Final alternativo. ←
...
-M-mentiroso...
Sollozó contra la almohada, para luego con la poca fuerza de voluntad que le quedaba incorporarse en la cama, pensando que no sería capaz de recuperar siquiera un cuarto de su dignidad después de haber hecho semejante atrocidad.
-T-te odio, Minhyuk... q-quiero dejar de llorar, ¡quiero que estés aquí como lo prometiste!
Habló alzando la voz a la nada queriendo quebrar el silencio, tal como este le había quebrado a él. Abrazándose a sí mismo, mantuvo la mirada gacha, empapando sus gafas con la llovizna que caía de sus ojos.
-Por favor...
Logró pronunciar en medio del llanto, tan inmerso en sus pesares que no registró el sonido de la puerta abriéndose. Sin advertir la presencia de la persona cuya aparición rogaba, sino hasta escuchar su voz.
-¿Kihyun?...
Se congeló al oír su nombre e inmediatamente llevó las manos a sus oídos, pensando que tal fenómeno auditivo era sólo producto de la desesperación.
-¡N-no, no quiero que me atormentes...!
Gritó en desconsuelo, sacudiendo su cabeza al negar, sin abrir los ojos. No queriendo afrontar que todo resultase ser jugarreta de su imaginación.
Pero no lo era, no podía serlo. Las manos que delicadamente tomaban las suyas apartándolas de su rostro eran reales, el dueño de esas manos era real.
-Kihyun... Dios mío, ¿qué pasa?, por qué... ¿por qué estás llorando?
El tono tan genuino, la preocupación punzante en el mismo. Aquel que le veía intranquilo sí era Minhyuk, su Minhyuk.
-Volviste...
-¿Qué?, Kihyun... por Dios, claro que volví, ¿a qué te refieres?
Y aunque las ansias del otro predominaran en las facciones de su rostro, tuvo que tocarlas con sus propias manos para saber que eran reales y así saber que eso no era otra sus insistentes fantasías.
-Kihyun, por favor. Dime que te pasa, no soporto verte así.
Pidió un exasperado castaño, ahora tomando sus manos entre las suyas.
No esperó si quiera una confirmación del porqué de su regreso, tan sólo se arrojó a esos brazos que le recibieron de inmediato, transmitiéndole todo por lo que había estado rogando en esos días y noche sumido en la soledad.
-P-pensé que no volverías...
-Bebé, Kihyun... de qué hablas, ¿por qué no iba a volver?
Repetiría su opuesto las mismas preguntas y entonces le respondería con timidez.
Estaba sin poder salir de su asombro, demasiado asustado para decir otra cosa y perder al mayor, hacer un movimiento en falso y que hasta allí llegase su ilusión.
-P-pensé que no volverías porque... ahora tienes a Hyunwoo.
Y logró incluso nombrar al protagonista de sus pesadillas, porque entre los brazos de Minhyuk encontraba valentía. Pero inmediatamente sintió el cuerpo ajeno tensarse tras su respuesta, y luego, una alarma encenderse en su cabeza tan pronto el otro hizo el amago de apartarle de su lado. Luchó por quedarse en aquel lugar, volviendo a sollozar hasta que esos brazos le soltaron, resolviendo una vez más tomarle el rostro entre las manos.
-De qué carajo estás hablando, Yoo Kihyun... ¿por qué razón en el vida te dejaría por Hyunwoo?
Los pulgares del mayor enjuagaban sus lágrimas mientras hablaba y aunque siguiera temiendo por la realidad, sus ojos se abrieron encontrando el confort difuminado en la preocupación que soñó.
-Tú y él...
-Él y yo somos amigos, Ki...
-P-pero... ya no... tú ya no...
Las palabras se atoraban en su garganta dificultando incluso el cómo modulaba las mismas, pero no hizo falta que hablara porque Minhyuk le supo interpretar. Le vio apartar la mirada y de pronto las manos ajenas cayeron hasta alcanzar las suyas, apretándolas como antes.
-Estaba confundido, Kihyun... pero esa es la misma razón por la que estoy aquí ahora.
-M-min-...
El nombre ajeno culminó en los labios de su dueño, los cuales presionaron contra los suyos en el beso más simple, y todavía más puro y significativo que hubiese recibido.
-Estaba confundido, pero ya me di cuenta de lo que necesito, de lo que quiero... te necesito y te quiero a ti, Kihyun.
Las palabras de su amigo seguían estando remojadas en el mismo afecto, que para su sorpresa nunca fue imaginario. Lo sintió en cada una de sus sílabas por la forma como el otro las empujaba fuera de su boca, llevando el verdadero amor que rezaban.
-No me dejes nunca, por favor...
Logró articular entre nuevos sollozos, sus ojos traicionándole una vez más. El estado tan frágil de sus emociones jugando con él, haciéndole mostrarse de la forma más cruda frente a la persona que amaba.
-No lo haré. Aquí me tienes, aquí estoy... ya no llores, bebé.
Y era la promesa de siempre, solo que auténtica como nunca antes la hubiese escuchado. Le mostró una temblorosa sonrisa al mayor, quien más calmado le mecía en brazos contra su pecho, acariciando sus cabellos, besando sus mejillas y sus lágrimas. Inclusive, limpiándole el rostro con su propia camisa.
-Mi Kihyunnie... Eres un desastre.
Se rió el mayor tratando de aligerar el ambiente antes de agregar.
-Ya no dudes más, ¿sí?
-Nunca más.
Porque al final nunca hubo un intruso que le quitase su lugar.
.
.
.
Lo mío son los finales tristes y abiertos a la interpretación del lector, sin embargo, para esta historia en particular se me antojó hacer dos finales.
Espero les haya gustado. Cuídense, no olviden lavarse las manos y... gracias por leer.
೭੧(❛▿❛✿)੭೨
Ingenierodepeluche
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro