Anastasia

No quería hacer esto, pero tenía que cuidar a mi hermana, cuando nuestros padres murieron en un accidente nuestra tía nos hecho a la calle quedándose con todo el dinero y la empresa.

Por eso permanecía oculta en los callejones cerca de los bares esperando a que los clientes salieran completamente borrachos para robarles, sabía que esto estaba mal pero tenía que conseguir dinero para alimentar a mi hermana.

Esa noche estaba escondida esperando, cuando después de unas dos horas salió un cliente, hiba tambaleándose y con una botella en la mano,  lo que significa que sería una presa fácil. 

Estaba acercando a él con cautela y cuando le hiba a meter la mano en el bolsillo de su chaqueta, alguien sujeto mi brazo y me jalo devuelta al callejon, al tenerlo frente a mí podía sentir como mi cuerpo temblaba provocando que una sonrisa nerviosa saliera de mis labios.

Aquel sujeto reía sin apartar su mirada de mi, inclusive podía sentir como me recorría todo el cuerpo, sintiendo temor intente escapar pero el volvió a sujetarme aventandome de nuevo a la pared del callejon, después sujeto su abdomen y se inclinó vomitando todo el contenido de estómago.

Estar en aquella situacion me daba miedo, no porque solo tenia 16 años, sino por mi hermana que me esperaba, el tipo después de terminar de vomitar se acercó a mi a paso lento, intente volver a correr pero me volvió a sujetar pero esta vez en vez de aventarme a la pared del callejon junto mi cuerpo con el suyo y me beso a la fuerza.

Por más que intentaba resistirme, aquel maldito seguía acariciando todo mi cuerpo con sus asquerosas manos mientras seguía besando me a la fuerza. Yo sólo podía llorar y rogar que me dejara pero el no parecía querer detenerse y sin que pudiera evitarlo me quito el vestido para depues.........

—  Tranquila, estas en un hospital, pero tu y yo tenemos que hablar.