Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7

Me había despertado muy temprano al día siguiente, apenas pude dormir anoche. Estaba nerviosa por la fiesta y para ser sincera, la idea no me agradaba mucho. Después de acabar de ver un episodio de la segunda temporada de mi serie favorita pakistaní, Khuda our Mohabbat (Dios y Amor), me levanté de la cama para ir a la cocina a desayunar.

Era muy sensible con series y películas, porque me tocaban muchísimo emocionalmente. Era algo extraño que ni yo misma entendía porque me pasaba eso. Por ejemplo, si me vía las películas de las princesas Disney, estaría días e incluso semanas tristes. ¿Por qué? No lo sé.

Y el episodio que estaba viendo de mi serie favorita, me había tocado mucho. La protagonista había fallecido después de quince episodios y aún quedaban ocho episodios restantes.

¿Cómo se supone que iba a continuar la trama si mataron a la protagonista?

Una llamada entrante me sacó de mis pensamientos y cuando vi la pantalla, era Areesha la que me estaba llamando.

—Hola —saludé recibiendo su llamada.

—Hola — me saludó con el característico tono alegre. —Perdona por haberte molestado, espero que no te haya despertado.

—No, tranquila. Llevo despierta desde hace un tiempo.

—Bien, —dijo, —te llamé para decirte que estéis listas para cuando vengamos a recogeros. Estaremos allí a las 10:15 a.m.

—Vale, gracias por avisar.

—Nos vemos en unas horas. Chao.

—Adiós.

Vi la hora y marcaban las 8:30 a.m. cuando mandé un mensaje a mis supuestas "hermanas" para que vinieran a mi casa antes de la hora que me dijo Areesha.

Sarii 8:30 a.m.: Hola chicas, Areesha me acaba de llamar.

Dijo que vendría a recogernos a las 10:10 a.m.

¡¡Por la tanto, venid ya!!

Luego de unos quince minutos me habían respondido y en una hora estaban delante de mí puerta. Habían llamado al timbre y fui a abrir la puerta.

—Parece que la bella durmiente se levantó temprano hoy — bromeó Salma al entrar al salón.

—Y no hemos necesitado llamar mil veces — siguió Leila el juego.

—Ya...apenas pude dormir—respondí —Estoy nerviosa.

—Tranquila, te lo pasaras bien— dijo Leila — ¿Ya sabes qué ponerte?

—Nop.

—Mejor —respondió Salma, —porque te hemos traído un vestido.

—No sé si confiar en vosotras —añadí frunciendo el ceño mientras que Leila sacaba un vestido verde militar de la bolsa.

—No pienso ponerme eso — dije nada más ver el vestido. —Chicas, ese vestido me llegará a los muslos.

—Gracias por la información — me dijo Salma con sarcasmo. —No lo sabíamos.

—Chicas, sabéis que no me gusta la ropa tan apretada y corta, no son de mi estilo.

—Sarisha, es una FI-ES-TA —me respondió Leila.

—¿No te quieres poner eso? —preguntó Salma y negué con la cabeza. —Bien, pues llévame a la habitación, te ayudaré a elegir que ponerte.

—Yo os espero aquí — dijo Leila rodando los ojos y suspirando.

—De acuerdo — contestamos Salma y yo mientras que nos dirigíamos a la habitación.

Una vez que llegamos a la habitación, Salma se acercó al armario para luego ir sacando una por una todas las prendas que tenía.

—¡Oye! —me quejé. —¿Sabes que al final soy yo la que tiene que recoger todo esto?

—Tranquila, te ayudo cuando volvamos — me contestó sin mirarme mientras que continuaba sacando la ropa restante. — Mira, esto te quedará bien — añadió luego de unos segundos sacando un vestido de color amarillo claro.

—NO —negué nada más ver el vestido. —Sabes que odio MUCHÍSIMO el amarillo.

—¿Entonces para que lo tienes?

—Me lo regalaron —respondí alzando los hombros.

Había pasado mucho tiempo y faltaba poco para que vinieran a recogernos, y todavía no tenía nada que ponerme. Lo más extraño era que a Salma no le importaba que nos tomáramos tanto tiempo, de hecho, le encantaba elegir ropa y le gustaba la moda, mientras que yo me estaba irritando. Después de unos minutos, sonó el timbre y Leila fue a abrir.

—Sarisha, —me llamó Leila entrando a la habitación unos minutos después, —ya ha llegado Areesha y...esta acompañada — añadió de forma ¿ilusionada?

—¿De quién? — preguntó Salma.

—Miradlo por vosotras mismas.

—Vamos al salón — respondí.

