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Capítulo 14.

HAY OTRO CAP, ANTES......

Capítulo 14.


Perfecta-Miranda.


Alicia.

Estaba en mi lugar habitual del patio del colegio, en mis manos tengo el libro que me recomendó Vico. Antes de diciembre, estaba por el capítulo tres y la verdad me había enganchado muchísimo. Hace cinco minutos habíamos salido al recreo Genaro se había ido a saludar a unos amigos suyos y yo la verdad no quería socializar mucho. Así que acá estoy babeando por un personaje literario.

De pronto me arrancan el libro de las manos, con mi cara de asesina miro a quien me lo arrebato. Gena miraba al libro como si fuera un objeto extraño.

— ¿Qué es esto?

— Un libro, genio.

— ¿Vos lees? — pregunto confundido.

Trate de no parecer indignada.

—Claro que leo, no soy una tontita como vos que no toca un libro. Ni porque le paguen.

El tarado se sienta a mi lado y me devuelve el libro.

— Yo andaría desnudo por el patio si me pagaran — comenta. — No seas ridícula.

SACA TUS AHORROS. Una oportunidad como esta no se ve todos los días.

— La verdad no lo dudo.

— ¿De dónde sacaste eso? — pregunta él. Veo que se refiere al libro.

— Me lo recomendó Vico y bueno, me lo compre y la verdad estoy babeando por tal Jack y recién van tres capítulos — dije mientras ojeaba el libro.

— ¿Jack?

—Mi esposo — digo seria. Haciendo que él me mire sorprendido.

—Ah no, una cosa es mirar con cara de orto a Kai que está vivo. Otra muy distinta es enojarme con un personaje ficticio.

No puedo evitar sonrojarme.

— Oh cállate, no seas tarado.

—Es enserio, voy a tener que leer ese libro. Para saber porque Jack es tan especial "miesposo" dice la tarada — se burla de mí, casi parece enojado.

— Cuando lo termine, te lo presto. Y no me hagas burla, Jack no hace eso — dije.

Mentirosa, se le burlo porque no vio el Rey león.

— Esta bien — habla no muy convencido —, ey los chicos se quejan porque no los fuiste a saludar.

Ruedo los ojos, los otros amigos de Gena no son mala onda.

Solo que nunca me sentí cómoda, cuando nos juntábamos ellos iban con sus novias y mi lado malo siempre se comparaba con ellas. Que si más lindas, más flacas o son mejores que yo únicamente porque no se comparan con otras.

Ahora mismo pensando eso, me siento ridícula. El grupo sexy, nunca me haría sentir mal. Ellos tienen la misma personalidad juguetona, seductora y vacilante que mi amigo.

—Perdón, me estoy acostumbrando. Hoy la charla con los amigos de Kai dreno mi sociabilidad — admití —, pero todavía queda tiempo de recreo, vamos a saludarlos.

—Solo si estas cómoda cara de bolis, sino los veras mañana o en la fiesta de inicio de clases.

— ¿El otro sexto va?

— Si, aparentemente todos vamos a la misma fiesta.

Inmediatamente me puse nerviosa. Genaro no tardó en darse cuenta.

— ¿Qué pasa?

—Nada — dije rápidamente. — Vamos a saludar a los chicos, que seguramente pancho piensa que lo odio.

— Seguramente, me vio a mí y te buscaba. El cree que sos una hermanita pequeña.

—Y eso que nunca hablo.

—Claro imagina que te escuchara hablar siempre, "Esta mujer es impresionante, me voy a enamorar" así que yo tendría que dejar de juntarme con él — admite en un tono entre serio y gracioso. Más serio en la última parte.

Los cachetes se sentían caliente, seguramente estaba roja.

— No digas tonterías.

— No son tonterías, estas tan metida en los miedos de tu cabeza. Que no te das cuenta lo impresionante que sos, cuando te sueltas y sos vos realmente. Sos aún más maravillosa. Es imposible que no se enamoren de vos.

Mi corazón quería salirse de mi pecho, mis mejillas estaban rojas. En mi cabeza se repetían las palabras de mi amigo.

