Anya llegó a la casa del señor Moto molesta, cerrando la puerta de una patada captando rápidamente la atención de Yugi.

  - Anya, regresaste! Como te fue? - le preguntó amablemente.

  - me topé con un idiota - contestó enojada depositando las bolsas que traía sobre la cocina - asi que me disculpo pero creo que estaré de mal humor por el resto del día - comenzó a sacar la comida y ordenarla en el refrigerador.

  - tan malo era ese sujeto?

  - malo? Yo más bien lo describiría como "un egoísta insensible".
 
  - no crees que estas exagerando?

  - puede ser Yugi, pero créeme, ese tipo era un completo idiota, no puedo creer que alguien tan rico tenga esos modales.

  - rico? Como se llama?

  - se llama ...Seto Kaiba.

  - ... En serio?!

  - si, porque reaccionas asi? Acaso lo conoces?

  - asi es, el es un gran jugador del duelo de cartas.

  -wow no tenía idea, sin embargo eso no le da el derecho a ser tan creído.

  - el siempre ha sido asi, tranquila.

  - lo siento Yugi, no quisiera desquitarme contigo pero ese idiota me puso furiosa en segundos.

  - de acuerdo, cambiemos de tema...amm...no quieres que te ayude con la salsa?

  - si, claro.

  (...)

La mesa estaba lista, los platos servidos, todo se veía delicioso, el señor Moto no dejaba de admirar semejante festín, alabada sea la comida! Cuando todos estaban listos para servirse alguien tocó la puerta.

  - que raro, quien sera? -preguntó el abuelo.

  - iré a ver- respondió Yugi.

  - no te preocupes, iré yo- lo detuvo Anya levantandose para dirigirse a la puerta.

  ...

  Al abrir lo primero que vio fueron unos hermosos ojos azules, eso lo sorprendió, segun él recordaba, esa era la casa de Yugi.

  - disculpa puedo ayudarte? - cuestionó una chica de hermoso cabello rubio.

  - ah...si...perdón estoy buscando a Yugi Moto, soy su amigo Bakura.
 
  - oh claro, pasa por favor- lo guió hasta la sala central-ponte cómodo enseguida lo llamo.

  - claro, gracias.
  ...

  - Yugi vino a verte uno de tus amigos, dice que se llama Bakura.

  - oh no! Había olvidado que me pidió prestada mi cámara, mejor voy por ella- corrió con dirección a su cuarto.

  - jaja, este muchacho a veces se pone olvidadizo- comentó el abuelo mientrás se servía otra porción de arróz y patatas.

  ...

  - lo siento Bakura, olvide que me pediste prestada la cámara.

  - jaja, no te preocupes por eso Yugi, gracias por permitirme usarla.

  - de nada, solo ten cuidado con ella de acuerdo?

  - te lo garantizo - el peliblanco fijó su vista en el reloj de la sala - será mejor que me vaya.

  -se va tán rapido tu amigo Yugi? - interrumpio una voz desde la escaleras.

  - oh si. Ahem Bakura ella es Anya, la nueva inquilina de la casa, Anya el es Bakura, uno de mis mejores amigos.

  - mucho gusto Bakura.

  - igualmente.

  - no te gustaría quedarte a comer?

  - eh no gracias, le prometí a mis padres que llegaría temprano.

  - que lástima, Anya preparó una comida exquisita.

  - supongo que será para otra ocasión- respondió Bakura, pero antes de marcharse y tomar la cámara tropezó con la alfombra cayendo frente a la puerta completamente despeinado y confundido.

  Anya estaba impactada al igual que Yugi, se apresuró a ayudarlo cuando vió lo despeinado que estaba su cabello, parecía que cobraba vida propia, silencio y luego una risa que poco a poco se hizo más contagiosa, tanto para Yugi como para Bakura. Al terminar de reir se despidieron del peliblanco y antes de que se fuera Anya lo llamo.

