¡te dije que no! — suele tener mucha paciencia pero Yo esta noche estaba acabando con ella.
— Por favor. — yo levanto una ceja y me cruzo de brazos.
— ¿Sabes? — le miro de arriba a abajo. — no entiendo como puedes gustarme si de Fuckboy no tienes nada. — me quito de brazos cruzados y entro en la habitación. De seguro él no se esperaba que le dijera que me gustaba Pero yo tampoco me esperaba lo que él iba a hacer a continuación, Me tomó del brazo y me giró hacia él para luego tomar mis mejillas sonriendo mientras su mirada se va a mis labios y la mía a los suyos y estos poco a poco se van uniendo lentamente al compás chasqueando entre ellos, su lengua pidió acceso a mi boca y yo se lo concedí.
— ¿Que haces ahí sentada sonriendo como una tonta? — levanté la mirada hasta el que se encontraba en la cama apoyado sobre sus muñecas.
— Solo recordaba.
— Ven. — me toma la mano y me hace tumbar sobre él abrazándome por la cintura, luego sus labios dejan besos húmedos en mi cuello y yo me río debido a que me hacen cosquillas.
— Para Jean. — le dije poniendo mi mano en su pecho para que sus besos parasen.
— ¿Por qué? — me muestra una sonrisa pícara.
— Porque debemos de volver, Halsey seguro nos extraña.
Él se aferra aún más a mi cadera y gruñe. — Un poquito más.
— No.
Finalmente se rinde y nos vestimos para salir de la habitación de hotel. Volvimos a casa y todos estaban esperando como cotillas a que llegáramos para hacernos un interrogatorio de la fantástica noche que hemos pasado.
— Buenos días o noches depende de lo que hayáis dormido. — dice Orson llevándose la tostada a la boca.
— Más vale que mi auto esté intacto. — dice Richard señalando amenazante a Jean.
— Tranquilo Rich, que nosotros no lo vamos a estrellar como hiciste tú. — le digo mientras me acerco a Halsey y le doy un beso en la frente. — ¿cómo pasó la noche mi niña?
— durmió como un tronco, no se despertó para nada. — afirmó Erick.
— Parece que solo molesta cuando estáis ustedes. — agrega Naim.
— Desde pequeña ya os quiere fastidiar. — suelta Marco y Chris empieza a reírse con él.
— y ustedes, ¿como pasaron la noche? — pregunta Darían.
— Genial. — dice Jean.
— Bueno yo me voy a cambiar, tengo que hacer unos recados. — me vuelvo hacia Jean. — amor, tú te encargas de Hal, ¿no?
— sí, pero no te tardes porfa. — le sonrío y le doy un pico en los labios, luego mi mirada se dirigió hacia Erick que apartó la suya.
Me fui a mi habitación y me cambié el vestido que traía por unos short negros y una camiseta de tirantes negros y até mi cabello en una coleta.
La puerta de mi habitación se abrió y dejó ver a Darían emocionada.
— ¡Enséñame el pedrusco! — grita y toma mi mano con brusquedad.
— Okay, Darían, no quiero que me dejes sin mano, tranquilízate. — se quedó impactada al ver al anillo y se llevó las manos a la boca emocionada.
Tuve la extraña necesidad de abrazarla, porque no sabes cuándo va a ser la última vez que abraces a alguien a quien amas.
— Mis niños se van a casar. — sonríe y yo sonrío con ella. — Estoy tan feliz.
Nuestro abrazo se vio interrumpido por el sonido de mi teléfono, de nuevo ese número oculto. Suspirando lo vuelvo a descolgar nuevamente.
— ¿bueno? — digo y Darían frunce el ceño. — ¿Hola? — nadie vuelve a responder pero sí que sigo escuchando la respiración al otro lado de la línea. — Mira, seas quien seas me das igual, deja de llamar.
Fastidiada cuelgo el teléfono y miro a mi amiga.
— ¿Quién era? — pregunta.
— Pues no lo sé, pero tiene una vida bastante aburrida.
— Hay gente para todo, Girl.
— Pues si. — tomé mi bolsa y saqué el papel con la canción que le escribí a Jean. — Fer, necesito que me guardes esto y que únicamente se lo des a Jean si yo no puedo, ¿vale?
— Vale, pero ¿Qué es?
— Pronto lo descubriréis. — le sonrío y le doy un beso en la mejilla.
Voy escaleras abajo hasta la sala donde veo a todos y les lanzo un beso, menos a Halsey a ella se lo di en su diminuta frente. De repente sentí los labios de Jean en la parte trasera de mi oreja y sus manos en mis caderas haciéndome girar, yo sonreí ante su contacto y le besé, como si fuera la última vez.
— ¡Cuídate, Enana! — gritó Chris.
Después de eso salí de casa y cogí el auto de Chris, todo lo suyo es mío así que, que se joda y comparta que soy su hermana pequeña.
Con la música a todo volumen fui hasta el centro comercial, quería comprarle a algunas cosas a Halsey, aunque me fue prácticamente imposible porque la gente no paraba de pedirme fotos, o bien por integrante de Privé o bien por hermana de Christopher Vélez.
Regresé a mi auto, — bueno el de Chris — para guardar las cosas en el baúl, — lo poco que me permitieron comprar —.
De nuevo mi teléfono volvió a sonar y era ese número maldito otra vez.
— Mira ya no me interesa quien seas, solo déjame en paz. — cuelgo la llamada y me monto en el auto para colocar los espejos.
Y qué error por mi parte fue montarme en él.
— Un placer volverte a ver, hija mía.
_______
HOLAAAA PERDONEN LO DE ANOCHE, PERO ME DORMÍ, LO SIENTO MUCHO!
quedan 3 capítulos para el final, ¿Están listas? Yo no.
LECTORAS FANTASMA NO.
Voten y comenten. 🖤
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