Me pare sobre mis rodillas y lo abrace con fuerza, no tardo ni medio segundo en rodearme con sus manos la cintura.

Quería preguntarle abiertamente si él era una de esas personas, pero en su lugar dije...

— Gracias —murmure.

—No hay...

—Gracias por todo, por estar siempre. Sé que antes quizás arruinaba planes o hacia algunas situaciones incomodas culpa de mis inseguridades, y vos nunca me hiciste sentir mal. Y ahora, aunque estoy mejor, no paras de decirme cosas que me hacen sentir bien —me separo de él y lo miro. — Te quiero muchísimo Gena, gracias por nunca dejarme.

Su sonrisa me volvía loca, acaricio mi espalda con su mano.

—Yo te quiero más — mi corazón dio un vuelco en mi pecho. — voy a estar siempre para vos y para recordarte que sos maravillosa.

— ¿Siempre? — le extiendo mi dedo meñique.

Soltó una carcajada.

— Siempre — entrelazo su dedo con el mío.

Decidimos ir con sus amigos antes de que termine el recreo. Mientras íbamos caminando recordé que esta mañana llego tarde.

— ¿Por qué llegaste tarde? Tu mamá es una de las mujeres más puntuales que conozco.

Noto como se tensa.

— Cuando salgamos de clases, te explico.

— Bueno... Pero no tengo que tardar mucho, hoy tengo terapia.

Él iba responder pero llegamos al grupo de sus amigos. Estaba nerviosa, ya que no los había visto en todo el verano.

— Hola chicos — salude cuando nos acercamos al grupo.

Los seis chicos se dieron vuelta al mismo tiempo, me sentí un poquito (mucho) cohibida ante la mirada de ellos.

No entendía la reacción de ninguno, ya que me miraron a la cara. Pero luego sus ojos viajaron por mi cuerpo, y luego me volvieron a ver al acara. Trate de parar me erguida y mostrando confianza en que sus miradas raras no me estaban afectado los nervios, haciendo que mis piernas tiemblen.

Hasta que vi que a Muela, Pancho y Rulo mirándome el escote de mi camisa. Gena noto lo mismo y entrecerró los ojos hacia ellos.

—Bueno, no soy obra de arte para que me miren tanto — solté. Haciendo que Pablo se riera —. Bueno, dejen de mirarme así. Me asustan — volví a repetir con una mueca. Intente sonar graciosa.

— Ali — el primero en reaccionar fue Pancho. Que corrió y me abrazo. Puso sus manos en mi cintura y me abrazo con fuerza. — Perdón, es que estas muy linda y no te hemos visto en todo el verano.

Mis mejillas se sonrojaron.

—Okey, gracias — dije sin saber bien que decir. — Vos también estas lindo, te sienta bien el sol.

Paso algo que nunca me hubiera imaginado, los chicos comenzaron a reírse y Pancho se sonrojo. Literalmente parecía un tomate.

Miro a Genaro, quien estaba riéndose.

— Hola Ali — Muela se acercó, me dio un beso y un abrazo.

Pipo hizo lo mismo, solo que sin el abrazo. Y los trillizos me abrazaron con fuerza, y como si fuera un peluche.

— Bueno yo también los extrañe — admito riéndome.

— Mira, nos miras cuando hablas — comenta Ruco. — Me gusta.

— A mi igual, hasta cumplidos me dijo. Me siento afortunado — añade Pancho.

— ¿Y a mí? — Pablo gira sobre sí mismo.

Pongo mis manos en mi boca y doy un silbido.

— Bellísimo, todos están bellísimos — digo riendo haciendo que lo demás lo hagan.

Gena pasa su brazo sobre mi hombro, el gesto no pasó desapercibido por nadie. Pero como todos deben estar acostumbrados a nuestras muestras de afecto. Siempre fuimos iguales eso no cambio... Aunque capaz se nota que nos besamos y que aparentemente nos tenemos ganas, pero ambos fingimos demencia.

— ¿Entonces van a ir a la fiesta de principio de año? — pregunte.

— Claro, somos todos del último año.

— Ah es que Kai, se había quejado con Indi de que no los dejaban a invitar a nadie que no fuera del curso.

