33
[NARRADOR]
Stiles había conseguido que, en lugar de llevarle a su casa, Derek le llevara al Loft. Una vez allí, el lobo le obligó a ir a recostarse en la cama de arriba, Stiles tampoco se negó, tenía la terrible necesidad de recostarse y descansar. La adrenalina del escape y la pelea había desaparecido, dejándole exhausto y adolorido, además de que apenas tocó el colchón su cuerpo pareció volverse de piedra, pesándole más que nunca.
- ¿Cómo te sientes? -Le había preguntado Derek al verle con la mirada perdida en algún punto del techo.
- Sinceramente: siento como si mi cuerpo estuviera siendo aplastado por una enorme roca.
Al acabar la frase, el humano suspiró cansado y cerró los ojos. Se hubiera quedado dormido de no ser porque ambos escucharon cómo se abría la puerta del Loft.
- ¡Solo vine a traer a alguien! -Escucharon que gritaba Scott.
Luego de que se cerrara la puerta, lo siguiente que se oyó fue el sonido de pequeñas patitas subiendo la escalera de caracol. Derek salió del cuarto por un minuto y regresó con el "invitado" en brazos.
- ¡Sour! -Gritó Stiles al ver al cachorro, el cual al verle comenzó a gimotear y a sacudirse frenéticamente en los brazos del pelinegro.
Derek dejó al cachorro en la cama y este, instantáneamente, se tambaleó hacia Stiles. Llegando a su mano y lamiendola con todo el amor que su joven cuerpo tenía. El ojimiel le acarició y se lo subió encima, dejando que el animal se acostara en su pecho.
El pequeño Sour, el cual a comparación de cuando lo adoptó ya no era tan pequeño, jugueteó un rato con la camiseta de Stiles antes de hacerse una bola y quedarse dormido bajo las caricias del adolescente.
Derek se recostó junto a Stiles, quedándose viéndole hasta que el ojimiel también se quedó dormido.
(...)
Cuando Stiles volvió a abrir los ojos, sentía un peso extra encima de su estómago. Notó al instante que no era Sour, pues por el rabillo del ojo podía ver que el cachorro, ya no tan pequeño como cuando lo adoptó, estaba recostado junto a su cabeza. Haciéndole cosquillas con su fino pelo.
Miró hacia abajo y lo que vio le hizo sentir como si el mundo se detuviese por los segundos que le costó asimilar por qué sentía aquél peso.
Derek estaba plácidamente dormido, utilizando su vientre como almohada y con la oreja pegada a este. Incluso le había levantado la camiseta para poder recostarse directamente sobre su piel. Aquella imagen a Stiles se le hizo la cosa más adorable que jamás hubiera visto.
Pero entonces, su maldita mente hiperactiva le atacó. No se le había pasado por la cabeza la idea de que quizás Derek no quisiera al bebé, lo que estaba viendo ahora lo demostraba. Pero ¿Y si Derek no le quería a él? ¿Y si todo eso era solo algo completamente pasajero?
Hasta donde tenía entendido, él y Derek no eran pareja. Si, se daban besos, si, habían tenido sexo más de una vez, y si, le gustaría que hubiera algo más detrás de todos esos encuentros, cada uno mejor que el anterior, sexuales.
Su corazón debió comenzar a latir muy rápido, puesto que vio como Derek se movía para casi instantáneamente abrie los ojos, mirar el vientre en el que descansaba y luego mirarle a él.
- ¿Estás bien?
- ¿Eh? S-si -Se apresuró a responder el menor.- Solo estaba pensando.
- ¿En qué?
- Cosas... -Cada vez hablaba más bajo.- Nada importante.
- Si no fuera algo importante no estarías oliendo a tristeza -Derek se sentó en la cama, mirando a Stiles.- Puedes contarme ¿Sabes? Puedes confiar en mí.
El ojimiel suspiró, desviando la mirada al cachorro a su lado, el cual ahora estaba despierto, mientras también se sentaba en la cama.
Sour, como si hubiera notado que su amo se encontraba mal, se puso de pie y caminó hasta el regazo del ojimiel. Acurrucándose allí.
Stiles acarició su lomo un par de veces antes se juntar el valor suficiente para alzar la mirada hacia Derek y finalmente hablar.
- No tenemos por qué ser nada.
Okay, quizás eso había sido muy directo, pero los nervios y la falta de Aderall le estaban jugando una mala pasada al adolescente. El cual ni siquiera cuando estaba tranquilo tenía filtro crerebro-boca, menos lo iba a tener ahora que estaba con los nervios de punta.
Derek se le quedó viendo, como si no estuviera seguro de lo que acababa de escuchar. Aunque la expresión de extrañeza no le duró mucho, cuando esta se convirtió en una de completa calma. Tanta calma que asustaba.
- ¿Te estás arrepintiendo de lo que pasó entre nosotros?
- ¿¡Qué!? ¡NO! -El ojimiel sonaba hasta indignado.- Derek, lo que pasó entre nosotros fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Aunque no tenga mucho con lo que compararlo. Pero fue perfecto.
Derek de verdad parecía aliviado, se le notaba en los músculos. Los cuales repentinamente se habían relajado.
- El que me preocupa eres tú -Continuó hablando el castaño.- ¿Esto es en verdad lo que quieres? Porque, seamos sinceros, no soy la moneda más brillante de la fuente. Ni siquiera sé si cuento como moneda. Creo que más bien soy una de esas tapas de gaseosa que la gente arroja a las fuentes porque son muy tacaños, esas que se acaban oxidando en el fondo.
- Stiles, este bebé es...
- No me refiero al bebé -Le frenó.- Yo también lo quiero y, aunque tú no lo quisieras, yo si lo tendría. Pero no quiero volverme una carga solo por el hecho de estar llevando tu semilla, porque no quiero llamarlo "tu hijo" o "tu hija", ya que no sabemos qué es. Pero me estoy yendo por las ramas, el punto es que no tienes que estar conmigo si no quieres, no va a afectar mi desición de tener y criar a este bebé entre los dos.
- Primero: no es "mi hijo" o "mi hija", es NUESTRO cachorro -Le corrigió.- Y segundo: no vuelvas a llamarte la tapa de botella de la fuente. Porque no eres nada parecido a eso, eres realmente atractivo, aunque no lo creas.
Stiles se quiso reír, y lo hizo, nunca creyó que la primera persona en llamarle atractivo, además de su madre, sería el mismísimo Derek -Soy tan sexy que vuelvo homosexual a la gente- Hale.
- Tú también eres atractivo -Respondió algo cohibido, sintiendo que debía regresar el cumplido.- Y decir que solo eres atractivo sería una hipocresía, porque la verdad es que eres un maldito dios griego. Además, eres una de las personas más buenas que he conocido, no creí que la combinación de guapo y amable existiera. Pero existe, y eres tú.
Stiles iba a hablar un poco más, pero se quedó congelado al ver la sonrisa del pelinegro. Dios, esa sonrisa, le iba a embarazar de nuevo con solo sonreirle. Si es que eso era posible.
Esos dientes de conejo eran adorables, daban ganas de coger a Derek por las mejillas, acercarlo y besarle hasta que se le hiciera horriblemente necesario respirar.
- ¿Que aún no me hayas dicho nada significa que vas a aceptar todo el paquete Stilinski? -Preguntó, medio en broma medio en serio, para aligerar el ambiente.
- Con todo y tu hiperactivo ser -Le respondió el ojiverde, siguiéndole el juego.
Stiles se inclinó hacia adelante y cerró los ojos mientras sonreía. Esperando a que Derek también se acercara y uniera sus labios. Lo cual, el lobo no tardó en hacer.
Cuando se separaron de aquél beso, ambos unieron sus frentes. No necesitando de palabras para expresar lo que sentían. Aunque, aún así, Derek habló. Si, raro, pero fue Derek.
- Stiles -Le miró a los ojos sin separar sus frentes.- ¿Te quieres casar conmigo?
El ojimiel abrió los ojos como platos, apretando lo que tuvo a mano primero.
- ¡Ah! -El chico gritó cuando Sour le mordió la mano.- Perro malo.
El cachorro bufó, poniéndose de pie y saltando de la cama, para luego irse del cuarto. Ambos le vieron marchar.
- Si, Derek -Se apresuró a responder.- Quiero casarme contigo.
El lobo volvió a sonreír, besándole con un poco más de intensidad que antes. Luego, le abrazó con fuerza, sintiendo como si todo lo que le había ocurrido en esos últimos años desapareciera. Al menos por el momento.
NOTA DE LA AUTORA:
Aish, tanta azucar y yo hipoglusémica (okno XD). Esto fue muy cute, el capítulo más adorable y lleno de sentimientos hasta ahora.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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