Capítulo 2.
Capítulo 2.
Born this way- Lady gaga
Alicia.
Las canciones de Taylor Switf se reproducían una a una. Mientras acomodaba mi cuarto. Shake it off, sonaba a todo volumen mientras la cantaba a todo pulmón y la bailaba.
Cante utilizando mi cepillo como un micrófono, mientras bailaba.
Mi cuarto era el único espacio en el que me sentía segura y capaz de ser yo misma. En este momento comenzó a sonar Born this way, de Lady gaga. Sinceramente no pude evitar en convertirme en una loca estrella de pop.
Cante a todo pulmón la parte de We are all born superstars.
—There's nothin' wrong with lovin' who you are— tome aire y grite como loca chiflada. — She said: 'Cause He made you perfect, babe
Claro que es fácil decir eso cuando sos la icónica Lady Gaga. Pero cuando sos Alicia, es como complicado.
Me miro al espejo de mi habitación. Si tan solo fuera un poco más alta, si mis piernas no fueran tan grandes, ni mis brazos tan gordos. La verdad lo único que me gusta de mi cuerpo es mi pelo, mi hermosos pelo rubio. Lo cuido como si mi vida dependiera de ello.
De pronto la música de mi cuarto cambia, por una canción de Los nota Lokos, busco mi celular y cuando me doy vuelta suelto un grito.
— ¿Qué mierda te pasa? — Grite — ¿Qué estás haciendo Genaro?
Genaro, se había puesto mis lentes de sol y en la cabeza... ¿Eso era una tanga mía?
—Eso es una tanga — señalo.
—Y está limpia — comenta —. Vamos Ali — empieza a aplaudir— Saca la cámara un par de fotos. — mientas comienza moverlas manos imitando una cámara de fotos.
Me agarra de la mano girándome sobre mi propio eje. La suelta y sigue bailando, incitándome a que lo siga. Al principio me da vergüenza, ya que recuerdo que llevo puesto shorts y mi cabeza piensa miles de cosas ridículas, me iba a negar a bailar pero la risa de Genaro es tan contagiosa, que comienzo moviendo los hombros y después las piernas. Para último hasta dar una vueltita y copiar sus pacitos de cumbia.
— ¡No ta Locos! — gritamos al unísono.
Seguimos bailando, saltando uno al lado del otro. La canción termino pero comenzó otra del mismo estilo musical, y seguimos bailando. Como él tenía mis lentes de sol, yo me puse un sombrero vaquero de plumas. Genaro agarro una bufanda rosa y se la puso en cuello, no podía parar de reírme y el tampoco. Las canciones siguieron, pero para la quinta, me sentía cansada y sudorosa. Creo que el igual, porque se tiro al piso como si fuera una estrella de mar.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto tumbándome a su lado.
Mis piernas están flexionada, el hace lo mismo. No puedo evitar mirar que su pierna, aunque es musculosa, la mía sigue siendo más grande y para nada musculosa. Es más del tipo blandita.
—Vine a molestar un rato, porque estaba aburrido. Y tu madre me dijo que estabas limpiando.
—Eso hacía.
— En medio de un concierto de Lady Gaga.
—Antes era de Taylor Switf.
— Claro, lo que digas...
— ¿Qué pasa? — pregunto me volteo para mirarlo. Trato de no pensar en que se me puede estar marcando la papada.
— Mi papá nos quiere llevar a ver a los abuelos a Neuquén.
— ¿Y cuál es el problema? — cuestiono—. Vas a estar a veinte grados menos que acá.
— Me voy todo el verano.
— ¿Qué? — me levanto de golpe para mirarlo.
—Eso, todo el verano. Va, una semana antes de empezar las clases estaría volviendo.
— Pero este es nuestro último verano antes de ser adultos e ir la facultad — me quejo volviendo a costarme y mirar el techo. — Después estarás ocupado haciendo maquetas y yo salvando perritos.
El empezó a reírse.
— No seas boba, después del secundario nos seguiremos viendo. No importa que estudies o lo que hagas. No seas pendeja Mary Jane.
