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Capítulo 18.

Capítulo 18.

Where have you Been- Rihanna.


Genaro.

Siempre pensé que Alicia es hermosa, pero hoy. No sé qué tiene, pero no puedo quitarle los ojos de encima.

No hablo solamente de su escote, que madre mía. Me está matando, que mujer tan hermosa.

Concéntrate.

Intento hacer eso pero mi mente divaga. Hoy no era el conductor, sino que estaba en el asiento copiloto, lo cual me daba una vista perfecta hacia el espejo. Podía mirar claramente a Alicia, como sonreía con esa boquita pintada de rojo tentación.

Por suerte, nadie sabe leer los pensamientos, o serías cruelmente humillado. Ignoro mi conciencia y sigo prestando atención a ella.

Sus ojos tienen un brillo raro que me encanta. Todo en ella me gusta, quisiera decírselo. Pero no es el momento, me repito.

Por un segundo su mirada se conecta con la mía por el espejo, tomándo me desprevenido. Ocasionado que mi pulso se acelere y me ponga nervioso.

Nunca una chica me puso tan nervioso como ella.

Maldita Alicia, a quien amo con toda mi alma. Pero no quiero perderla, así que será amarla como amiga. Por el momento.

***

Entramos a la casa de la chica que organizó la fiesta, la cual parecía estar en pleno apogeo. Había muchísimas personas por todos lados.

Giro para buscar a mi amiga, quien caminaba con Vico. Ambas tenían sus brazos entrelazados con Pipo. Quien fue con nosotras en el auto.

— Odio a Pipo — comentó Muela por lo bajo —. No habla y tiene la atención de ambas.

— Tienes razón, deberíamos ser como él — admito riendo.

— Taciturnos y callados, para eso tendría que basar mi personalidad en Edward Cullen.

Ambos soltamos una carcajada.

— Pero recuerda que Vico tiene novio — hablo por lo bajo.

— Y vos recuerda, que Ali es tu mejor amiga.

— No es lo mismo, pendejo.

— Lo sé, no haré nada que la incomode. Solo seré yo, coqueto y sinvergüenza. Pero todo un caballero.

Niego con la cabeza, este pibe no tiene remedio.

— ¿De qué hablan ustedes dos? — pregunta Alicia llegando a nuestro lado, aprovecho su cercanía para pasarle un brazo por encima del hombro y pegarla a mi costado. Si, justo a donde debe estar.

— De que los trillizos no han llegado — miento.

Ella entrecierra los ojos mirando me.

— Me estas mintiendo, pero fingiré demencia.

La pellizco en la cintura.

— ¡Que idiota! — se queja, intento golpearme pero la esquive.

— Che, Pablo dijo que están en el patio. Vamos — dijo Pipo. Quien seguía del brazo de Vico.

La castaña me miró con una sonrisa, luego miró a Alicia y le hizo un gesto. Que no pude entender.

Los cinco juntos, nos dirigimos al patio. Pero esta vez caminé con Alicia a mi lado, ella puso su mano en mi cintura y yo aproveche para apretarla más a mi lado.

En el trayecto hacia el patio, nos topamos con la banda de Leo. Me miró con fastidio, pero su expresión cambió por un segundo cuando vio a Alicia. Vi cómo la observaba de arriba abajo, por segundo pude notar que la miraba con deseo. Pero solo duró un segundo, luego vio la mano de ella rodeando mi cintura y la mía en sus hombros.

Miro a mi amiga, quien venía distraída mirando para todos lados. Sin percatarse de que, aunque ya no tuviera la mirada de chico con hambre, Leo no le quitaba los ojos de encima. No es la primera vez que pasa, pero él siempre busca algo para herirla o molestarla. Así que me limito a ignorarlo. No vale mi tiempo pensar en él.

Sin que ella lo note, hago que apresure el paso.

