2.
Tercera persona.
Las primeras palabras que salen de los labios de Aomine le duelen hasta el fondo a Kise.
Estaría mintiendo si no dijera que antes había visto al moreno hacer aquello, pero eso fue antes de comenzar a salir.
-eres guapa... Más que la enfermera que vino antes- con esa frase el rubio sabía que el moreno sólo se había fijado en la gran delantera de la enfermera frente a él.
-gracias- dijo la chica sonriendo y con una sonrisa coqueta en respuesta.
-y está bella chica se llama...- Aomine hizo un gesto con la mano para que la chica hablara.
-Shae, ¿Usted es Aomine-san?- el moreno me sonrió con esa arrogancia que le caracterizaba y asintió.
-Shae... un bello nombre para una bella dama- la chica se ruborizo un poco mientras hacía una revisión a los datos que habían en una tableta.
-más tarde, le traeré algunas cosas para que se afeite y pueda cortarse un poco el cabello.
Aomine pasó su mano por su barba y luego su cabello para recién notar que realmente estaba un poco larga
Kise vio como claramente la chica le daba un giño a Aomine antes de salir y se sintió bastante molesto al ver la sonrisa de Aomine.
Narra Aomine
La chica se había ido y mire a Kise para seguir con nuestra conversación.
-entonces... ¿Donde nos quedamos?- note como Kise estaba cruzado de brazos y no me miraba.
-no lo sé, no lo recuerdo- dijo sin mirarme
Estuve observandolo unos minutos en un silencio demasiado tenso para notar... ¿Estaba molesto?
-¿Por qué te enojaste?- el me miró y volteo la mirada.
-no estoy molesto- dijo sin siquiera mirarme.
Kise era peor que una mujer haciendo berrinche, pero no era como si fuese algo nuevo, la rubia era una diva en toda la definición de la palabra.
-de acuerdo, lo siento, si estabas interesado en la chica debiste decirme- dije intentando reparar lo que había hecho- recién estoy despertando así que no se acerca de con quien estas saliendo y esas cosas.
Al parecer lo que dije empeoró aún más las cosas porque escuché a Kise chasquear la lengua mientras se ponía de pie.
-llamaré a tus padres para saber cuanto les queda de viaje.
Sin más salió de la habitación dejándome bastante confundido.
Narra Kise
Dolía demasiado, podía soportar que no me recordara, pero verle coquetear con chicas frente a mi era algo que no me gustaría ver otra vez.
-Kise-kun- sentí la mano Kurokocchi en mi hombro mientras me volteaba a verle.
-Kurokocchi, gracias por venir- me abrace a el y sentí otra mano acariciar mi cabello.
-hey, ¿Cómo estás? Takao ya nos contó que sucede.
-estoy bien, Kagamicchi, gracias por preguntar- dije sintiendo como una lágrima rodaba por mi mejilla.
-Kise, no te preocupes, ese idiota te acoso durante meses para que salieras con él, el volverá a recordar cuanto te ama.
Dijo mientras su enorme mano desordenada mi cabello y Kurokocchi frotaba mi espalda.
Kagamicchi entró en la habitación mientras que yo me quedaba con Kurokocchi.
-te digo algo irónico- solté una risa de frustración- he llorado casi lo mismo a cuando supe que había tenido el accidente.
Kurokocchi pasó su mano por mi espalda pero pronto me puse de pie al ver a los padres de Aominecchi acercarse.
-Kise-kun- fue la madre del moreno la primera en abrazarme.
Les conté acerca de la situación y les pedí un favor, aunque sus padres no estaban muy de acuerdo, aceptaron ayudarme.
Narrador tercera persona
Mientras Kise hablaba con sus suegros el moreno le sacaba información a Kagami.
Había descubierto que antes del accidente era policía, uno de los mejores, Kuroko y Kagami se habían casado hace un poco más de dos años y él, junto a Kise, fueron los padrinos.
Le habían contado que había sucedido con el básquet en el último tiempo, en general Kagami le contó acerca de él y Kuroko.
Aomine sentía que algo no cuadraba y aquello era lo que el rubio intentaba resolver afuera de la habitación.
Los padres del moreno no estaban para nada contentos con lo que el rubio les había pedido, pensaban que era cruel para Kise pero este le aseguro que era lo mejor.
-por favor...
-Kise-kun, aún se quedará en su casa mientras se recupera, ¿No será muy doloroso para ti?
-no, claro que no, luego de que este bien me iré para que el pueda continuar con su vida.
Ambos adultos se miraron para luego asentir y pasar a ver a su hijo.
El rubio nuevamente se sentó a un lado del peli celeste, quien no le miraba de la mejor manera.
-esto está mal- hablo el pequeño a su lado luego de unos segundos.
-es lo mejor- Kise ni le miraba, no podría- no me viste hablando con la enfermera, la sonrisa que puso frente a esa chica.
Kise no pudo decirle que cuando vio a Aomine sonriendo así le hizo recordar las veces que le veía a él, la misma manera en la cual se había acercado hace varios años atrás.
-pero él cambio, por ti, no importa que ahora mire a otra, su corazón siempre lo llevará a tu lado.
Y Kise deseó creer en las palabras de su amigo, lo deseo desde el fondo de su corazón, pero no podía.
Dentro de la habitación sus padres le contaban que había sucedido, Kise les había pedido aquello, le contaron como sucedió el accidente.
-fue culpa de un idiota ebrio- hablo su padre- tu ibas a casa cuando el camión que iba delante de ti soltó su carga, dejándote bajo todo eso.
Aomine escuchaba atento cada palabra sin siquiera murmurar algo en respuesta.
-te rompiste varias costillas y tuviste una lesión en la columna que pudo ser peor, pero nos dijeron que no quedaste con secuelas además de la pérdida de memoria.
A pesar de las cosas que le contaron, sus padres estaban calmados.
-entonces la rehabilitación es para poder seguir con tu vida normal.
La puerta se abrió y Kise entró con algunos implementos para cortar la barba y el cabello del moreno.
-mientras dure la rehabilitación, vivirás con Kise- el rubio les miró con una mueca triste que no fue pasada por alto por el moreno- es lo mejor.
Finalizó su madre mientras el rubio y el moreno asentían.
Aquello sería una tortura para Kise, pero él estaba dispuesto a soportarlo.
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Capítulo doble por el fin de año, muchas gracias por todo jeje
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