Zoe

Me sentía mal vestida en todo un restaurante de lujo, Magnus me había prestado uno de sus buzos que tenia impresa la imagen de Freddy Mercury en blanco y negro. Dorothea estaba vestida de una forma elegante un traje blanco con delicadas flores celestes y su cabello rubio perfectamente acomodado. El restaurante sonaba una linda música que tenia a algunos de los invitados bailando en un lugar especial, las mesas decoradas con manteles rojos y floreros con rosas.

—¿Por qué no ustedes se fijan en un vino mientras Zoe y yo nos sentamos?—habla Dorothea.

¿Quieres deshacerte de mí, Dorothea?

—Abuela.

Ezra ríe antes de agarrar a su amigo por los hombros y llevárselo a hablar con unos mozos. Dorothea me sonríe y entrelaza su brazo con el mio mientras caminábamos a una de las mesas, ella me sonríe cuando la ayudo a alejar su silla y me siento junto a ella.

—Es un lugar bastante lindo, ¿no te parece?, me recuerda a cuando era mas joven.

Sonreí entrelazando mis dedos encima de la mesa.

—¿Llego hace mucho?

—Oh no, hace unas horas.—dice Dorothea.—Fui con las hermanas de Magnus y algunas de su prima a cenar hace unas noches, y me puse a pensar en mi pequeño niño.

Sonreí con cierta ternura de la forma en la que hablaba de Magnus, había un hombre tocando el piano que mantenía a algunos de los invitados bailando. Mire a Dorothea quien tenia una sonrisa observando a las personas.

—¿Usted es...?—comencé, pero ella parecía saber de lo que quería saber antes de que terminara.

—La madre de su madre, mi hija y él no parecen tan unidos últimamente, me e sentido un poco responsable de eso, cuando Magnus nació creo que me involucre demasiado.

—Yo creo que hizo un gran trabajo, tiene un grandioso nieto.

—¿Hablando de mi?—pregunta Magnus llegando junto a Ezra, detrás de ellos venia un joven mozo a dejarnos una botella de vino junto a las cartas para que pudiéramos pedir algo, el rubio me sonríe de reojo mientras pedimos lo que íbamos a cenar.

Dorothea era el tema principal en la mesa con nosotros tres. Me gustaba ver el amor que tenía hacia Magnus y como se llevaba increíblemente bien con Ezra quien creo que nunca antes lo e visto sonreír tanto como hoy.

Comimos nuestra pasta entre risas y anécdotas de mini Magnus que lo fueron avergonzando, pero su abuela me hablaba de todas las travesuras que le alcanzaban en historias. En algún momento, la música cambio por otra que provoco una sonrisa de oreja a oreja de Dorothea.

—Oh, bailaba esta canción con mi esposo.—dice ella.—Ven Ezra, baila conmigo.

—Sera un placer.—dice Ezra levantándose extendiendo su mano a la anciana, Dorothea se voltea a vernos.

—Cariño, deberías bailar con Magnus, es un excelente bailarin.

Dorothea nos guiño un ojo mientras se retira junto a Ezra para bailar. Ambos nos concentramos en verlos bailar juntos, como se reian en la pista junto con la música y los demás. Me volteo a ver a Magnus quien tenia la vista en su abuela.

—Entonces...¿es cierto?—pregunte haciendo que me mire.—Lo que dijo tu abuela, ¿o solo fue como toda abuela de presumir orgullosa a su nieto aunque lo hagas terrible?

—Si no te diste cuenta, soy increíble en muchas cosas.

—Bueno, solo hemos bailado en un club, nunca te vi bailar una pieza lenta, hay mucha diferencia.

El rubio me mira asintiendo antes de levantarse de su silla, se acerca a mi extendiendo su mano, la tomo levantándome de mi lugar y caminamos hacia los demás a pocos metros de su abuela y Ezra que hablaban. La mano de Magnus se situa en mi cintura mientras que con la otra sostiene mi mano y yo coloco mi mano en su hombro.

—Se ve que a tu abuela le agrada Ezra.—dije haciendo que ría.

—Creo que Ezra es su favorito.

—¿Puedes culparla? Da ese aire misterioso que atrae a muchas de tus fans.—dije haciendo que vuelque sus ojos.—Es lindo que tu abuela se lleve bien con ellos, la mia solo dijo que mis amigos me llevarían a las drogas.

—Lo lamento...

Me encogí de hombros mientras nos movíamos al ritmo de la pieza de piano, todas las mujeres estaban vestida de una manera tan elegante que sentía sus ojos encima mio. Tal vez solo estaba siendo demasiado paranoica, pero estar con jeans, zapatillas de gimnasia y un buzo mas grande que yo con la impresión de Freddy Mercury no es algo que se traiga a un restaurante donde tocan piezas clásicas y la gente baile.

—Entonces, ¿Qué hacías en la calle, sin abrigo y que parecías a punto de encajarle una piña a alguien?

—Cuanto tacto.

—Es mi especialidad, nena.—dice guiñándome un ojo. Suspire.