  - gracias Bakura.

  - porque?

  - por hacerme reir- le respondió con una sonrisa, una sonrisa que dificilmente el chico podría olvidar - espero verte pronto.
 
  - ah claro...adios - contestó algo nervioso, con mucho calor, estaba sonrojado acaso?
 
  (...)
 
Tras acabar de comer Anya fue a la tienda a ver al señor Moto y tratar un asunto importante. Cuando lo encontro comenzó la charla, ella era directa y siempre lo sería, era mejor serlo en vez de estar con rodeos.

  - quisiera trabajar en su tienda por favor.

  - eh?

  - sé que no tengo experiencia ni nada de eso, pero aprendo rápido y realmente quisiera hacer algo productivo con todo el tiempo libre que tengo, no importa el tipo de paga que me dé, trabajaré con todas mis ganas.

  - ...jaja vaya, esto no es muy común. La mayoría de los jovenes prefieren estar ocupados en otras cosas.

  - puede que sí, pero créame cuando le digo que daré lo mejor de mí.

  - hmm, de acuerdo pequeña, te enseñaré lo básico y podrás iniciar la próxima semana.

  - en serio se lo agradesco señor Moto.

  - no hay problema, no todos los días se tiene a una chica tan responsable como tú.

  (Una semana después...)

La tienda de juegos reventaba de clientes, casi siempre una fila de chicos iba a adquirir cosas como cartas, afiches, mapas y porque no? Admirar a la nueva chica que los atendía, además de ser hermosa era amable y entablaba una conversación fluida, todo estaba de maravilla con Anya. Sin embargo, al otro lado de la ciudad, en la industria de juegos Kaiba Corp. las cosas no iban tan bien.

  - lo lamento mucho señor Kaiba, pero las ventas han bajado un 15 por ciento en esta semana - informaba uno de los socios.

  - y porque no veo que hagas algo al respecto para solucionarlo eh?! - le gritó el jefe.

  - yo...lo lamento mucho señor - se disculpó algo temeroso.

  - si solo sirves para lamentarlo entonces no veo el motivo por el cual debas estar aqui, recoge tus cosas y sal de mi vista - sentenció girando su silla para no ver a otro empleado despedido rogando por una oportunidad, ya tenía suficiente con saber que su corporación estaba perdiendo dinero.

Mokuba decidió ir a ver el motivo de que su hermano no saliera de la oficina y en cuento vio como aquel hombre salió por la puerta con la cabeza abajo supo el motivo, lo había despedido, era el octavo esta semana, definitivamente tenía que hablar con él sobre su serio comportamiento, una vez dentro comenzó.

-Seto, que es lo que ocurre hermano?

  - ahora no es un buen momento Mokuba, la compañía esta en problemas, no hemos podido recuperar el dinero de nuestra última inversión - contestó amargamente mientras ordenaba unos papeles de su escritorio.

  - pero como es eso posible? Creí que la ultima inversión nos daría el doble de ganancias- dijo preocupado el azabache, en muy raras ocasiones esto pasaba, pero lo que mas lo sorprendió fue ver a su hermano mayor en aquel estado, preocupado, con ojeras, unas 2 o 3 tazas de café tiradas a su lado, Seto había pasado por cosas peores en la empresa, esto no era nada para él, entonces porque no lo solucionaba como normalmente hacía?

  Hace una semana que no volvió a ver a su salvadora, la ultima vez que lo hizo fue cuando la dejó a solas con su hermano, al volver solo lo vio a él con la mejilla inchada, quería preguntar el motivo de eso pero se contuvo al ver la cara de frialdad de Seto, eso solo lo enojaría más. Se contuvo por todo este tiempo, pero ya estaba harto quería respuestas ...y las tendría.

  - Seto, que fue lo que ocurrio hace una semana con la chica que me rescató? - cuestionó rapidamente, sin saber que se llevaría una amarga sorpresa después.

  Continuara...