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Capítulo 35

Punto de vista de Gia.

La primera semana de vida de Halsey había sido prácticamente un caos total, aunque no vamos a engañar que a todos su sonrisa y sus ojos no tenia embelesados.
A Jean esto de ser padre le comenzaba a superar, llevábamos como cinco días sin poder dormir bien porque la peque no consiente dormir sola en la cuna, Darían y Naim ya juraron usar protección siempre. Richard que ya sufrió esto con Aaliyah -su hija- Nos recomendó paseos en coche pero cualquiera sacaba a Jean de la cama, y tras pelearme con mi hermano porque era demasiado tarde para salir finalmente Erick me acompañó.

La convivencia de once personas en una mansión de cuatro plantas y que pertenecen a mundos totalmente distintos, - La influencia y la música - estaba siendo bastante complicado, pero no puedo negar que me sentía en la gloria porque tenía a todo mi mundo a mi lado y había buenos momentos.

Halsey comenzó a llorar de nuevo en la cuna, yo bufé e hice un puchero tapándome los oídos pero después me reincorporé para mecerla y tratar de calmarla.

— ¡Ay no! Otra vez no. — dijo Jean tumbándose en la cama boca abajo y colocando la almohada en su cabeza para no escuchar el llanto de nuestra hija. — Halsey por favor, son las tres de la mañana.

— Pero bueno, otra vez llorando. — dice Darían entrando por la puerta de la habitación con todo el pelo revuelto y cara de sueño. — estamos intentado dormir.

— ¿y nosotros que?, ¿acaso estamos de parranda Fer? — se levanta Jean fastidiado por el sueño y yo sigo tratando de calmar a Halsey.

— Insonorizar la habitación por favor. — dice Orson que se une a la queja de Darían.

— ¿Qué tal si te insonorizo la cara? — responde Jean.

— Hey man, que agresivo.

— La falta de dormir. — respondí, al ver que Halsey no se calmaba yo bufé y miré a Jean a mi lado que estaba apoyado sobre sus codos con los ojos cerrados. — Jean...

— ¡No! Ay, no. — se tumba para atrás por completo. — no puede ser.

— vamos Jean. — trato de tirar de él con una mano pero no hay manera, le abofeteo el brazo pero no se levanta así que me levanto yo con Halsey y Orson acompañado de Darían siguen mis pasos desesperados.

— Te prometo que la próxima vez que te acuestes con Jean voy yo mismo a ponerte la protección. — asegura Ralf frotándose los ojos.

— Apártate Marco.

— ¡Cómprale una consola, una Wii, lo que sea pero cállala por mi Salud! — grita mientras me alejo por las escaleras y al bajarlas ya veo a Zabdiel y a Joel en el sofá con dos cojines en la cabeza para tratar de suavizar escuchar los llantos de Halsey.

— ¿dónde está Chris! — pregunté a los dos chicos y ellos se encogieron de hombros.

— Ni me mires que no te acompaño. — dice mi hermano en la oscuridad de la cocina con un buen tazón de café.

— Que buen tío eres. — para mi fortuna llega Erick dispuesto a acompañarme.

Coloqué a Halsey en su sillita de paseo en auto y dimos unas cuantas vueltas por la manzana hasta que se durmió, ya casi estaba amaneciendo, bueno, otra noche sin dormir. Cuando me imaginé mis noches sin dormir a los dieciocho años me las imaginé en las discotecas y bailando, no con un bebé dando vueltas en carro con mi ex novio, dado que mi novio y el padre de mi hija se refugió en una almohada.

Me froto la cara y suelto un suspiro. — ¿Estás bien, Gia? — pregunta el ojiverde colocando su mano en mi hombro.

— quiero estarlo, pero no lo estoy. — admito. — Ser madre es más difícil de lo que pensaba y hay veces que me siento muy sola, Erick.

— Nos tienes a nosotros.

— No, en la casa están en modo de matar a alguien porque no duermen y no dejo de sentirme culpable por ello. — miles de lágrimas se apoderan de mis ojos, el chico del que siempre estuve enamorada desde los trece años me abraza y acarició mi espalda.

—¿sabes? — le miré cuando me separé de su pecho. — Hay momentos en los que me imagino que Halsey es nuestra. — mi corazón da un vuelco. — cuando estoy en estos momentos contigo me imagino que nunca te fuiste a México y que nunca te enamoraste de Jean.

— Erick...

— Sí, lo sé. Fue inevitable y no lo elegiste tú, pero siempre te dije que vas a ser la mujer de mi vida vinieran cincuenta más. — su mano había viajado hasta mis mejillas y mi corazón comenzó a acelerarse, ese era el efecto que Erick siempre había tenido sobre mí. — no hay día que no me arrepienta de haberte dejado ir.

Y yo no sé si será por el sueño o por lo que me estaba diciendo pero nuestros labios estaban al borde de la unión y nuestras respiraciones ya se mezclaban, por un momento lo quise, pero volví a la realidad, el rostro de Jean pasó por delante de mis ojos y no pude besarle, así que colocando mi mano en el pecho de Erick me alejé.

— No puedo, Erick. — él cierra los ojos y los abre de inmediato. — ojalá las cosas entre nosotros hubieran sucedido de otra manera, siempre te he dicho lo que te quiero y lo que significas para mí, pero ya no de la misma manera que lo hacia antes. — acaricio su mejilla. — Erick, aunque Jean tenga veinte mil defectos yo estoy enamorada de ellos y me hace feliz estar con él por fin, sin que nos importe nada, tuvimos que pasar mucho y hemos cometido muchos errores que nos han hecho trizas nuestros corazones y ahora por fin estamos juntos. — le sonrío de lado.— te quise, pero ya no.

Diciéndole eso me desabrocho el cinturón de seguridad y saqué a Halsey del asiento trasero. Al entrar en la casa vi a Joel y Zabdiel durmiendo a boca abierta en el sofá, Erick y yo comenzamos a reírnos por la imagen tan patética que daban, era digna de postear en twitter.
Fui escaleras arriba hacia mi habitación y vi a Jean durmiendo en posición fetal, ruedo mis ojos y dejé a Halsey con mucho cuidado en su cuna de nuevo, no quería que volviera a llorar.

Me tumbé al lado de Jean y sentí sus brazos rodearme.

Me sentía enfadada con él, debió de ser él quien me acompañara a dar el paseo a Halsey, entiendo que lleva varias noches sin dormir pero yo también y la niña es de los dos, así que este marrón nos lo comíamos juntos o se iba por donde ha venido.

— ¿ya regresaron? — era obvio imbécil.

— Sí, ya regresamos. — respondí en un tono seco, él al escucharlo se reincorporó y me miró frunciendo su ceño y yo le miré muy molesta.

— ¿Qué ocurre? — pregunta obviamente sin entender y yo solo negaba con la cabeza.

— ¿Qué ocurre? — le pregunté sarcásticamente. — Que deberías de haberme acompañado tú a dar ese paseo y no Erick. — me levanto enojada de la cama y él se puso frente a mi.

— No es la primera vez que te acompaña, ¿cuál es el problema?

— Que el padre de Halsey eres tú, Jean, no Erick.

— Llevo varías noche sin dormir, Gia. No puedo con mi vida.

— Pero si no haces nada, no te ocupas en absoluto de Halsey. — replico. — Yo le hago la comida, yo se la doy, yo la baño, yo la calmo, yo la duermo y le hago todo, y ¡no puedo más!

— ¿me estás diciendo que no me ocupo de Halsey?

— ¡No! — él frunció el ceño.

— ¿Que no que sí o que no que no? — pregunta llevándose la mano al mentón y yo gruñí enfadada.

— Que no de que no haces nada. Entiendo que llevas varias noches sin dormir, pero yo también y la niña es de los dos, así que grábate esto bien en tu cabeza, Jean. O me ayudas en esto, o te puedes volver bien rápido a México pero solo, porque si no estás en las malas, tampoco te quiero en las buenas. — me acerco a la puerta para salir de la habitación. — Así que buenos días, y si se despierta te encargas tú. — salí del cuarto y cerré la puerta tras mí. Caminé por el largo pasillo hasta la habitación de mi hermano y ahí me tumbé a su lado, él me abrazó bien fuerte contra su cuerpo y me sentí segura a su lado. Me encantaba dormir con Chris, me recuerda a cuando era pequeña y feliz, Antea de que comenzara el infierno y los gritos, los golpes, el pánico y la muerte de mamá.

— Jummm Camila... — dice Christopher en sueño y hace un ruido para besar e intenta tocarme, yo con una mueca de asco me separo de él.

— ¡Christopher despierta! — le remuevo y él se despierta sobresaltado.

— ¿por qué me despertaste?

— Porque casi me masajeas un seno pervertido. — le hago una mueca de asco y un escalofrío me recorre al imaginarme a mi hermano y a mi, Puaj.

A ver, voy a reconocer que mi hermano está muy bueno, bastante, y sino que se lo pregunten a las CNCOwners, pero honestamente yo no me acostaría con el, por obviedad, ya que es mi hermano y eso de incesto no me va.

