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Capitulo 26

Zoe

Intento adaptarme a la luz que entraba por mi ventana, me había quedado dormida tras leer uno de los libros que me recomendó Rosie. Estaba soñando con aquel mundo fantasioso donde yo era la protagonista, donde había dragones y tenía geniales poderes saliendo de mis manos... mataría al que me hubiera interrumpido en el sueño, eso sin duda.

Con la mirada busco el ruido proveniente que interrumpió mi sueño hasta encontrar con mi celular en la mesita de luz. Me estiro agarrándolo viendo el identificador de llamadas, suelto un suspiro atendiéndole.

—Si Percy, le hice llegar a Skyler tu regalo de cumpleaños te lo dije...¿Percy?

—Zoe...no hay buena señal, apenas agarre...ag-cobertrua...estamos en medio de una tormenta resguardados en el hotel, apenas esta calmándose o eso creen.—dice Percy aunque debería darle créditos porque su señal era completamente terrible.—Nac...cesito ...favor.

Mi paciencia no era demasiada debía ser honesta, pero que Percy me llamara específicamente a mi por un favor es que sin duda era algo grave.

—Ma...gnus se fue en ...gira.—dice y suspire.—Esta en Whymohaim y no...sabemos...él desde que...fue-—dice con las palabras entrecortadas por las llamadas pero podía interpretarlo.-Pue....¿ir por favor?

—No se donde vive Percy.

—...saber, pero...mando ubicación.

—Si claro...salgo ahora.

Percy me agradece, o lo intento al menos antes de cortar. Comencé a vestirme hasta que veo la notificación con su mensaje indicándome la dirección de la casa de Magnus, consulte los horarios de los trenes y veo que estaba por salir uno en media hora. Agarre mi mochila tras guardar todo mientras enviaba mensajes a mamá y a mis amigos.

No supe mucho de Magnus los últimos días, excepto lo de su último concierto. Skyler me lo contó, el fallecimiento de Dorothea le habrá caído como un puñal, hasta a mi me dolió y eso que la conocí muy poco. Pero perder a alguien quien era tu figura materna tenía que ser muy duro para él, quise mandarle un mensaje, pero me quede horas viendo la pantalla del celular clavada en nuestra última y lejana conversación que no se me ocurrió nada para decirle.

Ni pude decirle cuanto lo sentía.

Fui a la parada de tren mas cercana y saque el boleto con el horario mas cercano, espere en un total de treinta minutos y en mi espera estuve mandándole mensajes a mis amigos diciendo que no iria a trabajar.

Me senté en el asiento de tren asignado y me abrace a mi mochila mientras emprendía el viaje, de a poco todo el paisaje de edificios y calles asfaltadas quedaron a tras revelando los lugares verdes, tal vez tuve que decirles a Skyler, Rosie y Klaus que me acompañaban, lo veía lo mas sensato para hacer. Cerré los ojos apoyando mi cabeza en el asiento.

Unas horas después, me desperté por la sacudida que dio el tren al frenarse y baje colgándome la mochila en el hombro. El último mensaje que me mando Percy fue con la ubicación, esperaba que pronto ellos pudieran volver a Londres. Me subí al primer taxi que encontré y le di la dirección del lugar.

El pueblo era similar a cualquier otro, con las casas echas de ladrillo visto, personas que se estaban saludando en la calle como si se conocieran de toda la vida, y tiendas que se encontraban abiertas. Cuando estaciono frente a la casa de Magnus me quede un rato encima viendo el lugar, y me baje solo cuando el taxista con mala cara me dijo que tenia mas turnos que hacer.

Salvo por un pequeño pozo y una pala de juguete a su lado, tenía un lindo jardín delantero, un camino me dirigía hacia la entrada que tenia una alfombra donde podías leer "bienvenidos", las cortinas de color blanco tapaban la vista desde el interior. Trague saliva caminando a la entrada donde levante la mano y toque la puerta dos veces, esperaba que Magnus fuera el que me abriera porque no me prepare psicológicamente para conocer a su madre.

