Capítulo 2: El día en que sus miradas se cruzaron de nuevo II.

Años atrás

—¡Vete a la mierda! —gritó Jeongin, en su enojo tomó el libro que se encontraba en el escritorio frente a él y lo lanzó hacía el otro chico.

—No vale la pena hablar contigo, no vas a comprenderme —le reclamó Bang Chan, pasando sus manos por su rostro bastante frustrado.

—No, no voy a hacerlo —Jeongin limpió sus lágrimas—. ¡Me usaste y ahora que ya me cogiste te vas con otra!

—Eso no es verdad, ella es mi pareja destinada, Jeongin. Soy el Alfa de mi familia y tengo una responsabilidad.

Jeongin negó una y otra vez "no entiendo, no quiero entender" era lo único que pasaba por su cabeza.

—Ya deja de darme explicaciones y vete, a América, a Alemania, no me importa dónde está ella... sólo aléjate de mí, no vuelvas a hablarme, ni siquiera intentes verme.

—Lo haré, pero no olvides que te amo.

Jeongin le mostró el dedo de en medio y le dio la espalda recogiendo sus materiales de estudio.

—¡Maldita sea! Sólo vete, no amas a nadie, sólo te amas a ti mismo, estoy cansado de este estúpido tema de alfa y omega, pensé que esas ideas retrógradas donde los omegas valían un cacahuate habían desaparecido hace siglos, pero tal parece que a los Bang se les olvidó.

—Te lo dije, no lo entenderías.

—¡Ya te dije que te fueras! —volvió a gritar Jeongin.

—¿Qué van a pedir? —Jeongin no podía creer que su voz estaba temblando... se prometió olvidarlo, se prometió seguir adelante, o la menos que no le afectará.

—Hola, Innie —Bang tenía una sonrisa limpia y verdadera enmarcando su rostro.

—Esta es la cartilla, tenemos de todos los tipos de pizza excepto la de hongos, también hay un apartado de bebidas, las malteadas de zarzamora son la especialidad de la temporada, pero siempre hay coca cola para los adictos —el omega sonrió por costumbre y protocolo del trabajo más que por querer hacerlo realmente.

—Hola, Jeongin —dijo uno de los chicos del grupo que se había acercado a ordenar.

—Hola, Changbin —Jeongin saludó y sonrió al joven de detrás de Bang—. Supongo que pedirás de salchicha como siempre, aunque veo que ahora son más, así que si escoges la familiar puede ser combinada.

Jeongin trató de sonreír con normalidad, pero sólo logró que su expresión se viera más dura y vacía.

—Vamos, Jeongin, ya pasaron más de dos años, no sigues rencoroso, Chan ha venido en buen plan —Changbin le dijo mostrando su característica sonrisa de gato y pasando su brazo por la espalda de Bang.

—O sea, ¿qué tú lo trajiste hasta aquí? —le preguntó a Changbin con molestia rechinando los dientes, por supuesto no tenía nada contra el mayor, pero sólo la presencia de Chan le ponía los pelos de punta.

—No del todo, este es mi lugar favorito para comer —respondió el más bajo rascando su nuca, nervioso. Jeongin al contrario tomó eso como "No eres tan importante"

—Como sea, tengo trabajo y gente que quiere ordenar después de ustedes, ¿compraran algo o no?

—No has cambiado nada —le dijo esta vez Bang Chan.

—Sí lo he hecho, no podrías saberlo porque no estuviste cerca, pero lo hice, vuelvo a preguntar, ¿qué van a ordenar?

—Una familiar de cuatro ingredientes, por favor —respondió Chan—. Escuché que te cambiaron al grupo "A", eso genial.

—Supongo... ¿Te sorprende que haya omegas en el grupo "A"? Digo, como para ti no somos nada.

—¡Por dios, Jeongin! No puedo creer que sigas resentido —le reclamó Chan y Jeongin tenía muchas ganas de golpearlo en la cara.

—Tu cambio —dejó el dinero en el mostrador porque no iba a tocar su mano y dijo—: Siguiente.

Una joven omega se puso enfrente y le sonrió.

—Una mini pizza de tres quesos, unas papas a la francesa y una coca.

Jeongin le sonrió y siguió con su trabajo como lo haría un día cualquiera, tratando de ignorar las miradas de Chan hasta que los jóvenes se retiraron, unas horas después suspiró cansado cuando termino de limpiar las mesas.

—Estuviste tensó todo el día —le dijo Kiko—. Hasta Hyunjin lo notó es por eso que no se ha ido, él no lo sabe porque se transfirió apenas el año pasado, pero a mí no vas a mentirme es por el alfa Bang Chan que estas así, fue poco, pero creo que lo vi con quienes eran sus amigos cuando recién entramos a la secundaría.

—No creas, era él —Jeongin le dijo con molestia.

—¡Lo sabía! ¿Te ha dicho algo? No puedo creer que el imbécil regresara.

—No, nada, sólo saludo, no es como si hubiera sido importante para él sólo fui un hoyo más que follar.

Kiko hizo una mueca y terminó de guardar su uniforme.

—No entiendo porque regreso, ¿no iba a casarse con una alemana cuando cumpliera la mayoría de edad?

Jeongin chasqueó la lengua.

—No lo sé y no me importa.