— Estaba soñando con Camila Cabello. — yo ruedo los ojos, Camila Cabello era mi ídola desde siempre, desde que estaba en Fifth Harmony, de hecho cuando la vi en la final de la Banda tremendo parraque que me dio. Pero Christopher rozaba la esquizofrenia con ella y ahora mejor que nunca lo pude comprobar.

— Siento decepcionarte, pero nunca vas a tener nada con ella. — le sonrío y él me saca la lengua.

— tú llevas toda la vida soñando con Cole Sprouse y mírate, has acabado teniendo una hija con un Tío de TikTok. — si las miradas mataran mi hermano estaría muerto y sepultado. — que por cierto, ¿qué haces aquí?

— discutimos y no quería dormir allá. — afirmé tumbándome en la cama.

— A ver, cuéntame que sucedió. — sabía que si le contaba aprovecharía para lanzarle hate a Jean, pero necesitaba a mi hermano mayor y Darían estaba muy dormida como para despertarla y contarle mis dramas de seguro se me hubiera lanzado a matarme. — Sigue sin gustarme ese tipo.

— Ay ya, Christopher no se trata de eso. — le digo acomodándome la almohada. — la gente tenía razón, esto de ser mamá no es nada fácil.

— Lo sé enana. — me recuesto en su pecho mientras él me acaricia el pelo.

— Me da mucho miedo hacerlo mal, y que Halsey cuando crezca me odie.

— Hey no, lo estás haciendo genial y esa nena cuando crezca te va a amar. — dice para tranquilizarme pero mi miedo sigue ahí.

Como no había dormido durante toda la noche no fue difícil dormirme en el pecho de mi hermano.

(...)

Tuve una pesadilla terrible, papá había vuelto, pero había vuelto a por mí y eso causó que me despertara sobresaltada.

— Nena... — miré a la persona que estaba a mi lado y traté de sonreírle. — puaj, que asco estas sudada. — Naim hizo una mueca de asco.

— Tampoco es que tú estés especialmente lindo Naimi. — me miró con los ojos entrecerrados.

— me mandaron a despertarte porque dormiste durante todo el día. — mis ojos se abrieron como platos, en efecto eran las ocho de la tarde, genial.

Me levanté de la cama de mi hermano y miré mi teléfono porque estaba vibrando, lo que más captó mi atención fue que era la llamada de un número oculto, no estaba muy decida pero finalmente decidí cogerlo.

— ¿bueno? — hablé al teléfono y se notaba la respiración de alguien al otro lado de la línea pero no contestaban. — ¿quién es?

Como no obtuve respuesta de nadie decidí colgar e irme hacia mi habitación. Encima de la cama había una caja gris y un ramo de rosas encima de la cómoda, tomé la nota.

Te espero a las 9:00 p.m en la puerta de casa, úsalo.

- Jean

Cuando abrí la caja era un hermoso vestido negro que dejaba la espalda a la vista y muy escotado, ahora que por fin había recuperado mi cuerpo no veía mejor forma que esta de sacarlo a lucir nuevamente.

Me puse a prepararme para lo que Jean me había pedido que usara el vestido, este chico podía ser tan lindo cuando quería, mi cabello estaba liso y conjunté unos tacones negros altos con el vestido.

Bajé a ala sala donde todos los presentes me miraron y quedaron alucinados, Libardo tenía a Halsey en brazos.

— No tengan muchas citas más por favor, para ser papá no valgo. — dijo mirándome. — estás muy linda nena.

— Por estas cosas me dan ganas de tener novia. — agregó Zabdiel.

— ¿te recuerdo lo que alteraron nuestro fandom tus dos ultimas relaciones? — dijo Richard.

— Oh, Milly y Gwen sí que son las enemigas de vuestro fandom. — dije yo.

— Girl, pásenlo bien, Jean te espera en la puerta. — Darían me ofrece un abrazo.

— ¡Usen protección esta vez! — grita Ralf.

Salí de la casa y me encontré a un Jean perfecto con corbata y todo, estaba apoyado sobre un Ferrari rojo, oh, el Ferrari de Richard. No sé con qué debió de comprarle pero está claro que barato no le salió.

— Señorita. — dijo abriéndome la puerta ofreciéndome una sonrisa. Yo se la devolví y me monté en el auto. Iba viendo las calles de Miami que se veían más bonitas junto a la compañía que tenía y es que le miré y mi corazón comenzó a bombear como loco, no tengo duda que Jean es lo que necesito para siempre.

Cuando salió del auto y me abrió la puerta contemplé que estábamos frente a la puerta de un restaurante, pero no cualquiera, mi restaurante favorito.

— Es tú favorito, ¿no? — dijo suave en mi oído y sentí mi piel erizarse ante el sonido de su voz.

— Venga, ¿quien te lo dijo?

— intuición masculina.

— Fue Christopher.

— ¿de verdad piensas que tu hermano me dirá algo a mi? — levanta una ceja y yo niego lentamente.

— Fue Joel entonces.

— No, fue Erick. — vaya, eso no me la esperaba y menos después de lo sucedido esta mañana , pero claro, mi primera cita con Erick había sido aquí. Tenía quince años y él diecisiete, estaba por finalizar el más allá tour y habíamos venido unos días a descansar, ni siquiera sabíamos que nos gustábamos el uno al otro pero nos gustaba pasar tiempo juntos, en esta puerta fue nuestro primer beso. Sabía que para él era un sitio especial y por ende también lo era para mí, y ahora estaba aquí, compartiéndolo con Jean.

Caminamos tomados de la mano hasta la mesa que había reservado y ordenamos la cena, yo solo sabía mirarle y sonreír, él tomó mi mano.

— Lo siento mi amor, siento mucho que te sintieras sola con Halsey. — me dijo con sus ojos brillantes y pude ver humildad en ellos. — te prometo que a partir de ahora te voy a acompañar en todo, vamos a sufrir los dos juntos.

— Mi amor, lo que te dije esta mañana lo dije sin pensar...

— no digas nada, Gia. — saca una cajita de cuero rojo. — Gianna Vélez, ¿te quieres casar conmigo?

Las palabras se atoraron en mi garganta y no podía creer lo que estaba sucediendo, JeanCarlo León, tú fuckBoy de confianza estaba dispuesto a comprometerse conmigo.

— Pero Jean, si solo tengo dieciocho años...

— No tiene por qué ser ahora, podemos esperar unos años más, los que quieras... pero necesito saber que estás dispuesta a estar conmigo y Halsey para siempre. — miles de lágrimas comenzaron a rodar por mi mejilla. — Gia, cuando llegaste a México y te conocí, eras tan frágil que tenía miedo de acercarme a ti y romperte, tuve miedo de quererte y fue exactamente lo primero que hice, la gente inventó nuestro ship porque sabían que nos queríamos y teníamos miedo de hacerlo, todos esos TikToks que decimos que son actuaciones no lo son, tú y yo sabemos que nos comíamos con las miradas, y ahora ya no tengo miedo, míranos, hemos confirmado tener una hija y una relación, y la verdad no he superado un traumatismo craneoencefálico para acobardarme a prometerme con la mujer que más he amado en mi vida, así que Gia mi amor, en tus manos queda la respuesta.

— Jean... claro que sí, claro que quiero. — me acerqué a él y lo abracé para luego unir nuestros labios en un apasionado beso.

La cena fue increíble y las conversaciones que teníamos lo eran aún más, a veces me avergonzaba de la cantidad de locuras que hice por él, pero no me arrepentía de ninguna de ellas porque a día de hoy lo tenía sujetando mi mano.

Pero entonces, le vi. Vi a esa persona que tanto daño había causado a mi familia, que marcó mi vida para siempre y la persona que me metió en la cabeza que yo no era suficiente para nadie.

Mi respiración se volvió más pesada y la vista comenzó a nublarme, por favor, ahora no, otro ataque no. Jean lo notó al Segundo y rápido me llevó al coche, sabía que no quería monte un espectáculo, allí él me abrazó y me sentí a salvo.

— Por favor mi amor, necesito que te calmes. — traté de respirar y le conté lo que vi. — tranquila mi amor, no fue nadie solo una imaginación.

— Lo siento. — me sequé las lágrimas. — siempre arruino todo.

— Eh, Eh. No digas eso. — me acaricia la mejilla y después me besa. — Vamos a olvidar esto, y vamos a acabar la noche como se merece.

Y ya para terminar de corroborar que Jean era perfecto arrendó una habitación en un hotel, para celebrar nuestro compromiso y poder dormir bien, aunque la verdad dormimos bien poco.

Esa noche hicimos el amor, no tuvimos sexo, fue todo Pura pasión, aunque esta vez sí que usamos protección. Estuve toda la noche entre sus brazos, recorriendo cada uno de sus tatuajes y acariciando su espalda mientras me hacía volar bajo las Sábanas.

Era tan feliz en ese momento, que sentía que podía serlo para siempre.

Lástima que no fuera así.

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Holaaaaaa, perdón por haber desaparecido estos días pero aquí les dejo un capítulo bien largo para compensar. ❤️

Quedan solo 4 capítulos para el final, estoy de los nervios y a la vez muy triste.

¿Qué creen que sucederá?

ya somos casi 7K muchas gracias por todo el apoyo que le dan a esta novela❤️

LECTORAS FANTASMA NO.
Voten y comenten🖤

Ig: @mariaasanchezz19

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