29
[NARRADOR]
Luego de varios intentos por derribar aquél árbol, el toro se cansó y se fue por donde había llegado. Como un perro que se cansa de perseguir a un par de gatos y regresa con su dueño con el rabo entre las patas.
Aún con la ida del peligro, Stiles no reaccionaba. La Nigromante acababa de decirle que escuchaba no uno, sino dos latidos dentro de él. Además de haber agregado la frase "Creo que estás embarazado".
- Stiles, manten la calma -Pidió la italiana.- Quizás me equivoqué.
- ¡Me dijiste que nunca te equivocabas! -Le gritó el chico asustado.
- Si, pero fijate que soy una emisaria de los MUERTOS -Le recordó.- No sé mucho de seres que se mantienen con vida ¿Quién sabe? Quizás hablé antes de tiempo y solo es un latido pausado o el Nogitsune.
La Nigromante sabía que lo que estaba diciendo era mentira. Ya que el Nogitsune era parte del alma de Stiles, por ende no tenía un latido propio. Además de que el segundo latido que había sentido era más lento que el primero, el cual era el de Stiles porque estaba asustado, así que el segundo latido venía de un corazón aparte. Pero le había dicho eso para que no entrara en pánico, no era el momento ni el lugar adecuado.
Cuando el ojimiel finalmente se calmó, ambos se bajaron del árbol. Teniendo cuidado puesto que en cualquier momento aquél toro podría regresar.
Al alejar la mano del tronco, Stiles sintió como si una ligera e inofensiva descarga eléctrica le hubiera recorrido el. Como cuando pones las manos en un televisor viejo y la estática hace que se te ericen los pelos del brazo.
- Sácame de aquí, por favor -Le pidió Stiles.- Quiero regresar a mi tiempo.
Hubo un silencio de al menos cinco minutos, de los cuales la Nigromante se pasó tres haciendo caras extrañas. Como si estuviera intentando concentrarse y le doliera la cabeza.
- ¡Mierda! -Exclamó de repente la italiana mientras se acariciaba las cienes.- Me duele la cabeza.
- ¿Qué ocurre? -Preguntó el ojimiel.
- Tenemos un problema -Micaela hablaba con seriedad.- Algo o alguien me está impidiendo volver.
- ¿C-cómo que te están impidiendo volver? -Stiles volvía a estar nervioso.- ¡Se supone que eres una Nigromante, la criatura más poderosa que jamás piso la tierra!
- ¿Qué? No exageres -Le pidió la italiana.- Puedo ser poderosa y lo que quieras, pero hay muchas criaturas más fuertes que yo.
- ¿Como qué?
Stiles se arrepintió casi al instante por haber preguntado, hubiera preferido un millón de veces quedarse callado. Pero como su filtro entre cerebro y boca era nulo, la pregunta escapó sola de sus labios.
Pudieron ver como, entre la vegetación, varios pares de ojos les observaban insistentemente, sin siquiera parpadear. No eran de un color normal, pero Stiles podía darse cuenta de que eran ojos humanos, o por lo menos de alguien que alguna vez había sido humano.
- Vaya vaya vaya... -Una voz que sonaba como varias personas habló.- ¿Qué tenemos aquí?
Stiles y la Nigromante se voltearon, viendo que detrás de ellos se encontraba un hombre que Stiles quería no volver a ver. Le reconoció al instante por la sonrisa torcida, era la mala copia de Derek.
- ¡Tú, maldito bastardo! -Le gritó furioso el ojimiel.
- Je... Me alegra que me recuerdas, pequeño -El hombre sonrió aún más.- Me he quedado con ganas de hacerte un par de cosas después de nuestro último encuentro.
Stiles sintió como si un escalofrío le recorriera de pies a cabeza al ver como los ojos de aquél sujeto se volvían rojos como la sangre. Con una pupila tan pequeña que parecía que fuese a desaparecer.
- Me voy a divertir mucho con ustedes -Se rió con burla aquél hombre.- O, mejor dicho, NOS vamos a divertir con ustedes.
