Capitulo 7
Zoe
Mi culo amenazaba con congelarse en lo que corria por todo el salón de tatuajes prendiendo los calefactores, una de las desventajas de ser la primera en llegar y haberle dado el turno a una persona que parecía demasiado puntual, me obligaba a ser aun mas puntual y encender calefactores para calentar el helado local.
La nieve había aumentado en estos días, llenando los caminos, provocando que la gente se ponga de mal humor y que con el hielo en las calles se hiciera mucho mas peligroso conducir, por ende tuve que venir en un taxi quien lo manejaba un hombre el cual no dejaba de quejarse del mal clima de Londres. Una vez que prendí el ultimo calefactor, suspiro aliviada comenzando a sacarme el abrigo y poniéndolo detrás el mostrador quedándome con mi remera ajustada a rayas rojas libres.
La puerta del servicio se abre de donde sale Denis con una cara de agotado y malhumorado, era hijo del dueño y por lo que supuse, estaba castigado y fue obligado a abrir la tienda de tatuajes. Denis me echa una mirada, hay algo que me deja intranquila de la forma en la que me mira, cuando sus ojos cafés se clavan en mi cuerpo y parece evaluarme.
Por el momento, finjo distraerme mientras veo el libro de tatuajes esperando a mi primer cliente quien tiene turno en menos de quince minutos.
—¿Sabes? Podrías agradecerme por hacer que me levante temprano para abrirte la puerta del local.—habla con su voz grave, decido seguir concentrada en el libro de tatuajes.
—Tu padre es el dueño, entonces no es mi culpa que él te obligue a que tengas que despertarte para que hagas algo con tu vida.
—Uh cuidado, no tienes por qué hacerme enojar.—dice Denis mientras se coloca detrás mío, me relaje aun cuando siento su aliento chocar en mi nuca y la peligrosa cercanía de su cuerpo con el mio.
—¿Me dejas mi espacio?.-pregunte sonando brusca, percibo la sonrisa de Denis aun detrás mio mientras que su cuerpo se va acercando.
—Oh vamos, aun falta para que vengan, ¿Por qué no mejor me agradeces el echo de que me tome mi tiempo de abrirte el local?, podrías ser buena en eso.
Podría gritarle al hijo del dueño los mil insultos, patearlo y seguir con mi vida, pero eso significaba que seria echada de un buen puesto en el que tengo mas clientes de los que tenia cuando la oficina de tatuajes era en el garaje de casa.
Para mi suerte, Denis se aleja de mi cundo ingresa la chica a la que le debo hacer un tatuaje. Ella comienza a disculparse diciendo un montón de cosas del clima, no puedo creer que una conversación tan tribal del clima sea algo que me alegre oír para alejarme lo mas rápido de Denis e ir a mi puesto de tatuajes.
Trabaje toda la mañana evitando a Denis, quien seguía en el mostrador atendiendo a los clientes con una expresión de aburrido, el resto de mis compañeros del local de tatuajes comenzaron a llegar lo que para mi venía bien sabiendo que no estaba sola en este momento.
Lo que me gustaba de mi trabajo era conocer nuevas personas y pasarme horas hablando con ellas, algunos me venían con toda la historia de porque querian el tatuaje que eligieron, otros simplemente me buscaban como una terapeuta que cobra por dibujarles permanentemente su brazo y los escucha, no soy la mejor para los consejos, pero al menos hago todo lo mejor que puedo.
Estaba atardeciendo y me sentía bastante agotada mientras limpiaba los objetos y acomodaba mi pequeño rincón de tatuajes, sentía que la muñeca me dolía demasiado, bostece fregándome los ojos.
—Pues alguien tiene sueño.—Dice Clementine dándome café en un vaso de cartón.
—Llevo tatuando bastante temprano, todo lo que puedo ver son imágenes y pieles.-conteste bebiendo sintiendo el sabor del café y su calidez ingresar por mi cuerpo, Clementine se ríe mientras que ella prosigue a hablarme de sus clientes y de como una chica estuvo llorando por el tatuaje de un candado que se hizo cerca de su sexo.
Clementine era bastante grafica con sus explicaciones que si no estuviera acostumbrada, ya habría vomitado el café que estaba bebiendo. Por otro lado, nuestro compañero de tatuajes, Henry, no estaba tan acostumbrado a las historias y había llegado a la parte mas gráfica.
