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Capítulo 28.


Capítulo 28.

Can't help falling in love- Elvis Presley

Vico.

Adrián freno el auto frente a mi casa, soy la última parada antes de que vuelva a su casa. Sospecho que dejar primero a los trillizos fue una artimaña. El ambiente quedo algo tenso, luego de que ninguno de los dos hablo.

Aunque este fue un día hermoso, y la pase realmente bien. Estoy agotada como para preocuparme por este momento tenso.

— Yo...

— Yo...

Comenzamos a decir al mismo tiempo. Lo cual nos hace reír.

— ¡Tu primero! — volvemos a decir al unísono.

— Por favor, las damas primero.

Le regalo una sonrisa, mientras paso un mechón de cabello por detrás de mi pelo.

—Muchas gracias por lo que hicieron por mí y por Alicia, sinceramente estoy demasiado feliz y agotada. Pero en el buen sentido.

— No hay de que, me importas mucho. Supe que estabas mal y no quería que siguieras así.

— Eso es muy... ¡Acabas de decir que te importo mucho! — exclame horrorizada.

Pude notar lo nervioso que se puso. Tanto que jugo con sus dedos sobre el volante.

— Es que es verdad, me importas mucho.

— Porque soy tu amiga — aclaro, no sé porque lo dije tan brusco. Más que una aclaración sobaba como amenacita hacia él.

— No — sus ojos buscaron los mío, había dudas y miedos en sus ojos. Lo cual me puso en alerta —. No solo como amiga. Vico me gustas, realmente me gustas. Desde la primera vez que te vi me cautivaste, no es solo una tensión sexual rara. Me gustas enserio... Sé que tenés novio...

Lo frene poniendo mis dedos en su boca, antes de que todo se vuelva más incómodo y siguiera hablando y arruinara todo.

— No sigas, si tienes razón. Tengo novio a quien amo y respeto mucho — quito mi mano de su boca — y terminar esa oración no ayuda en nada.

Con más brusquedad de la que debería, me saco el cinturón y bajo del auto.

— Adiós y gracias por traerme — es lo único que dijo antes de cerrar la puerta del auto.

Entre lo más rápido que pude a mi casa.

¿Por qué tuvo que decir eso? ¿Qué le costaba quedarse callado?

Una cosa es que yo lo sienta, pero sea todo platónico y no pase más allá de ser un chisme con Alicia. Y un secreto bien escondido.

Pero que él me diga eso en voz alta. Cambia y complica las cosas a un nivel, en el cual no quiero estar y no me siento lista para estar.

No quiero pensar en esto. Ni en cómo me sentí cuando lo dijo. Ni siquiera quiero pensar...

Suspiro con pesadez y decido darme una ducha larga y fría.

Alicia.

— ¿Cómo puedes decir que Katherine es mejor que Elena? — le pregunto a Kai.

Quien se limita a rodar los ojos y me mira indignado.

— Es que Elena en la tercer temporada me estresa, me desespera y Katherine es una sobreviviente. Elena es una boba.

Abro la boca indignada.

Me levanto de mi silla, apoyando las rodillas sobre la misma y mi torso sobre el banco del colegio. Para poder mirar a Kai muy de cerca, este sonríe y me mira como le gustara provocar mi ira.

— No vuelvas a decir eso de Elena. Katherine es una perra que se excusa de todo con su pasado trágico y ya verás que siempre los traiciona a todos. Lo único que ella quiere es a sí misma.

Kai suelta una carcajada-

— No sé de qué me hablas, Elena es pesada. Amo a Stefan, pero me calienta Damon. — dice en un tono de voz aniñado.

Ruedo los ojos molesta. En eso aparece Indi, con un paquete de pururú dulce en las manos.

— ¿De qué hablan rubios?

— De que él, — señalo a la imitación barata de Draco Malfoy — defiende a Katherine sobre Elena.

— Es que Elena, es chocante — comenta con desagrado Indi.

Mi corazón se rompe al escuchar tales declaraciones.

— ¡Vez! Te lo dije — se mofa Kai.

— Bueno cambiemos de tema — digo intentando no enojarme. Si es infantil, pero es mi personaje favorito.

— ¿Saben que película vi por primera vez? — pregunta Kai.

— No genio, sino lo dices. No vamos a saber — responde con sarcasmo Indi.

Kai le hace un seña obscena con su dedo del medio.

— Og, que chistosa — responde —. Vi Divergente con mi novia, es buenísima la película. No entiendo porque no la vi antes.

— Es buena, lo malo es que falta la última película — digo con tristeza. Leal parte dos, vivirá siempre en mi corazón y mis recuerdos.

— Aunque cuatro, alias Tobías está muy bueno — comenta Kai.

Con Indi nos miramos con una sonrisa y cara de confusión.

— ¿Qué? ¿Porque esas caras?

— Por nada — dije entre risas.

— Es que tu comentario no fue muy hetero.

—Oigan ser hombre, no quiere decir que no sepa apreciar la belleza masculina.

— Si como no — lo molesto.

Kai me insulta por lo bajo, haciendo me reír.

De pronto siento como un escozor en la nalga izquierda. ¡Alguien me pego una nalgada!

Me doy vuelta totalmente indignada para ver quien fue, me encuentro a Genaro riéndose a carcajadas.

— ¿Ya te dije lo bien que se ve ese culito con el uniforme de gimnasia?

No sabía en qué estado se encontraba mi cara. Pero seguramente era rojo.

Entre la vergüenza de lo que dijo, la nalgada y que mis amigos no estaban viendo con cara de ¿En qué momento paso esto?

— ¡Maldito pervertido! — me quejo golpeando su brazo.

Me tomo con mucha confianza la cintura, al estar todavía de rodillas en la silla. Pierdo el equilibrio y termino con mi torso pegado al suyo. El muy tonto besa mi nariz y luego mi boca, enfrente de todos.

Soy consciente de la exclamación de sorpresa de todos, incluidos mis dos amigos que nos miran con atención y algo incomodos.

— Pero solo tu pervertido — aclara dándome otro beso en la mejilla.

Me suelto de su agarre y me siento bien la silla. Sentía la cara, y el cuello calientes pero no sabía si era vergüenza o calentura, quizá un poco de ambas.

— Hola chicos, no los había visto — habla con entusiasmo Genaro. Sentándose en su lugar.

— Eeeee.... Hola Ramos — saluda Kai.

— ¿Son novios? — pregunta Indi, tan directa como siempre.

Nos miramos con Gena. Mientras él ponía una cara de "Soy el mejor novio" , yo estaba con cara de "No lo digas, pinche pendejo".

— Algo así, aunque todavía no se lo pido con formalidad — responde.

— Al fin, su tensión sexual era muy molesta — se queja — pero me alegro. Hacen una pareja adorable, tanto que les dedicaría un posteo en Twitter.

Me sonrojo aún más, pero Genaro parece estar pasándola en grande. Yo apoyo mi cabeza en el banco, escucho la risa burlesca de Genaro.

— Yo con mucho gusto le daré Like y lo retuit.

— ¿Hace cuánto paso? — pregunta Kai. Mirándome directamente a mí.

— Hace como dos semanas, solo que todavía vamos viendo.

— Pero ella me ama — aclara Genaro —, nos amamos. Así que solo hacemos esto de ir viendo, por mera formalidad comercial. Imagina que fuera un libro, no sería divertido que terminara tan pronto.

No puedo evitar reírme, haciendo que Genaro se acerque y me plante un beso en la mejilla.

— Bueno tiene sentido, pero no sean melosos en clases. Dan cringe — comenta Indi.

— Yo lo sé, ahora necesito que lo entienda — digo mirando a Genaro a los ojos, quien tiene una sonrisa tan hermosa en esa boquita tan rica, que no puedo evitar reírme.

— ¿Terminaron la monografía de historia? A nosotros nos falta la conclusión y darle un cierre.

Todos notamos el abrupto cambio de conversación, pero fingimos demencia colectiva.

— No, hoy nos juntamos. Nos queda lo mismo y los anexos — contesto.

Hablamos un poco de tema que nos tocó a cada uno. Hasta que la profesora entro a clase.

***

— ¡Al fin! Te extrañe — apenas cruzo la puerta de su casa, Genaro me saluda y me envuelve en un abrazo. Que acepto gustosa, mientras soy atacada por muchos besos en toda mi cara.

— Nos vimos esta mañana — digo cuando dejo de darme besos. Me pongo de puntitas de pie, mientras enredo sus brazos en mi cuello y le doy un beso más largo. El muy pervertido no pierde el tiempo y mete la lengua, yo que quería un beso tranquilo.

— ¿Y? Lo mismo te extrañe — comenta abrazándome de nuevo. — Vamos tenemos que hacer esa cosa horrible.

Estas dos semanas fueron un caos de besos inesperados, mensajes cursis y mucha experimentación de nuestro nuevo lado romántico. Ya que la rutina de mejores amigos había cambiado, demasiado. Aunque seguíamos siendo amigos cariñosos en exceso, ahora había algo más floreciendo y no solo las hormonas.

Al subir a su cuarto, me dirijo como de costumbre a su escritorio dejo mi computadora esperando que encienda.

— ¿Qué haces? — pregunta — Siéntate aquí conmigo — señala su cama. En donde el dejo su computadora y libros.

— No vamos a poder trabajar así — digo, ya que es incómodo trabajar en la cama.

— Oh aburrida.

— Dale, tenemos que terminar con esto. Así después descansamos y si queres vemos una película.

— Okey, jefa.

Cuando entro al drive, me doy cuenta de que no queda mucho. Tengo que empezar la conclusión, leo todo el archivo de nuevo. Acomodo un par de errores gramaticales.

Siento unas manos en mis hombros, luego las veo descender por mis brazos hasta llegar a mis manos. Gena, entrelaza sus dedos con los míos, impidiéndome seguir trabajando.

— ¿Qué haces? Tenés que usar esos dedos para teclear en la computadora.

— Pero, yo quiero estar con mi chica haciéndonos mimos.

Su confesión hace que siento de mariposas exploten en mi interior. Su chica, suena tan bien viniendo de esa boca tan linda.

—Primero debemos terminar con esto...— me quedo sin palabras cuando siento su boca en mi cuello, dejando tiernos besitos.

— Maldito comprador — digo cuando su boca llega a mi mejilla. — Solo un ratito y seguimos.

— ¡Yupi!

Me hace levantarme, pasa sus brazos por mi cintura besándome la boca con mucha pasión. Me hace caminar sin dejarme de besar, eso me hace reír y a él también. Abro los ojos cuando siento la cama.

Genaro me deja de besar y se sienta en la cama, me siento a su lado. Nos miramos por un segundo más, hasta que nos volvemos a besar. De a poco termino acostada, con el medio encima de mí. Mientras manos viajan por todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta las rodillas.

Me sorprendo gratamente de mi misma, la Alicia de antes sin dudas no dejaría que él me vea así. Mucho menos que me tocara sin pudor muchas partes de mi cuerpo. Pero la nueva yo es totalmente diferente, es atrevida y todo lo que nunca pensé que sería.

La verdad ¡Me encanta! Saber que puedo entregarme así a él.

Nos dejamos de besar por falta de aire, pero inmediatamente Genaro sigue con los besos por mi cuello, besos lentos y tortuosos que me hacen enrollar la punta de los dedos.

Meto una de mis manos por debajo de su remera acariciando y tocando, con cuidado todo su torso. Sé que está marcado, y que tiene abdominales, pero de verlos a tocarlos. Hay kilómetros de diferencia. Paso mis manos por su espalda, sintiéndolo tensarse cuando roso la cinturilla de su pantalón.

Lo escucho gemir cuando con mi mano rozo su entrepierna, fue sin querer, pero dio buenos resultados. Ya que cuando volví a esa zona y apreté con delicadeza, gimió mi nombre y me mordió el cuello con una rudeza que desconocía, pero que me encendió y me hizo soltar un gemido para nada tímido.

Con una mano en su cabello, hago que deje de besarme el cuello. Porque enserio quiero besar sus labios. Necesito mas de sus labios y de sus manos, creo que mis hormonas tomaron el control de mi cerebro y de todo mi cuerpo.

Los toques en mi cuerpo ya no son de exploración o tímidos, son descarados y sucios. Sus manos se dividieron en dos, una en mi trasero apretándolo y otro en mis tetas amasándola en un ritmo tan placentero. Aunque seguíamos con la ropa puesta, la intensidad era abrazadora, sentía calor. Calor en todo mi cuerpo, y él es quien lo ocasionaba.

Su lengua y la mía estaban en una guerra por el control del beso, en donde se dejó vencer para que yo guiara el beso a mi merced.

Con mi mano libre, la que no estaba en su cabello, agarre su entre pierna con total confianza sobre la ropa. Me dejo de soltar para maldecir, y luego volver a besarme.

No sé en qué momento paso a estar encima de mí, tenía sus manos a cada lado de mi cara. Mis manos recorrían su espalda, y entrelace las piernas a su cintura para seguir sintiéndolo más cerca, haciendo una fricción tan deliciosa... pero sabía que se sentiría mejor sin ninguna tela de por medio.

