Capítulo 14 (1ºParte)
Después de la noche en la que Aidan me explicó detalladamente todo lo que tenía que hacer para cuidar de mi padre y administrar sus medicamentos de manera precisa, la mañana siguiente se presentó como un nuevo desafío. Mientras me vestía, desayunaba y me despedía de mi padre, Aidan pasó por mi casa para llevarme al instituto. La rutina diaria continuaba, pero con una capa de preocupación adicional.
Una vez que llegamos al instituto y nos adentramos a nuestra clase de historia, Wyatt y yo cruzamos nuestras miradas por un segundo mientras me dirigía a mi asiento.
—¡Chicos a vuestros sitios! — anunció la profesora a los F30 que estaban al final de la clase y eran los únicos quienes se encontraban de pie.
Menos mal que los asientos de Wyatt y su novia estaban cuatros asientos atrás de mí, no estaba de humor para aguantarles y mucho menos a su novia loca. Mi asiento estaba en la segunda fila enfrente de la mesa de la profesora, así que no me podían molestar.
—Vaya, mira quien ha venido...la chica que va por el dinero de las personas — susurró Carla pasando por mi lado — Profe, me da un folio por favor — le pidió una vez que llegó a la mesa.
—Claro, toma.
Carla volvió a pasar por mi lado, no sin antes darme una mirada de desprecio y añadir: —Estábamos mejor sin ti.
Puse los ojos en blancos y solo la ignore prestando atención a la profesora.
Madre mía, historia a primera hora...¿a quién se le había ocurrido poner historia a primera y ultima hora de las clases? Sin duda la fatiga por las llamadas de los familiares la noche anterior no ayudaba a mantenerme despierta y comenzar el día dando historia, no era precisamente lo que necesitaba en ese momento. Me sentía somnolienta y anhelaba la comodidad de mi cama.
Luego de una hora que se me hizo larga, la profesora nos mandó deberes antes de que tocara la sirena dando por terminada esa asignatura.
—Bien, para mañana haréis los ejercicios 13, 14 y 15 de la página 34 y un resumen de la página 28. — terminó de decir cuando toda la clase se quejó. —¡Son ejercicios cortos! Tardareis cinco minutos por ejercicio y luego el resumen. Así que tampoco es para tanto.
Después de esa clase nos tocaba filosofía y la clase se dividía en dos grupos; bilingüe y no bilingüe. El F30 y otros pocos alumnos iban al bilingüe, yo iba al no bilingüe, o sea, que me tenía que quedar en esa misma clase mientras que los otros tenían que ir a la clase de al lado.
—Por fin te dignas a venir — escuché la voz de Wyatt detrás de mí, me iba a voltear cuando pasó por mi lado en un abrir y cerrar los ojos, arrebatándome de paso mi bolígrafo de mi mano.
—¿Qué haces? — pregunté levantándome para confrontarlo, y nuestras miradas se encontraron en un enfrentamiento silencioso..
—¿Dónde estabas estos días? — preguntó de repente estando tan cerca de mí, provocando que me sentara.
—Oye ¿te importaría darme mi bolígrafo? — dije rodando los ojos.
—¿Por qué? — preguntó con una sonrisa burlona — ¿Acaso no tienes más bolígrafos? — preguntó dando una vuelta a mi alrededor y quedando de nuevo en frente mía — Oh, es cierto que no tienes más.
—Wyatt...
Él tenía razón, no tenía más bolígrafos. Solo tenía un "boli" y un subrayador, me apañaba con esas dos cosas para hacer los apuntes y copiar.
—Hey, Sarisha — me saludó Aidan apareciendo al lado de mí y besándome en la mejilla — Oh, Wyatt..hola.
¿Pero qué? ¿Acaba de besarme Aidan?
Observé el rostro de Wyatt, nada más ver a Aidan su actitud burlona había desaparecido y fue reemplazada por una seria.
—Hola — murmuró.
—¿Ese no es tu bolígrafo? —me preguntó Aidan.
—Sí — contesté con un suspiro.
—¿Habéis estado juntos estos días? — preguntó Wyatt.
—Sí — afirmó su primo.
—No te lo he preguntado a ti — le respondió seco — Sarisha ¿es cierto?
—Sí —afirmé —Pero po-
—Wyatt — una voz me interrumpió.
El chico de ojos verdes miró detrás de mí y Aidan y yo volteamos a ver quién era. Era Alonso, de F30 quien se acercaba hacía nosotros.
—Hola chicos — nos saludó a Aidan y a mí.
—Hola — le respondimos con unas sonrisas.
—Alonso ¿qué quieres? — preguntó Wyatt molestó.
¿A que se debía esa actitud?
Se comportaba raro desde que Aidan se nos había unido, no entendía que demonios le pasaba.
—Tranquilo bro — respondió —Solo vine para decir que Carla te está buscando, quiere hablar contigo.
Al escuchar el nombre de Carla, al escuchar que ella buscaba a su novio...mi sonrisa había desaparecido y no comprendía lo que me pasaba cada vez que escuchaba su nombre pegado a la de Wyatt.
—Dile que ahora voy.
—Pero dice q...
—Me da igual lo que diga — le interrumpió —Dile que ahora voy para allá.
Alonso se quedó callado unos segundos observándonos y asintió para después irse de allí dejando de nuevo a Aidan, Wyatt y a mi solos.
Wyatt volvió a clavar su mirada en mí y me encogí en mi lugar, esos ojos verdes como esmeraldas me hipnotizaba y en aquel momento, mi mente comenzó a divagar en cómo era ese chico.
Sus ojos verdes eran tan inusuales para mí, habiendo crecido en la India, donde todos tenían cabello negro liso y ojos oscuros, no era normal ver a una persona de cabello negro ondulado con ojos azules, verdes etc... En mi país todos éramos iguales, incluso, pocas personas tenían el pelo rizado u ondulado.
Cuando llegué a España, fue la primera vez que vi a personas rubias, a personas con ojos de color verde, azules en diferentes tonos y a personas con cabello rizados, ondulados naturalmente.
La presencia de personas como Wyatt o el grupo de F30 en España me había fascinado, y la mirada intensa de Wyatt parecía atraparme. Era como si estuviera inmersa en un desafío para mantener la mirada.
—Wyatt — la voz de Aidan me sacó de mis pensamientos — Dale el bolígrafo a Sarisha.
Parecía que él ni siquiera le había escuchado; sus ojos seguían clavados en mí, como si intentara leer todos mis pensamientos en ese único instante. La incomodidad empezaba a apoderarse de mí, pues detestaba ser observada durante más de dos segundos. Carraspeé y aparté la mirada de su penetrante escrutinio.
— Si quieres recuperar el bolígrafo, hoy, a penúltima hora, en el aula de plástica — sentenció finalmente, su voz sonando decidida, lo que solo aumentó la tensión en el aire. Sin esperar respuesta, desapareció como una sombra que se desvanece en la oscuridad.
—No pensarás ir, ¿verdad? — me preguntó Aidan con el ceño fruncido, colocándose delante de mí.
—No tengo opción — respondí, mi voz reflejando el agotamiento que empezaba a sentir.
Aidan suspiró, conociendo mi terquedad.
—Sarisha, solo es un bolígrafo... puedo conseguirte todos los que quieras.
—Lo sé — le respondí con una voz más suave — Pero quiero recuperar ese bolígrafo por mí misma.
—Sarisha...
—¿Por qué no quieres que vaya?
—Le conozco desde que éramos pequeños, crecimos juntos y conozco sus intenciones. Aunque nos llevamos muy bien, necesito decirte que él puede llegar a ser peligroso para ti. Te puede manipular y tam...
—Aidan, sabes que solo voy por un bolígrafo, ¿verdad? — interrumpí con una sonrisa, tratando de calmar a mi hermano.
—Por eso mismo lo digo, solo es un bolígrafo — replicó Aidan, con preocupación en sus ojos — No hace falta que vayas, te lo conseguiré yo. Solo quiero que tengas cuidado con él. Si te llega a hacer algo, te juro que le mataré.
—No me hará nada, tú me conoces y sabes que no soy como... esas chicas.
—Lo sé, pero no me refiero a eso... creo — dijo Aidan sonriendo y pensativo — Solo ten cuidado si vas a estar con él — terminó de decir esa vez con un rostro serio y clavando su mirada en mi.
—Lo haré.
—¿Entonces vas a ir?
—Aidan, yo...
—Está bien, está bien, pero si necesitas cualquier cosa, me llamas.
—Está bien.
—Y por fa-
—Aidan — escuchamos una voz masculina detrás de mí.
Me iba a volver a decir algo cuando fue interrumpido. Él dirigió su mirada hacia la persona que había llegado, y yo me volví para ver ahí parado a mi profesor de filosofía.
—Eh..señor Felix... — habló Aidan con una sonrisa nerviosa —Hola. ¿Qué tal se encuentra?
—¿Qué hace aquí? — preguntó con los brazos cruzados — ¿No debería de ir a su clase?
—Claro...lo siento, ya me voy — Aidan dirigió su mirada a mí y susurró — Nos vemos después y ten cuidado, te lo suplico — terminó de decir y yo asentí.
El profesor llegó a su mesa negando con la cabeza y comenzó a dar la clase. La hora de filosofía se me pasaba muy rápido, después de esa hora me tocaba geografía, el cual también se me pasó volando.
En los recreos comencé a juntarme con Aidan desde que nos reencontramos y con sus amigos e intentaba ignorar a Carla, quien me miraba como si quisiera matarme. Esa chica me daba miedo.
A medida que se acercaba la penúltima hora, las palabras de Wyatt volvieron a mi mente. El temor de enfrentar esa situación sola me invadió. Estuve a punto de llamar a Aidan para pedir su ayuda, pero al final decidí no hacerlo, no quería que se perdiera su clase por mi.
Cuando finalmente sonó el timbre que marcaba el inicio de la penúltima hora, salí en dirección al baño y me quedé allí durante unos minutos, esperando a que mis compañeros se dirigieran a sus respectivas clases.
Era consciente de que solo se trataba de un bolígrafo, pero mi determinación por recuperarlo por mí misma era inquebrantable. Cuando finalmente llegué al aula de plástica, me sorprendió encontrarla completamente vacía, sin rastro alguno de Wyatt.
¿Acaso no habíamos quedado aquí?
—Pensé que no ibas a venir — escuché una voz masculina detrás de mí.
—¡Ah! — di un respingo de sorpresa y me giré para identificar al intruso.
—¿Te asusté? — Wyatt, apoyado en el marco de la puerta, preguntó con una sonrisa burlona — ¿De veras has venido aquí solo por un bolígrafo? — alzó una ceja, riéndose de la situación.
—Sí — contesté con firmeza — ¿Me lo puedes dar ya?
—¿Crees que si solo quisiera darte el bolígrafo sin esperar nada a cambio, te habría llamado hasta aquí? — preguntó mientras se acercaba lentamente.
—¿Eh? — inquirí, confundida, retrocediendo involuntariamente hasta chocar con una mesa, quedando atrapada entre él y la superficie.
—¿De verdad quieres recuperar ese bolígrafo? — sus labios rozaron peligrosamente mi oído mientras me observaba fijamente, como si tratara de analizarme.
—Sí... — murmuré, nerviosa, sin apartar la mirada de sus ojos intensos.
—Con una condición — añadió.
—¿Cuál es? — pregunté con curiosidad, tratando de mantener la calma.
Wyatt se tomó su tiempo antes de responder, prolongando la tensión en el aire.
—Debes acompañarme a un lugar ahora mismo — declaró finalmente.
—¿Qué? — exclamé, incrédula, apartándome de él de un empujón.
—Si deseas recuperar el bolígrafo en este momento, tendrás que venir conmigo a un lugar — volvió a repetir sentándose encima de la mesa.
¿Realmente valía la pena seguir las condiciones de Wyatt por un simple bolígrafo?
Dudé, debatiendo internamente durante unos instantes, antes de finalmente acceder.
Te arrepentirás...
El miedo se apoderó de mí al darme cuenta de que, si mi padre llegaba a enterarse de que me había saltado las dos últimas horas de clases, estaría en un lío tremendo. La sola idea de imaginar su reacción, y más aún si se enteraba de que había sido con un chico, me daba miedo.
Wyatt se bajó de la mesa y comenzó a acercarse a mí de nuevo, y, aunque traté de alejarme, en un abrir y cerrar de ojos ya tenía mi muñeca en su firme agarre. Sin darme tiempo a más dudas, comenzamos a correr por los pasillos, esquivando a los profesores de guardia. Nos costó salir del instituto, ya que las puertas estaban vigiladas por las conserjes, pero al final lo logramos.
Cuando pisamos el parque que quedaba justo fuera del instituto, me detuve, jadeante, soltándome de la mano de Wyatt y apoyándome en mis rodillas mientras intentaba recuperar el aliento.
