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Capitulo 25

Magnus

Hacía demasiado calor a mediados de mayo en esta parte del mundo, hacia un buen rato que estábamos en gira, y por el momento me eh mantenido alejado de cualquier otro drama con la prensa aunque no lo pareciera, intento hacer las cosas bien aunque estas parece que no me estaban saliendo del todo.

Bostezo algo cansado mientras que veo a mis amigos y compañeros de banda terminando de alistarse mientras que yo muevo las baquetas entre mis dedos. Tener concierto tras concierto me estaba agotando un poco, aunque todo el cansancio se me iba apenas escuchaba esos gritos proclamando nuestros nombres, la euforia y adrenalina no podía medirse con palabras. Aunque me gustara todo esto, no mentiría si digo que me gustaría mucho ir a dormir en este momento.

Jugueteo con mi baqueta en mi mano izquierda mientras que con la derecha comienzo a buscar mi celular, me gustaba hablar con Dorothea antes de lo concierto aunque últimamente no habíamos hablado demasiado, chasqueo mi lengua al no encontrarlo y me acerco a Niklas quien estaba vocalizando.

—¿Viste mi celular?—le pregunte, Niklas detiene su calentamiento.

—¿No lo habrás dejado en la camioneta?, usualmente duermes ahí que en el hotel.

—Es que es mas cómodo.

—Nunca entenderé como la camioneta te es mas cómoda que el hotel.—dice Niklas.—Pero no, no vi tu celular.

Niklas me da una palmada en el hombro y sigue vocalizando. Me alejo de ellos en busca de mi celular cuando veo a Dylan en un rincón hablando con Lyra, él parecía molesto por algo, podía saberlo por la vena marcando en su cuello, mientras que Lyra tenía los brazos cruzados debajo de su pecho con una mirada seria.

Me voy acercando y a medida que lo hago puedo captar unas palabras, observo que Dylan encontró mi celular y lo tiene en sus manos. Ambos adultos se callan cuando me ven llegar.

—¿Esta todo bien?—pregunte.

—Todo excelente—responde Lyra, la miro dudoso antes de mirar a Dylan.

—¿Me devuelves mi celular?—le pregunte.

—Primero hay algo que decirte...

—Dijimos que no, eso arruinaría todo en este momento, tiene un trabajo que hacer—dice Lyra en un tono agrio, la mire molesto antes de mirar a Dylan. Ambos adultos estaban desafiándose con la miradas, y estábamos a nada de salir para dar el concierto, pero en este momento estaba mas ansioso por lo que querían decirme.

Presiento que los chicos se van acercando a nosotros al escuchar la conversación.

—Si quieren que salga a dar un buen concierto no va a suceder porque estaré mas ansioso, así que deberían decirme.—dije viéndolos a ambos, Lyra suspira resignada antes de alejarse dejando en completa decisión de Dylan sobre que hacer o no.

—Era tu mamá—Dice Dylan viéndome.—Lo siento Magnus, pero...Dorothea falleció hace unas horas.

Mi corazón se paralizo en mi pecho mientras sentía que toda la piel se me erizaba, el tiempo a mi alrededor se detuvo y los ruidos se apagaron por completo, siento la mano de uno de los chicos apoyándose en mi hombro mientras que me quedo de piedra, no podía estar pasando esto ¿verdad?, debía ser mentira. Pero por la mirada de lástima que estaba teniendo sin duda no lo era, ¿Cómo eso era posible?, ¿en este momento, enserio? Pero había hablado con ella hace unos días, se escuchaba bien...

Ella no se había ido, ¿no?

—Si quieres cancelamos el show hoy, puedo buscarte unos pasajes rápido a Londres.

—Tenemos una agenda que cumplir.—dice Lyra.—Si cancelan hoy todo se vera peor, cosas malas suceden todos los días, no se tiene porque cancelar.

—Si Magnus no quiere salir no debe hacerlo.—dice Percy.—Mejor cállate Lyra.

—Ten cuidado como me hablas niño.

—Vamos.—Dije tragando saliva.—El show debe continuar.

Los chicos no dijeron nada, yo no dije nada. Solo salimos.

Los gritos llenaron mis oídos y las luces me cegaron, pero no podía reaccionar en estos momentos, mis oídos se encontraban sumamente tapados y me sentía ajeno a mi propio cuerpo. ¿Cuál fue nuestra última conversación?, ¿le dije que la amaba?. Dorothea era mas cercana que mi propia madre...ella no...ella no...

No estaba escuchando toda la presentación. Casi no podía fingir sonreír, dejaba que ellos hicieron todo el trabajo. Mire a las fans, al equipo...¿Cómo será si cancelo?, ¿entenderán si quiero irme?, ¿me perdonaran mi error de no ser fuerte como quieren?

Lleve el conteo con las baquetas, mientras escuchaba los gritos eufóricos. Dorothea...¿Dónde estaba yo cuando te fuiste?, ¿Qué estarías haciendo?....¿estarías tejiendo esos abrigos que nos gustaban a pesar de ser pleno mayo?, ¿acordándose de como desenterré toda su cosecha de frutillas porque quería hacerla feliz y ella hizo una torta con eso en lugar de enojarse?. ¿Pensando en mis hermanas...?¿como estarán ellas?

¿Recordando mi primer concierto con la batería donde fue la que mas me alentó teniendo solo cuatro años?

Siento que no me está acompañando, mis ritmos suenan lejanos y puedo verlo en la cara de mis amigos. Intentan cubrirme, pero ellos saben que no pueden, necesitan que este aquí, como todos me necesitaban. ¿Ella me habría necesitado?

Siento la bilis subir por mi garganta, giro mi cuerpo y termino en el suelo colocando mis manos para no golpearme y vomito todo lo que tenía retenido. Todo se apaga, los gritos son reemplazados por murmuros en voz alta, los instrumentos dejan de sonar, mi cabeza deja de hacer tanto ruido mientras respiro de manera agitada.

—Magnus...—susurra Percy a mi lado.—Magnus ven, debemos sacarte...¿me escuchas?

Asentí levemente mientras que mi amigo me ayuda a levantarme y me saca lo mas rápido de ahí, Ezra y Caleb nos sigue. Mientras que Niklas es lo suficientemente rápido para calmar a todos y pedir un minuto antes de seguirnos.

—¿Qué diablos es eso?—pregunta Lyra mientras que Caleb me da un vaso de agua.

—Magnus no debía salir asi.—dice Caleb.—Era obvio que una noticia iba a afectarle.

—Por eso dije que se lo teníamos que decir al terminar la gira.

—Para eso ya hubieran pasado semanas.—Dice Ezra.

—Estoy bien...puedo salir...—dije tras beber de la botella de agua que uno de los del equipo me había entregado.

—No, lo que debes hacer es quedarte.—dice Niklas.—Debes empacar las cosas e irte, iremos contigo.

—Si alguien se va de aquí su carrera será acabada.

—Si los dejamos salir asi su carrera se vera igual de acabada. —habla Dylan.—Tu no decides por estos muchachos, Magnus no se encuentra en estado para un show, aparte ¿Qué esperas? ¿Encontrar un baterista asi de la nada?.

—Todo el mundo es remplazable cariño, él no es la excepción.

El concierto fue cancelado, no me quede para escuchar las discusiones ni nada de eso, pero nos iríamos a primera hora de la mañana. Mejor dicho, ellos se irían a primera hora de la mañana. Ezra se quedo a dormir conmigo en la camioneta, pero mientras que él dormía como un oso en invierno, yo empecé a empacar mis cosas en completo silencio, le escribí una nota rápida dejándosela al lado, y me fui, si me iba ahora, llegaría en los primeros momentos del amanecer. Me coloque una gorra y fui caminando hasta la calle escapándome de cualquier guardia sin ser visto, me subí a un taxi y me fue guiando al aeropuerto.

—¿Vacaciones o trabajo?—me pregunto el taxista. En el espejo retrovisor alcanzo a ver la figura de la virgen y una foto con dos niños pequeños que debían ser sus hijos.

—Trabajo.—conteste viendo afuera, era bueno no ser reconocido a veces.

—Eres inteligente al irte, se anuncia que se acerca una tormenta tropical en unas horas, los últimos aviones ya deben estar en marcha.—contesta el hombre.

Cuando llegamos al aeropuerto, le doy unos billetes y unos cuantos extras donde el señor me mire extrañado.

—Para que se cuide en la tormenta.

—Gracias joven, usted es el pasajero mas amable que tuve.

Le sonreí antes de ir corriendo al aeropuerto. No me gustaba mucho usar mis influencias de famoso para sacar ventaja, pero en casos como estos los veía mas que necesario hacerlos, moviendo unos hilos de mi estatus y con dinero extra pude conseguir un buen vuelo para el último avión que estaba a punto de salir rumbo a Londres.

No dormí mucho en el vuelo, me la pase más que nada despierto consultando la hora en mi celular, seguramente en cualquier momento Ezra despertaría y vería que no estoy. Me estaría maldiciendo porque no les avise de la tormenta tropical que el taxista me dijo que se acercaba, pues eso los dejaría varados un rato supongo.

Llegue a Londres como sospechaba con los primeros indicios del amanecer, tome otro taxi hasta la cochera donde tengo guardado mis autos y saque la llave del mercedes para ir conduciendo lo mas rápido que podía. Los parpados me estaban pesando, y lo mas probable es que tuviera un accidente de auto en cualquier momento, pero tenia que llegar.

Llegue a Wymondham en un tiempo record, creo que nunca antes conduje tan rápido en mi vida para llegar a este pueblito. Usualmente conducía mas que rápido para salir. Estacione frente a la casa en donde tuve tantos recuerdos y uno de los que mas recordaba era del mio saliendo por esa puerta blanca rumbo a mi aventura en Londres. Mamá no le había cambiado nada, seguía con las mismas flores en la entrada, el camino de piedra, y las paredes de ladrillo visto con el tejado azul oscuro.

Bajo del auto agarrando el bolso con el que viaje, puedo ver que un perro de la calle hizo un pozo en el pasto que nadie se molesto en llenar, camino hasta la entrada tocando la puerta mientras bostezo. Pasan exactamente cinco minutos antes de que el esposo de mamá me abre donde lo veo con una cara de sorpresa enorme de que obviamente no me esperaba aquí.

—¡Magnus!—escucho la voz de Ellie haciéndose paso y corre hacia mi, la abrazo con fuerza besando su mejilla y unos minutos después escucho a Violet llegar. Ambas estaban en pijama, pero sabía que tal vez no hubieran dormido mucho, bese la mejilla de mis hermanas mientras veo sus ojos llorosos.

Violet vuelve a abrazarme con fuerza mientras acaricio su cabello y Ellie sostiene mi mano algo triste.

—Mamá dijo que la abuela se fue al cielo.—dice Ellie.

—Así es.—dije tragando saliva y sonreí un poco.—Pero dicen que es un lugar muy hermoso, solo que falta mucho tiempo para conocerlo.

—Niñas vayan a vestirse.—dice la voz de mamá. Ellie y Violet me miran y cuando asiento ellas echan a correr escaleras arriba, el esposo de mamá sube para ayudarlas mientras que yo suspiro levantándome y miro a mamá.

Los ojos de ella estaban hinchados y rojizos, su nariz estaba igual de rosa. Tal vez con mamá nunca tuve la mejor relación de todas, ni cuando yo era niño, ni mas adelante. Pero aun así me acerque a su cuerpo y la abrace, mamá se quedó estática mientras la rodeaba con mis brazos.

Ella pone sus manos en mis brazos separándome suavemente mientras me mira.

—Deberías descansar un rato, el funeral será en unas horas.

Asentí viéndola mientras iba escaleras arriba.

