«Este será el gran día» se repitió una y otra vez mientras salía de casa en medio de la tormenta. Las pequeñas y ligeras gotas siendo liberadas, en pleno inicio de verano, caían con firmeza sobre el concreto. En medio de aquella perfecta escena digna de una obra de arte, corría con una velocidad sorprendente, un gigantesco hombre, quien con un brazo se mantenía abrazado de su chaqueta.

Encontró refugio en una solitaria parada de autobuses locales, de todo su cuerpo escurrían gotas pesadas de agua, deslizó sus dedos entre las raíces de su cabello echándolo hacia atrás, se dejó caer sobre la banca azul oxidada y por décima vez en el trayecto, bajó el cierre de su chaqueta comprobando que su sobre siguiera en el mejor estado.

Soltó un suspiro frustrado, las plantas de los pies le dolían y su ropa se encontraba impregnada a su cuerpo, sabía que no tenía el tiempo suficiente como para descansar un poco más, su tiempo se estaba agotando con una rapidez extraordinaria; volvió a lo suyo intentando no resbalar en el camino o chocar con alguien más, en sus oídos solo se podían escuchar los latidos de su corazón bombeando sin parar.

Una vez que notó que se encontraba a una cuadra de la facultad de medicina, sonrió como un niño pequeño al cometer una tontería, ahora nada se podía interponer en sus planes, al visualizar a Baekhyun a menos de cinco metros, abrió la boca para comenzar con su actuación de ahogo, si no fuera porque un mosquito ingresó de forma imprevista a su garganta ahogándolo de verdad, todo habría salido según lo planeado, pero no todo en esta vida salía bien y en su mente solo podía recordar que su madre siempre le decía «Yeol no célebres antes de tiempo porque al final todo saldrá mal» y vaya que tenía toda la razón.

La mala suerte de Yeol no terminaba ahí, en realidad era solo el comienzo del gran desastre que se aproximaba. Se encontraba tosiendo para evitar pasar por su garganta aquello que se aferraba a matarlo, continuó unos segundos así hasta sentirse mejor, tragó saliva para refrescar su garganta, lo que no sabía es que el mosquito nunca logró salir, en su lugar estaba atorado aleteando por sobrevivir.

Maldijo a todas las personas que pasaban a su lado y no lo ayudaban, en cierto punto, llegó a pensar que de verdad moriría. Pudo sentir como muchas manos lo sujetaban a la vez acostándolo en el suelo, y voces preguntando si se encontraba bien, lo cual era la pregunta más tonta que le podían hacer. El mundo se había detenido, su mente estaba en blanco, solo podía observar el desesperado rostro de los demás por salvarlo.

La gran multitud que se había formado a causa de este, comenzó a desvanecerse una vez que recuperó el aliento. - Ten, toma esto, te ayudará. - Dijo Baekhyun extendiéndole una botella de agua, para sentarse a su lado en el suelo húmedo.

Chanyeol no podía estar más apenado, la persona que le gustaba lo había salvado de haber muerto por un estúpido mosquito, además de que no solo él, sino todos sus amigos lo habían visto, nada podía ser más vergonzoso que eso. - El profesor Kwon se quedó con el sobre que estaba dentro de tu chaqueta, dijo que era algo sobre tu tesis. - Respondió cuando se dió cuenta que Yeol palmeaba su propio torso y miraba a su alrededor.

Miró a Baekhyun atónito por lo que acaba de decir. - Pero, se supone que tú debías tener el sobre. - Murmuró preocupado, pues dentro del sobre se encontraba todo menos su tesis, en cuanto llegara a casa debía pensar como explicarle a su profesor que no estaba enamorado de él y que todo era un malentendido, pero eso no era lo más importante por ahora, sino debía encontrar una nueva manera de confesarse al chico a su lado para la próxima vez.