Capítulo 21
Narra Wyatt
Habían pasado en total seis días desde que Sarisha estaba secuestrada.
Casi una semana...
La angustia comenzaba a apoderarse de mí. Cada día que pasaba sin noticias suyas me hacía sentir impotente. Fue en el quinto día cuando recibí un mensaje de un número desconocido: Marc.
Lo supe en cuanto abrí el mensaje y reproduje el video adjunto.
Flashback
El vídeo se desplegó en la pantalla de mi teléfono. En él, escuché la voz de Sarisha gemir y protestar, y un escalofrío recorrió mi espalda. El contenido del video era inquietante, y mis temores se hicieron realidad.
Marc, la había violado al cuarto día por la fecha de grabación que se veía en la esquina superior derecha... y parecía disfrutar del sufrimiento de Sarisha.
Ella sollozaba y resistía, incapaz de escapar de su situación. La escena era perturbadora, y mi impotencia se volvía aún más abrumadora al saber que no podía hacer nada para detenerlo.
"Siento cómo envuelves mis dedos, joder..." murmuró Marc mientras continuaba la grabación.
Sarisha, en medio de su tormento, miró a la cámara con lágrimas en los ojos, y esa mirada me destrozó por dentro. Cerré los ojos para no ver más, pero no podía dejar de escuchar los gritos de Sarisha.
El dolor y el sufrimiento en su voz se volvieron insoportables, y finalmente, arrojé mi teléfono a un lado, incapaz de soportar lo que estaba viendo y escuchando.
—¡AAAHH! — grité mientras me aferraba la cabeza con desesperación.
Aidan, mi primo, me había abandonado para dedicar todas sus energías a la búsqueda de Sarisha. Nuestra vida entera había girado en torno a encontrarla. Dejamos de asistir a clases, por lo menos mi primo, Salma, Leila y yo.
—¡Wyatt, ábreme la puerta! — Bryan, mi hermano gemelo, llamó desde afuera.
—¡LÁRGATE!
—¡Wyatt! ¡Abre la maldita puerta!
Continuó insistiendo y finalmente cedí, abriendo la puerta de mala gana y harto del mundo.
—¿Estás bien? — preguntó, preocupado.
Yo seguía perdido en mis pensamientos con los ojos cerrados, y no noté que el video continuaba reproduciéndose.
—Aah... ah — se escuchó desde el teléfono.
Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar a Sarisha gimiendo, y vi a Bryan mirando la pantalla, él se quedó en blanco.
—Wyatt... — murmuró.
—¡Fui yo quien la metió en esta pesadilla! — exclamé mientras que las lagrimas comenzaban a brotar. — ¡La destruí!
Ya no podía soportar más la situación. En mi vida, solo había llorado dos veces: cuando falleció mi madre y en ese momento, con Sarisha en peligro.
Necesitaba hacer algo, cualquier cosa por encontrarla.
Fin del flashback
Antes de recibir ese video, apenas había podido dormir, y cada pesadilla estaba llena de imágenes de Sarisha en peligro. Pero desde que vi el video, ni siquiera podía cerrar los ojos sin ver su sufrimiento. La noticia de su secuestro había devastado a su familia; su padre había enfermado y fallecido cuatro días después del secuestro de su hija.
El día en el que...fue violada.
Permanecía encerrado en mi habitación, buscando desesperadamente una forma de localizar a Sarisha. No me importaba si la encontraba viva o muerta; simplemente tenía que encontrarla.
—¡Wyatt! — me llamó Ava interrumpiendo mi habitación, acompañada de otras tres personas del F30.
—¿Qué pasa? ¿La habéis encontrado? —pregunté con un poco de esperanza.
—No — negó Oscar — Pero mira estas noticias —añadió mostrándome su teléfono.
"—...Este vídeo fue publicado en todas las redes y paginas webs hace una hora y en menos de media hora este vídeo se hizo viral en TODO el mundo. Cada segundo hay personas nuevas que lo están recibiendo. El vídeo trata sobre una chica musulmana de la India, supuestamente desaparecida de entre 17-19 años teniendo relaciones sexuales con varios chicos a la vez.