Era gracioso ver sus cejas pelirrojas fruncidas mientras sacaba la lengua asqueado.
—¿¡Porque alguien se haría tal tortura!?—explota el pelirrojo cuando Clementine termino. Nuestra rubia amiga se encoge de hombros con una sonrisita.
—Porque me paga y yo solo cumplo.
Unas risitas tontas nos distrajeron y es cuando nos amos vuelta observando a Brooke quien estaba de espalda a nosotros hablando con Denis, era obvio por su movimiento corporal que estaban coqueteando, pero los ojos cafés de Denis a veces se clavaban en los mios y provocaba que me estremeciera cuando aparecía esa sonrisa.
Me cruce de brazos acercándome mas al cuerpo de Henry.
—¿Saben? Según me entere, ya hay personas mandando curriculums para el puesto de hacer pircings, espero que quede uno que este bueno...y joven.-dice Henry.
—A mi no me molestaría una mujer.
—Estoy lleno de mujeres, algunos lo considerarían un paraíso y yo podría, si tan solo me gustaran como a ti.—dice él, Clementine sonríe pasándose la lengua por sus labios seguramente imaginándose su nueva conquista si es que contrataban una mujer.
—Bueno, mi turno acabo, pero debo irme.—dije despidiéndome de mis dos compañeros mientras buscaba mi abrigo pasando por el lado de Brooke y Denis, me despedí de la castaña colocando mi campera antes de retirarme fuera del local.
El frio de Londres pego de golpe en mi rostro mientras que mis pie pisaban la nieve en lo que camine unos pasos acercándome a la calle buscando algún taxi que pudiera estar pasando, pero la suerte no estaba en mi favor, todos debían estar tan complicados con la nieve que los taxis deberían estar ocupados.
Irme caminando no era una opción que me gustara demasiado.
—¿Necesitas que te lleve?—pregunta la voz de Denis detrás mio, suspire volteando a verlo, se había puesto su campera negra con la que lo vi en esta mañana, él balancea las llaves de su auto frente a mis ojos, escondí mis manos en mi campera.
—No tengo dinero para pagarte.
Denis se ríe relamiéndose los labios.
—Puedes pagarme de otras formas, lo pondré en tu cuenta junto en lo de abrir el local bastante temprano.—dice él.—Al no ser que quieras esperar a que uno de los chicos terminen su horario y creeme falta bastante para eso, que yo te lleve será mas rápido.
Usualmente no me considero una chica que se deje intimidar tan fácilmente por la presencia masculina, pero es como si Denis supiera hacerme pequeña y pisotearme con facilidad.
Le di la espalda sacando mi celular buscando en mis listas de contactos mientras que Denis se cruzaba de brazos de manera presumida, seguramente por sus adentros estaba esperando a que nadie me atendiera y me tuviera que llevar.
—¿Zoe?, se rápida estoy en medio de una reunión.—dice Skyler y cerré los ojos un segundo.—¿Estas bien?
—Oh si solo...quería saber si podías buscarme del trabajo, pero si estas ocupada...
—Hum, puedo pedirle a Percy que pase por ti si quieres, ya debió haber terminado, lo llamare espera ahí.
No alcancé a decirle a Skyler que no se tomara molestias que mi amiga ya me había cortado, me volteo encontrándome con la sonrisa
Me quede unos cuantos minutos congelándome fuera del local, sabía que podía entrar pero al estar todos trabajando significaba estar mas tiempo a solas con Denis, y para ser honestos, prefiero congelarme afuera en la nieve que ingresar. Mi nariz estaba rosada y fría mientras que Denis seguía cruzado de brazos sobre su pecho.
—¿Segura que no quieres que te lleve?—pregunta Denis acercándose a mi.—Vamos, tu y yo en un lugar mas cómodo y caliente suena mejor...
Estaba por comportarme como toda una grosera con el chico, cuando veo como una bola de nieve golpea su cara, me volteo para encontrarme con tres chicos de Midas King caminando hacia mi, Caleb reía a carcajadas mientras que en su mano sostiene un vaso de carton con lo que yo supongo es café, mientras que Percy negaba, Magnus sonreía inocente como un niño pequeño.
—Lo lamento, mala puntería.-dice Magnus cuando llegan a mi lado.
—Ya lo note, creo que eres mejor con la guitarra.
—Toco la batería.
—Si, por eso.
Magnus rueda sus ojos mientras siento su brazo alrededor mio, Caleb solo sonríe bebiendo café.