Dejo de besarme para mirarme a los ojos, sus labios estaban rojos e hinchados. Sus pupilas dilatadas y su cabello totalmente despeinado. Sos pecho que me veo igual.

— Mi Alis hermosa, si seguimos a así. No me voy a poder frenar — comenta mientras acaricia mi cabello.

— No... no quiero parar — digo totalmente excitada y alborotada.

— Entonces — se para un poco poniendo sus manos en mi mejillas, acariciándome con una dulzura que me derrite el corazón — vamos a seguir pero más despacio. Quiero que cuando lo hagamos, este completamente seguro y que seamos novios.

— ¿Vamos a esperar a ser novios para hacerlo?

— Si — beso mi boca— quiero hacerle el amor a mi novio. Así que doña lujuriosa, — sus manos recorrieron mis piernas y beso de nuevo mi boca. Este chico realmente me quiere matar — No me tientes.

No podía responderle, me había dejado sin palabras. Así que lo beso con cariño y con dulzura, demostrándole cuando lo quería y como ansiaba el momento en el que seamos novios. No por el sexo, sino por todo lo que eso significaba.

Pero debíamos parar, porque por más que quisiéramos el estar en esta posición no ayudaba, para nada.

El salió de encima mío, acomodo su cabeza entre mis pechos, con su brazo me rodeo el torso. Yo acariciaba su cabello, intentando calmar mi respiración acelerada.

Él hacía círculos con sus dedos sobre mi barriga. Ambos nos quedamos en nuestra burbuja, intentado que la calentura se nos bajara.

— Tenemos que hacer el trabajo — le recordé.

— No, eso es aburrido. Me quiero quedar así.

— Pero... — le dio un beso a mi panza con ternura. Pero lejos de hacerme sonreír, solo activo una alarma en mi cabeza.

Inmediatamente en mi cabeza sonó "Te beso la grasa" "Va a ver tus estrías" y miles de cosas más. Haciéndome tensar y sentir incomoda.

— ¿Ocurre algo?

— No, nada.

— No me mientas Alicia.

— Bueno es que... avecés mis pensamientos son algo estúpidos.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¿Fue porque no seguimos? — pregunta preocupado, levantado sé para mirarme a los ojos — Porque no quiero que, ni por un solo segundo dudes de lo mucho que te deseo y me encantas. Soy un caballero, cara de bolis. Me reservo puro para mi novia.

Me siento para darle un beso en la mejilla.

— No seas lujuriosa Alicia, porque me miras así y solo me das más motivos para llenarte de besos — comenta intentando darme un beso en la boca, pero lo golpeo en el brazo.

— No soy lujuriosa — me quejo.

— Aja, si claro como no — se burla.

Agarro su almohadón y le pego en el brazo tres veces.

— Bueno, bueno, Ya entendí, tranqui.

— Más te vale.

— Eres mala con tu futuro novio — se queja.

No puedo evitar sonreír como una tonta, como no estar enamorada de este chico. Si solo sabe decir cosas que me aceleran el corazón y me hacen sentir tan feliz.

— No soy mala.

— Me vas a decir que pasaba por esa cabecita — me da un toque juguetón en la frente.

—Bien, no sos vos y tampoco es por el sexo. La verdad amo la idea de esperar hasta ser novios, ya que espero — toso — sea pronto. Sino que son cosas mías que me molestan, pero no es algo en concreto. No me has caso, ni siquiera yo entendí que quise decir.

— Bueno, la verdad no entendí — toma mi mano entre la suya — pero sé que algo te molesta. ¿Qué puedo hacer para estés mejor?

— Solo ven y abrázame. Eso necesito por ahora.

Estire mis brazos, él se lanzó a mí. Golpeándome un poco, porque es bruto, pero amaba tenerlo así.

— Te quiero mucho Alicia — dijo mientras me abrazaba más fuerte.

— Yo te quiero más.



Holis, como estan? Espero que bien, yo me encuentro enojada con la computadora por no dejarme subir este capitulo taaaaan hermooso.

Que opinan? Estos dos tortolito me encantan, son súper tiernos y la verdad los amo.

Les hago una pregunta seria, espero me respondan con la verdad.

¿Quieren ver una escena +18? Porque en realidad está la advertencia de que contiene eso la historia, pero más que nada son por la escenas de acoso y eso. Pero quiero saber si se sienten cómodas leyendo eso, o les gusta que sea como lo que paso en este capítulo. Desde ya gracias por tomarse el tiempo de responder, un besito nos leemos.


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