No pude evitar reírme a carcajada.
— ¿Cuándo te vas? —pregunto. Siento que algo toca mis dedos, son los dedos de Genaro entrelazo su mano con la mía. Su pulgar acariciaba el dorso de mi mano.
— Pasado mañana.
— ¡Que! Después de año nuevo
—Debe haber algún descuento por eso— comenta riendo.
— Podemos hacer algo para celebrar que te vas — dije mirándolo a los ojos.
Él entrecerró sus ojos y me miro enojado. Eleve una de mis cejas, al no entender su reacción.
— ¿Te alegras de que me voy? — cuestiona.
— Nunca amigo. O sea me exprese mal — digo pellizcando su mejilla. Se queja y pone una mano sobre el lugar en donde lo pellizque—. Hacemos alguna de esas cosas locas por el fin del año. No se hacemos eso de los platos.
— ¿Qué de los platos? — me miro extrañado. — Tik tok, te hizo mal al cerebro.
—Oh cállate.
Suelto su mano, ruedo sobre mi misma y para alcanzar el celular que deje cargando. Vuelvo hacia él, con mi panza hacia el suelo. Veo como su mirada sin disimular se va a mi culo, trato de hacer como que no me doy cuenta e intento ignorar las voces que me dicen "cúbrete".
—Mira de esto te hablo — pongo el celular medio. Así ve, el video de las dos chicas. Que escriben en un plato, todas las cosas malas que no quieren y lo rompen contra el piso. — Se ve liberador.
— Me gusta la idea y podríamos hacer una carta con las cosas que esperamos para este año.
— ¿Qué hagan la cuarta temporada de Anne con una E? — pregunto. Él me golpea con un almohadón en la cabeza. — ¡Auch!
— No, algo más profundo. No una tontería como una serie.
—Vos sos tonto. Así que pondré en mi carta, "Por favor que este año mi mejor amigo tenga un cerebro" — hago como que escribo en el aire—. Pero cierto no puedo poner una tontería.
Finge indignación , y me golpea otra vez con mi almohadón. Para luego hacerme cosquillas.
— No pesado — me quejo, mientras el sigue haciéndome cosquillas.
Intento quitármelo, peros sus manos van para todos lados haciendo cosquillas. Me retuerzo debajo de él pero no puedo. Justo una de sus manos toca mi panza desnuda, ya que mi remera se levantó.
En ese momento todas mis alarmas sonaron.
— Ey, basta Gena — suelto sin reírme. Paro de golpe y me miro, su hermosa sonrisa se borró.
— ¿Qué pasa? ¿Te lastime? — pregunto asustado, quitándose de encima mío.
—Nada — digo seriamente.
Paso mi brazo sobre mi cara tapando mis ojos. Como desearía dejar de comportarme así. Estábamos pasando un buen momento y lo arruine. Todo por mis inseguridades.
Respire profundo intentando no llorar.
¿Por qué siempre lloro por todo?
—Oye, cara de bolis ¿Qué pasa? — pregunta Genaro. Siento como su nariz roza mi brazo. —No me gusta que me ignoren, si quisiera eso hablaría con una planta.
Suelto una pequeña risa.
— Eso ríete de mis boludeces.
—No me pasa nada.
— ¿Entonces porque tienes un brazo arriba de tus ojos y parece que estuvieras por llorar?
Este man sí que te conoce.
— Agg— me quejo.
— No me gruñas — me reta. — Gruñona.
Me saco el brazo de la cara y lo miro con cara de ¿Qué rayos?
— Ah vez te hice salir de tu caparazón.
Pongo los ojos en blanco.
—Deja de molestarme.
— Nunca, para eso están los amigos. Para molestar y joderte, cada vez que estas triste.
—Mmmm solo estas para joder siempre — me quejo. Incorporándome, Genaro hace lo mismo que yo —. Avecés mi yo interior, pelea con mi yo exterior. Como que hacen catarsis en cualquier lado.
