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Resentida bestia

Agradezco que no me presione en decir algo, pero sé que una vez le comenté todo, ya no me verá como lo hace ahora y tal como me lo advirtió aquel demonio, su mate vendrá por ella.

Tenemos los días contados y por eso es que el demonio de aquel clan la ha dejado, para que pueda aumentar su poder, nos dio 3 meses, muy pocos para entrenar, pero era eso o que se la lleve siendo humana y para un lugar como ese clan, no es muy recomendable.

―Alfa―volteo extrañado a su llamado―¿crees qué puedan regresar mis poderes?

Baja la cabeza observando el pasto que hay en el camino.

―Sí, confío en que así será y debemos dar lo mejor en esto.

Al mencionar eso en su rostro se le dibuja una sonrisa.

―Por cierto no me hables con honorífico, te lo he dicho.

―Ya lo sé, pero me es divertido incomodarte.

Sólo atino en negar con la cabeza y sonreírle.

Seguimos caminando, nadie habla más, cuando ya estamos por llegar vemos correr a cinco guardias en nuestra dirección.

Al estar cerca de nosotros se inclinan.

―Alfa debe acompañarnos―mencionan sin mostrar su cara―en la frontera norte encontramos algo.

Los soldados toman posición de firmes, esperando alguna orden mía.

―Vamos―les ordeno, giro en dirección a Dan―coméntale a tu abuela eso, tengo que encargarme de esto.

No espero respuesta alguna, corro a rebasando a mis soldados, mientras hago eso siento mi cuerpo caliente, señal de que estoy a punto de transformarme, tomo más impulso y al estirar mi cuerpo es que caigo en cuatro patas.

Observo atrás y los soldados se han transformado, formando una pirámide, debemos estar alerta a todo.

―En el lugar se encuentra el beta y delta, alfa, su hermana Alexa fue en búsqueda de su mate, una vez lo encuentre se unirá a nosotros―escucho atento el informe del soldado.

―¿Dónde está Alex y su mate?―pregunto alterado.

Son los más débiles de mi manada, aún cuando Alex desarrollo una impresionante habilidad para las armas, ya que su lobo no resiste mucho, ella buscó algo en lo que pueda ayudar y en estos casos no es muy recomendable su ayuda.

―Se encargaron de agrupar a la gente, alfa―menciona otro de mis guardias.

―Muy bien―es lo único que mencionó.

Agradezco el liderazgo de mi hermana, siendo una omega no le impide mandar a los demás, todos la siguen fielmente.

Otra cosa que ella aportó a esta manada es el enseñar a las mujeres a manejar las armas en caso de no poderse transformar, muchas veces esto pasa cuando están embarazadas y es una forma de proteger al cachorro no nacido.

Al llegar al lugar encuentro que mi hermana está ahí, luchando y lanzando hechizos en su forma lobuna, mientras que su mate está levitando a una distancia donde su hechizo alcanza a más de dos rouges.

Escucho algunos sonidos de sorpresa por los guardias que venían conmigo, creo que al igual que yo no esperábamos presenciar esta escena.

―Pase lo que pase no dejen que abarquen más terreno―ordenó telepáticamente.

Veo como los demás guardias se incorporan a pelear, mientras me dedico a observar donde está el líder, ellos no se presentan sin uno y trató de ubicarlo, pero solo veo llegar a más lobos de un tamaño fuera de lo normal.

Corro a ellos derribando a varios a mi paso, provocando ventaja para los míos, sin contar que varios de esos lobos gigantes hace lo mismo, se dirigen en mi dirección.

Estos lobos son extraños de ver, tal parece que alguien manipuló su apariencia, haciéndolo ver peligroso, su aspecto es descuidado, parte de su pelaje trae sangre y astillas.

Uno llega a mí, lanzando una mordida a mi hocico y otro llega a morder mis patas traseras, trató de esquivarlos, pero la rapidez con la que atacan es alarmante, mientras estos me atacan soy rodeado de los demás lobos.

Lanzó una mordida al cuello del que tengo en frente, refuerzo mi mordida y lo lanzo a los otros; giro y hago lo mismo con el otro, pero este si me llega a tomar de una pata ejerciendo fuerza y sólo hasta romperme el hueso es que me suelta.

Otros tres aprovechan mi distracción y muerden mis otras patas, busco cómo esquivarlos y sólo salvo mis patas delanteras, el lobo que muerde mi para trasera me jala haciendo caer de panza a la tierra.

―Vamos alfa de mierda, ataca como es tu naturaleza―menciona uno telepáticamente.

―Queremos ver que tan hábil eres ¿o sólo eres así con las humanas?

Todos comienzan a burlarse de mí, unos aprovechan lanzándome mordidas a mi costado.

―Por favor necesito que me ayudes―imploro a mi lobo.

―No me da la gana, por mi muérete―ruge la bestia.

Es lo malo de no estar unidos humano y lobo, si el humano lucha en forma lobuna y la bestia no pone su esencia este tardará en sanar, tal como me está pasando, si esto sigue así en próximas peleas no podré transformarme.

Sigo sintiendo como estos lobos muerden mi cuerpo, no sé en qué momento me transforme en humano, pero lo noté al ver un pedazo de mi playera en el hocico de uno.

Soy un espectador de lo que sucede, desgraciadamente no puedo desmayarme, este es el castigo de mi bestia, da la suficiente energía para que esté consciente de lo que hacen conmigo.

La poca visión que tengo me hace ver caer a algunos lobos quemados o congelados, alarmado trato de voltear poco a poco para ver que está pasando y lo que veo me deja impactado.

Dan esta cerca de donde estoy tirado, observó que su respiración es agitada, sin pasar desapercibido que en una de sus manos hay fuego y la otra hay hielo.

Corre a donde estoy, tirándose de rodillas para estar cerca de mi visión.

―¿Puedes pararte?―pregunta dulcemente.

Como puedo niego.

―Muy bien, trataré de levantarte―escucho que menciona.

Siento que ha llegado una segunda persona y sólo hasta hablar distinguí quién era.

―Yo me ocupo de mi hermano inútil, Dan sigue a mi mate y ayuda lo más que puedas―menciona Alexa.

―Si señorita.

Se incorpora y desaparece corriendo de mi visión.

―En verdad tu lobo es muy rencoroso, mira que hacer alucinarte del dolor sin ayudarte, eso duele mucho.

Sus palabras hicieron que mi lobo ronroneara de felicidad.

―Eres cruel bestia―le recriminó.

―No te puedo golpear, pero si hacerte pasar un mal rato―comenta riendo.

Cierra la conexión entre ambos y me deja un pequeño dolor de cabeza.

―Deja a tu bestia interior y trata de pararte―ordena Alexa.

―No me puedes dar órdenes, recuerda que soy un alfa...

―Técnicamente hermanito yo soy la alfa por derecho, que te haya pasado el poder no quiere decir que seas el legítimo dueño.

No discuto más porque sé que es verdad, si ella lo pide debo entregar en sus manos la manada, convirtiéndome en un alfa de apoyo, pero dudo que busqué ayuda conmigo.

Poco a poco me incorporo y apoyándome en mi linda hermana, camino a paso lento.

Observo que ya no hay rouges vivos.

―Fue fascinante ver como ella lanzaba hechizos.

―No la pude ver.

―Lo sé―comenta obvia―el lado bueno de esto es que fuiste el empujón que necesitaba para despertar sus poderes.

―¿Por qué lo dices?―temo escuchar la respuesta.

Detenemos el andar, ella trata de separarse de mí lentamente y sólo hasta comprobar que puedo sostenerme sólo es que me observa seria.

―Imbécil, sabes el motivo, al no verte por ningún lado se preocupó, tanto así que soltó un grito ensordecedor sólo para encontrarte.