—No tenemos el gusto, somos los amigos de Zoe.—dice Caleb.
—Yo soy su jefe.
—Mas bien el hijo.—dije yo esta vez.—Como sea, ¿ya nos vamos? Estoy muriéndome de frio.
—La carroza espera.—comenta Percy con una ridícula reverencia que me hace reír. Me despido con un movimiento de mano de Denis mientras sigo pegada al cuerpo de Magnus dejando que me brinde todo el calor, a este paso mis huesos ya estaban demasiado congelados.
Los chicos hablaban entre ellos sobre tantas cosas que apenas podía ir guiándome con la conversación, comenzaron hablando de lo que estaban haciendo en el estudio, hasta preguntarme de mi trabajo y todo finalizo con una ridícula discusión sobre que pedirían para comer en el departamento de Percy.
Magnus me abrió la puerta de la parte de atrás en donde me subo y el luego de mi, Percy y Caleb ahora hablaban sobre la música que pondrían, estos chicos tenían unas conversaciones tan diferentes que te perdias un segundo y podrian hablar de cualquier cosa.
—Percy.—dije deteniendo la conversación y él clava sus ojos celestes por el espejo.—Gracias por buscarme.
—No hay de que, yo me disculpo, Caleb estaba encaprichado con querer que lo lleve a por un frapuchino y Magnus encaprichado por verte.
El rubio a mi lado fulmina a su amigo con la mirada mientras que alcanzo a ver una sonrisa en la boca de Percy y Caleb bebe su café.
—¿Querias verme por algo en especial?—pregunte con una sonrisa, Magnus me mira antes de suspirar.
—En realidad era para advertirte.—dice el rubio.—Salieron algunas fotos del club contigo, tranquila, no se te ve mucho, aparte no debes preocuparte por rumores porque junto con esas fotos luego salieron otras donde aparentemente estoy de novio con una actriz de diecisiete años solo porque la segui en instagram.
—Oh...bueno, gracias...
El rubio solo asiente una vez y mira hacia afuera en la blanca nieve.
Solo hubo un silencio de pocos segundos antes de que Caleb comenzara una conversación sobre algo, estuvimos hablando mientras que el rubio se quedo callado en lo que quedaba del camino, llegamos al departamento de Percy un rato mas tarde y entre los tres nos pusimos a debatir sobre que cenar hasta que mi amiga llego del trabajo con una enorme sonrisa y se puso a hablar de la reunión sobre su libro.
Me ponía feliz ver como Skyler progresaba en su libro, y en como Percy la besaba demasiado provocando su risa y sus inútiles y vagos intentos de alejarlo. Buscaba a Magnus con la mirada pero él estaba mas ocupado con su vista en la televisión.
—¡Ja!, te gane.—dice Addy señalando a Ethan, el chico gruñe mientras le da el dinero falso del juego en lo que yo sonrío observando mis cartas, sabia que estaba a punto de perder, Addy era bastante buena en este juego de mesa.
Nos encontrábamos en su habitación de hospital, los tres acomodados en su camilla, la espalda de mi hermana apoyada en la ventana que le ofrecía una linda vista de la blanca ciudad, mientras que Ethan estaba un poco más alejado para no espiarla y yo sentada en los pies de la cama jugando con ellos. En la clínica se escuchaban los típicos ruidos de enfermeras, doctores y familiare caminando en el pasillo, mientras que en el cuarto de Addy, por la televisión estaba prendido en un canal de noticias que dejamos.
Ethan y Addy comienzan una tonta discusión entre risas y empujones suaves sobre lo mal perdedor que es el chico, y este la acusaba a ella de tramposa. Observo mi celular que indica una llamada perdida de papá, últimamente estuvo muy insistente con las mismas. Nunca atiendo ninguna, aunque debo admitir que a veces me da curiosidad.
—¡Oh mira!, ¿sabes que yo los conozco?—pregunta Addy señalando la tele y se voltea a ver a Ethan —Los conocí antes de famosos.
—No te creo.
Me volteo a ver la televisión donde presentan la imagen del rubio, una imagen muy apuesta sacada de revista con sus ojos celestes fijos en la pantalla que sentía que me atravesaban, cuando leo los titulares dejo de respirar y presiento que a Addy le pasa lo mismo. "Magnus Willminton arrestado tras la pelea en un bar".
Eso si que no era nada bueno.
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