Sin embargo, la que me abre la puerta es una niña, calculaba que tendría la edad de Addy. De ojos oscuros y el cabello rubio oscuro atado en una trenza vestida aun en pijama, detrás suyo había una niña de cabello mas claro, lo llevaba suelto y despeinado, supongo que acababa de levantarse  y ojos celestes que miraba curiosa.

—Ustedes deben ser Violet y Ellie, ¿no?—pregunte, la mayor entrecierra los ojos de manera desconfiada y se que pronto me cerraría la puerta en la cara.—Me llamo Zoe, soy amiga de su hermano.

—No te creo.

—Bueno, no te culpo.—dije intentando bromear. Pero Violet me miraba seria, claro que no podía culparla, era una desconocida que venia a su casa a un día de la muerte de su abuela diciendo que conoce a su hermano.

Suspire sacando mi celular para mostrarle que tenia a Magnus y a Midas King en mis contactos, incluso algunas fotografías. La menor tira de la mano de su hermana.

—¡Vivi!, ¡Magnus nos a hablado de una Zoe!—dice la pequeña.

La mayor pasa la mirada de su hermana menor a mi devolviéndome el celular.

—Entonces supongo que debes ser tu...bien, puedes entrar.—Violet abre más la puerta viéndome con cautela. La casa era linda y espaciosa, la entrada tenía un perchero para poner los abrigos, había muchas fotografías de las niñas en la pared, cuando las niñas comienzan a caminar las sigo a una pequeña distancia es que no se como comportarme en estos casos, entonces finjo estar sumamente interesada en la arquitectura moderna y la decoración clara en la casa. La mayor me guía hacia donde esta Magnus, mientras me miraba de reojo, me sorprendía que no hayamos subido las escaleras, si no que caminamos por unos pasillos hasta parar en una puerta marrón.

—¿Sus padres?

—Fueron con los tíos a ver unas cosas de la abuela...Magnus nos cuida.—me explica viéndome.

—Claro...¿este es su cuarto?—pregunte señalando la puerta. 

—Mami dijo que el cuarto de Magnus es el sótano.—dice Ellie viéndome, asentí una vez, bueno ahora podía entender mejor la relación de Magnus con su madre.

—Estaría bueno que hablaras con él, estuvo encerrado ahí toda la mañana...—Dice viéndome, sonreí y asentí mientras abría la puerta para ingresar, cerré la puerta detrás de mí agarrándome de la baranda para bajar, agradecía que la luz estuviera encendida. La madera crujía bajo mi peso al caminar, pero eso no llamaba la atención del rubio que estaba haciendo demasiado ruido.

Seguramente su madre hizo el sótano anti ruido, porque la batería estaba sonando con todo en estos momentos. Llego a verlo vestido con pantalones de dormir color negro y una remera manga corta del mismo color, hay un sillón gris acomodado frente a una pequeña y vieja televisión, por las mantas color crema supongo que ahí es donde a dormido. Suelto un suspiro acercándome a él donde le toco el hombro provocando que se altere y las baquetas terminen en el suelo. Se voltea a verme donde noto unas pequeñas ojeras y ojos rojos viéndome atentamente.

—¿Qué haces aquí?—pregunta de golpe.

—Bueno...pensé que necesitarías un amigo.

—Un amigo.—Repite levantándose.—Cualquiera menos tu de ser posible...¿enserio estas aquí?—vuelve a preguntar.—¿Cómo es que llegaste?

—Los chicos están encerrados en una tormenta demasiado fuerte y me dijeron de que venga a verte.

—Así que viniste porque te lo pidieron.—dice levantándose, junta las baquetas del suelo y camina de manera torpe a donde veo una botellita de cerveza, deja las baquetas y agarra la botella para echarle un trago. 

—No solo por eso, también vine porque eres mi amigo.—dije viéndolo.—Porque se lo mucho que amabas a Dorothea, y porque se como debes estar sintiéndote ahora mismo.

—Oh no Zoe, no somos amigos, no puedo ser tu amigo.—dice viéndome mientras le da un trago a lo que quedaba de cerveza, frustrado porque el alcohol se acabo la deja de lado mientras sigue hablando.—Porque los amigos no se gustan, y tu me gustas mucho, también te odio demasiado, de todas las personas que espero que estén aquí tu eres la ultima de esa lista.

—Se que estas enojado...—dije con calma ignorando como el corazón se me estaba estrujando en sus palabras. Si me ponía a la defensiva, como usualmente hago, eso solo provocaría mas peleas. 

—Estoy dolido contigo Zoe, y ya debo intentar superarte, no es que quiera ¿sabes?, no es que quiera olvidarte o que dejes de gustarme. —dice acercándose a mi, apestaba a alcohol ¿Qué tan temprano comenzó a beber? podía darme cuenta el cansancio que llevaba encima con facilidad.—Pero ya llegue a un limite, y estoy agotado, duermo en un mugroso sillón porque todas mis cosas fueron retiradas, la persona con la que mas sentía que podía hablar en el mundo ya no está, ¿Qué tengo?

—Unas hermanas menores que te aman como nunca, unos increíbles amigos y a mi.—dije acariciando su mejilla.—Magnus estas bien, puedes caerte voy a sostenerte esta vez como tu lo has hecho con todos siempre.

Rodeo su cuello con mis brazos y Magnus tarda un rato antes de abrazarme y hundir su cara en mi cuello. Es cuestión de segundos que le toma para que sienta sus lágrimas contra mi piel mientras me abrazaba con mas fuerza, acaricie su cabello mientras suspiraba.

Minutos después, Magnus había caído dormido, estaba recostado en mi estomago mientras que acariciaba su cabello, en la televisión dejamos un programa donde pasaban una película animada. Pero no la estaba viendo realmente, mire al rubio dormir rodeando mi cuerpo con su brazo mientras su respiración era pesada.

La puerta del sótano se abre, y Violet baja las escaleras, ahora estaba vestida con jeans y una remera violeta con zapatillas negras. Me observa atentamente y se que debo parecer una imagen demasiado curiosa para ella.

—Creo que anoche no durmió.—dice ella.—¿Está bien?

—Solo agotado...

—¿Sabes prender un horno?—me pregunta luego de un rato de silencio.—Ellie tiene hambre y quiere panqueques, se hacer los comunes, pero mamá no me deja prender el horno, menos sin supervisión...y tu bueno...eres una adulta.

Intente no reirme ante la explicación, pero asentí, retire con cuidado el brazo de Magnus de mi cuerpo provocando que le salga un quejido, pero siguió durmiendo. 

—Bueno...se hacerlos...y se añadirle frutas seca si quieres intentar.—dije, Violet me da lo que supongo que es la pequeña sombra de una sonrisa. Cuando sonreía podía verle el parecido con su hermano, los ojos brillantes y la cara de diversión. Me levante con cuidado dejando al rubio dormir y fuimos con Violet.

La cocina era pequeña, con encimeras de color blanco y piedra gris, ambas hermanas de Magnus me iban alcanzando todo lo que pedía mientras. Ellie era mas charlatana que Violet, la menor de las hermanas me contaba un montón de cosas de su hermano mayor, sin duda le tenía un gran amor al chico rubio. La mayor se quedaba mas en silencio viéndome de reojo, no podía culparla, era una desconocida para ella. 

—Mamá tiene chispas de chocolate, ¿le ponemos?—pregunta Ellie viendo a su hermana. Ella me mira a mi.

—Por mi no hay problema...no me moveré de aquí, vayan.

Las niñas van corriendo a un armario que debían usar como almacenamiento para guardar el resto de ingredientes, seguí haciendo la mezcla y controlando el fuego hasta que estuviera listo, de fondo se podía escuchar a las dos hermanas teniendo una pequeña discusión sobre que llevar y que no.  Estaba a punto de llamar a las niñas, cuando reparo en una figura femenina parada en la entrada de la cocina, era demasiado alta, con los hombros anchos y la cintura pequeña, el cabello rubio le caía por la espalda y sus ojos celestes me miraban de una manera que me hacía sentir que estaba por enterrarme bajo tierra. Ella iba vestida con camisa y pantalones negros, sostenía un bolso en su mano. Su piel estaba libre de arrugas. 

De a poco fui soltando las cosas de la cocina, el corazón me estaba rebotando con fuerza en el pecho. 

—Usted debe ser la mamá de Magnus.—dije, eso provoco una reacción en la mujer, quien relaja un poco su postura, se lleva una mano al tabique de la nariz con pesar.—Lamento mucho esto, pero le prometo que limpiare, ni siquiera ensucie demasiado siempre limpio a medida que cocino. Se que es mala educación haber usado su cocina, prometo limpiar lo que falte, es que las niñas tenían hambre y Violet me dijo que si va a usar el horno prefiere que la vigilen, Magnus esta agotado y....

La mujer alza una mano haciendo que acabe todo mi palabrerío que largue en pleno ataque de nervios. La mujer me mira, y enserio deseaba que la tierra se abriera y me tragara. 

—¿Qué diablos hace una groupie aquí?—pregunto ella con una voz demasiado fría, su comentario me dejo helada en mi lugar, podía escuchar el movimiento de las niñas en alguna parte. Tragué saliva con algo de esfuerzo.

—Una...¿una groupie? cree que yo...¿soy una groupie?

—Eso es lo que eres, ¿no?—pregunta ella.—¿Qué acaso mi hijo contrato una de sus groupies como niñera?

Negué con la cabeza demasiado rápido, abrí la boca para volver a hablar, pero es la voz de Magnus la que habla. ¿En que momento se había despertado?

—Ella no es una groupie, es una amiga.—dice él, bueno antes dijo que no era una amiga y ahora lo soy, pero no estoy en posición de hablar en este momento.—¿Cómo se te ocurre llamarla Groupie?, ¿enserio crees que traería a una con mis hermanas en la casa?

Magnus se había cambiado la ropa, ahora llevaba jeans azules y zapatillas grises. Pero se quedo con la remera negra que hacía contraste con los ojos celestes, con el ceño fruncido sin duda tenía un parecido con su madre. La mujer se cruza de brazos viendo a su hijo. 

—Bueno Magnus, no me sorprendería si llegaba a serlo.—dice ella con un tono seco.

—Pudiste darle una oportunidad de explicarse, no solo tratarla de groupie.

La mujer suelta un suspiro, estaba agotada sin duda. No sabía decir que de todo, me mira sin relajar su postura.

—Lamento tratarte de Groupie.

—Ya es algo tarde, ¿no?

—Por favor Magnus, dame un respiro, ¿quieres?

—Vamos, Zoe.—dice el rubio comenzando a caminar, esquiva a su madre saliendo de la cocina, miro de su madre al rubio antes de correr detrás suyo donde ya estaba agarrando las llaves de su auto y su billetera, estaba saliendo afuera en dirección a su auto, me coloque delante suyo para frenarlo aunque sus ojos lucían furiosos, pero aun tenía la esperanza de que me escuche.

—Magnus, espera, yo también estoy enojada con tu madre por pensar que soy una cualquiera...pero tus hermanitas te quieren aquí, no las castigues a ellas, ¿si?

La mención de sus hermanas hace que su mirada cambie y relaje sus hombros, se echa el cabello hacia atrás

—Dorothea decía eso.—dice viéndome.—Que no las castigue por las peleas con mi madre.

Le ofrecí una medía sonrisa de lado, señale con mi cabeza hacía detrás suyo. Se voltea a ver la puerta donde ambas niñas estaban paradas viéndolo. Como siempre, Ellie oculta detrás de su hermana y Violet observándonos con su mirada analítica, Magnus suelta el aire que contenía, mira la hora en su celular y se voltea a sus hermanas. 

—Bueno, ¿quieren un almuerzo-desayuno?—pregunta viendo a sus hermanas, ellas le sonríen antes de correr hasta él, me mira y solo puedo ofrecerle una sonrisa mientras nos subíamos al auto.

Magnus es un increíble hermano, las hace reir durante todo el viaje, cantan las canciones de la radio a todo volumen y les permite elegir la mayor cantidad de comida que quieran. Las hace reir colocándose las papas fritas como colmillos, y juega con ellas.

Me llevo a un pequeño tour por el pueblo donde tanto él como sus hermanas estuvieron enseñándome los lugares de intereses, y compramos helado para todos. Magnus y Ellie fueron los primeros en terminar y ahora jugaban en la plaza mientras que yo hacia lo mejor con mi helado de frutilla.

—Entonces si eres como mi hermano dijo que eras.—dice Violet a mi lado, ella tenia un helado de chocolate.—Creí que era mentira.

—¿Por qué?

—Conoci a algunas amigas de mi hermano, no todas buenas.—explica comiendo.—Tu si.

—Oh...gracias.—dije viéndola, me volteó a verlo, ahora cargaba a Ellie colocándola de cabeza mientras la niña reía y gritaba.—Es increíble, ¿no?

—Es el mejor hermano.—dice comiendo.—No lo veo muy seguido, pero es muy bueno.

—Te llevarías muy bien con Addy.—dije y sus ojos oscuros me miran curiosos.—Mi hermana.

—¿Dónde esta?—pregunta, suspire terminando de comer.

—En el hospital.

—Oh...entiendo...—dice terminando su helado.—Bueno, cuando salga podría conocerla.

Le sonreí y asentí, ella se levanta para reunirse con sus dos hermanos y jugar entre los tres a perseguirse y en los juegos. Era una perfecta imagen de ellos tres, como agarraba a sus dos hermanas y las hacía girar provocando sus risas, me quede sentada observándolos en silencio soltando un suspiro.

Nos quedamos ahí un rato, hasta que unas nubes negras comenzaron a tapar el sol indicaba que se avecinaba una tormenta, las niñas se apresuran a correr al auto entre risas. Magnus me mira y me sonríe acercándose a mi, me extiende la mano.

—¿Vamos o te quedaras ahí a que te moje la lluvia?

*

Creo que nunca antes me había fijado en los detalles de Magnus a la hora de conducir, como se le marcaban ligeramente las venas de los brazos al aferrarse del volante, lo relajado que parecía lucir, la forma que sus dedos golpeaban suavemente el volante siguiendo el ritmo de la radio. Cuando me atrapa viéndolo esquivo mi mirada para observar afuera y disfrutar mejor de la vista del pueblo. 

La lluvia era lo bastante fuerte para cuando llegamos a la casa, las hermanas de Magnus se bajaron y echaron a correr apresuradas a la entrada ingresando a la misma dejándonos la puerta abierta. Magnus y yo nos bajamos unos segundos después, el agua de la lluvia hace que toda la ropa se me moje de golpe y ya sentía que iba a tener un resfriado de lo mas lindo al día siguiente.

Seguí al rubio intentando llegar lo mas rápido posible adentro, cuando siento que mi pie se hunde en algo, al bajar la mirada veo que se había atascado en el pequeño pozo de la entrada, el agua del pozo me estaba ensuciando y manchando el calzado mientras intentaba salir del mismo, ya me encontraba mojada por completo mientras seguía batallando. 

—¿Qué haces realmente aquí?

La pregunta de Magnus provocó que me olvidara de mi pie y lo mire. La lluvia ya lo había mojado por completo, se echo el cabello húmedo hacía atrás permitiéndome una mirada de sus ojos, la remera negra se le ajustaba por completo al cuerpo. 

—Porque soy tu amiga y me necesitabas.—dije, Magnus se ríe, eso provoco que mi enojo solo comenzara a aumentar.—¿Qué es tan gracioso?

—¿Eres mas amiga tu que Skyler o Rosie o incluso Klaus?—pregunta viéndome mientras que le lanzo una mirada molesta.—¡Prácticamente no me hablaste por meses, y ahora estas aquí!

—¿¡Enserio vamos a discutir que hago aquí, ahora?—pregunte viéndolo de mala manera, Magnus rueda los ojos.

El frio del agua me estaba congelando los huesos y la ropa me estaba incomodando, mi pie no hacía mas que hundirse en aquel pozo del cual no podía sacarlo. 

—Pues te veo muy entretenida con un pozo de barro en ese momento como para que podamos ir a charlar a otro lado.—me dice cruzado de brazos.—Es que no lo entiendo Zoe, me ignoraste por meses, y ahora estas aquí como si nada.

