Capítulo 4
Las cuatro amigas de Wyatt y yo comenzamos a dirigirnos hacia el parque. Al ser viernes, las calles estaban llenos por adolescentes de nuestra edad que nos observaban mientras pasábamos, murmurando entre ellos. No entendía por qué se comportaban de esa forma, me resultaba extraño, pero las chicas parecían estar acostumbradas.
—¡Mira qué hermosas son! —exclamó un grupo de chicas que se detuvieron a observarnos.
—¿Esa chica es nueva? —escuché preguntar a otra.
Continuamos nuestro camino durante unos minutos hasta que las chicas quisieron parar en una tienda a comprar. Ángela fue la única que entró, mientras que las demás nos quedamos afuera en la puerta. Desde la acera de enfrente, vi pasar a otros dos grupos que se detuvieron junto a un árbol para observarnos. Sacaron sus móviles y comenzaron a grabarnos, luego se pusieron a hablar entre ellas.
—¡Esas chicas son del F30! —comentó una de ellas.
—¿Quién es la chica que está con ellas? —preguntó otra.
—Yo vi a la mayoría de las personas del F30 en el parque —añadió otra chica—. Ojalá pudiera estar en ese grupo.
Seguí escuchando comentarios de otros grupos que estaban cerca de nosotras, y comencé a sentirme cada vez más incómoda.
—Chicas —las llamé a las que prácticamente me habían obligado a ir con ellas al parque—, ¿por qué nos están observando tanto? —pregunté con curiosidad.
—No te preocupes por eso —respondió Ava—. Te acostumbrarás.
—¿Quieres preguntar algo más? —preguntó Cris, sonriendo.
Asentí con la cabeza, dudosa, antes de añadir —: Antes escuché un nombre o algo así... ¿F30?
—Oh, sí —confirmó Kenzi con una sonrisa amigable—. F30 es el nombre que nos han dado las personas. 'F' viene de famosos y '30' del número de personas que componen el grupo —explicó—. No solo nos conocen en el instituto, sino en todo el mundo —añadió mientras que yo abrí mis ojos de par en par.
—¿En todo el mundo? —pregunté incrédula.
—Sí —afirmó Cris—, lo irás descubriendo a medida que nos vayas conociendo.
—La gente nos admira, nos respeta, no solo a nosotros sino también a las personas con las que nos juntamos —se sumó Ángela a la conversación mientras salía de la tienda.
Continuamos nuestro camino mientras algunas personas nos grababan al pasar y las chicas me contaban un poco más. Lo que debería haber sido un trayecto de quince minutos se me hizo eterno.
Una vez que llegamos al parque, pude localizar al grupo, o, mejor dicho, al F30. Se encontraban al fondo del parque, algunos estaban sentados en el césped, otros en los bancos o algunos se encontraban de pie.
—¡Hola! —nos saludaron los F30, una vez que nos acercamos.
—Hola —les respondí a todos con una sonrisa.
"Hey" "Hola" "¿Qué hay?", fueron algunos saludos por parte del grupo.
—¿Qué tal? —preguntó Logan a las chicas, señalándome con la cabeza y fruncí el ceño.
Me había tomado alrededor de dos semanas para aprenderme los nombres de todos los miembros del F30 y, aun así, seguía confundiéndome con algunos de ellos.
—Bueno —comenzó a hablar Kenzi—, nos costó un poco convencerla de que viniera con nosotras —terminó diciendo mientras algunas se sentaban en los bancos y otras en el césped.
Mientras tanto, yo seguía de pie, observando a ese increíble grupo, intentando comprender por qué me encontraba allí.
Cuando observé al grupo uno por uno, localicé a Bryan por su personalidad y por la sonrisa que tenía en el rostro, eso, y también porque había visto a Ava besarle cuando llegamos. Por supuesto, me di cuenta de la ausencia de Wyatt, él no se encontraba con su grupo.
—Venga, siéntate —me animó Afrín.
—Puedes sentarte en el césped o en el banco —habló uno de los gemelos del grupo, aunque todavía no podía diferenciar entre si fue Raúl o Óscar.
No sabía quién era quién.
Estaba a punto de responder cuando un carraspeó procedente por detrás de mí, me interrumpió.
—¿Acaso no quieres estar aquí? —preguntó esa voz justo cuando me volteé para ver de quién era esa voz.
Pasaron unos segundos antes de que me diera cuenta de que era Wyatt, acompañado de su novia Carla, quienes sostenían varias bolsas que comenzaron a repartir entre el grupo.
—Pues la verdad, no —respondí—. No quería estar aquí.
—Sarisha —me llamó la atención Carla—. Intentamos ser amables contigo —dijo con una sonrisa, pero no podía decir si fue falsa o no.
—Y os agradez...—no pude ni terminar la frase porque mi mirada se encontró con la del chico de ojos verdes esmeraldas, quien me miraba fijamente con una sonrisa... ¿coqueta?
Me llevó unos segundos reaccionar y darme cuenta de que Carla nos observaba a ambos, así que carraspeé y me senté en el césped.
Estuvimos allí durante aproximadamente una hora hablando, riendo y compartiendo comida. A medida que pasaba el tiempo, me sorprendía de lo tranquilos que estaban todos, mientras que para mí, llegar a casa tarde significaba a las ocho de la noche, y ya marcaban las nueve.
—Disculpad —hablé—, es el momento de que me vaya.
—¿Ya? — preguntó uno de los gemelos, Raúl.
Recordé su nombre porque alguien lo mencionó mientras charlábamos y bromeábamos antes.
—Sí, lo sé, pero tengo muchas cosas que hacer.
—Pero hoy es vier....—Andrew iba a decir algo cuando Wyatt lo interrumpió.
—¿Quieres irte? —preguntó, y antes de que pudiera responder, añadió —:Vete.
—¡Wyatt! —le llamó la atención Sofía.
—¿Qué? —preguntó encogiéndose de hombros—. Si ella quiere irse, que se vaya. No tiene por qué quedarse aquí.
Me molestó un poco la forma en que lo dijo. Su voz parecía distante, cuando en realidad, antes de que les dijera que no quería estar aquí, se había mostrado amable conmigo.
Intenté ignorar el sentimiento de molestia que tuve por unos segundos y conforme me levantaba, les pregunté a las chicas observando:
—¿Alguna de vosotras me puede acompañar a casa?
—¿Acaso tienes miedo? —me preguntó Wyatt con un tono frío.
—N-no... es eso —murmuré—, es para devolverles las cosas.
—No hace falta —habló Ava con una sonrisa amable—. Es un regalo para ti —añadió y antes de que pudiera decir algo, continuó hablando—, no nos contestes con un "no".
—Chicas, no lo puedo aceptar —miré a los demás para que me echaran una mano.
—Claro que sí —habló Paula—, Sarisha, es un regalo. Nadie en su sano juicio niega estos regalos.
— Yo...—no sabía que decir —Gracias.
Me despedí, y comencé a caminar hacia la salida del parque.
* * * *
Narra Wyatt
Recuerdo claramente la primera vez que vi a Sarisha. Fue en la clase de historia, estábamos todos sentados cuando ella entró por la puerta unos diez minutos tarde. Mi mirada se posó en ella de inmediato, y me sentí intrigado por su presencia. Su cabello oscuro caía en suaves ondas alrededor de su rostro, y sus ojos brillaban con curiosidad y determinación. En ese momento, algo dentro de mí despertó.
Sin embargo, tenía que recordarme a mí mismo que ya tenía novia, Carla. Intenté mantener mis sentimientos ocultos y no permitir que se desarrollaran más allá de la curiosidad inicial, pero a medida que pasaban los días, Sarisha se convirtió en una figura recurrente en mi vida. Nuestros encuentros en clase se volvieron más frecuentes, y cada vez que la veía, una mezcla de emoción y culpabilidad se apoderaba de mí, sentía cómo algo se removía en mi interior. Era como si su mera presencia encendiera una chispa en mi corazón. Pero yo me resistía a reconocerlo. Me decía a mí mismo que solo era curiosidad, interés pasajero. No podía permitirme involucrarme con ella.
Luego llegó aquel día del parque.
Una vez que se unió a nosotros, mi corazón se aceleró cuando volteó a verme. Llevaba vaqueros azules oscuros que resaltaban sus curvas con elegancia, y la camiseta gris de cuello alto apretada, realzaba su figura de manera cautivadora. Cada detalle de su apariencia estaba cuidadosamente elegido y su estilo personal brillaba con autenticidad. Pero más allá de su aspecto externo, algo estaba cambiando dentro de mí.
Mientras compartíamos risas y conversaciones en el parque, comencé a notar algo diferente en Sarisha. Su presencia se volvía aún más cautivadora, y cada vez que nuestros ojos se encontraban, una chispa intensa se encendía en mi interior. Sentía una conexión profunda con ella, más allá de la mera atracción física. Me encontraba en un torbellino de emociones, luchando por comprender lo que estaba sucediendo en mi interior que ni con Carla me había pasado.
Cuando Sarisha se despidió del grupo y se alejó para irse, Ángela se acercó a mí con una expresión inquisitiva en su rostro.
— Wyatt, tengo que preguntarte algo. ¿Por qué de repente te has vuelto grosero con Sarisha? — inquirió, buscando una respuesta a mi cambio de actitud.
Me tomé un momento para reflexionar, mientras Carla aprovechaba la oportunidad para levantarse y arrojar algunos objetos en la papelera que estaba un poco alejada.
— Angi, vosotros me conocéis ¿alguna vez he sido amable? — repliqué con un toque de ironía en mi tono de voz.
— No, pero fuiste TÚ el que les dijo a las chicas que la trajeran aquí — susurro Andrew.
—Eso fue antes —contesté, tratando de desviar la atención justo cuando Carla se unió a nosotros.
Ava intervino mencionando que ya había anochecido y el camino que Sarisha debía tomar para llegar a casa podría resultar ser peligroso.
— ¿Qué querréis que él haga? — preguntó Carla sarcásticamente, provocando cierta exasperación en los demás. —¿Mandarle un guardaespaldas?
El grupo la ignoró y continuaron insistiendo, preocupados por la seguridad de Sarisha.
— Wyatt, por favor, simplemente síguela. Solo queremos que esté segura — me rogó Amelia con sinceridad.
Sus palabras resonaron en mi interior, pero no estaba listo para admitir que me importaba lo que le sucediera a Sarisha. Afrín también se unió al coro, respaldando la solicitud de Amelia.
A pesar de mi resistencia inicial, empecé a escuchar una pequeña voz en mi cabeza que me decía que debía proteger a Sarisha.
—¿No nos hemos vuelto locos verdad? —pregunté intentando ocultar la creciente preocupación en mi voz. —No le va a pasar nada.
En ese momento, me di cuenta como Kenzi hizo una señal discreta a Cris y Afrín, quienes se acercaron a mí con una actitud juguetona, intentando persuadirme. Sin duda, no fue divertido ver cómo me acosaban hasta que finalmente cedí.
— ¡Vale, vale! Me rindo — exclamé, levantando las manos en señal de rendición. — Iré tras ella. Seguro que no habrá llegado muy lejos.
— Ves, hermano, si hubieras dicho "sí" desde un principio, ellas no te habrían molestado tanto — me dijo Logan.
Suspiré resignado mientras me ponía de pie para ir detrás de la chica que despertaba emociones que todavía no estaba listo para enfrentar. Cuando sentí como una mano agarraba de mi brazo.
— Wyatt ¿de verdad vas a ir? — preguntó Carla mostrando una inesperada preocupación en sus ojos.
Dudé por un instante, pero luego asentí.
—No tengo opción.
********
¿Chico que te pasa wey?
Ósea, primero la invitas tu y eres amable y luego todo lo contrario.
¿Qué tal los F30?
Bueno...¿y a vosotros hasta que hora os dejan fuera?
Os quiero...<3333
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro