Capítulo 16
He intentado llamar a Íker varias veces, pero no hay respuesta. Tal vez le hayan asignado alguna misión arriesgada; de todos modos, tendré que confirmarlo pronto.
Decido marcar el número de Luli, que saqué del celular de Bella. No puedo creer que esta sea la primera vez que la llamo y sea por preocupación.
No me parece normal que haya desaparecido así. Hay algo en esta situación que no logro entender del todo, y eso es realmente frustrante.
En pocos minutos, llego a la dirección que me dio el idiota de Hugo.
Unos tipos se me acercan mientras camino.
—Por aquí—dice uno de ellos, así que decido seguirles el juego.
Hasta que llegamos al lugar mencionado.
Parece un club, con ese letrero en la entrada que dice que es solo para mayores. Al cruzar la puerta y caminar por el pasillo, la música ya empieza a resonar. Esto parece un bar privado, con luces rojas que crean una atmósfera especial. En el escenario, una mujer baila de manera sensual alrededor de un poste.
La imagen de Hugo con un par de chicas acariciándose se me queda grabada; él está ahí, disfrutando como si nada. Ese tipo... espero que nunca más se atreva a tocar a Luli con esas manos asquerosas. Al darse cuenta de que estoy allí, se levanta con su vaso de tequila y se planta justo frente a mí.
—Llegas tarde imbécil—dice mirándome con un cierto enfado.
—Tengo una buena razón al respecto
Él sonríe con una confianza descarada.
—Me pregunto, ¿qué tanto hiciste con Luli? Parece que olvidaste que tienes un trabajo que cumplir—me lanza una mirada llena de desdén.
—Solo le saqué información, ¿qué crees que iba a hacer? Y la verdad, no fue fácil conseguir lo que sé ahora.
—Al menos haces algo bien. Siéntate y sigue con lo que estabas diciendo, no me gustan las verdades a medias.
Ambos nos acomodamos al mismo tiempo. En ese instante, se acercan dos chicas para traernos unos tragos con hielo. Observo cómo mi compañero se lo toma de un trago y se le arruga la cara, mirándome con furia.
—Está fuerte, ¿y tú no vas a beber?
—No gracias, estoy mejor así.
—Qué orgulloso. ¿Acaso piensas que voy a drogarte sin ningún motivo?—saca una risita de burla.
Me sorprende que tenga tanta paciencia ahora, porque de no ser así ya le habría partido la puta cara.
—Sigue hablando de Luli, ¿por qué te callaste?—su tono arrogante de nuevo.
—Bueno... Básicamente, pude saber lo que quería sin necesidad de hacer muchas preguntas, ya que en ese momento apareció el chico con el que sale a espaldas de ti. No disimularon al verme presente, algo que me sorprendió.
—¿Quién era ese idiota?
—No le conozco, está claro que no estudia en nuestro instituto. No pude traértelo porque estuvo todo el tiempo con Luli. No sabría descifrar esa experiencia amorosa entre ellos.
—¿Y cómo es, descríbelo?
—Es bastante alto, tiene el pelo negro y se nota que se dedica al gimnasio. Y no puedo dejar de mencionar sus ojos azules, son realmente hipnotizantes; cualquiera podría quedar atrapado por ellos. La verdad, no me sorprende en lo más mínimo...
—Maldita sea, como odio eso. Ya estoy empezando a odiarle sin saber de quién diablos se trata, el muy hijo de puta.
Deja escapar un suspiro por un instante.
—Eso no tiene que preocuparme, ya que muy pronto dejará de ser una molestia.
“¿No se dio cuenta de que me estaba describiendo a mí mismo? Increíble, veramente increíble”
—Estás muy serio, novato. Te voy a sacar esa cara de Pascua lo más rápido posible.
—¡Bailarinas, por favor!—ordena, y se acercan tres chicas solo en ropa interior bailando cerca de mí de manera sensual y tentadora.
—¡Detente!
Él me mira y sonríe con malicia.
—¿No te gustaron esas?, bueno... Eso podemos mejorarlo. ¡Que salga la inalcanzable ahora!—lo dice con una cierta arrogancia.
La iluminación del bar se apagan de pronto; una señal de luz se enciende en las cortinas rojas del escenario. La figura de una chica misteriosa aparece, saca una pierna fuera a modo de primera impresión. Ya sé por dónde va esto y no me siento cómodo. Se abren las cortinas y me doy cuenta de que lleva un velo negro que le cubre la cara. Luce un conjunto de accesorios de disfraz gitano demasiado sensual. Ahora se mueve al compás de la música que está sonando y lo lleva a cabo como una stripper.
El desarrollo de su baile transita entre momentos suaves y explosivos: comienza con movimientos lentos y casi hipnóticos, como si estuviera tejiendo un hechizo. Luego, a medida que la música crece en intensidad, ella responde con movimientos más rápidos y dinámicos, haciendo que el velo vuele a su alrededor como un torbellino.
Se acerca hacia nosotros con la confianza de una profesional experimentada; sus ojos se encuentran brevemente con los míos antes de apartarse rápidamente. Espera... hay algo aquí que no logro entender.
