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P.D.V. DE STILES:

Derek estaba parado frente a mí mientras le gruñía a Scott, por alguna razón él, Isaac y Liam no hacían nada mas que alejarse cuando el Sourwolf se les acercaba. El de ojos color verde no paraba de gruñirles como si fueran un trío de cazadores o algo así (Hm... trío 7w7) Me aleje del arbol y comencé a dar pasos cortos y discretos hacia donde estaba Derek. Él ni siquiera notó que me estaba acercando.

- Derek - Puse mi mano en su hombro, él volteó y me miro - Tranquilo.

Derek se quedó mirándome como si me estuviera creciendo una segunda cabeza. Yo lo miraba sin entender, pero antes de que pudiera preguntar cualquier cosa quitó mi mano de su hombro de un manotazo y salió corriendo. Luego de eso regresamos a la escuela y decidimos no hablar del tema, las clases continuaron con normalidad. Finalmente llegó la hora de salida y todos los estudiantes huimos despavoridos.

- ¿Vendrás al partido a las seis? - Me preguntó Scott mientras caminaba a mi Jeep.

- ¿E-el partido? - Demonios, lo olvide - N-no creo poder, quiero pasar tiempo con mi padre.

- Oh... está bien, supongo - Scott me miro de forma extraña y luego camino a su moto.

Me subí a mi hermoso vehículo y me apresure a llegar a casa, solo me quedaba menos de una hora para darme una ducha e ir a la dirección que me había indicado la Nigromante. Algo le decía que si llegaba tarde me iba a arrepentir por el resto de mi vida y ella se aseguraría de eso. Me metí al baño y me di una ducha rápida, en menos de 10 minutos ya estaba en mi habitación solo con mis boxers y secándome el cabello, sentí unas mordidas en mi talón y me volteé para ver al pequeño Sour jugando con mi pie, sonreí al ver lo tierno que era y luego me vestí. Cuando volví a mirar la hora solo tenía 20 minutos, me estaba quedando sin tiempo y ese lugar estaba realmente apartado. Intenté salir corriendo de mi cuarto, pero el pequeño cachorro se metió en mi camino y me ladró.

- ¿Qué quieres? - Volvió a ladrarme - ¡No te puedo llevar conmigo!

El pequeño animal comenzó a chillar y aullar como un perro atropellado, volví a mirar mi reloj ¡Me quedo sin tiempo! Rodé los ojos y levante al pequeño Sour, el cual instantáneamente dejo de lloriquear.

- Pequeño manipulador... - Le dije mientras me metía en el Jeep y lo dejaba en el asiento del copiloto.

Al llegar a la carretera ya no tuve que preocuparme por los limites de velocidad, no había ni un alma en kilómetros y las posibilidades de que otro auto apareciera y chocáramos era de menos del 15%. Por lo que ahí estaba yo, conduciendo a casi 200 KM por hora y sintiendo como la adrenalina se me subía hasta la cabeza. Al llegar al lugar indicada tire el freno de mano y me sentí como un corredor de carreras con 30 años de experiencia, no pude evitar soltar todo el aire de mis pulmones cuando el auto se detuvo por completo, una sonrisa estaba dibujada en mi rostro. Antes de que siquiera llegara a golpear la puerta del edificio departamental que tenía en frente la puerta se abrió y la extraña apareció sin su capucha y con una ropa muy diferente a la que llevaba el día que la conocí. Esta vez estaba usando unas convers rojas, unos shorts de jean de color azul oscuro y una camiseta de ejercicios roja; su cabello rizado estaba atado en una cola de caballo y en su rostro mantenía una sonrisa de medio lado.

- Finalmente llegas - Mire mi reloj - Tres minutos tarde - Me recalcó.

Tragué grueso y ella se dio media vuelta para comenzar a caminar hacia el edificio. Conocía ese lugar, una compañía de construcción había planeado poner unos edificios de alquiler en las afueras de Beacon Hills pero al darse cuenta de que no era un negocio redituable solo construyeron unos dos o tres. Una vez dentro revisé el lugar con la mirada, se habían montado una casa bastante bonita allí, por fuera el lugar estaba destruido, pero por dentro era un lugar al que me mudaría con gusto. Me guió hacia una de las habitaciones de la planta baja y me mostró un saco de boxear, me empujó junto a este y yo lo examine, estaba sujetado al techo con una gruesa cadena y perdigones.

- Golpealo - Me ordenó - Lo mas fuerte que puedas.

La mire por un segundo y luego dejé a Sour en el suelo, este salió corriendo fuera de la habitación y lo perdí de vista. Volví mi vista al sacó de boxear y exhalé todo el aire de mis pulmones. Levanté mi mano y con toda mi fuerza lo golpeé, un horrible dolor invadió todo mi brazo.

- ¡AH! - Se me escapó un grito mientras me sovaba la mano -¿¡Qué demonios fue eso!?

- Cemento - Me respondió como si fuera lo mas normal del mundo - Es una forma de enseñarte resistencia.