Él se me queda viendo por unos largos minutos sin parpadear. Hasta me estaba asustando.
— Babara, llama a emergencia. Estoy seguro de que Alicia está sufriendo de esquizofrenia. Mírala ya está toda loca— suelta de golpe
— ¿Enserio llamas a mi madre?
—Esto es grave — dice acercándose. Pone su mano en mi frente fijándose si tengo fiebre. — Si lo que me temía, estas enferma. Haber abre la boca, di A — dice abriendo su boca de la misma forma.
— No voy...
— Di A.
—A... Pdodiodif — me atragante ya que el estúpido, me tiro algo adentro de la boca en cuanto la abrí.
El comenzó a reírse a carcajadas, literalmente se reía tanto hasta golpeaba las palmas de su mano contra sus rodillas. Yo intentaba escupir...
Tenía plumas rosas en la boca.
— Maldito idiota— sigo escupiendo —. No te quiero más como amigo.
—Mentira me amas — se mofa. — No podrías vivir sin mí.
—Claro que sí, cuando te vayas conseguiré otro mejor amigo. Que no me tire plumas a la boca.
— Ah ¿Quieres que tire otra cosa la boca? — pregunta.
— Si... — me doy cuenta de lo que pregunto. — ¡Que sucio!
— Me amas así. Igual ya dijiste que si...— hace un gesto sugerente.
— Que asco.
— ¿Qué? Si, la mal pensada sos vos. Yo pensaba en gusanos o algo más asqueroso.
Yo quiero la serpiente, que no está en su bota.
Calla conciencia. No es momento hot.
Nunca lo es. Triste mi vida contigo.
Pues te chingas.
— Eres un tarado.
— Vos lo sos más — me saca la lengua — ¿Estas mejor?
— Si, ya estoy bien — digo con una sonrisa —. Gracias.
— Para eso estoy, me prometes que siempre vas a decirme cuando estés mal.
— Lo prometo.
— ¿Por la garrita? — me extiende su pulgar.
— Por la garrita — dije entrelazando el mío con el suyo—. Solo si también me lo prometes.
— ¿Qué cosa?
— Decirme cuando te pase algo.
— Siempre, cara de bolis.
***
Después del brindis de año nuevo. Y de pasar tiempo con mi familia, mire el celular tenía un mensaje de mi mejor amigo, avisando que ya estaba afuera. Salgo corriendo hasta mi dormitorio en donde prepare mi mochila con las cosas para hoy. Me miro una última vez al espejo, aunque no me gusta mi aspecto. El vestido blanco que uso me encanta.
— Chau papis — saludo a mi mamá y a mi papá. Voy hasta mi hermano y mi cuñada. — Adiós estorbo de la familia, Adiós cuñis linda — beso su panza— adiós pequeño bebito de la tía.
— ¿A dónde vas? — interroga mi hermano.
— Con Gena. Iniciamos una tradición para año nuevo — comento.
—Sospechoso — dice mi hermano, Daniel. Mi cuñada, Lara, le pega sutilmente con el brazo.
— Mándale saludo de mi parte a Genaro.
— Se los daré, los veo luego.
Salgo de mi casa. Genaro está apoyado sobre el capo del auto de su madre, me mira con una sonrisa. Lleva puesta una bermuda de jeans negra y una camisa arremangada blanca. Extendió sus brazos y yo como una niña pequeña corrí hasta ellos y lo abrace con fuerza.
— Feliz año nuevo, mi persona — lo saludo.
Sus brazos me envolvieron con más fuerza, hasta me levanto del suelo haciendo me reír. Cuando me bajo, nos quedamos mirándonos a los ojos. Esos hermosos ojos cafés.
Mi corazón latía a mil por hora. Si fuera valiente me animaría, y cruzaría esa línea que los mejores amigos no deben cruzar.
— Feliz año nuevo, cara de bolis.
Ruedo los ojos.
— Vamos, que se nos va a hacer febrero hasta que muevas el culo.
El suelta una risa, me vuelve a abrazar y me suelta. Me abre la puerta del auto.
