Christian

Tenía que calmarme, no podía dejar que esa  niña me viera en este estado, pero cada vez que pensaba que había sido un idiota por confiar en ellas, no podía contener mi enojo.

Saque una botella de la cantina y empeze a tomar, sabía que Gail estaba con ella así que no tenía que preocuparme de nada, Gail se encargaría de todo lo que ella necesitara.

Estaba en mi segunda botella cuando unos golpes se empezaron escuchar en la puerta. No quería que nadien me molestara, pero pensando que tal vez podía ser importante solo grite adelante.

— Señor disculpe que lo moleste, pero ya me hice cargo de la niña, ya la bañe y ya está dormida, sólo que...

— Que paso.

— La niña no quizá dormir en el cuarto de huspedes, sino en el cuarto donde se escondio, el cual es el suyo, por más que trate no pude sacarla de ahi.

— No importa, déjala ahi, mañana hablare temprano con los del orfanato que apoyo para ver si la aceptan.

Sin decir más salio del despacho. Esa pequeña niña solo llevaba unas cuantas horas conmigo, y  había hecho que mi tranquilidad y mi control se fueran por un tubo.

No se a que hora me quede dormido,  pero cuando me desperté mi celular no dejaba de sonar, no tenía ganas, ni cabeza para  hablar con nadie,  así que salí del despacho rumbo a mi habitación, necesitaba una ducha y una buena distraccion, pero cuando entre me quede paralizado cuando una pequeña se abrazo a mis piernas.