Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 8


Magnus


Recuerdo como el sonido de mi celular era tan irritable que solo quería ignorarlo, me movi en la cama para ver el aparato rectangular vibrar con todas sus fuerzas en mi escritorio antes de que la pantalla se apagara. Suspire cerrando los ojos, sea quien sea seguamente podía esperar unos minutos, Dylan ya me había mandado un calendario con mis horarios y se que tengo días libres por el momento.

Escucho la puerta abrirse y solo es cuestión de segundos para que unos pies que se arrastraban por el suelo y un cuerpo terminen acostados en la cama a mi lado. Ezra se aprovecha a sacar todo el espacio disponible.

—¿Es una de tus chicas la que lleva llamando hace horas?—pregunta de mal humor.—Dile que moriste.

—¿Cómo le dire que mori si les hablo?

—Algunas no son muy inteligentes, ¿te acuerdas la que te creyo que eras de Irlanda y eras un duende mágico que concedías deseos?—pregunta Ezra provocando mi risa. El ruido del celular fue reemplazado con el ruido del interior del departamento, Ezra se queja y tuvimos una discusión de quien iría a abrir, él me empuja haciendo que termine tirado en el suelo, se rie acompañado de un "lo siento".

Me coloco los pantalones y camino a la puerta poniéndome una remera manchada con con comida que aun no lave, contesto un "Ya voy" demasiado alto mientras intento peinarme con la mano hasta que abro la puerta. El portero me mira con una cara de culpa por haberme despertado y es cuando veo detrás de él.

Se ve que a mi familia se le hace divertido visitarme y no avisar. Aunque bueno, eso explicaría las miles de llamadas del teléfono.

—Gracias, yo me encargo, los conozco.

El portero vuelve a ir dejándome a la vista de un hombre bastante parecido físicamente a mi que a veces asusta. El cabello es ondulado y de un rubio viejo con canas, los ojos claros tienen a los costados arrugas y una barba crecida. Me quedo parado en la puerta sintiéndome un adolescente de quince años.

—¿Enserio no tienes a tu familia en el registro?

—Mi familia pocas veces viene a verme.—dije en un suspiro.—Hola papá, ¿en que te ayudo?

—¡Malditas puertas del ascensor!—grita una voz femenina saliendo al pasillo con el cabello rubio atado en una coleta alta y una mochila en su espalda. Georgia me sonríe antes de correr a mis brazos donde no dudo en estrecharla, mi hermana besa mi mejilla varias veces mientras que papá suspira agotado con las manos en los bolsillos.

Georgia se separa de mi con una sonrisa y los ojos brillando con diversión mientras miro de papá a ella.

—Hum...¿quieres pasar?

—Oh, hasta que te indignas de invitarnos a entrar, crei que tus modales no existían.—dice papá y pongo los ojos en blanco mientras que ambos ingresan, Georgia se pone a ver todo el departamento y se exactamente a quien busca, a mi compañero de piso. Ella tiene diecisiete, casi dieciocho, pero aun asi, mis amigos saben que mi hermana esta completamente prohibida para cualquiera de ellos.

Georgia se saca la mochila de su espalda dejándola en el sillon, veo a papá observando el departamento.

—Se ve que la música si te paga bien, pensé que serias solo llegarías a lugares locales como cientos de otras bandas.—dice él y suspire poniendo los ojos en blanco.

—¿Dónde estan las niñas?

—En casa.—habla Georgia.—Le insistí a papá que viniéramos, ¡hoy fui a ver universidades!, tengo varios panfletos...

Georgia habla de la universidad y de las carreras que esta estrictamente fijándose cual quiere comenzar mientras que papá la observa, y por un segundo me molesta esa mirada de orgullo que tiene con su primera hija, yo no recordaba si alguna vez tuvo esos gestos conmigo, solo recuerdo discusiones con mamá de con quien pasaba las vacaciones.

Desvio la vista de él para volver a mi hermana quien sigue hablándome.

—¿Universidades? Pero si tu tienes diez años.—la interrumpo.

—¡No tengo diez!

—Tienes la altura de alguien de diez.

Georgia me mira indignada y me rio abrazándola mientras sacudo su cabello, ella hace todo el esfuerzo para soltarse de mi mientras que la sigo rodeando con mis brazos. Veo a papá acariciarse la frente seguramente contando los minutos por lo que estarían aquí conmigo.

La puerta de mi cuarto se abre de donde sale Ezra, vestido de la misma forma que entro a mi cuarto, con sus bóxer rojos y una remera negra que usa para dormir. Mis amigos nos mira antes de sonreír levemente.

—Buenos días a todos ustedes, es bueno volver a verlo Steven, Georgia linda como siempre.

Las mejillas de mi hermana se ponen rojas de golpe mientras juega con sus manos, veo a mi amigo quien sigue con esa sonrisa y papá mira de Ezra a mi.

—¿Qué significa eso?—pregunta él, abrí la boca para responder.

—Lo que pasa un jueves a la noche, queda en lo que paso un jueves a la noche.—habla Ezra guiñando un ojo para caminar a su cuarto, rodee los mios tras recibir una mirada confundida de papá y una divertida de Georgia.

—No soy gay, antes que lo pregunten, y no me acosté con mi amigo.

—¡Eso no decias anoche, cariño!—grita Ezra desde su cuarto, papá niega y suspira levantándose.

—Bueno, no es una noticia que nos enteremos de ti solamente por las revistas.—dice él.—¿Ya nos vamos? Quiero evitar el trafico.

—¿Ya?—pregunta Georgia desanimada.—Pero es viernes...hace mucho que no veo a Magnus, ¿no puedo volver mañana por favor?

—Magnus no sabe cuidar a niñas, mi respuesta es no.

—Ambos somos mayores, papá, se cuidar a mis hermanas mas de lo que supieron cuidarme ustedes.

—No empieces con eso, Magnus.

Apreté mis labios mientras que Georgia agacha la mirada.

—Mañana puedo llevarla a casa, de paso podría ver a Anna y Ally.—dije, percibo la mirada de Goergia a mi lado, papá suspira pero termina por acceder, ambos nos despedimos de él y lo vemos marcharse, me volteo a ver a mi hermana quien esta sonriendo.

Un rato después estaba haciendo el almuerzo mientras que Georgia se encarga de hablar demasiado contándome todo lo que ella supone que me perdí en los meses que no nos vimos, me habla hasta de un chico que me hace fruncir el ceño, aunque Georgia tuviera diecisiete años no significaba que estaba sumamente emocionada por escucharla hablar de chicos.

Mas cuando se que a esa edad los chicos son idiotas.

Saco las papas fritas del aceite y es cuando me doy cuenta que Georgia se quedo callada, me volteo a verla con las mejillas rojas mientras que Ezra ingresa a la cocina con una sonrisa engreída y lo que pretende ser inocente. Creo que toda mi familia, gran parte de mis hermanas y mi abuela, estan completamente enamoradas de Ezra.

Puedo entenderlo, el chico es un encanto aunque no lo parezca y tiene su lado oculto que nadie sabe.

—Un gusto verte, Georgia, ¿a que debemos tu visita?

—Oh, papá me llevo a universidades...me adelanto para ir viendo de a poco lo que quiero estudiar.

—¿Entonces te veremos mas seguido aquí?, podrias vivir con tu hermanito.—dice Ezra y lo miro frunciendo el ceño porque se que sus palabras quieren tocarme todos los nervios, Georgia se ríe de una forma que la hace ver como una niña estúpida. Ellos dos hablan y Ezra la rodea con sus brazos dejando que mi hermana se apoye en su hombro, carraspeo con fuerza pero mi amigo sonríe inocente acariciando el cabello de mi hermano.

—Mejor suéltense y pongan la mesa.

Georgia se separa de Ezra con la sonrisa de niña tonta mientras busca los platos, mi amigo me roba una papa frita e insulta cuando esta le quema la lengua. Lo miro divertido mientras él intenta controlarse.

—Eso te pasa por andar de coqueto con mi hermanita.

—Tu hermanita.—dice tras tragar.—Es casi una mujer, y no podrás evitar que otros chicos la miren.

—Pero para ustedes, es mi hermanita, el mas mínimo acercamiento hacia ellas mínimamente le piden matrimonio.

—Eres un exagerado.

—¿De que hablan?—pregunta Georgia, Ezra la abraza por los hombros quedándose cerca de ella, a lo que yo bufo, Ezra sonríe.

—De que tu hermano es un exagerado.

—Oh si, siempre lo fue.

Fue un divertido almuerzo comiendo las hamburguesas con papas fritas, las voces de Georgia y Ezra eran las que mas llenaban en la mesa mientras que yo intentaba no poner los ojos en blanco bastante seguido por los acercamientos de mi amigo con ella.

Ella pregunto demasiado por el resto de la banda y hablamos sin parar. Jugamos videojuegos los tres y caminamos por la ciudad nevada de Londres. En algún punto cerca del anochecer, Georgia parecía aburrida.

—Magnus.—dice ella interrumpiendo mi charla.—¿Podemos hacer algo divertido?

—¿No te parece divertido nuestro día?

—¡Claro que si!, ame estar contigo en todo momento, fue divertido, hasta tus celos con Ezra fueron divertidos. Pero llevamos caminando en Londres como si fueras un guía turístico señalándome cosas que ni siquiera a ti te parecen interesante.—dice ella, abri la boca para contestar pero vuelvo a cerrarla porque lamentablemente tiene razón. Suspire mientras asentía.

—Bien, tienes razón, haremos algo que tu quieras ahora...¿Qué quieres hacer?

—¿Me llevas a un bar?

—No tienes ni dieciocho.

—¿Y?, Percy y tu se colaron en un bar junto con Niklas y sus amigos...no te vengas a hacer el de los buenos ejemplos, hermano mayor.


Me gusta la vida nocturna de Londres, por lo cual conocer clubes y bar era una experiencia que ya tenia bastante conocida. Conocía la mayoría de los mejores bares de la ciudad, y se que muy pocos dejarían entrar a mi hermana sin pedir su identificación. Agradecía que Georgia pareciera una chica mas grande o de lo contrario todos los lugares se nos serian prohibidos.

Nos sentamos en unos sillones blancos que no eran muy cómodos mientras veíamos el escenario disponible en forma de rectángulo donde alguno se ponía a cantar, era un bar bastante agradable con luces tenues y personas hablando en diferentes mesas.

Mi hermana acomoda su cabello suelto y me sonríe.

—¿Qué beberé?

—¿Tu? Una coca-cola.

—¡Magnus!—se queja ella.—Me diste un poco de tu cerveza cuando tenia quince.

—Si, pero estábamos en casa.—dije dándole unos billetes.—Coca-cola niña, y a mi si una cerveza.

Georgia rueda sus ojos pero me sonríe ligeramente levantándose tras agarrar el dinero, la veo mezclarse entre la gente para caminar a la barra donde intenta llamar la atención de la bartender, me quede contemplando el escenario del bar donde una chica de cabello claro con una guitarra se pone a cantar.

—Que sorpresa verte aquí solo sin los otros cuatro.—dice una voz a mi lado, me volteo para encontrarme con Camille quien sonríe con los labios pintados de rojo y un vestido ajustado a su cuerpo que me hace tragar con fuerza. Había teñido su cabello claror, ahora lo llevaba de un color oscuro que resaltaba mas el color de sus ojos.

—¿Tu que haces aquí, Camille?

—Dawson quiso juntarse con unos colegas aquí y me trajo, ya sabes, como su pequeño y bonito trofeo.—comenta Camille, si Dawson estaba cerca debía mantenerme al margen, se que el hombre no dudaría ni dos segundos en golpearme si me ve hablando con Camille cuando ya se corrió el verdadero rumor de que nos acostamos.

Y seguimos acostándonos.

Camille se ríe echándose el cabello hacia atrás.

—Relajate, él esta en el segundo piso, ni notara que me fui esta muy ocupado hablando de golf...creo.—dice ella con una sonrisa traviesa.—Estaba pensando, que luego podria ir a tu departamento, ¿Qué opinas?

La mano de Camille acaricia mi cabello y siento su perfume cuando se acerca.

—Estaría bien...pero mi hermana esta quedándose con nosotros.—dije y frunci el ceño.—En realidad, se esta tardando.

Le doy la espalda a Camille mientras busco a mi hermana entre todas las personas del bar, solo la perdí de vista unos pocos minutos, era imposible que se haya ido. La encuentro acorralada contra una pared junto a dos hombres notablemente mas grande que ella, Georgia se aferra a los vasos, uno de cerveza y otro de gaseosa con la mirada seria y la mandibula apretada. Se lo que ella aparentaba, aparentaba no tenerles miedo mientras que yo noto que sus piernas tiemblan.

Me levanto del sillón dejando a Camille sola. Me acerco a los dos chicos que no tardo en reconocerlos, son mellizos influencers de instagram, ambos latinos, sin mas lo recuerdo, se hicieron famosos por una canción de reguetton hace un año.

—¿Todo bien chicos?—pregunte haciendo que los tres me miren, mi hermana tenía un terror absoluto en sus ojos que oculta muy bien con el rostro desinteresado.

—Todo bien, estábamos conociendo a la señorita—dice uno de ellos diciendo señorita en español, mi español era muy escaso pero creo haberlo entendido.

La señorita.—dije repitiendo la palabra provocando la risa nerviosa de mi hermana.—Viene conmigo, asi que si nos disculpan, la llevare a nuestra mesa.

Me abro paso entre los dos chicos agarrando a Georgia de los hombros para sacarla de ahí, veo como uno de ellos le da un golpe a mi hermana en la nalga haciendo que Georgia salte y se voltee sorprendida y enojada. Miro a los dos chicos molesto mientras que ellos rien.

—Discúlpense con ella ahora.

—Oh vamos Magnus, solo estábamos jugando.—dice uno de ellos.

—Cuando te olvides de tu zorrita podrias prestármela, parece tener cara de saber lo que hace.

Georgia le tiro las bebidas a uno de ellos, mascullo un "zorra" y es cuando toda la pelea comienza. Yo contra ellos dos ganándonos nuestros buenos golpes, el grito de Georgia diciendo mi nombre mientras que seguíamos peleando, tire a uno de los chicos al suelo pegándole repetidas veces mientras que su hermano me agarra para detenerme y seguimos peleándonos.

La seguridad del bar aparece y los mellizos se detienen antes de irse, la seguridad me agarra de los brazos llevándome afuera mientras intentaba soltarme.

—¿Magnus?—escucho la voz de mi hermana, intento soltarme pero la seguridad me sostiene con fuerza mientras abren la puerta de una patrulla, siento el flash de unas cámaras de celulares, estaba segundo que algunos eran paparazis en cubierto que se lamentaban no tener sus cámaras.

Me volteo a ver a Georgia mientras era arrastrado al auto del oficial.

—¡Ve a casa y dile a Ezra que paso!, ¿sabes llegar, no?

—Eh...si.

—¡Dile que llame a Dylan!, derecho a mi departamento, ¿me oíste?


Las celdas son incomodas, el techo tiene una gran mancha de moho que estoy mirando hace horas mientras que mis manos se entrelazan encima del vientre, me tiraron dentro como si fuera un animal y aunque estaba sangrando y adolorido me quede dormido. Estaba demasiado cansado como para hacer otra cosa.

Escucho unos pasos caminar al pasillo y el ruido de varias llaves. Las rejas se abren y levanto mi cabeza encontrándome con Dylan quien me ofrece una sonrisa agotada, Dylan se acerca a mi y agarra mi rostro con una mano evaluando los golpes.

—Tu pelea con los hermanos Vazquez esta en toda internet, los dos son bastate bueno para fingir ser las victimas de tu arrebato de ira, ojala fueran igual de buenos con sus canciones aparte de tener una cara bonita...¿Necesitas ir a la enfermería?

—No.—dije, Dylan suelta mi rostro.

—Vamos, tu fianza esta pagada, y ten esto.—dice dándome lentes de sol.—Los querrás usar.

Me coloque los lentes de sol y atine a mirar al suelo mientras escuchaba voces de reporteros y cámaras con flashes. La mano de Dylan se apoya en mi hombro en lo que me acompaña al auto mientras que uno de seguridad aleja a todos los demás. Me subi al auto junto a él y me quede en silencio mientras que el auto iba en movimiento, apoye mi cabeza en el asiento.

—Gracias por pagar mi fianza.

—Es mi trabajo, Magnus. Aunque soy honesto, pensaba en dejarte ahí y conseguir otro baterista.

Me voltee a verlo dándole una sonrisa cansada.

—No buscaras otro, tu me amas.

—Te amo como amo mis espinillas.

—Debe ser mucho porque aun las tienes.

Dylan se lleva una mano a su nariz preocupado rio a carcajadas, me arrepiento porque las costillas me duelen. Dylan niega como si estuviera lidiando con el hijo adolescente que nunca pidió tener. Llegamos al departamento y Dylan suspira.

—¿Estaras bien?—pregunta y asentí.—Puedes llamarme Magnus.

—Lo se.—murmure.—Te veo en los ensayos, tenemos uno pronto, ¿no?

Dylan asiente y me despedí de él para subir a mi edificio, saludo al portero mientras camino al ascensor donde me recuesto en una de las paredes y miro al espejo, mi estado es lamentable, tengo el rostro con moretones y sangre seca debajo de mi nariz. Miro mis manos y bufo hasta llegar a mi piso.

No se donde quedaron mis llaves, entonces toco la puerta, donde Ezra no tardo en abrirme. Mi amigo me mira entre preocupado y aliviado, ingreso a la casa.

—¿Dónde esta Georgia?

—Tu padre vino a buscarla...—dice Ezra y lo miro.—Ella estaba algo alterada entonces pensó que llamar a tu padre ayudaría para ver si te sacaban mas rápido que esperar a Dylan, pero él solo llego a buscarla, grito un par de cosas que no creo que tenga que repetirlas...y se la llevo.

—¿Me prestas tu celular?—le pregunte, él no dudo en dármelo, yo no sabia donde quedo el mio. Seguramente junto a mis desaparecidas llaves, marque el numero de mi padre quien no me atendió, y luego el de mi hermana, que si me atendió, pero era la voz de mi padre diciendo que mejor no llamara por un tiempo luego de lo que hice.

Deje el celular de Ezra en una mesa y fui a mi habitación cerrando la puerta detrás mio. Cerre los ojos unos segundos intentando respirar para calmar el temblor en mis manos, no era la primera vez que los reporteros estaban en mi contra, no era la primera vez que era el villano de una historia, debería acostumbrarme, ¿no?.

Agarre las baquetas y me senté en la batería que tengo en mi habitación. Muevo los dedos en las baquetas y comienzo a tocar con fuerza haciendo que el instrumento suene lo mas que puede. No toco nada en concreto, no hago ninguna canción conocida, solo me encargo de improvisar moviendo mis manos por los redoblantes.

No me doy cuenta de que alguien toco el timbre del departamento, ni siquiera estoy consiente de que hay personas en el living mientras sigo tocando el instrumento, seguramente rompería algo en cualquier momento.

Alguien abre la puerta de mi cuarto mientras sigo tocando el instrumento, me detengo cuando siento las manos de alguien en mis hombros y suspiro agitado.

—¿Qué tal si me das las baquetas?—dice Zoe con una voz tranquila que parece que necesitaba oir, le doy las baquetas mientras ella acaricia el cabello de mi nuca y besa mi coronilla.—¿Estas bien Magnus?

Suspire, veo las piernas de todos mis amigos amontonados en el marco de la puerta pero no alzo los ojos para verle los rostros.

—Si.

—No, pero esta bien.—dice ella acariciando mi cabello.—¿Puedo hacer algo para ti?

Alzo mis ojos para verla y ella me sonríe un poco, sus manos acarician mi nariz que me duele un poco, se que estaba en un estado lamentable frente a ella. Me levanto quedando mas alta que ella, Zoe me devuelve la mirada, la rodeo con mis brazos ocultando mi rostro en su cuello mientras que ella acaricia mi espalda con cuidado y suspire.

Todos mis problemas parecían esfumarse en un simple abrazo.


-------------

Ig: Julxswatt99

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro