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Capítulo 6

Narra Leila

Cuando llegué a casa de Sari, me encontré a ella, alrededor de cuatro chicas en el pasillo, lo cual era extraño, ya que ella no solía ser sociable.

Me llamó la atención ver a Sari maquillada y llevar ropa "ajustada" por así decirlo. Era algo que nunca antes le había visto hacer, ya que no solía maquillarse.

Las chicas me invitaron a acompañarlas al parque, pero educadamente rechacé la oferta. No solo no tenía ganas de ir, sino que también era consciente de que mi mejor amiga necesitaba socializar con otras personas además de Salma y de mí.

Esas chicas que acompañaban a Sari me resultaban familiares, sobre todo una de ellas llamada Ava. Intenté recordar dónde las había visto antes, pero no podía.

Luego nos despedimos y me dirigí a casa de Sal, que estaba a unos treinta minutos de la casa de Sari.

Mientras que iba caminando, continuaba pensando en las chicas. ¿Dónde las había visto antes? ¿Por qué me resultaban tan familiares?

Unos minutos más tarde, comencé a recibir notificaciones de Instagram una tras otra. Mucha gente estaba publicando fotos e historias casi al mismo tiempo.

Decidí entrar a la aplicación para ver las publicaciones y no podía creer lo que estaba viendo... ¡ESAS CHICAS ERAN DEL F30! El grupo más grande y popular compuesto por treinta personas, famoso en todo el mundo. Y Ava... ¡era la NOVIA de Bryan Stoke!

Recordé haber escuchado algo sobre ellos. Los gemelos Wyatt Stoke y Bryan Stoke, eran hijos de uno de los dueños de la empresa Senwell, que era famosa a nivel mundial. Comencé a correr para llegar lo más rápido posible a casa de Salma y, una vez que llegué, llamé a la puerta y esperé.

—Sal... —la llamé casi sin aliento, apenas podía hablar por la carrera que acababa de hacer.

—Lei, ¿qué te pasa, querida? — preguntó Salma al abrir la puerta y verme agachada intentando recuperar el aliento — Pareces exhausta.

—Sal... Sal...ma... —logré articular entre respiraciones entrecortadas.

—¿Qué te ha pasado?

—Sari...sha... —tragué saliva porque tenía la garganta seca.

—Entra —me ayudó a entrar y luego me dio agua —¿Qué ha pasado a Sari?

—¡Ella... está ahora mismo con los F30! — logré responder.

—¿Ella? —preguntó sorprendida — ¿Con los F30? ¿Estás segura? Eso no puede ser posible.

—Es cierto —contesté —¿No has visto las publicaciones? ¿No has recibido ninguna notificación?

—Sí, las recibí... —murmuró Salma —Iba a revisarlas, pero surgió un problema y no pude hacerlo.

—Míralo, AHORA —le insistí.

Salma sacó su teléfono y abrió Instagram. Después de unos segundos, su rostro reflejó asombro.

—No puede ser —pronunció lentamente.

Eran las ocho de la noche cuando empezamos a enviar mensajes a Sari para averiguar si ella sabía con qué grupo se encontraba o no y al fin, cuando se dignó a contestarnos, nos dirigimos a su casa.

Mientras que estábamos de camino a su casa, pasamos por una tienda para comprar algo de comida. Salma y yo cogimos unas bolsas de aperitivos y bebidas para pasar tiempo con Sarisha. Además, nos quedaríamos a dormir allí.

Narra Salma

Pusimos a Sarisha un poco al día sobre los gemelos, el F30 y demás. Era una chica tan afortunada...quien diría que terminaría yendo al mismo instituto que los F30. Nos lo pasábamos tan bien charlando que al final terminamos durmiendo a las tres y media de la madrugada.

Desperté con el sonido insistente del timbre. Las tres estábamos medios dormidas y despertábamos una a la otra para que alguien abriera la puerta, pero ninguna queríamos levantarnos.

No podía ignorar el timbre que parecía no detenerse. Con los ojos entrecerrados, tomé mi móvil para ver la hora: eran las 10:30 a.m.

¿Quién demonios llamaba un sábado por la mañana?

El timbre seguía sonando, y mi irritación comenzaba a aumentar. Decidí levantarme y abrir la puerta por mí misma, sintiéndome molesta.

—¿ACASO ESTAN LOCOS? —grité con frustración mientras abría la puerta.

Me encontré con dos chicos y una chica parados frente a mí, y me resultaban vagamente familiares. Parecieron sorprendidos al verme, y uno de los chicos, que era bastante atractivo, habló:

—Perdón por molestar, ¿esta es... la casa de Sarisha Sheikh?

—Sí—respondí, y él me sonrió.

—¿Podrías llamarla, por favor?

—Claro. ¡Sarii, ven! ¡Alguien está preguntando por ti! —grité, llamando a Sarisha.

El chico que me parecía atractivo me miró y preguntó:

—¿Y tú eres su hermana?

No sé por qué, pero sentí la necesidad de mentir.

—Hermana, sí, soy su hermana —confirmé—. ¡¿Sarii, puedes venir ya?!

Sarisha y Leila se acercaron adormiladas, y se sorprendieron al ver a los visitantes.

—¡Sarisha! —saludó la chica, abrazándola.

—¿Eh... qué hacen aquí? —les preguntó Sarisha.

—Hemos venido a visitarte —contestó el chico atractivo, sonriendo.

—Sarisha, ¿quiénes son ellos? —pregunté yo.

—Son...

—...los F30... —completó Leila la frase de Sarisha, con incredulidad en su rostro.

—¡¿CÓMO?! —exclamé sorprendida y me dirigí hacia ellos. — Lo siento por haberles gritado.

Vi a los chicos sonreír, aunque Sarisha parecía estar en la edad media, yo era de esas chicas que no utilizaban mucho las redes sociales.

—No te preocupes, está bien —respondió la chica riéndose. —Yo me llamó Areesha, él es Andrew —presentó al chico que me parecía atractivo. —Y él es Alex.

— Encantada de conocerlos —respondí avergonzada un poco por la situación. —Ella es Leila y yo soy Salma.

Los chicos asintieron con la cabeza en un saludo y la chica habló:

—Sarisha, fue un placer conocer a tú hermana.

—¿Herm...? —antes de que acabara la pregunta y les dijera que no éramos sus hermanas, le di un suave codazo y gracias a dios que lo captó. —Sí, son mis hermanas, Leila y Salma.

Les hicimos entrar y los guiamos hasta el salón. Mientras caminábamos, noté cómo observaban detenidamente cada rincón de la casa y observé a Sarisha, sabía que se sentía nerviosa.

—¿Llegaste bien a casa ayer? —preguntó Areesha a mi mejor amiga.

—Sí. —afirmó mientras Leila traía las bebidas.

—¿Sabéis algo de los gemelos Stoke? — preguntó Leila mientras que posaba en la mesa la bandeja con las bebidas — ¿Dónde están?

—En su casa —habló por primera vez Alex sonriendo.

—¿No salen mucho?

—Sí que salen, pero no suelen pasear por el pueblo con frecuencia.

—¿A qué se debe esta visita? —preguntó Sarisha.

—Vinimos a invitarte a ti, y también a Salma y Leila, por supuesto, a una fiesta que vamos a organizar. Sería genial si pudieran acompañarnos mañana.

—¿Una fiesta? ¿En serio? —pregunté, sorprendida. —¿Y....nosotras también? —pregunté señalando a Leila y a mí misma.

—Claro, sois las hermanas de Sarisha —respondió Alex y nos reímos nerviosas.

—¿Estará Aidan en la fiesta? —preguntó Leila.

—Claro —contestó Andrew. —Aunque no se junte con nosotros porque él tiene su grupo, de alguna forma todos ellos forman parte del F30.

—Sarisha, venimos con poco tiempo —habló Areesha. —Nos tenemos que ir y queremos saber la respuesta.

Antes de que Sarisha respondiera, Leila y yo le tapamos la boca y nos levantamos riendo nerviosas.

—Dadnos unos segundos —pidió Leila.

—Claro, es vuestra casa —respondió la chica.

Tiramos del brazo de Sarisha hacia la cocina. La conocíamos perfectamente y sabíamos que se iba a negar porque no le gustaban las fiestas.

— Chicas n...— antes de que ella continuara hablando, Lei la interrumpió.

— Sarii, por favor di que sí — suplicó juntando las manos.

— ¡¿Qué?! ¿Te has vuelto loca?

—Sarisha, llevamos aquí viviendo una eternidad, pero nunca les hemos conocido en persona ¡HASTA HOY! —hablé intentando convencerla.

—Y ahora gracias a mi querida hermana — continuó Leila guiñándole un ojo y abrazándola — Tenemos una gran oportunidad de conocer al resto del grupo y lo más importante: ¡AIDAN VA A ESTAR ALLI! — gritó ilusionada.

De repente, Leila y yo le hicimos ojitos de bebes sabiendo que a eso no se negaría y terminó por aceptarlo.

— ¡Aarggh...está bien! — dijo poniendo los ojos en blanco.

Leila y yo gritamos y saltamos de alegría envolviendo en un gran abrazo a Sarisha y haciéndola reír.

—Veo por las expresiones de tus hermanas que tu respuesta ha sido afirmativa —habló Areesha una vez que llegamos al salón.

— Sí...me convencieron. Iré a la fiesta.

— Genial, entonces, ¿puedo tener tu número? —preguntó Andrew a Sarisha — Así podremos ponernos en contacto y coordinar los detalles para mañana.

—Preferiría dárselo a Areesha —respondió un tanto nerviosa —Espero que no te lo tomes a mal.

—Claro, no hay problema. Puedes dármelo a mí.

En cuanto Sarisha dio su número, los acompañamos hasta la puerta para despedirnos.

—Fue un placer conocerlos y gracias por la invitación —dije.

—Nos vemos mañana —se despidió Andrew.

—Adiós, chicas —continuó Alex.

—Hasta luego —respondimos mientras que Areesha nos abrazaba.

Una vez que cerramos la puerta, Leila y yo volvimos a gritar de emoción y envolvimos abrazando a Sarisha con entusiasmo.

— ¡Gracias, gracias! —dijo Leila.

—De verdad, gracias por aceptar. Estamos emocionadas por ti — le dije.

— No puedo creer lo que acabo de hacer —se quejó cerrando los ojos.

* * * *

Narra Sarisha

Cuando las chicas se fueron, me fui a la habitación a recoger un poco y después de que hubiera acabado, decidí llamar a papá y de paso pedirle permiso...

— Hola papá — le saludé una vez que cogió el móvil.

— Buenos días —me saludó. —¿Cómo estás?

—Alhamdulillah —Gracias a dios. — ¿Tú como estas?

— Muy bien.

— Papá...¿te puedo preguntar una cosa ? —murmuré.

— Claro.

— Mañana hay una fiesta y...bueno, me han invitado a mí, a Salma y a Leila ¿puedo ir ? — le pregunté nerviosa.

— ¿Es una fiesta solo de chicas o también van a estar los chicos? — me temía esa pregunta.

—Ya...ya sabes cómo es la cultura de aquí papá. E-es.. una mezcla —contesté. —Estarán tanto chicos como chicas. Me invitó una compañera de clase.

— Bueno...has sido sincera, no me has mentido y confió en ti. Así que...adelante, puedes ir — me dijo.

— ¡¿EN SERIO PAPÁ?! — no podía creer que me hubiera dejado.

—Sí —afirmó.

— GRACIAS, GRACIAS. Te quiero mucho papá — estaba tan contenta y feliz.

— Bueno, descansa un poco y llámame antes de que te vayas.

— Claro, adiós — me despedí.

Estaba tan ilusionada que cuando colgué la llamada de mi padre, decidí llamar a las chicas y contarles lo que acababa de pasar.

— Vaya, vaya... nos acabamos de ir y ya nos echas de menos — me recibió Salma nada más coger la llamada.

— ¡Os tengo una noticia!

— Adelante — me dijeron a la vez.

— Llamé a mi padre y le conté sobre la fiesta... — iba a continuar cuando Lei me interrumpió.

— ¡¿Qué has hecho que?! —preguntó incrédula — Sarisha, sabes que te iba a decir que no.

— ¿Me dejas acabar? —pregunté —¡ME HA DEJADO IR!

— ¡NOO! ¡¿EN SERIO ?! — me preguntaron las dos.

—¡Síí!

—Entonces será mejor que vayas pensando lo que llevaras puesto mañana — me dijo Salma.

—Claro.

— Nos vemos mañana, no sabes lo feliz que estamos por ti —habló Leila ilusionada.

********

Yujuuu nos vamos de fiesta!!!!

Really?? Hermanas?? ajajajajjaja . Os tragais la trola??

Q creen que pasara en la fiesta?? ;)

Os quiero.

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