Realmente odio los aeropuertos, esta minado de personas, algunas llorosas despidiéndose de sus familias y otras emocionadas por una nueva aventura. Odio ver esas diversas emociones en las personas, aún no las comprendo del todo.

Gaston y mi tía se encuentran a mi lado, ambos quisieron acompañarme para poder despedirnos. Gaston y yo estamos que nos caemos del sueño, yo no estoy acostumbrada a levantarme temprano, siempre me quedo dormida, es la única falla que he tenido en mis estudios, nunca llego temprano a clases... Bueno, tal vez solo lo logré el primer día.

—¿Metiste tus piyamas y el cepillo de dientes? ¿No olvidaste tus toallas sanitarias especiales, verdad?

—¡Tía!—exclamo en modo de queja. ¿Cómo se le ocurre decir eso en frente de Gaston?

—¿Usas toallas sanitarias especiales?—Pregunta el idiota de mi amigo.

—Ese no es tu problema—contesto escuetamente para luego voltear el rostro hacia mi tía—. No te preocupes, tía. Todo está en orden, ya están en la pequeña maleta.

Que de pequeña no tiene nada, lo más seguro es que deba cancelar un monto adicional por el peso extra que llevo.

Observo el gran reloj que se encuentra sobre una pared, marcan exactamente las cuatro de la mañana. Mi padre siempre me ha recomendado llegar unas horas antes al aeropuerto para que si se presentaba algún problema, no tuviera el riesgo de perder mi vuelo. El avión sale exactamente a las seis, tengo dos horas para realizar todos mis trámites.

—Creo que es hora—digo en un suspiro, a mi tía le brillan los ojos indicándome de que se va a poner a llorar—. ¿Por qué esa cara? ¿Sabes que volveré, verdad?

—Pero no estarás toda la vida a mi lado, Sophie—murmulla ahogadamente aguantando las lágrimas.

—No seas exagerada—Me acerco a su posición y le doy un gran abrazo—. Estaré de vuelta pronto, mientras tanto en mi ausencia, tienes permitido llevar a tus conquistas a casa y darte una gran dosis de sexo intenso.

—¡Sophia Pirce!

—Gracias Sophie, por darme imágenes de tu tía teniendo sexo—menciona irónicamente Gastón. Él se acerca y me rodea fuertemente con sus brazos—. Espero que arreglen las cosas.

—No pasará.

—El futuro de tu relación con Tristan es incierto, al igual que la vida de los humanos.

— ¿La hora te coloca todo filosófico, Bastón?—me burlo.

—Quizás.

Luego de lágrimas derramadas por mi tía, las burlas de Gastón, un aumento por el peso extra en mi maleta y un retraso de vuelo, al fin me encuentro en el avión, despidiéndome mentalmente por la ventanilla de aquel lugar que había sido mí hogar desde hace un tiempo.

De algo estoy segura... voy a volver. O eso espero.

Pues yo no estoy tan segura, Sophie :/

HOLAAAAA!

Seré sincera, acabe de escribir el capítulo y estaba apunto de dejarlo para mañana... pero no quería hacerles eso :S

¿Les digo la verdad? Estoy agotada, estas semanas han sido fuertes en el colegio :S La otra semana y la de arriba tengo varias cosas que hacer ya que son las ultimas dos semanas de clases y es cuando más me bombardean de actividades, así que si ven que no actualizo: me disculpan de antemano.

Espero que les guste el capítulo y si fue así, regalame una estrellita y un comentario con tu opinión :)

Saludistos