No comentó algo y retomó mi camino lento a la manada.

―Está cerca de ser como era antes―menciona Alexa.

―Eso no me preocupa―comentó sin interés.

―¿Entonces que te preocupa?―pregunta confundida.

―Idiota no te das cuenta, si su mate se llega a enterar como fue que salió sus poderes, podríamos entrar en guerra de especies.

Volteó a encararla.

―No lo había pensado.

Es lo único que menciona y ahora ella camina delante de mí.

Tal vez parezca dramático, pero en nuestro mundo eso significa que ella despertó no sólo sus poderes sino sentimientos por mí y eso es lo primero que trataré de evitar.

―Tengo que irla a ver y aclarar esto, tal vez lo malinterpretamos, aún así hay que estar preparados para todo.

Frota sus manos creando una luz roja, las extiende hacía arriba de su cabeza, haciendo que ese agujero igual crezca y lo deja caer a su cuerpo simulando que el agujero rojo se la ha tragado para desaparecer.

―¡Genial me toca caminar sólo y herido!―gritó a la nada.

―¿Y yo para qué vine?―veo caminar a mi beta en mi dirección―vamos alfa que el camino es largo.

Paso mi brazo por sus hombros y caminamos lentamente.

(Momentos antes)

Seguí caminando apresurada a la casa de Alexis, necesito hablar con la abuela.

Extrañada entro a la casa y tal parece que leyó mi mente, viene bajando las escaleras mi abuela y detrás mi primo, ambos al verme deciden acelerar el paso.

―Que bueno que estés a salvo hija―menciona mi abuela.

―Estábamos por llegar aquí para contarte algo y los guardias se llevaron a Alexis―explicó―por cierto ten abuela tu encargo.

Extiendo las plantas a mi abuela y ella al tomarlas las desaparece.

Boquiabierta por eso trató de reclamar que ella pudo aparecer más si quería, pero interrumpe mi primo.

―Concentrate―chasquea los dedos frente de mí―¿sabes el motivo por el cual se fueron apresurados?

Niego con la cabeza.

―No me dieron tiempo de preguntar eso.

―No te preocupes hija, estaremos por saberlo, sí, preguntamos al indicado.

Seguido la abuela camina a la puerta, la imitamos algo extrañados tratando de descifrar a donde va.

―Estoy segura de que debe estar por aquí―menciona apresurada.

Nosotros sólo miramos sus acciones sin decir algo.

―¡Ya la vi!―celebra―síganme.

Sin rechistar seguimos detrás de ella y sólo hasta ver que se dirige a la hermana menor de Alexis que está muy inquieta es que nos tranquilizamos.

―Hija nos podrías decir ¿qué sucede y si en algo podemos ayudar?―pregunta dulcemente.

―Están queriendo entrar rouges por la frontera norte y si nos serían de ayuda yendo a ayudar allá, aquí ya nos las apañamos, pero el objetivo es que no tengan posibilidad de entrar a atacar―menciona rápido.

Trató de unir las pocas palabras que llegue a entender y tal parece que fui la única que no entendió algo, ya que ellos dos se miran como angustiados.

―Tenemos que ir―ordena la abuela.

―Si, pero nos tenemos que aparecer ahí a la de ya―menciona mi primo.

Con eso en mente la loca de mi abuela lanza un hechizo creando un agujero negro, nos toma de las manos a ambos haciendo que corramos a él.

Acto seguido cierro los ojos temiendo encontrar algo malo ahí.

―Abre los ojos, niña o no podrás ser de ayuda aquí―comenta molesta.

Temerosa hago caso a su petición y el panorama que veo es espantoso, lobos atacándose fríamente con su única intención de matar y demasiada sangre saliendo de algunos, veo también a Alexa junto a su mate ayudando, no creí verlos atacar de tal manera.

―Allá está el alfa―señala mi primo.

Observo en esa dirección y veo correr ágilmente contra algunos lobos.

―Qué bueno sería que lo maten―menciona con desprecio mi primo.

―No digas eso, no sabes nada para que te expreses así―regaña mi abuela.

―Tiene razón, no hables a la ligera primo.

―Como sea iré a ayudar lejos de él.

Al mencionar eso corre a donde están los otros hechiceros.

―Déjalo hija, está celoso y no sabe como actuar con los demás.

―¿Celoso? ¿de quién?

Mi abuela me ve enternecida y tomando mi mejilla me revela el motivo.

―Tu primo es mate del delta y él lo quiere rechazar sólo por encontrarlo con Antón en la cama.

Se aleja de mí, como temiendo alguna reacción mía.

―Eso no lo esperaba, pensé muchos escenarios, pero no esto―comento con sinceridad.

Será que por eso hay veces que ellos se perdían y andaban muy raros.

―Tenemos que ayudar al alfa―comenta alertada mi abuela.

Salgo de mi ensoñación para ver el motivo de su petición, veo como varios lobos gigantes lo están mordiendo y él no se defiende, no se mueve tampoco.

Me da coraje lo que están haciendo, no es una pelea justa y los demás están muy ocupados como para ayudarlo.

Soy consciente de como mi respiración se acelera, comienzo a sentir el cuerpo caliente y las manos más calientes a como las sentía en los entrenamientos, la vista comienza a ponerse amarilla distinguiendo los cuerpos de los enemigos de color verde musgo, lanzó un grito estirando las manos en dirección a ellos, sigo lanzando ataques a ellos sin darles tiempo a reaccionar.

Corro a donde está Alexis para cerciorarme si está bien.

Lo iba a ayudar a parar cuando me detiene su hermana, hago caso a lo que me pidió, busco donde está su mate y corro a donde está.

En mi camino veo a los guardias transformarse y otro jalando a los rouges muertos apilándolos.

―Es bueno ver que al menos tus poderes regresaron Dan―comenta Daniel.

―Me sorprende lo que ocasione, ¿en qué lo ayudo?―evitó el tema.

―¿Crees poder levantar a esos de allá?―señala dos algo lejos.

―¡Claro! Lo intentaré.

Pongo las manos extendidas y con las palmas hacia arriba, me concentro en levantar sus cuerpos, me emociona bastante ver que está resultando como quiero y como si dé jalar un lazo tiro de ellos hasta donde estoy, la velocidad con la que vienen es impresionante.

Una vez ya cerca los cuerpos los pongo en la pila que me indican.

―De algo sirvió este ataque, muy bien trabajo Dan―menciona el beta.

Todos desaparecen, dejando a los hechiceros terminar el trabajo.

―Fíjate Dan como lo hago, que tú harás lo mismo con la otra pila―menciona Alexa.

―Sí.

Miro fijamente cada movimiento y el como va creando una bola de fuego azul, seguido la lanza contra la pila esa, apenas la toca toda entra en llamas muy altas, pero esto dura muy poco para así dejar cenizas en el lugar.

Atónita miró lo que quedó.

―Ahora vas tú Dan, sólo que está vez tendrás que recitar el hechizo.

Muevo la cabeza afirmando y esperando que decir.

Hago lo que me piden y dictan, no lo pude realizar la primera vez por un mal movimiento, pero si la segunda vez.

―Debes tener cuidado, aquí un movimiento o palabra mal dicha puede perjudicar todo tu trabajo―menciona Daniel.

Muevo la cabeza afirmando mientras veo la ceniza volar.

―Es hora de irnos, ya está todo bien, los soldados verificaron la zona, estamos fuera de peligro―menciona el delta.

Mientras menciona eso no pasa desapercibida la mirada que lanza en dirección a mi primo, que está poniéndome de escudo para que no lo vea según él.

Mi abuela toma de la mano a ambos otra vez y vuelve a crear aquel portal, veo que no es la única y el como Alexa invita al delta entrar en su portal, no sin antes de mirar una última vez en nuestra dirección.

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