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Capítulo 12: Bebé.
Jeongin se movió por la cocina con velocidad.
—Dos italianas, una de champiñones y tres bolsitas de papas —le dijo al cocinero y cuando lo vio asentir, regreso a la recepción para seguir tomando las órdenes de los clientes, el día era tan agitado como siempre, pero con la diferencia que el clima era una mierda fría.
Cuando la puerta del local sonó, Jeongin observó a Changbin entrar, pero no solo, con Chan y el alfa a su vez con un bulto en brazos.
Se acercaron a él. Chan sonriendo y Changbin con cara de "voy a matar a todo el mundo si me hablan"
—Hola ¿cómo estás? —saludó Chan.
—Buenos días, ¿qué desean ordenar?
—Jeongin, puedes dejar las formalidades con nosotros, es raro que nos hables como si fueras un adulto —Chan sonrió, pero Jeongin lo ignoró con la mirada pegada al pequeño bulto envuelto en una sábana amarilla en brazos del mayor.
—Oh, seguramente tú aún no conoces a la pequeña Jinsol, es la hermanita de Changbin —le dijo Chan con una sonrisa—. Es preciosa, muy linda.
—Ya veo —miró esta vez a Chan, su estómago le dolía fuertemente de forma tan repentina y tenía ganas de vomitar.
¿Su bebé se parecería a él o al alfa? A Jeongin le hubiera gustado que tuviera los ojos grandes de Chan y el curioso doble parpado en un solo ojo, el cabello castaño y la piel bronceada.
Negó, tratando de ignorar aquellos pensamientos que no le hacen bien y que nunca se volverán realidad porque había abortado a su hijo
—¿Qué van a pedir? —volvió a preguntar.
—Una hawaiina por favor —le dijo Chan, Jeongin asintió anotando el pedido en su libreta
—Enseguida estará lista.
—También danos una coca de tres litros y una lechita de sabor para la nena.
Jeongin asintió.
Luego la niña empezó a llorar y acto seguido vómito en la playera de Changbin quien estaba de su lado.
—¡Mierda! —se quejó Changbin poniendo cara de asco—. Odio a los bebés, sólo saben hacer tres cosas, llorar, cagar y vomitar.
Chan sonrió.
—¿Puedes tomarla? —le pidió a Jeongin—. Necesito limpiarla y las cosas están en su pañalera.
Jeongin negó.
—No... no soy bueno con los niños.
—Yo tampoco —le dijo el alfa—. Pero sólo tienes que tomarla en brazos y no dejarla caer, es más fácil de lo que crees —le pasó el pequeño bultito casi a fuerzas, Jeongin se negó en todo momento hasta que estuvo en sus brazos.
Miró a la niña tragando grueso, la menor babeaba y tenía rastros de vómito en la cara, su cabello apenas creciendo, sus mejillas que simulaban a la de las ardillas, los ojos pequeños y curiosos, Chan sacó papel de baño de la pañalera y empezó a limpiarla cuando alzo la vista los ojos de Jeongin estaban empapados de lágrimas, su respiración agitada y su expresión melancólica y triste.
—Toma, llévatela —se la pasó rápidamente, sus manos temblaban sin control y no podía dejar de lagrimear.
—¿Qué tienes? —le preguntó Chan preocupado—. ¿No te gustan los bebés? Ya sé que parecen ratas y dan un poco de asco, pero no es tan malo...
Jeongin no lo dejó terminar, salió rápido de ahí metiéndose a la cocina, se recargó contra la pared y se dejó caer al piso... finalmente lloró suavemente.
Kiko se agachó a su lado.
—¿Quieres que tome tu turno? —preguntó pasando su mano por la cabellera del omega.
Jeongin asintió.
—Yo lavaré los trastes.
—Tranquilizante y luego lo haces.
Ella le dio un beso en la frente con ternura.
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