— Primero las damas.
—Gracias — suelto riendo me.
En poco menos de veinte minutos llegamos al destino. El parque, aunque no había gente. Estaba todo iluminado, con luces de los faros y las luces de la ciudad se veían tan cerca que iluminaban todo.
— Ayuda — pide Genaro. Lo veo luchando con la manta para que esta quede derecha en el suelo.
— Que inútil.
—Si mi compañera no se quedara mirando a la nada como una loca. Podría hacerlo más rápido.
No digo nada y lo ayudo. Luego pongo la mochila en el suelo, y comienzo a sacar las cosas de allí.
Dos platos blancos de porcelana, dos fibras negras, dos hojas de papel y dos lapiceras azules.
— Primero haremos lo del plato.
— Esta bien ¿Tenemos que decir lo que escribimos?
— No creo, es más como para quitarte lo de adentro sin sentirte juzgado.
— Okey me gusta la idea — saca de su mochila. Una botella de vodka de frutilla y dos vasos —. Para brindar — me sirve uno a mí y uno a él.
— Perfecto — digo agarrando el vaso—. Brindo por vos, y por mí.
— Porque siempre estemos el uno en la vida del otro — termina él por mí. — ¡Salud!
— ¡Salud!
Bebo de un trago, me quema la garganta. Ambos hacemos cara de asco, al mirarnos nos reímos.
— Traje música y tengo una canción perfecta.
— ¿Cuál es?
— Solo escucha, esta es para cuando escribimos las cosas tristes.
Pone play en su celular, cada uno toma un plato y una fibra y comienza a escribir.
Jealousy,jealousy de Olvia Rodrigo. Miro a mi mejor amigo, quien me sonríe. Esa canción sí que me identifico.
Comienzo a escribir.
Mis miedos e inseguridades.
Las palabras feas que otros usaron para describirme.
Las comparaciones que siempre me hago.
El miedo que me atormenta cada vez que uso shorts.
El dolo que siento cada vez, que alguien me mira mal o me dicen algo sobre mi cuerpo.
La vergüenza de comer en lugares público.
El miedo de ser quien en realidad soy, por temor a que me juzguen o lastimen.
El no sentirme bien conmigo misma.
El no ser capaz de encontrarme.
Las palabras horribles que me dedico en mis peores días.
Las lágrimas por causa de mi autoestima.
Mi autoestima bajo.
Mis miedos.
Mis inseguridades.
El temor.
El dolor.
Cuando termino de escribí, veo que la hoja esta algo manchada. Eran mis lágrimas. Me toco la cara estaba toda mojada.
— Bueno, eres muy sensible.
— Ya lo sé — digo llorando y riendo.
— ¿Lista? —pregunta él. Lo miro, su plato estaba igual de escrito que el mío.
—Sí.
Ambos nos levantamos.
— Ah la música.
— ¿Qué canción?
— Mujer, calla y escucha.
Reconocí al instante la melodía de Another Love. No pude evitar llorar un poco más, lo que hizo reír al idiota.
— ¿Sabes en que momento lo tiraremos?
— Si — suelto.
Hoy prometo dejar todo esto atrás, que esto sea el inicio de un nuevo cambio. Que sea el comienzo de algo positivo.
Y justo cuando llego esa parte de la canción que me puso la piel de gallina, tiramos los platos con fuerza hacia el piso. Haciendo que este se haga añicos contra el suelo, junto con todas las cosas malas que habíamos vivido.
— Que el dolor sea solo un recuerdo y que lo bueno que vivamos supere lo anterior —Entrelace mi mano con la de mi mejor amigo, este me sonreía.
Hola, gracias por darle una oportunidad a esta historia. Gracias por leer y por comentar.
¿Que les pareció el capitulo?
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Se que no es miércoles, pero estoy feliz de que haya llegado a 150 vistas. Parece poco para muchos, pero para mi es increíble. Gracias por el apoyo.
PD: No se olviden de seguirme en mis redes, así podemos interactuar.
Besitos, nos leemos pronto.
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