—Mi padre volverá a casarse.—dije mientras bailábamos.—Por eso me llamaba tanto...y...escribí cerdo en su piel.

—¿Qué...?

—No vayas a tatuarte conmigo y digas algo que me haga enojar.

—Lo tendré en cuenta-comenta dándome una vuelta y volviendo a agarrarme en nuestra postura inicial.—¿Y eso te puso mal? ¿Qué vaya a casarse?

—En su mayoría, Jared y Lester lo sabían y no me dijeron nada, quieren que yo sea la portadora de noticias para mi mamá...Addy estará destruida. Lo odio.

—¿Sabes? Odio es una palabra grande, puedes estar enojada con él y seguir amándolo, lo que lo hace mas cruel aun.—comenta haciendo que alce mi mirada para verlo.—Yo no odio a mis padres aunque muchos piensen eso, solo estoy enojado con ellos todo el tiempo, y esta bien, tu puedes sentirte asi, frustrada, enojada por todo lo que les hizo...pero si el hombre quiere intentar entrar a tu vida aunque sea con una nueve familia no hay nada que puedas hacer para evitarlo, apesta esta situación, que tengas que ser la portadora de noticias a tu madre y a tu hermana...y eres humana Zoe, no tienes que pretender ser fuerte frente a ellas.

Apreté mis labios y suspire, Magnus asiente.

—Si lo se, lo se, pretender que eres fuerte por alguien es mas fácil que expresar tus emociones.—dice haciendo que me incline hacia atrás en sus brazos y me sonríe.—Pero no significa que siempre debes ser la fuerte.

Cuando me levanta miro a nuestro alrededor, la música había parado para ser reemplazada por otra un poco mas movida.

—Tu abuela tenia razón, eres un buen bailarín.

—Dorothea no miente.—dice mientras caminábamos a la mesa.—Salvo cuando me dijo que si no comia mis verduras me quedaría enano.

Dorothea y Ezra nos esperaban sentados mientras hablaban.

—Oh volvieron, pedimos postre.—habla la anciana.—¿Cómo bailo mi nieto?

—Tenia razón Dorothea, Magnus tenia pases de baile ocultos.

—¿Enserio?—pregunta Ezra.—¿Por qué no los conozco?

—Si quieres nos damos una balada, Ezra, te e invitado a que seas mi compañero de baile pero tu solo me rechazas. —comenta el rubio llevándose una mano al pecho como si le doliera, el chico de cabello oscuro solo rueda sus ojos junto a una risa.

El mozo nos trajo nuestros postres de chocolate, y en algún punto, unas jóvenes y timidas fans se acercaron disculpándose varias veces a los dos integrantes de Midas King para pedirles unas fotos, claro que ellos aceptaron encantados. Dorothea y yo los veíamos a los chicos sacarse unas fotos con esas jóvenes fans y sonreir mientras hablaban.

—A veces parece que todo es mentira, ¿no?—habla su abuela.—Siempre crei que mi jovencito seria exitoso.

—Son excelentes.

—¿Y que hay de ti Zoe?, Magnus me dijo que haces tatuajes.

—Oh, si...hice pequeños cursos de arte...cuando era mas chica imaginaba que mis cuadros podrían estar colgados en lugares como este. Aunque me gusta hacer tatuajes.

—Puede haber mas de un camino en la vida para ti, Zoe. Es lo que siempre le dije a Magnus, siempre hay mas de un camino aunque no lo parezca.—dice dándome pequeñas palmadas en la mano.—Yo no sospechaba que tendría cinco nietos mas honestamente.

Me reí levemente.

—¿Quiere a todo Midas King?

—Claro que si, son mis otros nietos, conoci a esos hermanos Craig cuando eran pequeños. Mas que nada a Percy, él y Magnus siempre andaban juntos corriendo por toda la casa, Niklas era mas tranquilo que su hermano...—Dorothea mira a su nieto.—Se que a crecido, pero a veces puedo ver a un niño frágil todavía.

Ezra estaba luchando para mantener sus ojos abiertos mientras estábamos en el auto, Dorothea era la que hablaba mientras que buscaba una emisora de radio que le gustara, y Magnus conducía. Cada tanto nuestros ojos hacían contacto en el espejo retrovisor, al llegar a mi edificio, me despedí de Dorothea.

—Espero verte de pronto querida, hay que repetirlo nuevamente.

Mire hacia Ezra pero el chico ya tenia los ojos cerrados, me incline con cuidado besando su mejilla y él solo se remueve. La puerta de mi lado es abierta y Magnus me extiende una mano.

—¿Vamos señorita?

Tome su mano bajando del auto.

—No tienes que acompañarme a la puerta.

—Por favor Zoe, mi abuela esta en el auto me regañara por no ser un caballero, al menos finjamos.—dice colocando una mano en mi espalda para guiarme a la entrada, me despido de Dorothea de nuevo quien dice que le gustaría que nos volviéramos a ver.

Cuando llegamos a la entrada, Magnus y yo nos miramos. El rubio se oculta las manos en sus bolsillos.

—Entonces, ¿Qué harás? Con tu padre.

—No lo se.—dije siendo honesta.—Aun ni se lo dije a mamá, odio ser la portadora de noticias en la familia.

El rubio hace una mueca.

—Si necesitas algo, llámame.

—Gracias.—susurre y me alce de puntas dejándole un beso en su mejilla. Me estaba por entrar a mi edificio cuando Magnus me llama, me volteo para observarlo, lleva una mano a su cabello echándoselo atrás mientras se acerca a mi.

—Esta bien lo que decidas hacer, ¿si?, no te sientas culpable si sientes que no debes ir a su boda, esa no es tu responsabilidad.

—Gracias, Magnus.

—Llevas minutos aquí, hija.—escucho que dice mamá a mi lado, mientras que mis ojos se quedan mirando los dulces de la maquina expendedora como si enserio me tomara mi tiempo de que dulce quiero comer. Ella mira a mi lado y coloca una moneda antes de apretar uno de los botones.

En cuestión de segundos tiene una bolsa de bolitas de chocolate rellenas con maní en sus manos.

—Estas son tus favoritas.—dice dandomelas, la miro y me sonríe besando mi frente.—¿Qué tiene mi Zoe en su cabeza?

Suspire agarrando la bolsa y jugando con la misma, mamá sigue con su mirada en mi.

—A ver, si no me vas a hablar deberé adivinar, ¿problemas con Lester de nuevo?, hum no, Lester siempre me cuenta lo que hiciste para hacerlo enojar, según él claro...¿trabajo?, no, me habría enterado y perderían a la mejor tatuadora. ¿Un chico, o una chica?

Me reí levemente.

—Mis problemas amorosos son los menos importantes.—dije suspirando.—Papá vino a verme al trabajo.

—Si...

La mire indignada.

—¿¡Acaso sabes!?

—¿Saber qué? Solo se que le tatuaste algo en su hombro, Lester me lo dijo.—dice ella y sonríe seguramente imaginándose mi maldad como si fuera una cría. Suspire sentándome en una de las sillas negras del hospital, mamá se sienta a mi lado.—No estoy enojada contigo por tatuar a tu padre.

—¿Te conto...porque tuve un ataque y le hice lo que le hice?—pregunte y niega.—Va a casarse, y su novia quiere conocerme, a mi...y a Addy.

—Oh...—dice mamá y suspira. —Zoe, entiendo que estas enojada y dolida, pero...no tiene por qué afectarte pensando que esto me dolerá a mi...claro que lo hace, pero aun asi, deje de necesitar a tu padre hace años.—dice ella y agarra mis mejillas. —Él decidió seguir, y yo decidí ver a mis hijas felices, tu puedes decidir lo que quieres cariño, no tienes porque enfrentar tus problemas sola pensando que será mucho para mi.

—¿Y que le digo a Addy?

Mamá besa mi frente y me susurra un "yo me encargo", se levanta y me extiende su mano que no dudo en tomar. Caminamos por el pasillo del hospital hasta el cuarto de Addy quien estaba acostada con su mirada en una telenovela, ella arruga la nariz con asco viendo a los protagonistas besarse.

Mamá se sienta a su lado abrazándola y las veo hablar. Siempre quise ser tan fuerte como mamá, siempre quise tener esa fortaleza de hablar sin que me rompiera la voz, sin que mis manos temblaran, aun en las peores noticias, cuando me e derribado y caído de rodillas, ella estaba ahí parada.

Y yo quería ser fuerte por ella porque mamá se merecía llorar, pero no me sale ser como mi madre para contarle a mi hermana menor que papá volverá a casarse.

Veo los ojos de Addy llenarse de lagrimas y a mamá besar su frente acariciando sus mejillas, mi hermana lleva sus ojos a mi.

—¿Y tu qué quieres hacer?—pregunta Addy.

—Haré lo que tu quieras. —dije acercándome y agarrando la mano de mi hermana.—Si tu quieres ir y que conozcamos a la mujer juntas, iremos, si quieres ir a la boda también iremos, si no quieres ir también esta bien. Haré lo que quieras solo debes pedírmelo.

Addy me mira antes de que sus ojos se vayan a la ventana observando la nieve de afuera. Observo sus mejillas delgadas y la palidez de su piel, el tacto de su mano era frio junto al mio

—¿Te enojarías conmigo?

—Nunca me enojaría contigo.—dije acariciando sus mejillas.—¿Quieres ir?

Addy asintió de manera tímida.

—Si te parece bien...

No, no me parecía en absoluto bien. Pero prometí estar con mi hermana, y yo no soy de las que no cumplen su promesa. La acerque a mi cuerpo y la abrace besando su frente mientras ella suspira abrazándome.

—Hablare con su padre y los médicos, no te preocupes cariño.—dice mamá y yo me quede abrazada a mi hermana apoyando mi mejilla en su coronilla. 

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