—Te ignore porque después de que me abrí contigo tu estuviste...¡asi!, me dijiste esas cosas.

—¡Porque tu no quieres escucharme cuando te hablo y te fuiste con Rhett!, no fui a ver a Camille porque quería verla, fui porque...

—¡Puedes decírmelo cuando estemos adentro, secos y entrando en calor! porque no se tu Magnus, pero me estoy muriendo de frio culpa de la maldita lluvia.—dije moviendo con fuerza mi pierna.—¡Maldito pie, ya sal!

Él intento acercarse para ayudarme, pero me negué alejandolo, él suspira frustrado cruzandose de brazos mientras me mira. Seguí tirando de mi pierna cuando veo hacía Magnus, él rubio seguía de brazos cruzados, apreté los labios molesta.

—¿¡Y vas a ayudarme!?

Se que en la mente de Magnus estaban pasando los mil insultos para mandarme al demonio, y lo tenía bien merecido la verdad. Cansado y algo molesto, se acerca a mi, coloca sus brazos en mi cadera mientras que yo rodeo los mios en su cuello teniéndolo bastante cerca. Él me mira.

—Eres un completo dolor de cabeza, Zoe, ¿te lo han dicho?

—Bueno tranquilo, no tienes que sufrir conmigo no es como si fuéramos pareja o algo.

—Gracias al cielo, seguramente ya estaría poniéndole veneno a mi café. Pobre Rhett me compadezco de él.

—Bueno, terminamos.—dije, él me mira atentamente y se la devuelvo molesta.—¿Entonces vas a sacarme o no?

Magnus rueda sus ojos y jala de mi cuerpo hacia arriba, toma unos segundos cuando siento que mi pie se libera de la zapatilla dejando la misma en el barro, pero mi pie siendo completamente libre con la media empapada. Magnus se resbala soltando una maldición y por ende termina en el suelo conmigo encima, alcanzo a poner mis manos en el suelo, mientras soy abrazada por él.

Ambos nos miramos jadeando, agotados.

—Te odio.—dice mientras corro el cabello de su rostro viéndolo.

—También te odio, en mas, creo que te odio mas de lo que tu llegarías a odiarme, si hubiera una competencia...

—¿Por qué no te callas?—pregunta en voz baja antes de agarrarme de las mejillas y besarme. Continúe su beso aferrándome a él, aun bajo la lluvia, completamente mojados, haciendo nuestra declaración de guerra, Magnus y yo nos besamos como nunca antes mientras sentía su corazón palpitar con fuerza.

Si la madre de Magnus me odio ya por el simple echo de hacerles panqueques a sus hijas, mas me habrá odiado cuando nos vio ingresar a mi y a Magnus completamente mojados por la lluvia y con él sosteniendo mi zapatilla completamente embarrada que consiguió salvar.

Lo bueno es que el agua de la ducha era caliente y podía calmar el frio que se había instalado en mis huesos. En mi cabeza seguía reproduciendo el beso que Magnus y yo nos dimos, luego de eso solo nos miramos fijamente y decidimos entrar adentro partiendo a las duchas.

Salgo cuando el agua comienza a ponerse tibia, me seco con la toalla que se me dejo en el mueble y observo la ropa que Violet amablemente saco del armario de su hermano sin molestarse en preguntarle. Me coloque los pantalones de gimnasia rojo y una remera gris, la cual reconocía bastante bien.

Y no porque se la haya visto puesta, en mas, nunca se la vi en él. Si no que la reconocí porque Rosie la usaba demasiado para dormir, pues todos los chicos de Midas King tenían las remeras de su campamento. El dibujo de la cabaña con el nombre ya estaba bastante desgastado mostrando los años que pasaron, doy la espalda al espejo y giro mi cabeza para observar su nombre escrito en la altura de los hombros.

Para cuando salgo del baño yendo a la habitación de Magnus, el ya estaba ahí, ahora su cabello estaba mojado por la ducha, tenia pantalones de jean y un sweter verde, sus ojos celestes quedan fijos en mi mientras me mira.

—Te ves bien.—dice sonriéndome mientras me siento junto a él en el sillón, suspiro viendo al televisor.

—¿Enserio?

—Iba a decir que te ves sumamente sexy con mi remera puesta, pero dudo que eso es algo que quieras oír en este momento.—dice echando su cabeza hacía atrás para verme, en la televisión seguía reproduciendo una película de comedia romántica. 

Ninguno de los dos hablo demasiado, no hablamos del beso, ni de nuestra discusión. Solo vimos la película. 

—¿Por que fuiste a ver a Camille?—pregunte llamando su atención, Magnus suspira cerrando los ojos.

—Porque tuvo un atraso y creyó que estaba embarazada de mi.—dice y sentí como iba perdiendo todo el color de mi rostro.—No esta embarazada.

—Wow...y no...¿no hay una posibilidad que haya sido de su esposo?

—Su esposo no...—empieza Magnus y luego niega.—Como sea, ese día le termine a Camille, me dio un "beso de despedida", claro que ella debía saber que habría un fotógrafo por ahí ya salió antes las fotos de nosotros cuando ella le fue infiel a su esposo conmigo esta vez era obvio que algo así pasaría. Me alegra saber que no tendré un hijo, al menos no con ella. 

Dejamos que las palabras flotaran un poco en el aire, así que todo esto pudo haberse evitado si yo no fuera tan impulsiva y gritona. Él me mira.

—¿Por qué terminaron Rhett y tu?

—Nos dimos cuenta que somos mejores como amigos. Lo nuestro no tenía futuro.—dije viéndolo, quizás debería decirle la verdad, pero estaba segura de que no se lo tomaría de una buena manera ¿y como hacerlo? yo tampoco me lo tomaría bien de estar en su lugar.

—Bueno, él se lo pierde.—dice viéndome.—Si fueras mi novia no te hubiera dejado ir. Te dejaría que me rechaces y me rompas el corazón como haces desde que nos conocemos. 

Quise ignorar el movimiento agradable de mi corazón en mi pecho, agarre su mano acariciando la misma con cuidado.

—No estuvo bien lo que te dije, sobre que eres lo que tu mamá creía de vos y sobre...—solté un suspiro.—Estoy segura de que Dorothea se sentía muy orgullosa de tí, Magnus. 

Se queda viendome en silencio, aprieta sus labios y asiente levemente. Acaricie su mano mientras nos quedamos en silencio. Dorothea fue una gran mujer orgullosa de su nieto que lamentablemente conocí muy poco, pero me agradaba, cada vez que hablaba de Magnus era un universo para ella.

El rubio me mira, pensar que cuando llegue lo encontré borracho y autodestructivo, luego nos insultamos y ahora estábamos juntos en el sillón viendo nuestros pasos.

—¿Siempre debes tener la última palabra?—me pregunta al cabo de unos segundos.

—No...

—Si, siempre debes tener la última palabra, eres tan desesperante.—dice él, rodee los ojos. 

—Bueno, tu también eres un idiota y un pesado, creo que te quedo en claro que te odio.

—Yo también te odio Zoe, te odio demasiado.—dice viéndome a los ojos, nuestros cuerpos se iban acercando mas queriendo la cercanía del otro, lleve mis manos a sus hombros mientras que las suyas acarician mis piernas sentándome encima suyo.

—No, yo te odio, tu era el que me andaba siguiendo. 

—¿Ves como siempre debes tener la ultima palabra?—replica viéndome.

—Entonces deja de hablar y dejare de contestarte.

—Es que me canse de hablar.—dice rozando mis labios.—Mañana seguiré odiándote.

—Y yo a ti.—dije besándolo, Magnus profundizo el beso mientras siento su lengua acariciar la mia, me acomode encima de su cadera mientras que su tacto en mi pierna me provocaba demasiadas sensaciones, fui acercándolo mas sintiendo como su corazón latía con fuerza en su pecho, de a poco íbamos retirándonos la ropa mientras que sus labios hacían contacto con mi piel. Afuera la lluvia no quería disminuir ni un poco. 


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Ig: Julxswatt99 ❤️

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