—Tu cuarto ya no esta arriba, lo estamos reformando en una oficina.—dice mamá interrumpiendo mi acción.—Transportamos tus cosas al sotano.

—Es bueno estar en casa.—murmure viéndola mientras que ella me guiaba.

Cuando era adolescente me interesaba la idea de tener mi cuarto en el sótano, porque era un lugar grande, espacioso donde podía hacer ruido sin problema. Pero nunca me dejaron. Había muchas casas apiladas en un rincón, y una vieja tele frente al gastado sillón donde supongo que será mi nueva cama, mi vieja batería estaba en el sótano y paso mi dedo por la misma.

Veo el pequeño cuarto junto a las escaleras donde se que esta el lavadero y el baño que termino de reformarse.

—¿Sabes?, siempre que vuelvo...me siento un desconocido.—dije tocando mi batería.—Dorothea y mis hermanas eran las únicas que me hacían sentir realmente bienvenido.

—No empieces, Magnus.—dice mamá.—No estoy de humor para estos berrinches ¿si?, eres un adulto y hace años que no te quedas a dormir, ¿acaso querías que inmortalizara tu habitación sabiendo que jamás ibas a volver?, hoy no es un día para uno de tus implantes, no seas egoísta.

Sin decir nada más, escucho sus pasos subiendo las escaleras y como estas chirriaban bajo su peso. Me recosté en el sillón que era demasiado duro y suspiré completamente agotado mientras cerraba los ojos.

—Hogar dulce hogar.

Cuando era pequeño pase mucha parte de mi niñez con Dorothea en lo que mamá trabajaba y papá se desatendida de mi cuidado. Dorothea se hizo esa mejor amiga desde temprana edad, la amaba, no era solo mi abuela era mi segunda madre.

Y de a poco muchas personas que fueron conociéndola la quisieron, Dorothea siempre tuvo mil historias para contar de su vida, porque la vivió plenamente sin miedo a pesar de todo.  Y ya llegaba el día, el día de despedirme.

*

El funeral fue un desastre.

Todo marchaba con normalidad, sostenía las manos de mis hermanas pequeñas una de cada lado mientras estábamos en la ceremonia. Todos vestidos de negro, todos sollozando, y estaba yo. Con mis ojos fijos en un cajón de alguien que no pude decirle adiós. Ellie se me había abrazado mas al cuerpo mientras lloraba y suspire acariciando el cabello de mis dos hermanas.

Pero las cosas empezaron a ponerse mal cuando unas fans me reconocieron, y quisieron una foto. Intente ser lo mas amable que pude y negarme a ello, pero estaban tan insistentes que acepte con las peores de mis caras. Eso claramente no fue bien visto para mi familia "es que Magnus no puede salir a ningún lado sin generar controversia".

Luego de eso, el celular comenzó a llenarse de mensajes, varios de ellos de mis amigos diciendo de la mala recepción que había por culpa de la tormenta que los dejo varados por algunos días pero que les gustaría acompañarme y que los hubiera despertado. Otros de las noticias.

Noticas sobre mi, vomitando en pleno concierto. Acusándome de que estaba borracho en lugar de decir la verdad, la verdad de que estaba con el corazón destrozado. Tras todos esos inconvenientes, mamá me dejo en claro que no quería que fuera a la ceremonia del funeral y que mejor volviera a la casa a dormir.

Le hice caso solo porque no aguantaba las miradas juzgadoras de parientes sobre mi. Y estaba agotado y cansado de todo, que cuando llegue a mi cuarto en el soltándome deshice del traje negro que tenia puesto. Mi celular vibro ante un mensaje, pero estaba dolido, estaba cansado, acompañado de un grito de frustración tire el celular con todas mis fuerzas golpeándolo contra la pared provocando que se rompa, y me tire a llorar. Abrazándome a las piernas como un niño pequeño y soltando grandes sollozos abrazándome a mi mismo, porque la única persona que necesitaba para que me consolara en este momento no estaba.

Se había ido.

Y fui una mierda al no poder despedirme como se lo merecía. 

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Ig: Julxswatt99

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