— Ahí están — gritó Ruco. Haciendo que sus hermanos y las chicas a su alrededor se den vuelta, para mirarnos — Mi tesorito — chillo y se colgó como un mono araña de Muela.

— Mi motorcito — respondió con el mismo fervor.

— Que pena que dan — comenta Alicia riéndose, sale de mi agarre para ir a saludar.

— Pero si es mi rubia favorita — Pablo se acerca a Alicia y la abraza con fuerza, hasta la levanta del piso — Dios mío, te ves espectacular — dijo mirándola.

Me acerco para seguir saludando al resto, mientras Vico y Alicia se quedan hablando. Rulo me da una sonrisa maliciosa.

— Por suerte vos y yo somos amigos, sino esta noche me hubiera encargado de conquistarla — dijo en voz baja mirando a mi amiga. Luego miró a Vico — ella también está muy buena. Lástima que le guste a Muela. ¿Por qué siempre les gustan las lindas y buenas?

— ¿Sabía que igualmente Vico tiene novio?

Rulo se encoge de hombros.

— No soy amigo del novio de Vico.

Buen argumento.

— Está mal, pero no tan mal. Podrías ir al infierno por esos pensamientos.

— Seguramente sí, pero nadie me quita lo vivido — me regalo una sonrisa de idiota.

Volví a mirarla, sigue viéndose hermosa. Mientras se ríe y habla con todos en el grupo, me encanta verla así.

— Genaro, estás babeando — se burla Pipo. Que no sé cuando apareció a mi lado.

— Si hermano, deja de comportarte como un bebé y solo bésala — habla Rulo.

— Si la quieres, si la quieres mírala...— comenzó a cantar Pipo. Lo miro extrañado. Rulo comienza a reírse, pero aclara su garganta.

— Mírala y ya veras, no hay que preguntarle — lo segundea Rulo — No hay que decir, no hay nada que decir...

— ¿En serio? La canción de la sirenita, que maduros.

Ambos se miran con complicidad, comienzan a cantar fuerte y claro.

— Sha-la-la-la-la-la ¿Qué pasó? Él no se atrevió — me señalaron — ¡Y no la besara!

— Sha-la-la-la-la-la ¡Qué horror! Qué lástima me da — ambos se murieron de risa y dijeron — ¡Porque la perderá!

Rápidamente me encargue de golpearlos a ambos, las personas a nuestro alrededor nos miraban riéndose. Nadie entendía el contexto de la canción.

— No sean pesados, no digan esas cosas.

¿Cómo que perderla? No, no, no, nada de sha la la la.

Concuerdo con mi conciencia, nada de esas cosas.

Mis amigos se reían de mí.

— Era una broma — habla Pipo — es obvio que ambos son igual de lentos. Pero no podemos hacer nada para alterar el curso del destino.

— No lo creo — Rulo señala hacia el resto del grupo.

Había nuevos invitados, entre ellos Kai. Quien tenía su brazo encima de los hombros de Alicia y ella se reía con fuerza como si él estuviera contando el mejor chiste del mundo.

Soy un ser de luz, no tengo pensamientos malos... Pero ¿Por qué no quita sus feas manos de ella?

Me voy a volver loco, yo no soy un chico celoso, ni mucho menos posesivo. Pero desde que sé que tiene sentimientos por mí. No puedo evitar pensar que se irá con alguien más. Quizás el divorcio de mis padres me traumo.

No es momento de pensar en eso. Sacudo mi cabeza y me acerco al grupo, junto con los dos pesados.

— Hola — salude. Kai deja de sonreír y me saluda.

— Hola chicos — nos saluda a los tres.

Nos quedamos en ronda hablando y tomando, de a poco nos fuimos sentando en unos pufs. Muela se había posicionado muy cerca de Vico, ambos hablaban y la verdad no sé qué le dijo mi amigo. Pero ella quedó roja como un tomate, Alicia que estaba a mi lado me hizo señas para que me acerque.

