❝Y fue entonces cuando el cielo
se ocultó por completo entre las nubes.
Todos por el sol sintieron anhelo,
pues ya no había ningún tipo de luces.

Después fueron embriagados por la tristeza,
y la dueña del mundo ya era la muerte.
Pues así era, con la más absoluta certeza,
de que nadie andaría con buena suerte.

Y cuando los truenos comenzaran a sonar,
cualquiera se sentiría asustado.
Aunque esa sensación no era de extrañar,
porque la Bestia había despertado.❞