Capítulo 16.
Capítulo 16.
Kiss Me-Sixpence None The Richer.
Genaro.
Alicia hacia todo lo posible para sentarse en el brazo del sillón. Pero sabía que ella deseaba sentárseme a mi lado. A decir verdad, estaríamos más cómodos si sentara en mis piernas. La serie había empezado hace casi veinte minutos, los demás estaban concentrados en el televisor. Pero yo estaba concentrado en ella.
— Deja de moverte — me quejo.
Sujeto su cintura para atraerla a mi cuerpo, logrando que su hermoso trasero se amolde a mis piernas. Gruño fascinado por su cercanía y notable timidez, al no poder escaparse de mi agarre.
— Es que no estoy cómoda — dice apenada. Eso enciende alarmas en mí.
— Perdón — murmuro —, no sabía que te estaba molestando. No era mi intención.
— No es eso, idiota —susurra en mi oído —. Es que peso mucho y la verdad no quiero que te quedes sin piernas... — hace un gesto señalando sus piernas.
Me separo levemente de ella, para observar su rostro, pese a la poca luz que proviene de la pantalla. Puedo notar como esquiva mi mirada... Esta apenada.
Si bien Alicia, no es un peso ligero. Tampoco es como si pesara mucho, y la verdad me encanta tenerla así.
Debería ir y hablar con su terapeuta o psicóloga para darle las gracias. Mi Alicia de antes no me hubiera dicho si la situación la incomodaba, simplemente no se hubiera sentado a mi lado y listo.
Pero como dije anteriormente, tenerla así me fascina. Su perfume me está matando, estoy tentado a hurgar con mi nariz su cuello. Y besar cada centímetro de esa perfecta piel blanca.
— Me ofendes si piensas que no puedo manejar todo esto... — sé que mi tono fue sugerente, esa era la idea. Y por la forma en la que sus mejillas se sonrojaron, sé que entendió lo que le quise decir — Aparte, no es por presumir. Pero levanto en el gimnasio hasta ciento ochenta...
— ¿Qué quieres decir con eso?
Acerque mi boca a su oído, la sentí tensarse. Roce solo un poco mi nariz en su cuello. Huele delicioso.
— Que puedes subir si quieres cien kilos más. Y de igual forma, podría sostenerte en mis piernas o levantarte con ellas...
Sus ojos se abren de la sorpresa, ella muerde su labio. Reprimo una sonrisa y suspiro embelesado por su boca, rosada y perfecta. Observo con deseo sus labios, intento no perder la batalla contra mi autocontrol. Me muero por besarla.
Pero debo esperar , esperar a que ella me diga que esta lista.
— Gena...— balbuceo.
— ¡Shh! Los tortolos pueden dejar de murmurar obscenidades — pide amablemente Pablo.
Como si estuviéramos sincronizados, Alicia y yo, le mostramos el dedo del medio. Mi pelirrojo amigo, suelta una risita.
Ella vuelve la vista hacia la pantalla. La verdad había visto la serie tantas veces con ella, que me la sabía de memoria; decidí enfocar mi atención en algo más.
Desde mi posición podía ver perfectamente a Alicia. Sus largas pestañas marrones, lo perfecta que es su nariz redonda y pomposa en la punta, también me encantan lo carnosos que son sus labios.
Aún recuerdo cuando me enamore de ella, fueron instantes en lo que no podía dejar de verla. Cuando sonreía, cuando hablaba sin parar de las series que veía, o cuando se volvía loca mientras bailábamos o hacíamos tonterías. Recuerdo haberme sentido tan cómodo, sentir que estaba con quien debía estar.
Pero cada vez que intentaba coquetear ella ignoraba mis comentarios o pensaba que bromeaba. Lo cual me resultaba molesto, pero si ella me quería solo como amigo yo respetaría eso.
Aunque, ahora que sé que el sentimiento es correspondido. Tengo la mente en blanco y siento como si me faltara el aire, de los nervios y miedos que tengo.
¿Miedos de qué?
Sencillo, de avanzar en este nuevo terreno y cagarla. Sé que mis relaciones anteriores, terminaron mal, porque se daban cuenta de que mi atención siempre estuvo enfocada en la rubia. Aunque ella no se diera cuenta.
Y ahora sé que tenemos muchas posibilidades de que todo salga bien. Pero no quiero arruinar lo nuestro, la amo demasiado, no logro recordar ni un solo momento en donde ella no estuviera conmigo y no puedo imaginar mi vida sin que ella este ahí. De la forma que sea amiga, novia, pero que este.
Y si le diéramos una oportunidad a esto, y un día nos demos cuenta de que no es lo mismo, que no servimos como novios, pero si como amigos. El daño estaría hecho, no podríamos regresar a nuestra amistad, la perdería para siempre, y mi vida se tornaría triste y vacía.
Esta siendo tan pesimista.
Es tan complicado. Miro a mis padres, ellos estuvieron juntos 18 años y de un día al otro. Nos dijeron que se separaban y que decidiéramos con quien vivir.
No quiero que me pase lo mismo.
Apoyo mi cabeza en el hombro de la rubia, dejo que su delicioso perfume me impregne.
Me vuelves loco Alicia.
***
— Estuvo entretenida la juntada — comenta Alicia. Estaba en la puerta de su casa, Muela y Pipo me esperaban en mi auto. Éramos los últimos en irnos.
— Yo diría que sí, pero Pablo y Pipo van a seguir viniendo a ver la serie.
Ambos nos reímos. Ella se me queda viendo, mi corazón da un vuelco. Que hermosa es.
— Más que feliz, de recibir personas que quieran enamorarse de Damon.
— Creo que ellos van más por Elena y Bonni — comentó riendo. Ella sonríe.
— ¿A quién no? — pregunta con obviedad —. Me gusto que vinieran. Se siente raro tener invitados en mi casa y que no seas solamente vos.
— ¿Entonces mi compañía es aburrida? — la molesto.
— No idiota, sabes que haces mi vida feliz y todas esas cosas cursis — comenta riendo —. Digo que antes no...Yo...
— Se lo que quieres decir. No creas que eres la única sorprendida, te digo un secreto — me inclino hasta estar a la altura de su oído — ellos pensaban que no te caían bien. Por como actuabas antes, pero estaban demasiado emocionados por venir.
Me acomodo de nuevo en mi lugar para mirla. Su cara se ensombreció, ya no estaba esa sonrisa de felicidad.
— Por lo menos la terapia sirve de algo.
Coloco mis manos en sus hombros, para sacudirla con cuidado.
— La verdad sirve, porque permites que el mundo vea la verdadera Alicia. Esa que lleva mucho tiempo escondida.
— Una vez me dijiste que no te gustaba esa "nueva Alicia".
Ese es tu momento más humilde.
Quisiera golpearme por haber sido tan idiota.
— Porque fui muy idiota. Seré honesto — la bocina de mi auto, me sobresalto. Decidí ignorar a esos tontos —, y un poco rápido. Me asusto pensar que en la vida de la nueva "tu". Quizás no hubiera espacio para mí.
Listo, lo dije en voz alta.
La boca de Alicia se abrió en una perfecta "O". Ladeo la cabeza y me miro como si hubiera dicho que la tierra es plana.
— No digas esas cosas Gena, siempre vas a tener un lugar importante en mi vida. Sos mi mejor amigo.
No me resistí más y la abrace con fuerza. Mucha fuerza, tanta que la sentí quejarse. Pero al mismo tiempo ella me devolvía el abrazo con el mismo ímpetu.
Estas son las cosas que temo perder.
Me siento tan confundido con mis sentimientos. Porque por un lado quiero besarla y decirle que la amo demasiado. Por otro quiero decirle que la amo y que espero que sea mi mejor amiga por siempre. Pero eso nos llevaría a la terrible "ZONA DE AMIGOS", y no quiero eso, pero al mismo tiempo sí.
— Mas te vale, cara de bolis — nos separamos un poquito, y nos quedamos viendo. Demasiado cliché, pero me encanta tenerla así de cerca — ¿Te digo otro secreto?
— Si, decime.
—Sé que decirte esto es algo que obviamente ya sabes, pero nunca está de más recordártelo. Para mí siempre fuiste una chica increíble antes y ahora — mi pulso estaba acelerado a medida que hablaba — riéndote de todo, llorando de la nada, siendo amable con todos, aunque muchas personas no se lo merecían. Una de las cosas que más me gusta de vos es que siempre fuiste transparente con muchas cosas, no tenías miedo en decirme lo que sentías o pensabas, sin importar si eso nos haría pelear. Compartimos tantos momentos, que muchas veces me preguntaba porque no dejabas ver esas facetas tuyas al mundo. Porque claramente todos se darían cuenta, de la persona tan maravillosa que sos. Pero claro, nunca me di cuenta que no te veías así — tome aire, lleve una de mis manos a su mejilla —. Me siento un mal amigo, por no ver eso. Pero estoy muy orgulloso de lo que estás haciendo, de que de a poco vas saliendo de ese caparazón que bloquea a esa Alicia, que me encanta. Y quizás me ponga un poco celoso porque sé que cualquiera que te conozca tan bien como yo, terminaría locamente fascinado y enamorado de vos. Pero puedo manejar eso, mientras sigas brillando mi querida Alicia.
Con mis pulgares limpie, las lágrimas de sus mejillas. Ella coloco su pequeña mano, sobre la mía. Me gustaba ver el contraste de color, su piel es mucho más clara que la mía.
Sé que somos amigos, pero no puedo evitar que en esta cercanía. Se me acelere el corazón. Al punto que lo siento hasta en mis oídos.
— No puedo creer que me veas así — hablo después de unos segundos.
— Pues créetelo, y no soy el único...
— Pero yo quiero que seas el único, que me mire así. Que me diga esas cosas y que...
La bocina del auto, sonó demasiado fuerte. Haciéndonos sobresaltar y separarnos.
— Los voy a asesinar — hable irritado.
Ella me toma de la mano.
— Ve, hablamos cuando llegues si quieres. Pero si no te vas, seguramente Pipo explote por la espera — dijo.
— Okey, solo me iré porque me lo pides — bese su mejilla, y como no puedo estar quieto. Mucho menos con la conversación que estábamos teniendo. Bese la punta de su nariz, y la comisura de su boca. Muy cerca de esos encantadores labios.
— ¡Genaro! — se quejó.
Verla sonrojada, con los ojos brillosos y una sonrisa. Me hizo tener un vuelco en el estómago, siento una emoción gigante por el simple hecho de provocar esa reacción.
— Nos vemos, cara de bolis.
Hola, Buen día pequeñas lectoras.
¡Feliz dia del lector! Gracias por leer, por estar aquí. Quiero que sepas que me haces muy feliz y que te amo con todo mi corazón.
Por ser su día les traigo un maratón (y por mi ausencia)
Literalmente el segundo semestre de mi carrera comenzó fuerte.
.Un besito, sigan con su lectura
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