— Pero quieren que nosotros vayamos — señala Muela, a todo el grupo —, aparentemente a tus compañeras de curso le gustamos.

Y como no, uno más lindo que el otro.

— ¿A quién no chicos? — dije sin pensar. La cara de sorprendidos de todos me dio aún más vergüenza— Digo, dio... Ay mejor me callo.

Todos comenzaros a reírse, Genaro apretó mi hombro en señal de consuelo.

— ¿Vamos a ir todos juntos? — pregunta Ruco. Le agradecí internamente que siguiera con la conversación.

— Claro, ¿Cómo vamos? — pregunta Pancho. Quien hecha ojitos en mi dirección — ya deja de sonrojarte. Nosotros te dijimos que estas muy linda y no nos hemos puesto bordo.

—Eso verdad, aparte sos la hermanita del grupo. No tienes que tener vergüenza aquí — acotó Muela.

—Es verdad, vergüenza debe ser juntarte con Genaro — se burla Rulo.

—Si la verdad, un pesado — le sigo la broma.

— ¡Oigan sigo aquí! — se queja el antes mencionado.

— ¿Escuchas algo? — dice Muela.

—No, nada — dije intententando no reírme.

— Yo les estoy hablando, giles — contesta Genaro.

Salgo de su brazo y me voy al lado de muela.

—Hay como un murmuro molesto ¿no? — pregunto.

Los demás se prenden a la broma, hacemos que Genaro se moleste y nos diga que somos inmaduros.

—Bien, porque no soy fruta para madurar — contesta Pipo. Lo miro sorprendía, porque no había dicho nada en todo el momento. Este me guiña un ojo.

Yo sabía que son personas agradables y buenas, pero antes no alcanzaba ni a decir media frase sin ponerme incomoda. Y ahora estoy bromeando y tengo un brazo sobre la cintura de Muela y el sobre mis hombros.

Me sentía realmente bien, ya podía ser un yo misma. Tan naturalmente como era con Vico o Darío, incluso con Kai.

Mi celular comienza a sonar, atrayendo la atención de todos. Al ver que es Vico, contesto.

— Hola, ¿Qué pasa? ¿No deberías estar en clases?

Al decir eso, el grupo decide seguir hablando entre ellos. Muela me sigue teniendo agarrada.

Ehh si, quizás... — respondió con su voz quebrada —. Después de la terapia, ¿Me podrías esperar?

— Claro que sí, ¿Pero qué pasa? No te escucho bien.

Eso hace que todos se giren a verme. ¡Qué chismosos!

— No...no es nada, solo quiero que nos veamos después.

— Claro, nos vemos a la tarde. ¿Te quieres quedar en mi casa? Siempre es buen día para hacer maratón de Diarios de Vampiros.

Logre que ella se riera, lo considere una victoria.

Esta bien.

Después de saludarnos ella cuelga, cuando guardo mi celular. Levanto la vista, hacia el grupo y encuentro que todos me están mirando.

— Hablo por todos al hacerte esta pregunta — habla Pancho — ¿Quién era?

Siete chicos me miraban esperando que respondiera.

— Que metidos.

— Eh yo no soy metido — habla Pipo —, solo me da intriga...

— A mi igual — dicen los trillizos al mismo tiempo.

Ruedo los ojos.

— Es mi amiga, algo le pasa, así que esta tarde... — casi digo lo de la terapia — Seguramente nos juntemos a ver una serie y merendar...

— ¿Amiga? — dijeron todos, menos Genaro, sorprendidos.

— Me ofenden que lo digan tan ofendidos — me queje.

— Es que.... —Pancho se rasca la oreja incómodo.

— No pensamos que tuvieras amigas o alguien más aparte de Gena — Muela, intenta decirlo lo más tranquilo del mundo.

— Es válido que crean eso, no era una persona muy social antes. Pero estoy cambiando eso.

Muela me abraza y despeina mi cabeza.

— La pequeña está creciendo — sé mofa.

— ¿Y nos podemos unir a ver series? — Pregunta Ruco —Digo, para conocer a tu amiga.

— Tiene novio — aclara Gena.

Todos se dan vuelta para mirarlo.

— ¿Sabías de esta chica? — lo interroga Rulo.

— Claro, aunque hace poco me entere igual.

Ruedo los ojos por quinta vez.

— Si ellos tienen ese drama, de pelear por quien es mi mejor amigo...

Todos nos miran a los dos. Va no puedo ver si Muela lo hace, pero los otros nos analiza.

— Me huele gato encerrado — comenta Pablo.

— Si... Algo no huele bien — lo secunda uno de sus hermanos.

— Si, ustedes — responde Gena. Luego mi guiña un ojo, haciendo que me sonroje.

Pancho nos mira, de lado a lado. Como si fuera un partido de tenis. Luego se lleva las manos a la boca y emite un gritito.

— Algo enserio paso — nos señaló —Mira esta roja — me señala.

Sé que ahora me puse aún más roja. Haciendo que todos me miren. Justo cuando iba decir algo para defender mi honor. Sonó la campana.

— No sé de qué hablas... Pero tengo clases — tomo el brazo de Gena —. Tenemos

— Háganse los tontos — se queja Pancho.

— ¿Entonces a qué hora la merienda? — grita Rulo.

— Sabes que aunque digas que no, ellos irán lo mismo — comenta riéndose Genaro.

— Lo sé.

— Llevamos comida nosotros, tu solo ten el café y el mate cocido* — agrego Pipo.

— Buen, los espero a las seis y media — dije dándome la vuelta. Los seis pesados hicieron el mismo movimiento con sus manos levantando el pulgar — Raros....

Dicho eso, me fui con Genaro. Quien no paraba de reírse, así que acomode "dulcemente" mi codo en su costilla.

***

Mamá nos traía a Vico y a mí, en el auto luego de la terapia. Ella estaba de un humor encantador. Ya que le alegraba que tuviera la casa llena de visitas.

Cuando le pregunte si podían venir unos amigos. Ella salto de emoción, literalmente, papá casi se muere de un infarto. Cualquiera podría pensar que nunca traje a nadie a casa, salvo por Genaro... Lo cual es verdad.

Nadie te juzga. Bueno, yo sí. Pero soy parte de ti, así que no cuenta.

Miro a mi derecha Vico, estaba mandado le mensajes a Darío. Cuando salió de la sesión, no se veía nada mal. Pero tenía sus ojitos tristes y llorosos.

— Los chicos te van a caer bien — hable, haciendo que ella se gire a mirarme.

— Espero yo caerles bien.

— No te preocupes por eso. Si les caigo bien yo — bromeo, haciendo que ella sonría.

— Ambas son encantadoras, hermosas y divertidas. A todos les van a caer bien.

La voz de mamá nos hizo recordar que veníamos con alguien. Ella nos miraba desde el retrovisor.

— Lo dices porque eres mi mamá.

— No, lo digo porque las conozco a ambas. Y se lo geniales que son y que avecés ustedes no se dan cuenta.

Vico tomo mi mano y la apretó.

— A veces pasa — comenta ella.

Nos quedamos calladas hasta que llegamos a casa. Cuando estacionamos al frente de casa, nos bajamos con Vico, ella me mostraba algo en el celular.

—Hija, hice un bizcochuelo. Me voy a lo de Susana — ella arranca el auto una vez dicho eso.

Nos miramos con Vico, nos encojemos de hombros. Ambas giramos hacia mi casa, ella es la primera en quedarse quieta.

Sigo su mirada, para encontrarme con un grupo de siete chicos sexys. Todos sonriéndonos.

— Traje facturas* — grito Pancho mostrando la bolsa.

Haciendo que todos se rían.

— Vico — miro hacia los chicos — Los chicos.





Aquí les dejo un pequeño glosario, de algunas palabras que creo que pueden ser confusas.


*Mate cocido: es una infusión como los tés, pero más rica.

*Facturas: son como masas con crema o dulce de leche o algún dulce. Son muy comunes a la hora de merendar o desayunar.

*Criollitos: son como bizcochos salados. Cuadrados, son comunes a la hora de merendar.

* Ni bola : es una expresión que significa "No le hagas caso"


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