El degenerado de Hugo nota lo que está sucediendo y sonríe con satisfacción.
—Si te ha gustado la chica te la puedes llevar.
—Creo haberte dicho que soy Gay, y me montas ese show, ¿pero qué pretendes ahora?
—Sé que dudas de tu sexualidad. Noto que te ha gustado la chica, aunque intentes negarlo ¡Vamos, hombre! ¿Qué problema hay que te guste una chica? Sé que te encantará, y más aún cuando sepas de quién se trata. Joven Dama, por favor... Haznos los honores de mostrarnos tu bello rostro.
«¿Por qué tengo la sensación de que pueda que su rostro me resulte familiar? Solo espero que no sea la persona que estoy pensando»...
Ella se quita el velo con lentitud. Su mirada está alejada de la mía, pero reconozco que es Bella. Me quedo atónito en ese instante. Ese miserable la ha convertido en una prostituta, y la rabia de querer acabar con él me invade.
Por un momento pensé que sería Luli, y no sé por qué lo pensé.
—¿Qué significa esto?—trato de controlarme como sea.
—Tu regalo, ¿no te gusta?—Alza una ceja, mostrando una sonrisa de maldad, agarrando su copa como si estuviese posando para una revista.
—No seas ingrato. Mira nada más lo linda que se puso para ti.
—Entonces... ¿esta es la prueba que mencionaste? No esperaba que fuera con Bella.
—Correcto. Ahora mismo vamos a comprobarlo con nada más que nada menos que con la mejor amiga de Luli. Si eres gay como dices, no tienes que preocuparte por nada. Pero si es mentira. ¡Ay, Idier! No sé qué puedo responderte al respecto.
Bella, visiblemente nerviosa, me observa con una preocupación intensa.
—Puedes empezar con tu tarea, dama—ordena mientras se acomoda con una sonrisa que parece demente.
Ella comienza a moverse de manera sensual, acariciándose la piel de forma provocativa. No puedo creer lo que estoy viendo.
—Si ella consigue despertar a todos tus demonios, es mejor que no sigas respirando.
—¿Y si no lo consigue?
Él esboza una sonrisa al respecto.
—Estamos hablando de una profesional. ¿Tienes dudas sobre sus habilidades? Bueno... ya veremos qué pasa después—sonríe mientras se toma el trago de un solo golpe.
Bella sigue con sus movimientos sensuales, bailando y acariciando su cuerpo con delicadeza. Toma una cereza, la mezcla con el licor y me la mete en la boca sin pedir permiso. Eso fue un poco incómodo, especialmente porque no es Luli.
Comienza a mover su trasero justo frente a mí, y no puedo evitar girar la cabeza hacia otro lado. Ya no lo aguanto más...
—Esto se está poniendo interesante. Pero Idier, tienes que prestarle atención; en ningún momento te dije que te apartaras. ¿Qué? ¿Te está gustando?—se burla con su risa irritante. Maldito...
—Eso no me sirve, desnúdate y comienza a tocarte—dice el muy pervertido sonriente...
La expresión de terror en el rostro de Bella me inquieta. ¿Hasta cuándo va a seguir con este juego tan tóxico?
La presión es abrumadora, y sé que debería enfocarme en no caer en su trampa. Pero, ¿cómo lo hago si ella lo complica tanto?
Bella empieza a desnudarse frente a nosotros, y aunque estoy mirando, no siento nada. Es como si mi cuerpo estuviera en modo de defensa ante tanta provocación. De repente, se sienta en la mesa y comienza a acariciarse lentamente, emitiendo gemidos de placer sin apartar la mirada de mí, mientras él disfruta de la escena con una sonrisa perversa.
Luego, toca sus pechos con una intensidad que me hace sentir un cosquilleo inmediato. Me observa con deseo y se acerca como si tuviera hambre de mí. No puedo creer lo que está sucediendo. Ella intenta tocarme, pero mi reacción es rápida y la detengo. Su expresión cambia al instante y la preocupación se apodera de su rostro.
—No te atrevas—ella me mira con sorpresa, y luego su mirada se posa en Hugo.
—¡Uuu! ¡Qué tenso! ¿De verdad, no te ha hecho sentir nada?—me provoca Hugo.
—Para nada, no siento nada en absoluto y no es por ofender. Te dije que las mujeres no me afectan. Así que puedes ir cerrando este espectáculo ya—le respondo con seriedad.
—Admiro tu confianza, pero bueno... Como quieras. Ya puedes irte, Bella—dice mientras agarra otro tipo de bebida que no tengo idea de qué es.
Seguro que es fuerte, y el idiota sigue bebiendo y cambiando de licores. No se emborracha o qué, todavía lo veo normal y eso me irrita.
—Así que ya terminé con mi tarea. Ahora dime, ¿dónde está Íker?
—¿Quién te dijo que esto era el trabajo que preparé para ti? Solo era una prueba extra. Tu verdadera tarea es con Saúl, y sobre Íker... Solo lo verás cuando termines la misión.
—¿Qué trabajo es ese?
—Haces demasiadas preguntas, principiante. Mejor guarda silencio y sube al último piso. Saúl te está esperando, y no le hagas perder el tiempo—dice mientras se acomoda en el sillón y se lleva una cereza a la boca.
Está bien, voy a descubrir qué tiene reservado ese enigmático intocable.
Ese desgraciado animal me hizo pasar la peor de las humillaciones, te odio Hugo y juro que me las vas a pagar.
Esa escena no se me va de la mente. ¡Qué vergonzoso que él haya sido quien me viera así! ¡Ay, qué frustrante! Su expresión mirándome, ¿qué pensará de mí ahora?
Solo espero que Luli nunca se entere de esto. Me siento como la peor amiga del mundo y no puedo evitar que las lágrimas se me salgan. Estoy recogiendo mis cosas para salir de aquí lo más rápido posible.
Al acercarme a la puerta, veo la sombra de Hugo acercándose, y mi corazón empieza a latir a mil por hora. No tengo idea de cuándo llegó y cerró la puerta con llave.
—¿Quién te dio permiso para irte?—dice, arrojando las llaves con rabia, y su mirada fija en mí me aterra.
—Déjame ir, ya lograste lo que querías—respondo casi sollozando, pensando en lo que podría hacerme ahora que ha estado bebiendo.
—No lograste seducir a Idier, ¿y me dices que he logrado lo que quería? Otra vez me decepcionas. Eres tan despreciable que no pudiste encender la pasión al idiota que yo quería atrapar desprevenido.
—No es mi culpa que no le haya gustado—bajo la mirada, sintiendo los nervios a flor de piel.
—Eso no tiene nada que ver. Los hombres no piensan en eso cuando ya quieren llevarse a una chica a la cama. Lo que pasa es que no querías mostrarte como hacías conmigo. Ya veo que no quieres usar esas cartas con nadie más; está bien, cariño, hazlo ahora que estoy aquí—me empuja a la cama con fuerza.
Y se coloca sobre mí, dejando un rastro de besos por cada rincón de mi piel.
—Eres mi perra, sumisa—me dice, sujetando mis brazos y atándolos con unas esposas a la cama. De repente, abre mis piernas y me cubre la boca con cinta. ¡Oh, no! Va a hacerme sufrir, las lágrimas comienzan a brotar.
—Esto es lo que te pasa por desafiarme y no seguir mis reglas, puta—su tono es helado mientras saca una caja de juguetes sexuales, y su mirada se clava en mí con una malicia que me llena de miedo.
No puedo hacer nada para defenderme; me siento completamente atrapada, nooo, esto no está sucediendo, lloro en silencio mientras espero que haga de mí lo que quiere.
Después de subir un montón de ascensores, finalmente llego a la última planta. Este hotel definitivamente tiene un aire de misterio y oscuridad.
Me pregunto, ¿si Bella ya se ha ido? No quiero pensar que le haya pasado algo por mi culpa, por no haber logrado su objetivo de seducción.
Decido llamarla, pero su celular está apagado. La preocupación por su bienestar me distrae completamente. Al intentar darme la vuelta, un tipo me bloquea el paso.
—Saúl te está esperando—me dice con una mirada intimidante. Parece que no tengo más opción que entrar en esa habitación sombría.
El tipo me deja pasar y cierra la puerta tras de mí. Estoy rodeado de oscuridad; la atmósfera tensa me provoca escalofríos. Intento sacar mi móvil, pero, para colmo, se ha quedado sin batería. ¡Perfecto! Justo lo que me faltaba.
—Qué bueno verte de nuevo, Idier—su voz ronca se escucha y, justo en ese instante, las luces se encienden, revelando su rostro demoníaco. Esos juegos de locos... ¿de verdad pensó que me iba a asustar? Claramente no sabe con quién está tratando.
—A mí también me alegra verte—le digo, tratando de mantener la compostura.
—¿Te sorprende que yo sea quien te dé la misión hoy? Se te nota en la expresión.
—Sí, un poco. Pero me gustaría saber, ¿qué tipo de misión es?
—Vaya, qué impaciente. Relájate un poco; necesito que estés alerta por ahora.
—No lo entiendo.
Él sonríe sin ninguna chispa de humor y toma un cigarrillo, encendiéndolo con una calma inquietante.
Empieza a fumar, llenando la habitación de humo. Maldito vicioso, ahora parece que quiere hacerme sentir mal.
—Fuma conmigo, el cigarro es de la mejor calidad, mientras te platico de la misión.
—No gracias, yo no fumo.
—¿Ni tampoco vas a beber?
—Por supuesto que no.
Se estalla en una risa, su voz grave suena como un depredador hambriento, listo para atacar en cualquier momento.
—Me dejas impresionado, Idier. Tanto que creo que hoy podrías ascender. Aunque eso será complicado, porque nadie ha conseguido hacer la tarea de hoy... pero tú...—Me lanza una bocanada de humo al instante, y cierro los ojos para aguantarlo. Me sorprende que aún no me haya resfriado, considerando el humo en la habitación y su manera tan exagerada de fumar, es para joderse.
Nota de la autora: hola y feliz año nuevo a todos, aquí les dejo el primer capítulo del 2024, espero que lo disfruten.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro