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Capítulo 28

Qué tensión. No puedo creer que vuelvan a hacer las interrogaciones; parece que ese caso se ha vuelto muy popular. Solo quiero que esto termine de una vez por todas.

El simple hecho de admitir que tuve relaciones con Idiomar me da vergüenza, ¡Uff! ¿Por qué caí en sus mentiras? ¿Y si Íker me hace esa pregunta? Pero luego pienso, claro que no; eso es parte de mi pasado.

Quiero hacer las cosas bien, y espero que Íker no sea como todos los idiotas que he conocido. Bueno... por ahora no se ha comportado como un patán. Me sale una sonrisa sin darme cuenta mientras camino hacia el salón de clases. Por un momento, mi mirada se pierde en los ojos del desgraciado que más daño me ha hecho en la vida.

Él me está mirando ahora, y de repente recuerdo que la profesora dijo que tiene amnesia. ¿Será cierto o solo una excusa? Me gustaría averiguarlo.

—¿Qué pasa, tengo algo en la cara? —digo con desdén.

Lo veo sonreír tranquilamente y me pregunto, ¿qué cree que está haciendo?

—Es curioso, de todas las chicas que he visto aquí, sin duda tú eres la más hermosa. Sabes... me gustaría conocerte, ¿puedo?

Su presencia es completamente diferente al patán que siempre me humillaba. No entiendo por qué ahora me recuerda el día en que lo conocí en casa de Luli; parece que su amnesia lo ha devuelto a ese chico que me cautivó desde el primer momento.

—¿Te has quedado sin palabras? —me pregunta al notar mi silencio. Lo observo meterse las manos en los bolsillos, sonriéndome con una dulzura que irradia calma.

Mi corazón empieza a latir desbocado; otra vez ese sentimiento. No puedo seguir queriéndolo. Es un cabrón y solo me hace daño.

—No tienes esa opción, espero que lo tengas claro —respondo con frialdad, evitando mirarlo a los ojos.

—Me gustaría saber, ¿por qué? ¿Te hice algo antes de que perdiera la memoria?

—Así es, eres la peor persona que he conocido. Cuando recuperes la memoria, sabrás de lo que hablo.

Veo cómo su expresión cambia a sorpresa.

—Sea lo que sea, te pido disculpas. Aunque sé que no será suficiente, no entiendo cómo pude lastimar a una chica tan linda como tú.

Sus palabras me desconciertan. «¿De verdad no está tratando de seducirme otra vez?»

—Ya lo dijiste, tus disculpas no sirven de nada. Solo quiero que sepas que te odio y no quiero que te acerques a mí.

—No entiendo, ¿qué eras para mí exactamente? ¿Un amigo, un novio, algo más? Eso es lo que quiero saber para comprender nuestra relación. Y también por qué tanto odio.

—No éramos nada —respondo con un mal sabor de boca, observando su rostro confundido tras escuchar eso.

—¿Cómo te llamas?

«¿En serio me va a preguntar mi nombre? Bueno... vamos a ver qué hace después de saberlo.»

—Bella—al escuchar eso, veo cómo una linda sonrisa se asoma en su rostro. ¿Pero qué...?

—Tu nombre encaja a la perfección con tu hermoso rostro. De verdad lamento mucho el daño que te hice, y espero que algún día puedas perdonarme—me doy cuenta de que se está acercando, así que empiezo a retroceder mientras él avanza lentamente, con los nervios a flor de piel.

Se detiene de inmediato.

—Nos veremos por ahí, Bella—dice muy cerca de mi cara antes de darse la vuelta. Comienza a caminar, pero se detiene un instante para lanzarme una última mirada con una sonrisa.

Y se va, dejándome con el corazón acelerado y los nervios de punta.

¿Qué ha sido eso? No puede estar pasando, iba a intentar algo con Íker, y ahora aparece ese idiota para confundirme de nuevo.

—Cariño—escucho detrás de mí y me giro para encontrarme con un Íker visiblemente preocupado.

No sé en qué momento llegó, pero ya me está abrazando. Mierda... esto se está complicando más de lo que imaginé.

—Te estuve buscando, creí que te había pasado algo —me envuelve en un abrazo muy fuerte.

—Perdona por haberte preocupado, estoy bien.

Se aparta de ese abrazo tan reconfortante y me mira con una expresión de vergüenza.

—Lamento ser tan exagerado—se pasa la mano por el cabello.

Me parece que siempre hace eso cuando está nervioso. Es tan adorable.

—No te preocupes, regresemos a clase—tomo su brazo y empezamos a caminar juntos.

Voy caminando por el pasillo, reflexionando sobre lo que me comentó papá. De todos modos, necesito hablar con mi tío. Me detengo al escuchar a alguien llorar en la esquina de una puerta. Al acercarme, veo a una chica sentada, con la cabeza apoyada en las piernas, ahogada en sus lágrimas.

—¿Estás bien?—la miro y veo que finalmente se atreve a mirarme; es Ludmila.

—Idier—su voz suena entrecortada, y la veo limpiarse las lágrimas rápidamente con las manos.

—Aquí tienes—le doy un pañuelo que saqué de mi bolsillo. Ella lo toma con timidez y se lo pasa por el rostro.

—Qué vergüenza que me veas así otra vez, lo siento—me dice, evitando mi mirada.

—No te preocupes, entiendo por lo que estás pasando. No es fácil seguir adelante cuando la herida aún está fresca. No te guardes ese dolor, déjalo salir.

«¿En qué momento me dejé llevar por mis sentimientos? Todavía me duele haber perdido a mi hermano por culpa de uno de ellos.»

«Ahora soy yo el que consuela. Increíble».

—Gracias, hacía tiempo que no hablaba de eso, y... —se detiene un momento.

—Puedes continuar. Para eso están los amigos; cuéntame todo lo que te preocupa y sientes. Es mejor soltarlo que guardarlo para siempre—me acomodo junto a ella en el suelo.

—No sabes lo difícil que ha sido desde que perdí a mi novio. No sé cómo volver a explicar a la policía nuestra relación tóxica. Pensarás que tengo algo que ver con su muerte, ya que me engañaba con todas mis compañeras.

—No pienso eso.

«Es sospechoso; tengo motivos para indagar más sobre ti.»

—No sé en qué momento nuestra relación se fracturó, si todo parecía ir bien. Es muy humillante tener que lidiar con los rumores de que tu novio es un mujeriego. Intentaba ignorar todos esos comentarios. Aun así, evité problemas innecesarios con las chicas con las que se acostaba; sé que la mayoría son mis amigas, y tengo claro que él las engañaba con la excusa de que ya no estábamos juntos.

—Entiendo, debe ser muy duro saber eso.

Debe haber una razón detrás del comportamiento de Idiomar. ¿Por qué se volvió así? Necesito analizar bien qué causó esa actitud que no comprendo.

—Eran demasiadas, sin contar a las "princesas" del instituto—dice mientras se limpia las lágrimas.

—¿Princesas?—pregunto, tratando de mostrarme desentendido.

—Me refiero a Bella y Luli; ellas eran las más problemáticas de la época.

Espera... ¿Luli y su amiga? Me lo imaginaba, esas dos... Debo calmarme; aún no puedo pensar en lo peor hasta estar seguro.

—No entiendo, ¿ellas también tuvieron algo con tu novio?

—Sí, con Bella lo entiendo, porque es así. Pero Luli estaba con Hugo; no sé cómo sucedió eso. Y lo peor es que me lo dijo tan descaradamente en mi cara. Por eso la odio; ella me culpa por todo lo relacionado con Idiomar, como si yo fuera responsable de que se quedara sin su "juguetito". Y lo que más me duele es lo último que él me dijo en esa fiesta hace dos años.

—¿Qué fue lo que te dijo?—mi curiosidad crece junto con la rabia. Ella me mira con pena, sus ojos están llenos de lágrimas y su mirada tiene un matiz rojizo.

Veo cómo toma aire antes de soltar lo que estoy deseando escuchar.

—Que amaba a Luli más que a nada en este mundo, ¿te das cuenta?—baja la mirada, visiblemente triste.

Mi corazón se detiene al escuchar eso; no puedo creerlo, no puede ser verdad. Siento que me falta el aire. La abrazo sin que ella se dé cuenta de que yo también estoy sintiéndome mal.

—Creo que ya es hora de que conozcas a la chica con la que te estás involucrando, Idier. De ahí nace nuestra enemistad. No quiero que te haga lo mismo.

Ella dice esto llorando en mis brazos, mientras trato de controlar la ira y el profundo dolor que me ha causado su confesión. Sus sollozos se intensifican.

—Tranquila, no te preocupes por mí, sé cuidarme solo—necesito hablar con esa loca para ver si tiene el valor de decirme en la cara qué pasó con Idiomar que lo llevó a la muerte. Ahora pienso que Hugo se enteró de eso y por eso lo mató. Debo descubrirlo y aclarar mis dudas. Ese idiota y esa loca... Si resulta ser cierto, me encargaré personalmente de borrarlos del mapa.
—¿Qué está pasando aquí?—nos separamos al escuchar la voz de Bella, quien ahora está con Íker.

—¿Todo bien?—pregunta Íker, mirando a Ludmila que se seca las lágrimas con mi pañuelo.

—Todo bien—respondo, ocultando el coraje que aún recorre mis venas.

—¿Qué hacen aquí apartados y abrazados? Eso es sospechoso—nos dice Bella con una expresión nada amigable.

—Disculpen, yo ya me voy—logra decir Ludmila mientras intenta marcharse, pero Bella la detiene.

—No tan rápido—se miran con un odio palpable, y eso ya no me sorprende.

—Déjala pasar—ordeno con firmeza.

Bella se aparta, no muy convencida y lanzándome una mirada despectiva, mientras Ludmila se aleja. Bella no pierde tiempo en acercarse a mí.

—¿Ahora vas tras ella o es ella la que va detrás de ti? Dime... ¿te has cansado ya de Luli? ¡Responde!

¡Ay, madre mía! Pongo los ojos en blanco y miro a los lados.

—No sé de qué hablas, y te pido que no digas cosas que no vienen al caso.

—Pedazo de animal—me mira furiosa, como si estuviera a punto de atacarme.

—Cariño, cálmate—Íker la abraza por detrás, pero su mirada sigue fija en mí. Estoy tan tranquilo ahora que me da igual lo que planee hacer.

—No te alteres, vamos a clases—la sujeta con fuerza para que camine, pero ella sigue mirándome con rencor; definitivamente quiere matarme.

Bueno... Ya se han ido. Ahora es momento de seguir con mi investigación. Debo pensar bien cómo actuar. El idiota de Hugo tiene amnesia, pero eso no va a detener mis planes. Luli... Solo recordar su nombre me hierve la sangre; si tienes algo que ver con la muerte de Idiomar, solo la Luna sabrá lo que haré contigo.

Mañana continuaremos con las interrogaciones; parece que hay muchos cabos sueltos. Nada de lo que me han dicho esos chicos ha sido esclarecedor; sus comportamientos son tan inapropiados que debe haber algo más detrás.

—Líder, todo está preparado—me dice Enrique.

—Perfecto, vamos a inspeccionar la zona—salgo rápidamente junto a él.

Estoy conversando con Idier en el salón de clases sobre lo que ocurrió hace un rato. No entiendo qué está pasando, ¿por qué no se lleva bien con Bella? ¿Qué les sucede?

—¿No me vas a contar lo que está sucediendo?—pregunto al no obtener una respuesta clara de su parte.

—Ludmila me reveló lo que sospechaba todo este tiempo, solo que no quería aceptarlo. La encontré llorando y tuve que consolarla; a raíz de eso, me fue aclarando lo que vivió con Idiomar.

—Cuando hables de Idiomar, baja la voz; recuerda que aquí hay muchos curiosos—miramos a nuestro alrededor al mismo tiempo. Al parecer, todos están concentrados en sus cuadernos, ya que nos han dado ejercicios por parejas.

—Hablemos de esto al salir. Pero dime... ¿qué problema tienes con Bella? He notado que no se llevan bien y no es la primera vez que lo observo.

Él respira hondo antes de responder. Estoy ansioso por saber qué tiene que decirme.

—No existe ningún problema, solo que ella me ve como lo peor y cree que no merezco a su amiga. Ya conoces a las chicas; seguramente ha pensado que tengo una relación con Ludmila al vernos abrazados.

Al escuchar eso, suspiro. Recuerdo que Luli también me advirtió sobre lo mismo. En fin...

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