Tercera persona

El tiempo pasaba más rápido de lo que ambos quisieran.

Kise había estado un poco ocupado, ahora que ya podía moverse con mayor facilidad, en entrevistas y programas de chismes.

Había vuelto al modelaje, aunque había comenzado a actuar, a lo cual le llegaban cada vez más proyectos.

Aomine seguía con su rutina de siempre, aunque había cambiado sus horarios.

Ahora trabajaba durante la madrugada y mañana, pasaba todo el día junto a su hijo y Kise, para luego dormir un par de horas antes de ir a trabajar.

Kise le insistía que tomará siestas en la tarde o que durmiera apenas llegaba. Pero Aomine quería estar el mayor tiempo posible junto a sus dos amores.

Cada vez era más habitual que el pequeño Aoki se quedará con Kise.

Aunque claro, Aomine dormía en la otra habitación.

Solamente el pequeño Aoki tenía permitido compartir la cama del rubio.

La convivencia entre los tres era perfecta, claro, habían veces en las cuales ambos tenían diferencias en relación al pequeño, pero en general, aquello pocas veces sucedía.

No había besos no caricias entre ambos, pero cada vez que se veían tenían una sincera sonrisa de parte del otro.

Todo continuó bien por un año.

Narra Aomine

Kise estaba raro, mucho, era algo que no sabría definir pero sabía que algo le pasaba.

Quise preguntarle, pero sólo me miraba con una sonrisa y decía que nada sucedía.

Pensé en algún punto que se debía a que no me quería cerca, pero sólo negó con la cabeza y me dijo que no era eso.

¿Entonces qué?

No podía ser Aoki, Kise lo adoraba, y mi hijo a él. Se habían encariñado de una manera que me encantaba. Cuando regresaba algunos días, Kise se encontraba durmiendo junto a mi bebé y el pequeño le tomaba la mano entre sus delicados deditos.

Tenía muchas fotografías de ellos dos, pero sin duda, mi favorita era cuando Kise le había dado de comer hace mucho.

Mi pequeño estaba por cumplir un año y cuatro meses. Recordaba con una sonrisa cuando le celebramos su cumpleaños una tarde.

El hijo de Kagami y Tetsu, Ryoma, no se despegaba de Aoki. El mocoso había llegado junto a Tetsu cuando apenas tenía 3 años, ahora cuando ya tenía 4 había dicho en más de una ocasión que amaba a mi hijo.

Como si fuese a dejar que se acercara de más a mi hijo.

Kise se reía cuando yo peleaba con él por la atención de Aoki, pero sólo era a Kise a quien mi hijo quería, siempre.

Ese día, llegué a casa de Kise con la intención de aclarar lo que pasaba por su mente.

Y al parecer él estaba pensando en lo mismo.

Narra Kise

La recuperación no fue fácil, pero Aomine me ayudo en todas las terapias por lo que, lentamente, logre recuperarme.

Mi fama aumento mucho cuando pude regresar a mi trabajo, tener la exclusiva de mi accidente y recuperación se convirtió en una pelea en los medios.

Como me había aconsejado mi manager, había tomado la oportunidad para cambiar el rumbo de mi carrera a la actuación.

Por suerte, había resultado de manera esplendida, ya que, cada vez eran más los proyectos que llegaban a la agencia.

Debido a que aún me encontraba con algunas terapias, mi horario no se encontraba sobrecargado para nada.

Esa tarde, mi manager me había pedido ir a la oficina del presidente de la compañía, comenzaron a hablar de una estupenda oportunidad, pero no todo puede ser color de rosa.

-¿Estados Unidos?- aquello no me gustó.

-sí, será una gran oportunidad para que puedas adquirir popularidad y experiencia- hablo el presidente de la agencia.

-Kise, sabemos que es un gran cambio, por ello puedes pensarlo, aún hay tiempo- asentí mientras salía de ahí.

Un recuerdo no podía abandonar mi mente.

La última vez que había abandonado el país, mi esposo, quien me amaba, quien daba todo por mi felicidad, quien me había jurado amor eterno.

Me había engañado con quien yo creía era mi amiga.

Aunque ahora no estábamos en la misma situación... aun dolía aquel recuerdo.

Estuve varias semanas pensando en lo que podría ser lo mejor para mí.

No quería dejar al pequeño Aoki, aunque no volviera a ser pareja con Aomine, no quería separarme del pequeño. Le había tomado demasiado cariño en el último tiempo, por lo que dejarle, sería muy difícil.

Estaba seguro que Aomine sabía que algo sucedía. Por eso, cuando me lo pregunto no me encontraba sorprendido para nada.

Deje que el tiempo pasara y mis pensamientos se aclararan, hasta que había logrado tomar una decisión.

Esa noche le diría a Aomine lo que iba a hacer.

Tercera persona

Cuando el moreno entro a casa, Kise ya le esperaba para contarle todo.

Sin decir una palabra, ambos se sentaron en la sala, uno frente al otro.

-¿Cómo... cómo estuvo tu día?- pregunto el rubio luego de notar que ninguno de los dos había pronunciado una palabra.

-tranquilo, por suerte...- hablo el moreno- Tetsu me dijo que quiere que salgamos a comer.

-si, me llamo hace no mucho para preguntarme lo mismo...- nuevamente el silencio se instauro entre ambos.

El tema que querían hablar estaba en sus gargantas, esperando por salir, esperando a que uno de los dos decidiera, por fin, decir una palabra de aquello.

Hasta que Kise habló.

-Aomine, quiero confesarte algo- Kise soltó un gran suspiro mientras se movía en el sofá- la verdad he actuado extraño porque... porque me llego una propuesta de trabajo esplendida...

-eso... eso es increíble- Aomine, que ya sabía por qué camino iba aquello, no pudo evitar el nerviosismo en su voz- es una buena noticia...

Kise frente a él asintió, mirando sus manos.

La vez anterior no había sido tan difícil, pero ahora... el rubio sentía que los nervios acabarían con él

-si, bueno...- aquella era la parte más difícil- la cosa es... el trabajo es en Estados Unidos...

Aquello fue como un balde de agua fría para el moreno.

-y voy a aceptar...

Sin duda, esas fueron las peores palabras que en mucho tiempo había escuchado el moreno.

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Perdón por el retraso del capítulo, tuve un día horriblemente ocupado. 

Saludos y nos vemos la proxima semana.