- Mi manada lo hace con entrenamiento cuerpo a cuerpo.

- ¿Quieres pelear contra mí? - La vi levantar una ceja y negué exageradamente - Bien, entonces continuaras golpeando esto hasta que deje de dolerte.

No tenía opción, era entrenar o morir. Di un largo suspiro y esta vez use mi otra mano, nuevamente grite de dolor.

- De nuevo, hazlo con las dos manos esta vez - Rodé los ojos e hice lo que me pidió, volví a sentir dolor - De nuevo.

No se cuanto tiempo pase dándole golpes al saco, pero de lo que si estoy seguro es de que cuando regrese a casa mis manos dolieran como el infierno. Lo único que repetía la Nigromante una y otra vez era las dos palabras que formaban "De nuevo", eso fue lo que escuche por horas. Note que la habitación comenzó a oscurecerse gradualmente, estaba anocheciendo, pero yo aun no podía parar, continué golpeando el saco con cemento sin ningún descanso.

- Ya puedes parar - La escuche decir.

Solo esas dos palabras fueron suficientes para que yo me tirara de culo al suelo y diera unas largas inhalaciones y exhalaciones intentando amenguar el dolor que me había causado golpear por quién sabe cuanto tiempo esa maldita bolsa de boxear. Quise ver que hora era en mi teléfono pero este se apagó por falta de batería, me maldije mentalmente por no haber cargado el teléfono antes de salir.

- ¿Qué hora es? - Le pregunté mientras jadeaba.

- Las 00:30 hs.

Abrí los ojos como platos, había estado cinco malditas horas golpeando esa roca forrada con plástico. Me mire loa nudillos y noté que estaban de un color rojo que amenazaba con volverse de un morado pálido. Bufé cuando me levante y tuve que impulsarme con las manos, mierda que me dolía. Ambos salimos de la habitación y nos quedamos mirando a nuestras mascotas, ambos dormían acurrucados en unos trapos viejos que estaban tirados en el suelo. Sour dormía acurrucado contra Petra y esta tenía su nariz junto a la de él.

- Me arrepiento de no haber cargado mi celular para tomarles una foto.

- Yo puedo arreglar eso - La maga pasó su mano por sobre mi teléfono y este se encendió, la batería marcaba 100%.

Sonreí y abrí los ojos con sorpresa, sin duda mi medidor de afecto hacia esa chica había crecido. Estaba acariciando la idea de aprovechar los días que la viera en la escuela para pedirle el favor de que hiciera eso, era lo menos que podía concederme luego de haberme hecho golpear esa cosa. Tomé la foto y luego levante a Sour, Petra me gruñó y mi cachorro chilló. Otro ser vivo que caía ante los encantos del pequeño Sour, era todo un manipulador.

- Nos vemos en la escuela - Le dije a la Nigromante mientras salía del edificio.

- Procura ponerte hielo para entumecer el área, eso hará el entrenamiento mas fácil.

Asentí y salí del edificio junto con mi cachorro. Regresando a Beacon Hills mi teléfono empezó a sonar, al ser mensajes no les di importancia. Cuando estacione en mi casa cogí a Sour y me adentre en la casa, un montón de gritos me asaltaron.

- ¡STILES! - Toda la manada estaba allí, incluso Peter, todos me miraban preocupados.

- ¿¡Dónde estabas!? - Preguntó Scott.

- ¿¡Te lastimaron!? - Agregó Isaac.

- ¿¡QUÉ TE PASO EN LAS MANOS!? - Chilló Lydia, todas las miradas viajaron a mis amoratadas manos, las cuales ya no dolían tanto.

Bajé al pequeño Sour, el cual escapó con sus pequeñas patas escaleras arriba. Si nadie me estuviera mirando yo haría lo mismo, Scott me agarró las manos y apretó mis nudillos, no pude evitar la expresión de dolor que se dibujó en mi rostro. Todos lo notaron y me miraron fijamente, 12 seños fruncidos me intimidaron. Era como si todos se hubieran puesto de acuerdo para mirarlo como si fuera un enemigo.

- ¿Quién te hizo esto? - Esta vez habló Scott con evidente furia.

- Nadie, fue un accidente - Les respondí intentando que mi corazón no latiera - Estaba intentando entrena y se me fue la mano - Técnicamente no era mentira.

Una sonrisa les bastó para saber que estaba bien, los chicos se despidieron y se fueron a la fiesta del equipo. Me ofrecieron ir con ellos pero lo rechacé, me dolían mucho las manos y quería ponerme hielo como me había aconsejado la Nigromante. Debo admitir que no fue una de mis mejores ideas lo de ponerme directamente un trozo de hielo, pero no lo resentí hasta que sentí como el frío me quemaba la piel.

- Maldito sea ese entrenamiento extraño - Maldije en voz alta.

Unas manos agarraron las mías y me quitaron el hielo, reconocí aquel color moreno de piel y esos brazos fornidos en segundos. Me libere del agarre y me apegué a la mesada, mala idea.

- ¡Maldita sea, Derek ¡Haberme avisado que hoy era el día de maltratar a Stiles! ¿¡Por qué no entienden que soy humano y que hay cosas que me lastiman!?

El pelinegro solo ladeó la cabeza haciéndose el desentendido. Me estaba poniendo furioso, habían sido suficientes gritos y golpes por un día como para que ahora viniera el Sourwolf a golpearme. Me cubrí la cara con las manos y bufe, necesitaba vacaciones de Beacon Hills urgente y eso que acababa de regresar hace nada mas que días. Volví a mirar a Derek, este fruncía el seño.

- Hey, lamento haber gritado, no estoy de humor - Volví a agarrar el hielo y me lo puse en los nudillos - Demasiados problemas en muy poco tiempo.

El pelinegro solo asintió, indicándome que me comprendía. Aunque yo sabía que no lo hacía, en ese momento los únicos que me comprendían eran Liam y quizás la Nigromante, pero nadie mas sabía por todo lo que estaba pasando.

- ¿Por qué estaban todos tan preocupados? - Pregunte desviando la conversación.

- ¿No revisas tu celular? Scott te llamó cientos de veces y como no respondías nos llamó a todos.

Desbloqueé mi teléfono y vi que era, 87 mensajes recibidos, todos de la manada, incluso había unos mensajes de voz de Derek, Isaac, Liam y Erika. Luego iba a escucharlos, deje mi celular sobre la mesa y volví a mirar al Sourwolf, sus ojos verdes me intimidaban aun mas que los rojos.

- Lamento haberlos preocupado, estaba atendiendo unos asuntos.

- ¿Qué asuntos tienes que atender en un edificio abandonado a las afueras del pueblo? - Me quedé de piedra - Y antes de que preguntes, lo se porque tú y tu cachorro apestan a ese lugar.

Tragué grueso e hice ademán de rascarme la nuca. Pero recordé lo que ocurrió en el bosque y rápidamente baje la mano. El sonido de un coche patrulla estacionando frente a mi casa nos hizo voltear hacia la puerta. Mi padre entró con una sonrisa, la cual extrañamente no desapareció cuando vio a Derek en la cocina.

- Hola hijo, Derek.

- Buenas noches Sheriff - Saludó el Sourwolf.

- Hola papá ¿Cómo te fue?

- Como siempre ¿Puedes traerme una cerveza? - Asentí a regañadientes - Trae una para Derek.

Camine a la cocina y abrí el refrigerador sacando dos cervezas. Por lo poco que podía escuchar mi padre había llamado a Derek para hablarle de acerca de algo que habían descubierto en uno de los cadáveres mas recientes. Regresé al comedor y, cuando estaba a punto de sentarme con ellos, mi padre me miro con el seño fruncido. Con su expresión me decía un claro "La conversacion no es asunto tiyo" que no tarde en comprender. Por lo que subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, cerrando la puerta con fuerza.

Genial, no tengo nada de sueño y tampoco puedo salir de mi cuarto, que puto mejor día de mi vida. Me puse a pensar en insultos sarcásticos que pudiera inventar para cuando tuviera que enfrentarme a Jackson, si puedo evitar un cuerpo a cuerpo me sentiré muy feliz. Luego de pensar en varias frases ingeniosas me tire al suelo para sentir el frío de este, de verdad que hacía mucho calor. Sour se acercó y comenzó a morderme el cabello, no pude evitar reírme y subírmelo al pecho. Me gruñó cuando lo levante en el aire y luego comenzó a morder mi barbilla, ese pequeño si sabía como animarme. Debo admitir que toda la vida me he llevado mejor con los animales que con los humanos, ya que estos últimos son traicioneros y manipuladores; en cambio los animales, sobre todo los perros, son los seres vivos mas leales que hayan pisado la tierra. Un recuerdo me llegó como un choque eléctrico, recordé los hermosos veranos que pasaba con mi madre en Texas, cuando íbamos a visitar a su familia y yo me quedaba hasta tarde junto con Darren viendo las Estrellas y la Luna. Una sonrisa se dibujó en mi rostro, me pregunto que sera de la vida de ellos ahora, no los he visto desde que vinieron al funeral de mamá y aun en ese momento fue como si no estuvieran.

- Espero que esten bien - Susurre mientras me levantaba del suelo y caminaba hacia mi cama.

Estaba tan aburrido que me quede mirando hacia la ventana desde mi cama, el Nogitsune no estaba muy conversador en ese momento y eso solo hacía las cosas mas aburridas para mí. Me sentía horriblemente solo y no deseado en ese momento.

Fin del capítulo

NOTA DE LA AUTORA:

Bueno mis lectores, hasta acá dejamos este capítulo. Pobresito Stiles, alguien abracelo por favor *Cofcof* Derek *Cofcof*.

En fin, espero que tengan un buen día, nos vemos en la próxima actualización. Sin mas que decirles me despido mandandoles besos y abrazos. Adiós manada.

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