Mientras que nos dirigíamos al salón iba pensando en quien podría estar acompañando a Areesha para que Leila se encontrara de esa forma tan rara.

¿Tal vez de algún F30?

—Aquí están — dijo Leila.

Una vez que entramos al salón, vimos a Areesha acompañada de...¿Bryan?

Salma y yo nos miramos sorprendidas, no esperábamos ver a un Stoke.

—Hola — saludamos Sal y yo.

—¡Hola! — contestó Areesha con una sonrisa abrazándonos — Venimos a recogeros. Por cierto, él es Wyatt por si os confundís, Bryan esta abajo en coche esperando.

Oh, genial.

—¿En el coche? — preguntó Leila sorprendida. —Si no me equivoco y espero que no os lo toméis a mal... sois menores de edad.

—Sí — contestó Wyatt. — Es nuestra hermana mayor la que conduce, ella también esta abajo. —respondió y asentimos con la cabeza. — ¿Estáis listas? Me gustaría irme de aquí.

—Esto...nosotras sí, pero Sarisha todavía no sabe qué ponerse — le respondió Salma.

—¿Tienes algún vestido? — preguntó Areesha — Si no, Wyatt puede acompañarte a comprar uno ahora mismo.

—¡¿Qué?! — preguntó él.

—No —negué. —No hace falta, no quiero que él me acompañe a comprar.

—Uy, sí, estoy deseando acompañarte a la tienda — habló el chico pelinegro sarcásticamente. — Areesha, déjala. Si no quiere venir, que no venga. No tenemos por qué obligarla.

—Wyatt... — dijo Areesha mientras Leila y Salma se reían al ver la escena.

—De hecho, sí que voy. No necesito pedirte permiso — le contesté de la misma manera con ganas de lanzarle un libro a ese cabello ondulado.

—Vamos a la habitación — me dijo Areesha cogiéndome del brazo. —Wyatt, solo tardaremos diez minutos.

Antes de irnos a la habitación, eché un último vistazo a Wyatt, quien rodó los ojos. Mis sentimientos hacia él eran complicados y contradictorios. A veces era amigable y divertido, pero en otras ocasiones, se mostraba frío y distante. No podía evitar sentirme atraída por su aspecto, con ese cabello negro ondulado y su mirada penetrante. Sin embargo, también me exasperaba su actitud y sus respuestas sarcásticas. Era como si estuviéramos constantemente chocando el uno con el otro.

En la habitación, Areesha examinó mi cama desordenada, y me disculpé avergonzada. Salma me había estado ayudando a buscar un vestido, pero la idea de probarme uno amarillo no me gustaba mucho.

—Creo...que dejando de lado los demás vestidos, ese te quedara muy bien — habló Areesha acercándose al vestido amarillo.

—Lo siento, no me gusta el amarillo.

—¿Tienes más vestidos? — me preguntó y asentí con la cabeza.

—En el armario, creo que solo me quedan dos vestidos por ver.

Se acercó al armario y saco los dos vestidos restantes: el primero de color verde militar que me llegaba hasta las rodillas y el segundo marrón claro que me llegaba un poco por debajo de las rodillas.

Probé el segundo vestido en el baño y una vez cambiada, me observé al espejo y suspiré. El vestido era demasiado apretado para mi gusto por el pecho y el abdomen y amplio a partir de la cadera.

Creo que debería de comenzar a renovar mi armario, tirar ropa apretada.

Entonces, no pude evitar preguntarme si a Wyatt le gustaría el vestido o no pero rápidamente lo aparté de mi mente. No necesitaba su aprobación ni mucho menos su atención. Cuanto más me ignorara, mejor iba a ser para mí.

Era evidente que mis sentimientos se iban profundizando más de lo que quería admitir. Era una mezcla de atracción, curiosidad y, a veces, incluso una pizca de resentimiento. No podía evitar preguntarme si el chico enigmático también sentía algo similar o si simplemente era una ilusión mía.

Cuando salí del baño y me fui a la habitación, pude sentir la mirada de Areesha sobre mí, evaluándome. Sus palabras elogiando mi apariencia me hicieron sonreír tímidamente, luego me peinó y me maquilló, y cuando finalmente entramos al salón, las miradas de Leila y Salma se unieron a la de Areesha, todas evaluándome.

—¿Y Wyatt? — preguntó Areesha luego de unos segundos y entonces recorrí el salón con la mirada notando la ausencia del chico pelinegro.

Una pequeña parte de mí se preguntaba si su ausencia tenía algo que ver conmigo. ¿Estaba evitándome a propósito? No podía evitar sentir una mezcla de decepción y alivio al no verlo allí.