—¿A dónde vamos? — pregunté, mi voz entrecortada por la carrera.
—A un lugar que te encantará — respondió Wyatt con una sonrisa misteriosa — ¿Ves ese coche? — señaló hacia la calle.
Miré en la dirección que indicaba, y pude ver un elegante Audi A4 gris. Asentí con la cabeza, sin comprender del todo.
—Pero no entiendo qué tiene que ver un... — intenté preguntar, pero Wyatt puso un dedo sobre mis labios para silenciarme, y aparté su mano con fastidio.
—Cálmate y sígueme — ordenó, volviendo a agarrar mi muñeca y guiándome hacia el coche.
Me sentí atrapada.
¿Me estaba secuestrando? ¿Debería pedir ayuda?
Me zafé de su agarre y comencé a correr a la dirección contraria, pero en un abrir y cerrar de ojos, volvió a agarrar mi muñeca, impidiéndome avanzar.
—¡Suéltame! — grité, luchando por liberarme de su agarre.
—¿Qué demonios crees que estás haciendo? — preguntó mientras forcejeábamos.
—¿No lo ves? — repliqué con urgencia — Huir de ti.
—¿Por qué? — preguntó con un dejo de sorpresa en su voz.
—Me estás secuestrando — afirmé justo cuando una pareja que pasaba por nuestro lado se detuvo y nos observó con atención. — ¿Qué planeas hacer conmigo?
Wyatt estaba a punto de responder cuando notó a la pareja y adoptó una expresión más relajada.
—Esta bromeando — les aseguró, tratando de quitarle importancia a la situación. — No se preocupen, continúen su camino.
La pareja nos miró por un momento y después me observaron a mí, como si estuvieran preguntando con la mirada si necesitaba ayuda. Cuando Wyatt se dio cuenta de esto, apretó mi mano y sonreí forzadamente a la pareja, antes de agregar:
—No se preocupen, solo estábamos bromeando. Pueden seguir adelante tranquilos.
La pareja finalmente se fue, y Wyatt suspiró de alivio. Se volvió hacia mí, pero mi sonrisa se había desvanecido, reemplazada por una mirada molesta.
—¿Qué diablos estás haciendo? — me espetó.
—Me ibas a secuestrar — acusé.
—¿Qué? — parecía completamente desconcertado — ¿A caso te has vuelto loca?
—¿No me ibas a secuestrar?
—¡No! — exclamó. — El lugar al que te llevaré está a quince minutos de aquí en coche. ¿Realmente crees que querría secuestrarte?
—Oh... — murmuré.
—¿Puedes confiar en mí por un segundo? — preguntó Wyatt.
—Si me sueltas la mano... — vacilé, antes de añadir con inseguridad — Entonces tal vez...
Wyatt soltó mi mano, pero mi alivio fue efímero, ya que rápidamente la volvió a agarrar, y sin previo aviso, comenzó a correr en dirección al coche.
—¡Hey, espera! — grité, siguiéndolo y preguntándome si mi decisión de confiar en él había sido un grave error.
Una vez que llegamos al coche, nos acomodamos en los asientos traseros. El chófer puso en marcha el vehículo, y aproximadamente cinco minutos después, Wyatt pulsó dos botones en el panel de control. De repente, las ventanillas a ambos lados del coche se oscurecieron de tal manera que no podía ver nada fuera de ellas.
Volteé hacia atrás para verificar si la ventanilla trasera estaba igual, y confirmé que también estaba cubierta por la oscuridad.
El tercer botón que presionó Wyatt generó una cuarta ventanilla oscura que se desplegó, separando nuestra parte del coche de la del conductor, de tal forma que quedamos rodeados por ventanillas que no dejaban ver absolutamente nada.
—¿Q-Qué has hecho? — pregunté, nerviosa, al darme cuenta de que estábamos prácticamente a ciegas.
—Tranquila, es para que no veas el camino — me aseguró Wyatt con calma, mientras que el coche continuaba avanzando.
Mi corazón latía con fuerza mientras me preguntaba si realmente me estaba secuestrando o no.
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Holii<<333
Como estan??
Y el tiempo por alla que tal??
Aquí ya va haciendo frio, se va notando :) Yeii!!
Nueva actualización y ya vamos viendo como poco a poco los protagonistas van profundizando.
¿A donde creen que la esta llevando?
¿Realmente la va a secuestrar? Uhm...
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