>>Se dice que no fue secuestrada ni desaparecida, es mas, fue ella quien se acercó al grupo de esos chicos y les pidió tener relaciones sexuales mientras que la grabaran. En estos momentos, todos los agentes federales y policías del mundo intentan bloquear las paginas y el vídeo para que se dejé de difundir. [.....] "
Y como si eso fuera poco, enseñaban la foto de Sarisha.
—No...puede ser — negué — ¡MALDICIÓN! — exclamé arrojando objetos de mi cómoda por la frustración.
—Wyatt, cal...
—¡Ni se te ocurra decir que me calmé! — advertí a Amelia — ¡LA HAN DESTRUIDO POR MI CULPA!
—Necesitas descansar — murmuró Bryan — Andrés, Cristina y Logan están trabajando en el video para obtener pistas.
Esos tres eran expertos en la tecnología, se puede decir que son como unos hacker.
—¿Cómo puedo descansar en una situación como esta? — pregunté justo cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe, revelando a Aidan y las hermanas de Sarisha.
Mi primo se acercó a mí de inmediato, agarrándome por el cuello de la camiseta y estampándome contra la pared.
—¡¿HAS VISTO LO QUE HA OCURRIDO POR CULPA DE TUS MALDITOS JUEGOS?! — me gritó con furia. — ¡Ese puto video ha sido visto por millones de personas de TODO el mundo! ¡INCLUSO EN SU PROPIO PAIS! ¡En su comunidad musulmana!
Los chicos nos intentaron separar, pero Aidan tenía razón en su enfado. Sarisha estaba sufriendo por mi culpa.
Cuando la conocí y a medida que pasaba el tiempo, me daba cuenta de que algo había cambiado en mí. Sarisha había dejado una huella profunda en mi corazón, una huella que no podía ignorar ni controlar. Sin embargo, cuando finalmente tomé conciencia de mis verdaderos sentimientos, me encontraba atrapado en un laberinto de emociones y decisiones que amenazan con destruirlo todo.
Comencé como un simple juego, disfrutando de su compañía y molestándola. Pero con el tiempo, sus risas se volvieron un eco constante en mi mente, y su sonrisa se convirtió en la luz que iluminaba mis días oscuros. Cada momento a su lado se volvió un tesoro, y mi corazón comenzó a latir al ritmo de su presencia.
Mis amigos me advirtieron sobre los peligros de jugar con los sentimientos de alguien, pero me negué a escuchar. En mi mente, era solo diversión inofensiva, una distracción pasajera. Pero, sin que yo lo supiera, mis sentimientos evolucionaron y se convirtieron en algo mucho más profundo y genuino.
Cuando finalmente me di cuenta de lo que realmente sentía por Sarisha, fue demasiado tarde para retroceder. Me encontraba enredado en una red de mentiras, juegos emocionales y decisiones impulsivas que amenazaban con destruir no solo su vida, sino también mi propia paz mental.
Me di cuenta de que, aunque luché contra mis sentimientos en un principio, ahora estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para reparar el daño que había causado.
La tristeza y la confusión que vi en los ojos de Sarisha en el video que me mandó Marc, me perseguían, y me di cuenta de que mi egoísmo podría haber arruinado la única oportunidad de encontrar la felicidad verdadera.
Las noches se volvieron cada vez más solitarias, y el peso de la culpa me consumía. Ahora, solo podía esperar que Sarisha pudiera encontrar la fuerza para perdonar mis errores.
* * * *
Narra Sarisha
Una semana y tres días que llevaba secuestrada.
Mi cuerpo entero dolía y ardía, apenas podía caminar.
Me encontraba sentada en la esquina de la habitación en forma de ovillo, tratando de mantener la poca dignidad que me quedaba. Las heridas de los días pasados seguían frescas, y la pesadilla parecía no tener fin. Las paredes grises y desgastadas de la habitación parecían cerrarse sobre mí, y el silencio roto solo por mis sollozos contribuían a mi claustrofobia.
Al séptimo día, los secuestradores, aquellos desalmados que me tenían prisionera, me informaron que tenía la libertad de moverme por la casa. Agotada de estar encerrada en esa misma habitación desde mi llegada, decidí finalmente salir y explorar el resto de la casa.
Mis piernas temblorosas me llevaron hasta la puerta de la habitación. Al abrirla, me encontré de frente con una barandilla que daba hacia la planta baja. Con manos temblorosas, me apoyé en ella y observé la vista que se extendía ante mis ojos.
Desde mi posición elevada, podía ver toda la planta baja, incluida la cocina donde María, una de las chicas prisioneras y mi amiga, estaba cocinando. A mi horror, descubrí que no éramos las únicas cautivas en esa casa infernal. Más chicas, igualmente atrapadas y con miradas de resignación, se movían por la planta baja.
María notó mi presencia y me sonrió, señalándome que bajara. Lentamente me dirigí hacia las escaleras para descender, pero mi corazón se hundió cuando vi a los guardias armados que se apresuraron hacia mí. Sus miradas frías y despiadadas me hicieron dar un paso atrás, el miedo recorriendo mi espina dorsal.
Justo cuando parecían a punto de atraparme, se detuvieron de repente y retrocedieron. Intrigada, me volví para ver a Marc, quien estaba de pie con las manos entrelazadas detrás de su espalda y una mirada fría clavada en los guardias.
—Tiene la libertad de moverse por la casa —les dijo a los hombres con una voz ominosa, y luego clavó sus ojos en los míos, regalándome una sonrisa siniestra.
—Si señor —escuché a los hombres murmurar detrás de mí.
Marc se acercó lentamente, y cuando estuvo a centímetros de mi rostro, se inclinó hacia mi oído y susurró:
—Pensaban que intentabas escapar. Ahora sabes lo que te pueden hacer si consideras huir. —Una risa fría escapó de sus labios antes de rodearme y bajar las escaleras.
Mis ojos lo siguieron mientras se dirigía hacia María, quien estaba al final de las escaleras. Ella recibió órdenes de darme comida, y luego Marc se alejó, dejándome con una sensación de inquietud y la incertidumbre de lo que me depararía en ese terrible lugar. Con el corazón latiendo con fuerza, finalmente reuní el valor para bajar las escaleras, mientras María me tranquilizaba.
La incertidumbre y el miedo continuaban envolviéndome, ya que mi destino en aquel lugar parecía ser aún más oscuro de lo que había imaginado.
Con cada paso que daba mientras que bajaba las escaleras, las cadenas invisibles del miedo apretaban mi corazón. La casa estaba plagada de vigilancia y seguridad, como una prisión sin esperanza. Cámaras de seguridad colgaban del techo y la sensación de ser observada en cada rincón era insoportable.
Cada movimiento, cada susurro, parecía estar siendo escuchado...
Una vez que bajé las escaleras, María y yo nos dirigimos hacia la cocina mientras que iba observando a las chicas a mi alrededor. En total conté a siete chicas a excepción de María y de mi.
Cuando llegamos a la cocina, me senté en la mesa donde ya tenía un plato de comida preparada para mí.
—No quiero comer — murmuré viendo como otra chica se unía en la mesa dándome una sonrisa triste.
—Sé la razón por la que no comes — habló María — Pero este plato no lleva ninguna pastilla si es lo que te preocupa. Me encargué de prepararte la comida por mi misma.
—No tengo hambre...
Terminó por...prácticamente obligándome a comer.
La verdad es que me moría de hambre pero desde que me di cuenta que cada vez que comía el plato proporcionado por alguno de los chicos, me sentía débil y al día siguiente no recordaba nada...dejé de comer.
María y yo compartimos una comida silenciosa en la cocina, rodeadas por las miradas de las otras chicas que también eran prisioneras en esa casa infernal. Cada una de ellas parecía haber perdido la esperanza de alguna manera, y me pregunté cuánto tiempo llevaban aquí y qué habían tenido que soportar.
Después de comer, María y yo nos retiramos a una esquina de la cocina, donde podíamos hablar más discretamente. Le pregunté sobre Marc y sobre cómo habían llegado a estar en esa terrible situación.
María compartió su historia, llena de angustia y tristeza. Era una de las más antiguas y en la que los chicos confiaban. Había sido secuestrada hace meses y poco después se unieron las otras chicas en la casa, y todas estaban atrapadas en una red de explotación y violencia. Marc, era el responsable de su sufrimiento.
Nos advirtió sobre las represalias brutales si intentábamos escapar o desobedecíamos sus órdenes.
A medida que María me contaba más detalles, mi determinación de escapar de este infierno crecía. Sabía que la tarea no sería fácil, pero tenía que encontrar una manera de liberarnos a todas. Había una chispa de esperanza en mis ojos mientras comenzaba a planear, en secreto, una forma de resistir a ese hombre llamado Marc y encontrar un camino hacia la libertad.
Los días que siguieron fueron difíciles, pero nuestra solidaridad se fortaleció. Las conversaciones clandestinas entre las chicas se convirtieron en conspiraciones para escapar. Las miradas furtivas y los susurros eran nuestro medio de comunicación, ya que cualquier señal de desobediencia abierta atraería la ira de Marc y sus guardias.
La lucha por la libertad se avecinaba, y sabía que tendríamos que ser inteligentes y valientes para lograrlo. El destino de todas las chicas en esa casa estaba unido, y juntas, teníamos la esperanza de superar el terror que Marc había impuesto sobre nosotras.
Mi determinación creció día a día, y mi mente se convirtió en una fortaleza de estrategia y valentía mientras planeábamos nuestra huida. La batalla por nuestra libertad estaba en marcha, y no había vuelta atrás.
María tenía las llaves de todas las puertas que había en la casa, incluso la del cuarto de seguridad donde estaba todo el control de las cámaras.
—Una de las ventajas por ser la más antigua aquí — me dijo sonriendo y alzando los hombros. —Otra cosa es que no tuviera las fuerzas por luchar sola.
El día del escape finalmente llegó. Después de semanas de secretos compartidos y planificación meticulosa, las otras chicas y yo estábamos listas para enfrentar el riesgo y tomar nuestra oportunidad. El silencio de la noche nos envolvía mientras avanzábamos con sigilo por los pasillos oscuros de la casa.
Cada paso era un latido acelerado de mi corazón, y el eco de nuestras respiraciones apresuradas parecía atronar en mis oídos. Las manos temblorosas, sudorosas y ansiosas de mis compañeras apretaban las mías, mientras avanzábamos con determinación hacia la libertad.
Finalmente, llegamos a la puerta trasera, la que habíamos identificado como la mejor opción para nuestra fuga. Con cuidado María abrió la puerta, giró la perilla y nos deslizamos afuera. La oscuridad de la noche era nuestra aliada. Las nubes cubrían la luna y las estrellas, proporcionando el velo necesario para desaparecer sin ser vistos.
Sin embargo, lo que nos esperaba afuera fue una sorpresa impactante. Una vez que nos alejamos lo suficiente de la casa, nos dimos cuenta de que no había nada en nuestro entorno, absolutamente nada. Estábamos en medio de un vasto descampado, sin señales de civilización en ninguna dirección. Nuestro mundo se reducía a la oscuridad y la incertidumbre.
Nos tomó un momento procesar esa realidad, pero no teníamos tiempo para la duda. La adrenalina corría por nuestras venas mientras intentábamos determinar nuestro próximo paso. Entonces, el sonido aterrador de una alarma quebró la tranquilidad de la noche, y supimos que habían descubierto nuestro escape.
En un instante, la oscuridad se llenó de luces que se encendieron en la casa que habíamos dejado atrás, y sabíamos que teníamos que huir rápido. Miré a mi alrededor, tratando de encontrar alguna señal de una carretera o ayuda. Fue entonces cuando vi una tenue luz en la distancia. Era una carretera. La esperanza se encendió en mi pecho mientras les señalaba a las otras chicas el camino.
Corrimos descalzas sobre la tierra fría y áspera, nuestros corazones palpitando de miedo y determinación. Pero bajo nuestros pies, sentíamos algo extraño, algo que clavaba y cortaba. A pesar del dolor, seguimos corriendo hacia la carretera, dispuestas a arriesgarlo todo por la libertad.
Era increíble como todo iba bien.
Finalmente, llegamos a la carretera, y con la última reserva de energía, comenzamos a ondear nuestros brazos, buscando desesperadamente la atención de algún automovilista que pudiera ayudarnos. Las luces de un vehículo se acercaron, y el sonido de un motor se hizo cada vez más fuerte. Sentí lágrimas en mis ojos mientras me preparaba para lo que vendría a continuación, con la esperanza de que finalmente estaríamos a salvo.
Pero la libertad tenía un precio, y la alarma seguía sonando detrás de nosotros. Sabíamos que debíamos alejarnos lo más rápido posible, con la esperanza de que la persona que nos rescatara sería nuestra salvación. Las luces del automóvil se acercaban rápidamente, y mi corazón latía con la esperanza de que la pesadilla estaba a punto de terminar.
Hasta que escuchamos un disparo.
Fue ensordecedor, un eco mortal que rasgó el aire de la noche. El automóvil que se acercaba con esperanza en nuestras mentes se desvió bruscamente de la carretera, dando vueltas de manera caótica antes de chocar contra un árbol. El impacto fue aterrador, y el conductor del vehículo quedó inmóvil, su destino sellado.
Mi corazón se hundió en mi pecho mientras volvía la cabeza para ver quién era el autor de ese disparo. Y ahí estaba él, Marc, acercándose a toda velocidad en otro vehículo. No había escapatoria. El alivio que habíamos sentido se convirtió en desesperación.
—¡SEPARAOS! — ordenó María a las chicas y comenzamos a dispersarnos.
María cogió de mi mano y comenzamos a correr.
Con el ruido del choque todavía resonando en el aire, Marc cortó nuestro camino y se aproximó con una sonrisa cruel en su rostro. Rápidamente, él y sus hombres nos rodearon, y nuestras esperanzas de libertad se desvanecieron.
—Pensaron que podían escapar, ¿verdad? —dijo Marc con un tono de satisfacción en su voz—. Pero nadie escapa de mí.
El miedo se apoderó de nosotras mientras Marc y sus secuaces nos arrastraban de vuelta a la casa, como si fuéramos meras marionetas en sus siniestros planes. Nuestras lágrimas, gritos y súplicas cayeron en oídos sordos. El mundo exterior, con su promesa de libertad, se desvaneció una vez más mientras éramos llevadas de regreso al abismo de nuestra pesadilla interminable.
El disparo había sido el último suspiro de esperanza, y nuestras vidas seguían atrapadas en las manos de unos monstruos sin corazón. La lucha por la libertad estaba lejos de terminar, y cada día se volvía más difícil de soportar.
De las nueve en total que éramos, incluidas nosotras, lograron escapar cinco.
Lo único que podíamos esperar era que ellas llegaran sanas y salvas a algún pueblo o se toparan con alguna persona que nos ayudará.
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Qué tal os pareció este capitulo??
Espero que os este gustado la historia.
Me gusta esta nueva Sarisha que reunió toda la valentía e hizo un plan con las chicas para escapar de aquel lugar.
Se le quiere a María<33
Dejen el pésame del padre de Sarisha aquí :( ........>>>>
Falleció en el mismo día que su hija fue violada.....ksualidad??
Cualquier sugerencia, dejenlo aquí.......>>>>
Os quiero<<3333
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