— ¿Muela sabe que es un soldado caído? — pregunta riendo.

— Si, pero no se da por vencido.

— Creo que deberías decirle que lo haga — dice con media sonrisa —, no me malinterpretes, amo a Muela y harían hermosa pareja. Pero ella está enamorada de Darío.

Le toque con mi dedo, la punta de la nariz.

— Hablaré con él.

Ella me guiñó un ojo y siguió hablando con Kai, quien le dijo de hacer una selfie con él. Como un buen amigo, me metí en la foto haciendo una mueca.

Alicia me miró riéndose, Kai igual.

— Que pesado — se queja ella.

— Pero soy tú, pesado — le guiño un ojo. Haciendo que ella se sonroje y Kai me fulmine con la mirada.

Si niño, entiende que el primero en su corazón soy yo.

Ella rueda los ojos e intenta tomarse otra foto. Pero siempre me metí, hasta Pablo y Rulo se metían ayudándome. Eso es amor de hermanos.

Calculo que Kai estaba cansado de nuestras bromas. Que dijo que iría a buscar a India y se fue.

— Ey, no sean molestos con el pobre Kai — se queja Ali.

— Claro, sobre que me dejó venir ustedes lo molestan — argumento Vico.

— No sé de qué hablas Victorina — comenta Muela con inocencia.

— No me digas así, desubicado — le pego con delicadeza en el brazo y como es todo un artista mi amigo, comenzó a "llorar" del dolor.

— Ay me lastimaste, ahora me tenés que dar un besito — pidió con una mueca.

— Este pibe, no le tiene miedo a nada — comenta Ruco.

— Es un caradura — dice Alicia.

— Adrián, no seas desubicado — dice Vico, lejos de sonar enojada. Estaba reprimiendo una sonrisa.

En la casa subieron la música a todo lo que daba, porque se escuchaba en el patio. Comenzó a sonar una canción de eggaetón muy conocida.

Las chicas se miraron al mismo tiempo.

— ¡Vamos! — chillaron al mismo tiempo.

Las dos se levantaron, se agarraron de la mano y corrieron adentro. Nosotros nos miramos por un segundo, antes de salir detrás de ellas.

Alicia.

Nos pusimos en la pista, con varios de mis compañeros. Para ser sincera tenía miedo de bailar frente a mis compañeros, pero estar cerca de Vico me daba mucha confianza. Y la verdad me daba igual lo que pensarán mis compañeros.

Las dos empezamos a bailar pegada la una a la otra. Cuando la canción llegó a la parte movida, ambas cantamos mientras seguíamos bailando.

Ella se dio vuelta perreando me, yo puse mis manos en su cintura. Ambas estábamos coordinadas mientras bailábamos.

No tardamos ni dos segundos en estar rodeadas por el grupo de chicos sexys, Rulo se metió al medio de nosotras dos.

Nos siguió el perreo, él me perreaba a mí, y Vico a él. Éramos una especie de trencito, mientras bailábamos y nos reíamos.

Nos pusimos en círculo, así bailábamos todos juntos. Como nunca, me tocó a lado de Pipo. Quien no bailaba mucho, pero me acerqué a él.

— Bailemos — le digo.

Niega con la cabeza, le hago un puchero.

— No sé cómo se baila esto.

—Yo te enseño — le sonrió.

— Yo también quiero — pide Pablo.

— Bien miren, nivel fácil — les digo —. Solo movemos los brazos hacia adelante y unimos la manos, así — hago el movimiento — y hacemos este movimiento con los hombros, para que sea sincronizado — los dos lo hicieron, me hacían reír porque Pipo es más duro que un palo, pero hace el intento.

— ¿Cuándo bajamos hasta el suelo, como ustedes dos? — pregunta Pablo sonriendo. Pipo nos miró con horror.

— Yo me quedo con mi movimiento de hombros — dice.

— Es fácil, es como si dibujaran su nombre en cursiva con el culo. Se ponen así — les muestro—, y dibujan — hago el intento de escribir Alicia en cursiva.

Ambos me miraron el culo.

— La verdad me perdí, de vuelta — pide entre gritos Rulo. Gena que estaba a su lado, le pegó en la cabeza — perdón, veo si me sale.

—Ambos — le digo a Pipo. Quien rueda los ojos, pero lo hace.

Ambos lo hacen, la música retumbaba en el piso. Con mis porras y la de Vico, ambos chicos comenzaron a perrear. Después de varias canciones, todos bailábamos con todos, riéndonos a carcajadas.

Hicimos de nuevo el círculo, en donde pasábamos de a uno bailando. En realidad hacíamos payasadas con pasos de bailes raros, algunos sensuales.

Hasta que Genaro, me empujo al interior del círculo justo cuando comenzó a sonar No se ve de Emilia.

Vamos este trend me lo sé, Vico me hace porras para que baile. Lo hice sin ningún tipo de vergüenza disfrutando del momento, la luz en la cara y las risas.

En un momento terminó mi espalda pegada a la de Genaro, sus manos en mi cintura. Mientras le perreaba, nunca en mi vida le había bailado así. Volví a mi pose original, con mi espalda pegada a su pecho, sus manos ahora más arriba. Su pelvis se movía en sincronización con la mía.

Ambos estábamos transpirados, pero eso no parecía molestarle a ninguno. De alguna forma parecía que éramos nosotros dos solos. Nuestros cuerpos están pegados, muy pegados... Tanto que podía sentir una parte suya.

Me giré para mirarlo, sus manos me pegaron aún más. Seguíamos bailando, pero esta vez mirándonos a los ojos, parecíamos tener un mutuo acuerdo. En donde sus manos podían estar por todos lados, al igual que las mías que se balanceaban en su cintura. Mientras cantábamos las canciones, su boca estaba tan cerca...

Fue horrible no poder besarlo, no sé si estoy loca. Pero siento que él tiene las mismas ganas que yo de besarnos.

Decidida, lo tomó de la mano y lo sacó de la pista. Como puedo me hago espacio hacia el patio, el cual estaba casi vacío. El aire fresco me golpeó con fuerza.

— ¿Qué pasó cara de bolis? — pregunta.

Tomo aire, y hago algo que nunca pensé hacer. Lo tomo por los hombros y lo pego a la pared.

Genaro bajo la mirada, mirándome con demasiada intensidad.

—Estoy cansada, de desearte tanto Genaro — admito con valentía — y no hacer nada por tener te. Esta noche amigo mío, — me acerque aún más a su cara, haciendo puntitas de pie — te voy a mostrar, cómo se siente tocar el cielo.

Tire de los bordes de su camisa, para poder besarlo. No tardó ni medio segundo en seguirme el beso. Sentí como sus manos tomaron mi cintura y con algo de brusquedad, él me puso contra la pared besándome con más intensidad.

Mis manos estaban hechas un puño en el cuello de su camisa, una se quedó en su cuello acariciándolo con delicadeza y la otra aprovechó para tocar cada rinconcito que me era posible.

Las manos de él viajaron por mi cintura, mis brazos. Una de sus manos se quedó en mi mejilla mientras me seguía besando.

El beso es demandante, nada como el primero que nos dimos llenos de dudas. Sino que estaba lleno de deseo, era una mezcla absurda y preciosa de todo y nada a la vez. Podía sentirlo en todo mi cuerpo, sabía que para él era igual.


Holisssss, wow que final. La fiesta si que comenzó fuerte, y todavía falta.... Así que no se preocupen, sigan leyendo. Hoy capitulo doble!!!!!!

Un besito y sigan leyendo, no se olviden de comentarme que les pareció este capitulo. Y en instagraam les dejes un tik tok del beso de Alicia y Genaro...


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