—Dijo que esperaría abajo — contestó Salma.

—Perdonadle —dijo Areesha en general, pero mirando directamente a mi como si la pudiera leer entre líneas. —Él...bueno, mentiría si digiera que no es así. Es su carácter, pero si llegas a conocerle al fondo, le acabas cogiendo cariño.

Le di una sonrisa antes de añadir: —Tranquila, no pasa nada.

—¿Nos vamos? —preguntó.

—Claro —respondimos.

Comenzamos a salir de la casa y una vez abajo, vimos a los gemelos apoyados en un coche muy bonito de color gris y a una chica alta que nos daba la espalda, supongo que era su hermana.

Distinguí a Wyatt por la ropa que llevaba cuando le vi arriba: unos vaqueros azules oscuros, un jersey ajustado de color negro de cuello alto y unas zapatillas de color blancas mientras que Bryan llevaba unos pantalones rasgados de color negro, camiseta blanca con una chaqueta negra por encima.

No podía evitar sentirme atraída por Wyatt, pero sabía que tenía que resistir esas emociones y recordar mi compromiso con mis creencias. Para mí, las relaciones fuera del matrimonio eran prohibidas, y no quería comprometer mi fe.

Mientras nos acercábamos a ellos, pude sentir la mirada de Wyatt en mí, recorriéndome de abajo a arriba con esa mirada penetrante. Por un milisegundo, logre ver una expresión de sorpresa en su rostro al verme arreglada y maquillada. Fue un destello fugaz, pero lo suficiente como para notar que algo en él había cambiado.

Intenté ignorar esa pequeña chispa de emoción que surgió en mi interior. No podía permitirme ilusionarme con la posibilidad de que Wyatt sintiera algo por mí. Debía recordar mis principios y mantenerme firme en mi fe.

Claro, tampoco es que él se fije en ti. Es famoso.

Cállate.

Vi al gemelo del chico enigmático sonreírnos y acercarse hacia nosotras.

—Señoritas — nos saludó con una reverencia y las chicas y yo nos reímos por lo bajo.

—¡Hola! — saludamos en cuanto se volteó a vernos esa chica.

Salma, Leila y yo nos quedamos observando a esa chica que era muy guapa y alta. Tenía el pelo rubio rizado recogido en una coleta alta, con unos ojos marrones verdosos y la piel blanca como la nieve. Llevaba un vestido negro que resaltaba en su piel con unos tacones del mismo color.

Realmente era hermosa.

—¡Hola! — nos saludó con una sonrisa amable a mí y a mis supuestas hermanas. — Me llamo Zoa Stoke.

—Hola —le sonreí. — Somos Sarisha, Leila y Salma —dije presentándonos. — Ellas dos son mis hermanas.

—Es un placer conocerte — dijo Leila.

—Igualmente —nos sonrió, poseía una bonita sonrisa. — Entrad al coche, nos vamos a la fiesta.

—Pero...somos siete — dijo Salma frunciendo el ceño.

—Bryan y yo tenemos que ir a por hielo —habló Areesha — Iremos andando, vosotras id en coche.

—Pero...—iba a decir algo cuando Wyatt me interrumpió.

—...Si no quieres venir, sigues teniendo la opción de irte —terminó sonriendo falsamente.

—¡Wyatt! —dijo Zoa pegándole en la nuca y él resoplo. —No le hagas caso —se dirigió a mí con una sonrisa. —Tenemos que irnos.

Zoa se dirigió hacia el sitio del conductor para poner en marcha el coche y detrás de ella entró el hermano cretino en el sitio de copiloto. Bryan nos abrió la puerta para que entráramos, pero ninguna de las tres nos habíamos movido hasta que Leila me dio un pequeño empujón y terminé entrando la primera, sentándome detrás de Wyatt, en el medio se sentó Leila y luego subió Salma.

—Nos vemos en la fiesta — añadió Areesha cerrando la puerta y Zoa comenzó a conducir.

Unos minutos después de que ella comenzara a conducir, nos hizo preguntas a las que fuimos respondiendo y continuamos hablando de cosas triviales hasta que Wyatt preguntó con un toque de sarcasmo:

—Nisha, ¿eres consciente de que vamos a una fiesta y no a la mezquita? ¿verdad?

No le respondí, no le dije nada. De reojo le vi por el espejo retrovisor y observé que tenía una sonrisa burlona en su rostro.

Las chicas se rieron por lo bajo y yo solo agache la mirada para observar mis manos con una sonrisa falsa.

Iba a ser un largo día.

********

Holiii!!

Espero que esten bien y que os haya gustado el capítulo.

Queda poco para la fiesta.... :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro