《Capítulo 3》
"No malinterpretes."

Se había decidido finalmente a salir más allá de su laboratorio y habitación. Flug caminaba por los pasillos con paso normal, miraba las paredes con un dejé de emoción dentro, hace tiempo no las veía más que las que estaban en los lugares antes mencionados. Demencia ya se había hartado de llevarle la comida y 5.0.5 le había insistido en que comieran todos juntos nuevamente, no le quedó de otra más que cumplir sus caprichos por lo que ahora se dirigía al gran comedor.

Al atravesar la puerta, distinguió las dos siluetas de sus creaciones sentados frente a frente en una larga mesa, era curioso que el comedor fuera del tamaño de una sala de cine y que solamente hubiera cuatro recidentes en la mansión pero nunca preguntó algo al respecto. Se acercó a ellos y sonrió, los otros correspondieron aunque no podían ver realmente la cara del otro, simplemente lo sentían.

Demencia le acercó una charola llena de comida, Flug esperaba dulces o frituras, cosas que no aportarán nada al cuerpo además de grasas pero se sorprendió cuando vio comida perfectamente balanceada.

—Debes comer bien, no lo has hecho ya en un tiempo. —Comentó la chica con un poco de vergüenza mientras fingía jugar con su comida.

Flug se sintió bien por la preocupación.

Sujeto los cubiertos en sus manos, estaba listo para comer pero de pronto un grito ensordecedor provocó que los soltara de forma abrupta, chocando con la mesa y haciendo un sonido metálico.

—¡DOCTOR! —La tenebrosa y grave voz resonó en cada pared, de inmediato Flug se puso de pie y fue a paso veloz a la oficina del dueño de la voz.

—¿S-si, jefecito? —Asomó su bolsa por la ranura de la puerta para solo encontrar oscuridad, era casi imposible  ver los objetos del grande cuarto.

—Pase. —Y como lo ordenó, Flug entró con inseguridad en sus pasos hasta quedar en lo que suponía ser la mitad del lugar. —¿Ya tiene mi rayo desintegrador de héroes mundial?

Mierda.

Había hecho todos los trabajos y pedidos que Black Hat le había dicho al pie de la letra pero no recordaba ningún rayo.

—¿R-rayo?

—Si, un rayo, doctor. —Black Hat comenzó a desesperarse y se notaba por su tono de voz amenazante. —Aquel que le pedí hace dos meses.

Flug comenzó a pensar hasta que recordó que ya lo había hecho, con rapidez asintió y salió corriendo a alta velocidad hasta su laboratorio donde se suponía debía estar aquel rayo que tanto le había costado hacer, cuando aún salía con José. Buscó por cada esquina del lugar pero no había señales de aquel objeto, sentía inquietud ¿Qué le había pasado a ese rayo?

De pronto, sintió un aura pesada y una presencia hizo que sus cabellos se pusieran de punta.

—¿Qué tal mi rayo, Flug? —Preguntó con ironía.

—Yo lo había hecho, se lo juro, jefecito.

—¡No más excusas! ¡Eres un maldito bueno para nada, solo te pedí un buen trabajo que necesitaba y ni siquiera lo hiciste! ¡Seguramente todo por ese novio de pacotilla inservible te distrajo como todos los días!

—S-señor, yo ya no estoy con él. —Black Hat calló y se acercó al chico para mirarlo fijamente, era inevitable para Flug el haber sentido una punzada en su pecho al haber dicho lo anterior.

—No vale la pena ponerse triste por un papanatas. —Soltó finalmente el mayor. El científico lo miro anonado y una sonrisa surco sus labios ¿Su jefe estaba preocupado por él?

Cuando Black se dio cuenta de lo que había dicho y de la emoción del otro, rápidamente se enderezó y aclaró su garganta con un gruñido.

—No malinterpretes, solo tráeme ese rayo lo más pronto. —Extrañamentez su voz sonó calmada y dio media vuelta para salir del laboratorio con pasos elegantes.

Si, su jefe de había preocupado por él.