Una risa maniática que era soltada por varias voces diferentes hizo eco en el bosque. El ojimiel tragó grueso, a sabiendas de que el que una vez fue una mala copia de su Sourwolf no era el único que les observaba.
- Hubiera preferido enfrentarme al toro -Dijo para aligerar un poco la tensión.
De repente, se escuchó un berrido, y detrás del sujeto de ojos rojos apareció aquél toro que parecía estar hecho de bronce.
- ¿Nunca te cansas de hablar? -Le preguntó la Nigromante a Stiles, obviamente culpandole por la aparición del toro.
- Hermoso animal ¿No creen? -El sujeto palmeó el lomo del toro mientras este se colocaba a su lado.- Es una máquina de matar.
- Mierda -Hablaron la italiana y el menor al mismo tiempo.
El adolescente sintió la espalda de la Nigromante chocar contra la suya y no tardó en escuchar varios pares de pasos acercándose más a ellos. Observó por el rabillo del ojo para ver que, efectivamente, más personas habían aparecido.
Varios hombres, mujeres e incluso algunos niños se colocaron alrededor de ellos. Formando un semi círculo y acorralándoles entre ellos y el enorme toro, el cual parecía que solo estaba esperando algun movimiento de ambos para lanzarse al ataque.
- ¿Algunas ultimas palabras? -Les preguntó el sujeto que estaba junto al toro, agrandando su sonrisa de una manera que no era humanamente posible. Además de que dejaba ver varias ileras de dientes extra.
- Stiles -La Nigromante le hablaba al ojimiel sin dejar de mirar hacia los que les rodeaban.- Necesito que hagas lo que yo te diga ¿Entendido? Sin dudar.
- Okay, lo que tú digas.
- Ahora el toro se va a lanzar contra nosotros, contra ti -La italiana dijo algo un poco obvio.- Quiero que le mires directo a los ojos.
El adolescente de verdad quiso preguntar para qué serviría eso, pero se mordió la lengua, se guardó la pregunta e hizo caso.
El enorme y, por la apariencia, pesado animal no tardó mucho en correr hacia ellos. Con su clásico berrido haciendo que al ojimiel le temblaran las piernas como sin fueran de gelatina.
Pero Stiles no se movió de donde estaba, solo se quedó mirando a esos dos ojos que le miraban como si quisieran robarle el alma con solo una mirada.
- Eres más fuerte que él, Stiles -Le habló la Nigromante.- Su fuerza puede pasar a través de ti.
Entonces, el ojimiel sintió como la mano de la castaña se aferraba fuertemente a la suya. Como si por solo dejarle ir fuera a ser el fin del mundo.
Stiles se aferró a lo último que le dijo la chica.
"Pasar a través de ti".
Mientras pensaba en eso, Stiles sintió un repentino y horrible ardor en los ojos, por lo que se vio obligado a parpadear para de esa forma intentar repelerlo.
Lo siguiente que ocurrió, para él, fue todo en una especie de cámara lenta.
El toro debería haberle golpeado, pero este pasó a través de él y siguió de largo. Stiles le siguió con la mirada, atónito, no entendiendo que acababa de pasar.
La Nigromante continuaba aferrada a su mano mientras volteaba a verle. El ojimiel abrió la boca para hablar, pero ella llevó su mano libre para cubrirsela y negó repetidamente con la cabeza.
Solo entonces, Stiles se dio cuenta que todos los locos que les habían estado rodeando observaban entre sorprendidos y furiosos hacia donde ellos estaban. Aunque no les miraban directamente a ellos, sino que observaban a través de ellos. De repente, lo entendió, no les podían ver.
Antes de que siquiera pensara en algo, la Nigromante comenzó a arrastrarle lejos de allí. Aprovechando el hueco en el semi círculo que el toro había provocado al arrollar con su peso a varias de esas personas.
Stiles no dijo nada, por primera vez en su vida, se había quedado completamente enmudecido.
NOTA DE LA AUTORA:
Capítulo con muchos gifs y se fue todo a la mierda. Además de que me parece que realmente nos estamos acercando al final. Ya lo tengo pensado y todo, solo me falta ordenar mis ideas y transcribirlas de mi mente a Wattpad.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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